sábado, 31 de mayo de 2025

RELATOS SEMANA 261

Autor Joel Meyerowitz

RELATO 1

EL SILENCIO COMPARTIDO

“Hoy es San Quirino”, murmura el neón de la farmacia, mientras ellos callan al borde del alba, como si temieran espantar el día con sus voces.
A veces, el silencio canta más que mil versos.
La noche fue un incendio lento, para recordar, si algún día alcanzan el futuro imaginado.
No buscaron esta forma de amarse, pero el deseo floreció donde menos esperaban.
Ellos dos son de ella, y ella, con la risa rota de quien se entrega, es de los dos.
El mundo importa poco cuando laten juntos.
Los tres, como un único corazón.


RELATO 2

ALIVIO 

No hay nada como la sensación de alivio que se experimenta al dejar atrás una situación de angustia. 
La detective Covalsky lo sabía bien, pues tras 48 horas desesperantes y sin dormir, ella y sus compañeros habían resuelto el caso del asesino de las Wisterias.
Ese desalmado obligaba a comer a sus víctimas esa bonita flor hasta morir. 
El culpable confesó al amanecer. Sin fuerzas para celebrar, los policías se dejaron caer en los escalones de una fuente cercana. Nadie les molestó. 
El sol calentaba sus botas y por primera vez en 2 días, el mundo parecía en paz.

RELATO 3

LO HUMANO Y LO DIVINO

Habíamos hecho todo lo humanamente posible para vender nuestra idea. Viajamos al centro neurálgico de los negocios con toneladas de informes y propuestas. Llamamos a todas las puertas, pero en ninguna nos dieron una oportunidad.

Hambrientos, arruinados y agotados, nos dejamos caer a los pies de una fuente. Marian lloraba en silencio con una cartera de piel aplastando su cuerpo. Peter y yo callábamos. 

Entonces la vimos; la diosa Pomona, en mármol, nos estaba dando la espalda. Sin ánimo apenas, cambiamos de sitio para ponernos a sus pies. Y entonces, un teléfono sonó. Nuestra primera reunión. Nuestra pequeña gran oportunidad.


RELATO 4

LA MAGIA DE NEW YORK

Hui a la Gran Manzana,
buscando entre luces y ruido
olvidar lo inolvidable,
ahogar el dolor escondido.

Cansada de andar sin rumbo,
una fuente me embrujó;
el murmullo del agua clara,
mi alma rota abrazó.

Recordé nuestras tardes, el borboteo del río,
el bosque, su paz serena…
entendí que tuve el don de amar,
y ser amada, aunque otra tu última mirada se llevara.


RELATO 5

BICICLETAS Y PEDALES

Hasta el agua de los floreros nos habíamos bebido. La boda de Antonio y Eli nos brindó la posibilidad de conocernos. Cuando menos te lo esperas… surge la química. 

Llegué al convite sola. Cuando me invitaron, aún vivía con Cristina, pero, por azares del destino, aquel 24 de mayo mi media naranja, ya no era ni media… ni nada de nada.

Nunca pensé que conectaría tan bien con aquellos dos. Salva y Javier acababan de salir del armario. Maravillosas, deliciosas y maravillosas locas. Ahora no sabemos estar separados. Siempre juntos hasta que la muerte nos separe.

RELATO 6

EL TRES ES UN NÚMERO PAR

Cada noche compartían un colchón en el suelo, pinceles manchados de rojo y promesas que no aprendieron a cumplir.
Ana pintaba el silencio, Pau fumaba sueños rotos, y Martín tocaba canciones que sólo ellos sabían descifrar.
Juraron haber inventado el amor, sin reglas, sin futuro, convencidos de que bastaba con quererse así, sin etiquetas.
Reían mientras gritaban que el tres era un número par.
Pero el tiempo, puntual y cruel, quebró lo que parecía eterno.
Uno miró hacia otro corazón; otro quiso más para sí…
La tercera se quedó recogiendo los restos de lo que, por un instante, fue todo.

RELATO 7

UNA MISIÓN PASTORAL

¿Por qué tiene que haber alguien siempre haciendo una foto de todo? 
Menos mal que no se nos ve pero la del centro soy yo. Me permitirán que no muestre mi cara porque el cebollón que teníamos era de campeonato, tampoco identificaré a mis acompañantes por respeto hacia ellos pero para nuestros padres que íbamos de misión pastoral y a la primera de cambio caímos con un pedo que cuando lo recordamos nos hinchamos de reír. Pero ese fotógrafo, joder, ¿es que no puede hacer alguien una locura sin pasar desapercibida?
Para mí que son los satélites que nos vigilan.

RELATO 8

LA CARABINA

Me apetecía tomar mi Subway con Lily. Había pensado en ella toda la noche. Como muchos de la empresa nos comíamos nuestro sándwich en los exteriores para después reincorporarnos al trabajo. Iba dispuesto a todo. Incluso a invitarla a que saliéramos a cenar para conocernos mejor, y porqué no, empezar una relación sentimental. Tenía que atreverme a proponérselo, y digo bien, atreverme, porque me intimidaba muchísimo. Me encantaba.

Todo empezó muy bien porque aceptó mi invitación. Almorzamos, cotilleamos de los compañeros, nos reímos, nos relajamos, y entonces... me lancé.

– Lily, me encantaría invit...

– ¡¡¡Hola chicos!!! Qué bien estáis... ¿Puedo acoplarme...?

– ...

RELATO 9

PILAS (DES)CARGADAS

Un asunto urgente, la oportunidad para demostrar que yo también puedo asumirlos, la pareja de siempre y yo.
 
Un tren a primera hora de la mañana, un pueblo de Granada, el encuentro con los clientes y una comida para celebrar el éxito.
 
Una copa, risas, platos abundantes, varias copas, más risas y descontrol.
 
Tres billetes de vuelta sin utilizar, una noche “infinita” y la fuente de la plaza principal.
 
Resaca, desorientación, lagunas mentales, ronquidos de ella y ruiditos variados de él. Ningunas ganas de moverme.
 
“Será una visita rápida”, dijeron. “Volveremos con las pilas cargadas”, prometieron…

RELATO 10

LOS HIJOS DE LA EXTRAVAGANTE DORIS DOSCHER

Cada año, por su cumpleaños y durante casi tres horas, mis hermanos y yo recorríamos con mi madre el camino desde el estudio del escultor Karl Bitter hasta la Grand Army Plaza, donde se alzaba la estatua inspirada en Pomona, diosa romana de la abundancia. 
Cada año nos contaba que su majestuoso cuerpo sirvió de modelo a Bitter para crearla.
Abundancia era lo que pensábamos que tendríamos cuando, como homenaje después de su muerte, y con un calor horrible, hicimos el mismo trayecto.
Así habría sido si nuestra querida madre no hubiese nombrado a su caniche como único heredero.

RELATO 11

DESCANSO ETERNO

Con el alma erizada por esa emoción nueva, diminuto y tendido sobre aquellas escaleras, mis ojos reflejaban el titilar de un cielo de estrellas desbordado y sorprendente que me observa.

No sé si será física o química, o cosas del espacio-tiempo, pero nunca antes había sentido alejarse tanto mi vista ni que mi cuerpo ingrávido fuese detrás por las luminiscencias de la Vía Láctea. 

Nunca me había visto caer a esas profundidades, donde luces abisales venían a mi encuentro.
Una ráfaga de aire frío trató de despertarme, pero seguía lejos de allí.

Tus labios sellaron para siempre los míos.

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