sábado, 1 de marzo de 2025

RELATOS SEMANA 248

Foto anonima

 RELATO 1

¿IMAGINACIÓN?

Esa música, a partir de la medianoche, proveniente del piso de arriba, me transportaba a un mundo irreal. El mar tormentoso que todos llevamos dentro se apaciguaba, salpicado por chispas blanquecinas, doradas por la imaginación, que volaban como mariposas brillantes en mi mente hasta llenarme de tranquilidad.

La curiosidad me venció. Subí a descubrir quién interpretaba.
La oscuridad enmarcaba un rayo de luna que besaba dos manos delineadas por sombras, deslizándose sobre el piano. Cada noche espiaba, obsesionado, debilitado; no dormía. Me enamoré de lo desconocido.

El conserje decía que el espíritu del piano absorbía la vida de su elegido.


RELATO 2

LA DOBLE VIDA DE JACK 

Obsesionado desde niño con el recuerdo de las voluptuosas formas eróticas de su tía Katerin, a la que espiaba en la casa familiar por la ventana de su dormitorio, escondido tras una valla, Jack, jamás olvidaría aquella visión, aquel placentero impulso furtivo.

Ya casado y con hijos, muchos días desaparecía con la intención de espiar a mujeres semidesnudas. Pero la noche del 24 de agosto de aquel año, presenció el asesinato de una de aquellas bellezas que creía poseer a través de su mirada.

Quedó absorto contemplando la sangrienta escena, descubriendo esa noche, que mirar, ya no sería suficiente.


RELATO 3

ENTRE CENIZAS 
Y SOMBRAS
 
Todas las voces de su cabeza se callaron, como si el mundo entero hubiera detenido su aliento, dejando solo el eco de su alma vacía. Como si fuera lo único que quedaba en la tierra, flotando en un océano de silencios. Antes de esa noche, Ludo vagaba entre sombras, atrapada en un limbo sin tiempo ni destino, arrastrada por la marea de su dolor. Pero en ese instante, el aire, tan denso, se volvió ligero, y el vacío, profundo y vasto, le ofreció una calma inquietante. Quizás, pensó, el silencio la guardaba para algo nuevo.


RELATO 4

EL VOYEUR Y EL ECLIPSE 

Renato ejercía como amo de llaves con profesionalidad y eficiencia, pero tenía tendencia al voyeurismo.
Esa insana costumbre le había costado muy caro en múltiples ocasiones, pero no podía evitarlo. 
Experimentaba placer observando a través del ojo de las cerraduras. Necesitaba hacerlo, aunque no hubiera nadie en la estancia.
En su último trabajo, en la mansión Wellington, llegó la noticia del acaecimiento de un eclipse total de sol. Un hecho único digno de verse.
Renato se escondió tras una alacena y a través de la cerradura, observó cómo la luz desaparecía lentamente, experimentando un extraño placer. 
No podía evitarlo.

RELATO 5


UN SECRETO BAJO LLAVE

Siempre quise saber qué secretos se ocultaban entre aquéllas cuatro paredes. 
Era yo un niño cuando me encontré la puerta abierta y avancé al interior de la misteriosa habitación. Nada más dar unos pasos sentí un miedo que me paralizó. Fue al retroceder cuando me topé con la figura esbelta de mi padre nervioso, desencajado, quien me prohibió tajantemente volver a acceder a esa habitación. No recuerdo lo que vi, sólo sentí miedo. 
Desde entonces la puerta permaneció siempre cerrada. Hoy, cuando él se ha llevado su secreto me dispongo a entrar. Mi miedo es infinitamente mayor al de entonces.

RELATO 6

DULCE IMPACIENCIA

Lo hacía cada noche. Estaba prohibido. Decía mi madre que tenía que asentarse. Que antes dolería la tripa y habría que llevarnos a urgencias.
Pero yo lo hacía cada noche. Esperaba a que todos se durmieran. Entraba sigiloso, me subía a la escalera, buscaba el de la balda más alta y de la fila de atrás. Lo abrí hace cuatro noches. Riquísima. 
Después miraba por el agujero de la cerradura de la despensa y salía despacio.
Poco a poco me hice con aquel botín. Mi madre encontraría un bote de mermelada vacío sin que le hubiera dado tiempo a asentarse.

RELATO 7

LA CHICA DEL OTRO LADO

Otra vez me hallaba frente a un nuevo tema: Procesos Judiciales.
Sólo una triste melodía al piano que provenía del otro lado de la pared, pudieron arrancarme de aquel sopor legislativo.
_-¡Bravo!_-balbuceé, y un tímido, casi imperceptible "gracias", le correspondió seguido de una risa nerviosa. 
Así comenzó nuestra amistad sincera y cómplice a través del muro de mi escritorio.
_-¡Disculpe!¿Necesita usted algo?_-me sobresaltó el portero del edificio, mientras escudriñaba su cerradura para intentar descubrir el rostro de mi ángel musical.
_-Sólo necesitaba sal, gracias..._
_-Pues toque en otra puerta, ese piso lleva todo el verano cerrado._

RELATO 8

CICLOS 

Se juntaron un día la Esperanza, la Alegría , la Soledad, la Vida y la Muerte delante de una puerta.
Curiosa, la Vida miró por el ojo de la cerradura, veo a una persona naciendo. La Alegría miró y dijo, yo la veo riendo y bailando. La Soledad miró también , yo la veo llorando.
Cedió el turno a la Esperanza que dijo, ahora está rezando.
Viendo las cuatro que la Muerte no mostraba interés por mirar, le preguntaron.
Por qué no miras tú?
Y la Muerte, abriendo su túnica les mostró lo que tenía debajo, diciendo, porque ya la tengo aquí.

RELATO 9

LA HABITACIÓN CERRADA

Acabábamos de mudarnos a aquella casa. Conseguí un trabajo como sirvienta. Abel insistía en que oía risas en la habitación cerrada. 

— ¡Daniel!— repetía Abel mientras dejaba juguetes junto a la puerta — 

Está mañana, su cama estaba vacía. El pánico me guió hasta aquella puerta. A través de la cerradura, vi un espejo bañado en luz dorada. En él, Abel sonreía sentado junto a un niño de ojos negros y ropas antiguas.

— Mamá, Daniel ya no está solo — susurró. 

Cuando derribaron la puerta, hayamos el dibujo infantil de dos niños de la mano y una nota: "Por fin me ha liberado”

RELATO 10

ÚLTIMAS PIEZAS
 
Abro los ojos y la oscuridad absoluta me envuelve. Lo primero que pienso es que no ha funcionado, pero me toco el cuerpo y siento la textura del traje especial. ¡Estoy dentro!
 
Camino con cautela y comienzo a distinguir pequeñas siluetas por las que pasa algo de luz. Al aproximarme descubro que son ojos de cerraduras. Todo lo que necesitamos saber aguarda al otro lado. 

Me asomo por el primero, preparado para memorizar los recuerdos que este complejo cerebro tiene encerrados.
 
Me agobia estar en la cabeza de un psicópata, aunque me alegra saber que hoy acabará esta larga pesadilla.

RELATO 11

PANES AL REVÉS

Los panaderos de París, con evidente desprecio, sólo me vendían panes al revés.
 
Pasador de almas, mano de dios, castigador real. Tenía muchos nombres que nadie se atrevía a pronunciar. 

Era el verdugo, dentro de las grietas de mi capucha negra la última mirada del culpable escudriñaba mis ojos, ilusionándose de que una lágrima revelaría trozos de corazón.

Mi espíritu aún vaga entre los antiguos muros donde una vez viví. A través del hueco observo a los visitantes que se desfilan por el pasillo.

Rayos de sol penetran por el ventanal, como antaño mi reluciente hacha penetraba el cuello de los condenados.

RELATO 12

CUSTODIA MATERNAL

Cuando era pequeño creía que su madre miraba a través de las mirillas. Al salir de casa, le decía: "compórtate que te estoy vigilando". 

Aquella tarde todo sucedió muy deprisa. Había apuñalado a Sebas con el abrecartas, después de darle con el atizador de la chimenea. Sin haberlo planeado.

Repetidas veces.

Por una tontería. 

La habitación del Colegio Mayor era un destrozo de muebles rotos y sangre. 
El estrés le tenía paralizado. 

Su madre abrió la puerta cargada con una pala. 
Y con todo lo necesario para solucionarlo.

RELATO 13

EL OBJETIVO DE LADY MARGARET

Como cada martes, a media mañana, Lady Margaret, espera la visita del Duque de Beverley, el amante que desde año atrás acude puntualmente a su cita clandestina, pero organizada. Ya tiene dispuesto el piano y la banqueta al contraluz bajo la ventana, justo en el objetivo previsto, el punto exacto donde darían rienda suelta a sus pasiones: la música y hacer el amor mientras toca alguna obra de Satie. Nada hay más excitante para ellos que mirar a la puerta de reojo y saberse observados mientras se emplean a fondo en su tarea amorosa.


RELATO FUERA DE CONCURSO.

LA HIPÓCRITA

Johnson desconfiaba de ella. Llevaba días vigilándola, siempre a través de la cerradura cuando se encerraba. La sospechosa seguía una rutina habitual al llegar a casa después del paseo de la tarde: primero las lentillas azules, después las capas de pelaje postizo una a una y, para finalizar, aquellas falsas largas uñas. Todo indicaba que estaba ante una maestra del disfraz.

—Lo sabía —se dijo para sí—, es una egipcia.

Justo entonces ella se giró hacia la puerta y sus ojos brillaron en la oscuridad. Johnson se sobresaltó y su cola rayada se erizó por completo. Miau... le había descubierto.

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