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Foto: Fox photos |
RELATO 1
No se puede ser tan listo
Julia vio una luz en el patio, fue entonces cuando vio a un elefantito mirándole con curiosidad, el cual se presento como Mauricio, y le dijo que había llegado a esa ciudad para ayudar , y que ella había sido elegida para llevarle a su destino.
Durante toda la semana Julia paseo a Mauricio, solucionando los problemas de todos los habitantes, pero cuando llego al ayuntamiento, se encontró con un cartel: No se admiten elefantes.
Pasadas unas horas un hombre guió a julia y a Mauricio a la salida de la ciudad.
Ellos viajaron solucionando problemas, el pueblo entro en quiebra .
RELATO 2
Como un elefante en una cacharrería
Abrió la puerta de par en par, entrando atropelladamente en la tienda de sedas de mi abuelo, donde yo gastaba el estío tirado en el suelo.
Altanera, con la barbilla estirada, señalando un juguetito tras ella, dijo: "donde yo voy, va él".
La conocí bien, jugábamos tardes enteras. Su alegría dejaba una bella estela de caos a su paso.
Varios veranos después de ese primer encuentro, perdí su pista, hasta que pasé a formar parte de la servidumbre de su familia.
Para ella yo solo soy un "British Raj indian" más.
Para mí ella lo es todo.
RELATO 3🏅
Amistad de hierr
Seguro que nos lo pasamos súper bien. Llevo semanas escuchando maravillas sobre las fiestas de cumpleaños de Susana. Además, mis compañeros saben que somos inseparables.
¿Estás cansado? Tranquilo, ya casi llegamos.
A mí también me ha sorprendido que me invitase; nunca ha hablado conmigo desde que llegué al cole.
No es tímida, al contrario, es muy popular. La habrás visto algún día al venir a recogerme. Todos los martes va de rosa.
Oh no… Trompi… no puedes entrar. Seguramente Susana sea alérgica a los elefantes. Qué lástima, no va a poder conocerte.
Bueno, vámonos a casa a jugar.
RELATO 4🏅
CUANDO LOS ELEFANTES SUEÑAN CON LA MÚSICA
Convocaron una exótica fiesta para ir con mascotas. Yo me había hecho ilusiones. Iría con mi elefantito, bailaríamos ritmos antillanos, indis y afros en un ambiente de apertura y diversidad: samis, inuis, masáis, seguro que habría lémures, dragones de Tasmania … otros elefantes, ¡nuevos amigos!
¡Llegamos!, pero… fue como haber tocado las estrellas para, después, caer bruscamente al vacío.
La puerta cerrada mostraba un corazón sin sangre, un instrumento sin acordes, un circo sin magia, una boca sin sonrisa, alguien sin sentimiento.
¡Prohibidos los elefantes! …
Fui un niño con una lágrima cristalizada en la mejilla.
Mi ilusión: Humo en el agua.
RELATO 5🏅
NO SE ABANDONA A UN AMIGO
Me acordaré toda la vida. Apenas tenía seis años . Mi madre me mandó a la tienda de al lado, la del señor Wesley, me dio una nota en la que ponía: “Un cedazo, una botella de aluminio y una fiambrera. Luego bajo”
Llegué todo ilusionado, acompañado de mi mejor amigo en aquella etapa de mi vida, mi elefante Trompit. Ni qué decir tiene que ni entré, me negué en redondo a dejar a Trompit en la puerta. Sólo cuando el señor Wesley iba a cerrar y me vió allí, me explicó lo del jocoso letrero. Él regentaba una cacharrería.
RELATO 6🥈
OREJOTAS
Me aislaba de todos los ruidos del mundo.
Solo yo podía verle cuando mamá se enfadaba porque no me gustaban las habichuelas y me negaba a comerlas; entonces desplegaba tras ella sus grandes orejotas para hacerme reír.
Para dormir, con una mano agarraba su trompa después de abrazarlo bien fuerte y con sus orejotas tapaba mis oídos para que no me llegaran los gritos que mis padres daban en la cocina algunas noches.
En el mundo adulto no caben los elefantes invisibles. Ni los grandes sueños. Pero yo insisto en llevar a todas partes a mi amigo imaginario.
RELATO 7
Porque ella era una casa de papel
Ahí estaba con su madre en el banco del parque. Había crecido, dejando de ser un bebé. Lo reconocí por el libro, “No se permiten elefantes“ y el peluche que igualmente era un elefantito. Regalo de mis padres.
Quería correr con él, jugar, saltar, reír, abrazarlo y gritarle: ¡Soy tu mamá! Me acerqué, solo le acaricié la cabecita.
Tomé la decisión, por su bien, de darlo en adopción. Estaba atrapada en el vicio.
Me despedí con un simple adiós; al voltear la cabeza me mandaba besitos con su manito.
Las lágrimas no me dejaban ver el camino.
Él era feliz.
RELATO 8
MODERNA PROSPERIDAD
Los americanos habían conseguido reducir el tamaño de las sandías, para que cupiesen en las neveras, aplicando los mismos conceptos transgénicos que años antes aplicaron los indues para reducir el tamaño de los elefantes, a fin de poder comercializarlos como mascotas habitantes de pisos y visitantes asiduos de comercios, mercados y cacharrerías, acompañando a sus privilegiados y ricos propietarios.
Entre la élite más sofisticada de la sociedad también ocuparon, estos enanos elefantitos, un lugar en la gastronomía más exquisita, siendo servidos enteros en grandes fuentes guarnicionadas con las más suculentas frutas y verduras. Exótico manjar.
RELATO 9
Y te digo adiós por segunda vez
Mi querido amigo elefante, te guardaré en mi mente. Esta caprichosa vida cree que puede separarnos, pero siempre estarás en mi corazón.
Cierro mis ojos, contigo recobro mi niñez, mis ojos vuelven a brillar, ignoraré las lágrimas derramadas en estos años.
Perdonaré al tiempo que nos tuvo alejados. Seguiré sonriendo, ignorando que tan solo me queda un mes de vida, nadie nos avisó, volveremos a separarnos.
Déjame volver a esos días, una y otra vez.
Juntos veremos la puesta de sol, dime que pida un deseo. Déjame ser niña.
Custodiaré nuestros recuerdos, hasta que el destino nos una de nuevo.
RELATO 10🥉
Juguetes con historia
Hay juguetes que marcan tu infancia y permanecen en el recuerdo toda tu vida.
Con siete años, mi abuelo me regaló un pequeño elefante sobre ruedas. Le tomé tanto cariño, que dejó de ser un juguete para convertirse en un amigo.
Iba siempre conmigo... ¡Me sentía tan feliz con él!
Por eso no pude entender el cartel que me encontré una mañana en la puerta del colegio prohibiendo la entrada de elefantes.
Eso me afectó mucho.
Sólo de mayor lo entendí, y no es otra cosa que el miedo que suscita en los insensibles la dicha de los demás.
RELATO 11🥇
EL ELEFANTE AZUL
Pakora es un elefante azul índigo.
Llegó de la India entre flores y sedas bordadas de mil colores. Tiene la exquisita educación de un caballero británico, sabe hablar en siete idiomas y escuchar en once, pero hoy no le han dejado entrar en la biblioteca.
El viejo tío Martín dice que cuando él quiso entrar en la Universidad, los prejuicios se lo impidieron por ser negro. Y muchas otras cosas más.
No tengo idea de quiénes son los prejuicios esos, pero cuando Pakora y yo hayamos crecido, iremos a buscarlos y a darles una buena lección sobre colores y justicia.
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