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| Foto autor anónimo |
RELATO 1
ÓRNELA, LA ITALIANA.
Aquel verano, en la tasca de tío Curro, lo único interesante era ver cómo las moscas agobiaban a Don Heliodoro.
Llevaba dos semanas en el aburrido pueblo de mis padres mientras ellos trabajaban en alguna ciudad de la costa.
Entonces llegó ella y me sonrió desde su vespa roja, en la que pasamos tan buenos momentos tanto de día como de noche.
Solo me regaló unos besos y algún que otro magreo.
Para mis 17 años recién cumplidos aquello fue causa de acaloradas intimidades personales durante mucho tiempo.
Lo último que supe de ella es que hacía anuncios en Milán.
RELATO 2🏅
¡Ay Talita, Talita!
El verano suele ralentizar la vida de los pueblos.
Esa era la tónica prevista en mi pequeño pueblo hasta que llegó Talita.
Talita era la sobrina de mi mujer.
Vino a pasar el verano con nosotros y revolucionó la tranquila vida pueblerina.
No sólo poseía belleza y encanto, también disponía de dos buenas"razones" para encandilar al personal.
Con mi vieja vespa se paseaba por todas partes y así todos los vecinos supieron pronto de su existencia.
Mi casa se convirtió en un hervidero de visitas... masculinas.
¡De pronto todos tenían tiempo para hacernos los arreglos pendientes!
¡Ay Talita, Talita!
RELATO 3🥈
¡OYE MI RUGIDO!
Yo te abarcaba entonces con mi pecho entreabierto, dispuesta a la aventura, aprendiendo a volar como si fuese un ave, aprehendiendo la vida de forma más veloz, al modo más hermoso de mis primeros veinte, agarrada a las nubes de ritmo y viento verde, borroso vértigo azul.
Cuando el ronco rugido de lejos se anunciaba, entonces las cortinas murmuraban también, pero yo, siempre firme, bandera me sentí de primeras mujeres buscando libertad.
Tu escudo me arropaba. A cincuenta por hora rompías el silencio, por las calles rugiendo, caballo volador, enarbolando juntas la libre juventud.
Scooter, compañera, fuimos revolución.
RELATO 4
Lo imaginado sueños son
Ayudando al Señor Chon, encontré entre la maleza el esqueleto de su moto.
Siempre quise una moto. Me la regaló. Fue lo único que trajo de Saigón.
—Brrrum, brrrum.
Con ella rasgué el viento, su velocidad convirtió el paisaje en un cuadro abstracto, viví los años 80. Viajaron conmigo chicas, ondeando sus cabellos al aire; canté, reí.
Pasaron los años, mis hijos la encontraron.
— La moto de tus historias no funciona.
— Su motor nunca sirvió
Solo la arrastraba para cargar la verdura del Señor Chon.
Todo lo demás era vivir un sueño a través de mi imaginación.
RELATO 5
Amor de juventud
Su amiga lo soltó con picardía la tarde que fueron al cine, "mi primo Pablo ha vuelto". Ella callaba, su corazón se aceleraba, le costaba respirar.
Veinte veces hacía el mismo recorrido en la moto Vespa, al ir al trabajo. Al volver daba una retorcida vuelta deseando cruzarse con él.
Una noche gritaron su nombre.
Santo cielo, pensó.
Era él. Se acercó y se saludaron.
Le contó que volvía a vivir en la ciudad, estrenando novia.
Al despedirse, rozaron sus manos, un rayo recorrió su cuerpo.
Cada noche, revive esa chispa, con su fuego se abriga acurrucada entre las sábanas.
RELATO 6
Vespa Club
Llevaba 5 días en ruta, surcando valles y escarpados por carreteras polvorientas. Se había propuesto cruzar la cordillera hasta Argentina, y llegar a la convención representando al "Vespa Club Santiago de Chile" que ya estaba formado, pero que tenía un solo integrante.
La encontró en Santa Fé. Su presencia era cálida, salida de una película italiana, como su vespa: poderosa, espléndida y con curvas.
Enseguida se sintió cautivado por ella. Fue su sonrisa.
Así que decidió que participara en su aventura. Y darle el carnet de socia.
El número 2.
RELATO 7
EL BIEN MÁS PRECIADO
1941, mi abuelo Ramiro entraba en filas en el cuartel de Toledo. Era hombre de campo, sencillo y amigable, muy delgado y de mirada curiosa. Tenía una Vespa que era su bien más preciado.
1942, mi abuela Ramira servía en la casa de un alto cargo del cuartel de Toledo. Era una mujer vivaracha, de carnes prietas y suntuosas formas.
Aquella mañana se puso su vestido dominical para la foto que enviaría por carta a mi abuelo.
Qué guapa estaba montada en la Vespa, la que pasó a ser el segundo bien más preciado de mi abuelo.
RELATO 8
Antonella
Aquella Vespa con la que recorrimos Italia de Norte a Sur, símbolo de nuestro culto al círculo y tan acorde con tu exuberante silueta de entonces... Esa foto es de las afueras de Roma, creo. ¿Te acuerdas? Participábamos, como figurantes, en una película de Vittorio de Sica... ¿o era de Rossellini? Había que ganar algunas liras para seguir con nuestra aventura después de los últimos exámenes . Recuerdo que discutimos si le acoplábamos o no el sidecar de mi padre para ir más confortables... ¡Qué tiempos tan maravillosos, Antonella!... Pero baja del árbol, mujer, que se acerca tu psiquiatra.
RELATO 9🥇
La tentación viaja en Vespa
Amelia estaba acostumbrada a circular por su pueblo saltándose todas las normas de tráfico, mientras conducía la vieja Vespa de su padre. Todos parecían embrujados, sulibellados por el perfume
embriagador que desprendía su estela al pasar.
Pero, mientras circulaba despreocupadamente por dirección prohibida, Amelia no sabía que su suerte estaba a punto de cambiar... Al final de la calle le esperaba Bernardino, el flamante y motivado nuevo agente municipal de policía, que se ajustaba el uniforme dispuesto a darle el _"¡Alto!"_.
Los encantos de ella no funcionaron aquella vez. Bernardino era incorruptible, insobornable, íntegro... hasta que dejó de serlo.
RELATO 10
Cuando menos te lo esperas
Era costumbre jugar al “adivina su historia” cuando pasaban horas en la carretera. Una forma estúpida de amenizar gratamente los viajes.
—Está comprobando si puede mantener el equilibrio ahora que lleva dos melones a cuestas. Pobre chica, acabará con dolor de espalda…
—Las mujeres siempre protegiéndoos mutuamente. Cariño, salta a la vista que es prostituta y va a encontrarse con un cliente.
El coche se llenó de risas; las últimas que producirían sus cuerpos ya que la sicaria que conducía la moto estaba a punto de hacer que el coche descarrilase “accidentalmente” por el desfiladero de Despeñaperros.
RELATO 11🏅
ERES MUJER, NO ENTIENDES
Decía mi padre que por ser mujer, no entendía de motores, coches y motos, que yo, a casa a hacer ojales, cocinar y limpiar. Yo me pasabas horas escondida viéndoles trabajar en el taller, era lo que realmente me gustaba. Hasta que un día, me decidí, les robé una moto, y me lancé a la carrera. Lo disfruté desde el minuto uno hasta que…¡¡Me estrellé contra un árbol! Me hice daño, pero…. Saqué mi aprendizaje y le di vueltas a la cabeza.
De eso hace cuarenta años, y hoy soy rica, muy rica, soy la feliz inventora del air bag.
RELATO 12🥉
VALENTINA
Valentina,
voluptuosa, verso, volare
como dice la canción.
Te veo corriendo por las calles,
desafiando al viento,
cruzando con tus curvas
las esquinas,
dejando en el aire
ese aroma
a rosas recién abiertas
rojo terciopelo.
Tengo ganas de morder
todo aquello que rozas
y arrancarlo de cuajo,
de un solo bocado.
Tu beso,
tu boca,
tu risa,
tu labio,
tu mirada perdida,
tu no importarte nada ni nadie
en ese instante en que vuelas
susurrando canciones.
Valentina,
regalo y tormento,
nos gritas con tu alegría
que seguimos vivos.

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