sábado, 1 de noviembre de 2025

RELATOS SEMANA 283

Foto autor desconocido 

 

RELATO 1

MAN RAY _(1890–1976)_ 

A finales del _siglo XIX,_ Man tenía apenas siete años. En la tienda de su padre, aficionado a la fotografía, había adaptado un espacio para tal fin. Man mostraba un interés especial cada vez que se realizaba un retrato o se revelaban fotografías. 

El padre se sorprendió cuando empezó a dirigirle las composiciones fotográficas en las que, aquel chiquitín, delante o detrás de la cámara se transformaba en director.

Man se convertiría en uno de los precursores de la fotografía surrealista estadounidense, viajando a París en los albores del _siglo XX,_ relacionándose con todos los artistas de su época.


RELATO 2

CALDO DE GALLINA

Fue la última foto que se hicieron juntos. En diciembre de 1936, el hambre en Madrid ya no conocía de afectos.

La ciudad era asediada y bombardeada sin descanso por los sublevados. En el barrio de Lavapiés, cuando sonaban las sirenas, los vecinos corrían a refugiarse en la vieja carbonería que Carlos tenía bajo la corrala donde Quino y Esperanza vivían solos desde que Manuel se había marchado al frente y su madre Isabel había muerto de tifus hace semanas. 

Esa noche, al fin, comieron caliente, pero también se quedaron huérfanos del todo.


RELATO 3

EL GALLO DE MARTES O MIÉRCOLES 

Era martes, o miércoles.
No recuerdo bien.
Lo intuyo porque uno de esos días de la semana terrícola, nos visitaban los inspectores siredales de los planetas cercanos.
Yo como siempre andaba arrastrando los zapatos de domingo por la arena y robándole a mi padre los pocos cigarros que encontraba.
El caso es que esta vez fue un gallo. Tenía buena planta y llevaba una de esas pulseras intercomunicadoras que le permitían salir zumbando en caso de peligro.
¡Fue fácil!
Preguntó sólo si queríamos seguir viviendo allí.
y yo... fui sincero.

RELATO 4

EL PRIMER CANTO DE LEO 

Prudencio siempre despertaba a todo el pueblo con su canto, y Leo, desde su cama, lo imitaba bajito entre las sábanas. 
Pero una mañana, el gallo se quedó callado. Leo esperó, dio vueltas y, al final, salió al corral con los pies descalzos y el pijama torcido. Se acercó a Prudencio, que lo miraba curioso, y gritó su mejor “¡kikirikí!”. 
El sonido fue torpe, pero valiente. 
El gallo pareció pensarlo un segundo, infló el pecho y respondió con fuerza. 
Desde entonces, cantan juntos, aunque a veces lo hacen a las 6 de la tarde.


RELATO 5

REBELDE CON CAUSA

Cuando Luis era casi un bebé le regalaron un pollito, una bolita de sedosas plumas amarillas. Lo cuidó y alimentó hasta que el pollito se convirtió en una hermosa gallina que lo seguía a todas partes, pero como esta no ponía huevos, los padres de Luisito decidieron cuidarla. El niño, desesperado, se declaró en huelga de hambre y de fumar cigarrillos de matalahúva y, así, cerrado en banda se sentó en su banqueta. La gallina, como si entendiera, se acercó al niño. Este, serio y triste, le gritó:
"¡ No seas papanatas, Turuleta! ¡Pon un huevo!
Y Turuleta puso diez.


RELATO 6

EL ÚLTIMO AMANECER 

Tras el colapso de BAT99-98, una de las enormes estrellas de la galaxia vecina —la Gran Nube de Magallanes—, se produjo una inexplicable alteración en la constante cosmológica.
La energía oscura se multiplicó, expandiendo el universo a velocidades inmensurables.
El gran agujero negro se tragó la Tierra, la Luna, el Sol; toda la Vía Láctea.
El niño esperaba enviando señales de humo.
El gallo buscaba el horizonte inexistente.
Y así, en la quietud del vacío, la esperanza se convirtió en un susurro eterno, aguardando el próximo amanecer.


RELATO 7

LA MÁS CHULA DEL CORRAL

Ambos pugnaban por ser el más chulo del corral. 

Cuando él, una vez más, se acercaba cigarro en boca, todas reculaban muertas de miedo pero ella, la más osada, desplegando sus alas y plumas erizantes lo esperaba estática, en clara exhibición amenazante, sin retroceder, como queriéndole decir atrévete y verás. 

Silencio tenso  interrumpido por el desacompasado cacareo del corral. 

Él sin más táctica que un nervioso paseo 
con sus manos entrelazadas a la espalda veía que lejos de amedrentar envalentonaba a la   guardiana que una vez más, mirada clavada en su oponente lograba hacer que este desistiese de su intento.


RELATO 8

NO HAY HUEVOS
 
Nadie comprendía la relación que tenían, lo cierto es que rara vez se separaban. Se entendían sin utilizar ningún tipo de lenguaje verbal y transmitían auténtica ternura e inocencia.
 
Claro que Clotilde no era una gallina cualquiera; su instinto militar y manipulador controlaba cada acción que hacía el pequeño. De esta forma, llegado el momento, logró alejarlo de su apariencia dulce y conferirle un toque rebelde justo antes de ser inmortalizados.
 
Todavía quedaban algunos detalles por resolver, pero no había duda de que aquella imagen sería el símbolo más recordado de la revolución que pronto estallaría.


RELATO 9

DE VUELTA A CASA

¿Y ahora, qué? 
¡Tú y tus inventos..! Albert, no te lo perdonaré en la vida. ¡Yo, tu mujer, una gallina! ¡Grrrrr!... ¡Ya puedes revertirlo cuanto antes! ¿Me oyes?
-Gritaba Elsa, enojada.

Por favor, querida, déjame... que estoy pensando. Eras tú quien querías ser niña otra vez. -Contestó Albert, sosegado.
No sé qué pudo pasar. Es posible que el huevo estuviera en tu bolso.

¡Y encima fumando! ¡Arghr!... ¡Podrías haber dejado el tabaco en casa!  -Gruñía Elsa.

¡Ya está bien!  ¡Cállate! No puedo concentrarme con tus gritos. ¿Quieres que volvamos a 2025, sí o no? Pues, chitón.
 

RELATO 10

A BUEN ENTENDEDOR...

Era el menor de siete hermanos y el consentido de la casa. Aquella mañana exigió ser retratado con su gallina Gladys y un cigarro robado de la pitillera de su padre. Nadie osó contradecirle, pues temían una de sus desaforadas rabietas. 
Posó serio, cruzando las piernas como un adulto, mientras la impertérrita gallina oteaba el panorama. 
Horas después, el aroma del almuerzo llenó la casa: gallina asada, dorada y crujiente. Cuando reconoció a Gladys en aquella floreada fuente de porcelana, rodeada de verduras, miró a los comensales, se puso la servilleta y comió como el niño más encantador del mundo.
 

RELATO 11

LA GALLINA MENSAJERA

Llegué volando a la granja de tía Pastora, y aquí me hallo junto al pequeño, que espera sentado, inútilmente, a su mamá. Como no sabe leer, se ha hecho un cigarrillo con el mensaje que traía amarrado a mi pata: “Cuida de Jorgito otra semana, me marcho a fundirme el último huevo”.  Cuando se canse de esperar, irá a la parte trasera de la casa, donde Pastora ordeña a las cabras; allí descubrirá el cuerpo sin vida, en un charco de leche; muerta al impactarle en la cabeza el huevo de oro que se me escapó cuando liberaba una ventosidad.


RELATO 12

CLASE MEDIA

Mi padre era fotógrafo, y mantenía a duras penas un pequeño negocio en la ciudad.

Solía hacer retratos de familia. Pero recibía puntualmente una revista francesa en la que aparecían fotos artísticas, distintas a lo habitual.

Sus inquietudes creativas se vieron espoleadas por la visión de dichas imágenes. Así se inició en el arte de fotografiar cualquier cosa que le pareciera “diferente”

Un día le pidió a alguien una gallina. Me peinó, me dijo que me pusiera la ropa de los domingos, y colocó un pitillo entre mis labios.

Recibió el premio Camera Work.
La gallina nos la comimos, claro.


RELATO 13

LA MÁGICA FOTOGRAFÍA DEL DOCTOR MILAGRO

En la extraña caravana viajaban charlatanes de todo tipo, pero entre ellos nos intrigaba sobre todo un fotógrafo que prometía cumplir todos tus deseos si los decías en voz alta a la vez que estallaba el magnesio de la lámpara. 

Delante de todos, una coja gritó que quería poder caminar y, tras el humo del flash, la vimos bailando. 

Nos volvimos locos: dinero, tierras, belleza, remedios…

Cuando le tocó el turno al pobre Desiderio, entró con un cigarro entre los labios. Desde fuera lo escuchamos claramente: ¡Quiero ser joven! ¡El pelo rubio y ondulado! ¡Y quiero tener una polla enorme!


RELATO 14

IMAGEN RETROSPECTIVA

Hay una pintura de la que nunca se ha separado. Su madre la creó hace casi ochenta años: un niño con gesto de hombre mayor sostiene una alcancía en forma de gallo. Era uno de los pocos objetos que sobrevivieron a la guerra.
La obra fue exhibida en un aniversario. Entre la multitud, un anciano se detuvo, temblando al reconocerse. Recordó los aviones sobre los Alpes, el padre perdido en la montaña, los nombres cambiados para huir del infierno. Las lágrimas de su madre y su hermana al despedirse. Cruzaron el océano separados, y la pintura los reunió frente al recuerdo compartido.


RELATO 15

REENCARNACIÓN MUY JODIDA 

Jamás lo hubiera creído si no lo estuviera viviendo y sufriendo ahora.
Mi hermano y yo hemos robado, traficado, secuestrado, dado palizas por dinero... Excepto asesinar, bueno una vez matamos a un tipo pero fue en defensa propia.
En fin, que fuimos unos buenos perlas.
Ahora, después de tanto oír y nunca creer en el karma y en las reencarnaciones, no tengo más remedio que creerlo y tratar de, difícilmente, enmendar mi pasado. Heme aquí, con el culo cagao, cacareando y con un niño fumador apestoso que no me deja en paz. Por cierto, ¿Qué habrá sido de mi hermano?


RELATO 16

THANKSGIVING DAY

A Matt se le acumularon las experiencias vitales. Con cada nueva vida, su alma iba envejeciendo.
Era un anciano atrapado en un cuerpo de niño, que presentaba rasgos que rayaban una crueldad impropia de su edad.
Los padres adoptivos de Matt le regalaron una mascota, Turki, que se convirtió en su único amigo.
El día de acción de gracias no encontró a Turki. Matt no probó bocado.
Años después, los padres de Matt desaparecieron misteriosamente semanas antes de una nueva celebración.
Esa noche Matt preparó un menú especial. Con otro tipo de carne.


RELATO 17

PICATOSTE

La tengo enmarcada en plata, en el aparador del salón: una pequeña fotografía en la que aparezco de niño junto a mi gallina Picatoste. Mi padre, fotógrafo, me usaba para probar la luz. Aquel día me hizo sostener un cigarro; se reía mientras yo tosía y Picatoste aleteaba furiosa, un torbellino blanco contra el aire. En la foto salgo con los ojos llorosos, entre el humo y la risa. A veces, al volver del trabajo, me detengo a mirarla. Me recuerda que hubo un tiempo en que la vida cabía entera en un patio, una carcajada y una gallina.


RELATO 18

EL GALLINAS

El gallinas de la clase con zapatos de charol. Ese era yo. El gallinas que se apartaba,  excluía y  encerraba para no mostrar su lado más débil,  que desconocía,  odiaba y repudiaba cada vez más, por las consecuencias que le traía.
Pero ahora su gallina era su cómplice y sus zapatos su armadura;  y en la boca, inhalaba de una calada aquella bola de circunstancias digeridas, aceptadas y ya canalizadas, que al exhalar, me empoderaban y situaban en mi momento actual. AHORA,   mis zapatos bailaban a mis ritmos y yo acompañaba a mi gallina. Joder, ¡cuánto me gusta fumar!


RELATO 19

LA SOMBRA DE LOS NARANJOS 

En "Los Naranjos" florecían grandes hojas de tabaco, traídas desde Brasil. El negocio proliferaba , y los puros liados por mujeres con gracia se exportaban lejos.
Pero aquel entorno natural escondía una trampa. El pequeño Carlos, creciendo entre las plantaciones, cayó en el vicio muy pronto. Para él era algo natural, incluso jugaba con los animales a imitar las reuniones de fumadores.
Aquel hábito infantil se convirtió en una carga adulta. Carlos no llegó a ser viejo.
Una fibrosis pulmonar, consecuencia de años de humo, terminó prematuramente con su vida, dejando una sombra oscura sobre la fértil granja.


RELATO 20

FUMADERO EN LA GRANJA

El niño, con los ojos brillando de travesura, encendió el cigarrillo que robó al abuelo. A su lado, la gallina Clotilde observaba el humo que danzaba cual fantasma. Entre toses y risas, el chico le ofreció una calada; la gallina picó la brasa y salió corriendo envuelta en plumas y chispas. El pequeño gritó, el perro ladró, un burro rebuznó y el gallinero estalló en caos y olor a pelo quemado. 
Minutos después, Clotilde regresó desplumada en pelotas, bizca, cojeando y un plumón colgando del pico.
Ojiplático y boquiabierto, el chiquillo quedó paralizado cuando la gallina cacareó ronca pidiendo fuego.


RELATO 21

LA POSE

—¿No es divertido?
—¿Divertido? No…
—¿Por qué no?
—Porque es demasiado pequeña. Se la ve tan viva, tan resabiada, con esa pose… Cree que es libre solo porque la dejas salir así en la foto. Nos está desafiando.
—Fuiste tú quien quiso tener este recuerdo.
—Ya… porque me daba pena.
—¿Pena?
—Sí. Quería hacerlo antes de sacrificarla.

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