viernes, 7 de julio de 2023

RELATOS SEMANA 164

 



RELATO 1


LA CÉLULA Y EL AMOR


Hoy era el día, pero de manera inesperada, al abrir el balcón, recibir la acariciante brisa, y vislumbrar la silueta de Carla, su dulce vecina de enfrente. Se dió cuenta de que a pesar del sufrimiento, las desigualdades sociales, la miseria de los suyos, se podía luchar de otra manera.


Se desprendió de su chaleco de explosivos, bajó, cruzó la calle, subió, y la besó apasionadamente, después... corrió a la comisaría más cercana.


Él era la CÉLULA 6 del comando yihadista de Estambul.


Su nueva misión: detener el atentado que iba a suceder, defender la vida y conquistar a Carla.


RELATO 2


ENTRE TULES Y BRISAS


Neblinosos, así eran mis días. Todo visto entre tules, la claridad lechosa, las siluetas mas intuidas que vistas. Las mañanas eran mas cómodas, ya que por las tardes y noches la intensidad de la luz variaba y veía en penumbra. Aprovechaba esta situación para mis meditaciones, trascendentales algunas veces, vacuas otras. La brisa matutina me fortalecía y viniéndome arriba me sentía invencible, hasta que… daba un traspiés y me derrumbaba. Cuando esto sucedía oía una voz lejana que me decía: ¿Quieres hacer el favor de ponerte las gafas de una puñetera vez? Te vas a hacer daño, “joía” presumida...


RELATO 3


Anclado


La tía Carmen de mi mujer me contó en una de aquellas inolvidables moragas y paellas que su familia festejaba en el campo que había enviudado muy joven, cuando tenía los hijos pequeños y seguían super enamorados.


Y que todas las noches, desde entonces, sentía que su marido se acostaba en su lado habitual de la cama porque notaba ese olor tan característico de los mecánicos, que era su profesión.


Al principio era reconfortante, hasta que se casó en segundas nupcias.


Entonces dejó de percibirlo, pero empezó a ver movimientos de cortinas y su imagen borrosa reflejada en el espejo.


RELATO 4


Mi reflejo


He cambiado un par de muebles, pero las mismas cortinas siguen acariciándome al pasar. 


El espejo ovalado de la habitación muestra mi reflejo. Ya no soy una niña. 


Sigo sintiendo como esta casa me protege. Cuidó de mí mostrándome sus recovecos, donde me escondía para que ella no me hiciera daño. Y me mostró el camino que tenía que tomar antes de empujarla.


Su espíritu no ha subido las escaleras, en estos treinta años no me ha molestado. 


Sus huesos siguen abajo.



RELATO 5


El pasado volvió, con los recuerdos.


La brisa movió el toldo, que cubría la cuna de mi nieta.

Ese toldo tenía 30 años; la edad de mi hijo.

Las manos encallecidas de mi madre, hacían ropita de bebés. Que vendía en el vecindario.

Yo tenía 17 años, me tocó la barriga; me entregó un toldo primoroso. 

Me puse a llorar.

Le pregunté:

— ¿Mama, cuando lo supiste?

—El mismo día que lo engendraste.

 —Él padre, no quiere saber nada.

— ¡No importa! Lo criáremos juntas. 

El velo que ocultaba la verdad se desgarró. Dando pasó al amor, 

que mi madre sentía por mí.


RELATO 6


MOMENTOS


Me quedo sola.


Contemplo el movimiento pausado y armonioso de la cortina de mi alcoba.


Eso me calma.


Pienso en cómo sería mi vida si el transcurso fuese así, tan sereno... 

Como esa danza apacible que genera la suave brisa... 


Imagino una vida placentera, sin grandes cosas. 


Con el cariño de los míos. Unos pocos, nada más. 


Algunos momentos para poder contemplar la belleza de cosas sencillas.


Sueño con el beso y las caricias de un amor verdadero.


Solo eso.


No necesito más para ser feliz.


Interrumpe mis pensamientos la Madame, anunciando que llega un nuevo cliente.


RELATO 7


Silencio


Otro día más, denso como gota de gordo aceite. 

Lentamente recorro los pasadizos de mi memoria, visitando la exposición permanente de los rostros de quienes ya son otros y están lejos.


¿Soy yo también otro?


Tengo que curarme la nostalgia. 


¿Reuniré algún día el valor suficiente para enfrentarme a la felicidad de un tiempo que no volverá?


La de ahora es una felicidad distinta: una especie de paz se alterna con la incertidumbre de un futuro de soledad impuesta.


La respuesta entra por la ventana, acariciándome el pensamiento. Un estallido de luz me abraza para hacerme estos días verdaderos.


RELATO 8


Resacón X


La brisa mañanera acaricia mi cuerpo desnudo. Trato de taparme, pero mis manos no encuentran sábana alguna. El frío me hace desperezarme y el olor del café recién hecho me hace dar un salto de la cama.


Una infinidad de interrogantes me asaltan de forma vertiginosa. Intento darles respuesta mientras busco mi ropa; fracaso en ambas tareas. Ante mí tengo una puerta bloqueada y una vía de salida que no sé si es segura.


Lentamente separo la cortina para abandonar la habitación.


“Buenos días, semental. Espero que hayas descansado porque estoy deseando repetir. ¿Vamos a por la cuarta ronda?"


RELATO 9


Y AUN ASI


No culpes al viento si lo sentiste enajenado


y aun así abriste las ventanas.


No lo culpes si hizo volar los visillos,


si alborotó tu pelo,


si rompió los cristales de las copas


y derramó rojo vino sobre los manteles


rojo vino sobre tu pecho.


No lo culpes si hay destrozos


tras los postigos.


Te avisó su voz


su hielo


su bravura,


y aun así, abriste las ventanas.


RELATO 10


Duelo


Cortina al viento. 

Almas aladas.

Ganas de verte.

El espejo me habla.

Sin decirme nada 

me lo dice todo.

No entiendo sus palabras 

o no las quiero entender. 

Tu figura desaparece.

Nunca más te veré. 

Dolor intenso.

Pensamientos congelados.

Qué quiere decirme la vida 

que me quita lo que más quiero.


RELATO 11


PI

Aquella mañana de abril encontró al pajarito colgando de las ramas, lo salvó.

Ella siempre había tenido cientos de pájaros volando, ahora tenía uno entre sus manos. Creció.

Tras varios meses, bastaron minutos para tener sensaciones tan diferentes.

Abrió la ventana y entró la brisa fresca de Levante, entonces, como cada día, el pajarito se deslizó por el alféizar haciendo sus piruetas, pero hoy tras posarse en su hombro, le tocó con el pico la nariz, luego voló… alto y fuerte como un mirlo.

De recuerdo le ha dejado el vuelo de la cortina y un arañacito en la nariz.

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