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Foto: Ele Nice |
RELATO 1
Blue Bell
Hacía tiempo no trabajaba en lo mío. Salí a andar.
Extrañamente un carrete de hilo se enredó en mis zapatos; me senté sobre la arena a desenredarlo.
Una pelota de fútbol me pegó en la cabeza. Eran unas pequeñas, protesté; se mofaron de mí.
Pensé dónde están esas niñitas dulces, de lazos grandes y muñecas.
Las motos rugían.
Los coches pasaban como torbellinos, agitándome el poco pelo que me quedaba.
Un sin fin de pies pasaban a mi lado de prisa. Bullendo en mi cabeza lo que veía, lo reflejé. De mi guitarra nació la canción de más éxito.
RELATO 2
Espejo
Me miras.
Te miro.
Sonríes.
Me sonrojo.
Sonrío.
Me hablas.
Tartamudeo.
Te ríes.
Quiero irme.
Me agarras la mano.
Sonrío.
Te hablo.
Y todo fluye.
RELATO 3
AMOR Y ESPUMA DE MAR
Filtramos reflejos, amaneceres, atardeceres, historias, vidas.
Mira ésta, impresa en nuestra lente derecha, como antiguo daguerrotipo.
Ellos se besaron frente al teatro romano, diciembre, un día extraño, llovía.
Amanecía, nadie lo sabía.
Febrero, paseaban por la playa del Guadalhorce, el sol dibujaba sombras.
Él nos llevaba, de sus ojos se filtraba el amor.
Ella miraba hacia olas de una realidad distinta, acariciando emociones hechas sólo de espuma de mar.
Parecía un atardecer normal.
Una ráfaga de viento, caímos sobre la arena.
Granos en sus ojos, las lágrimas fluyeron de repente.
Sólo entonces se dio cuenta, para él era noche negra.
RELATO 4
TODO
Deshazte de todo, me dijeron, es lo mejor.
Su ropa, enseres y libros, su taza favorita, su colonia, su pipa... No, no era posible, aunque al mismo tiempo notaba como me consumía desde dentro al ver todas sus pertenencias aún por casa. Una tarde, su hermano, aprovechando un momento de debilidad, lo hizo por mí.
Todo fue a la beneficencia, todo excepto sus gafas de aviador, esas que tantas veces me hicieron reír al meterme con él, por parecer un actor de cine con ellas puestas, esas que reflejaron en sus cristales los momentos más felices de nuestra vida juntos.
RELATO 5
Golondrina
Fueron muchos años de convivencia imposible.
Nosotros, nos fuimos enamorando poco a poco, casi sin quererlo. Nos atrapó su inagotable resistencia, la belleza del desierto, las muchas noches bajo todas las estrellas, los irrepetibles amaneceres.
Ellos, se sentían protegidos y su amistad de compromiso no impidió su ejemplarizante hospitalidad compartiendo sus escasas provisiones.
Al final la situación se enturbió. La mano interesada de la política provocó desencuentros y violencia.
Obedeciendo órdenes y sin despedirnos del pueblo saharaui, un día de febrero de 1976 se arrió por última vez la bandera española en el Sáhara.
Todos, recordaremos nostálgicos aquel concluyente atardecer.
RELATO 6
LA VENGANZA ESTABA SERVIDA
Janette y Luciano, convencidos de su traición, citaron a Frédéric al atardecer en una playa solitaria de Malibú con el pretexto de que probara la recién llegada mercancía.
Cuando se acercaba, Janette lo distrajo, y Luciano sacó su Magnum 38 Especial, disparándole a bocajarro en la nunca, reventándole la cabeza sin darle la más mínima oportunidad.
Entre los dos, enterraron su cuerpo en las dunas, escondiendo con el cadáver todas las pruebas del asesinato.
Ambos se alejaron tranquilamente del lugar, seguros de su impunidad.
Brillando al sol, quedaron semienterradas las gafas personalizadas de Frédéric. Su venganza post-mortem estaba servida.
RELATO 7
Rojo sobre fondo amarillo
Ella regresa de una boda en El Puerto, pero siente la necesidad de ver el mar y estaciona su Volvo en la primera curva.
Él, ocultando sus ojos tras unas gafas Police, fuma apoyado en su 127, pensando en su perra vida.
Al lado, un cartel en letras rojas sobre fondo amarillo, "Patata gallega 10€ ".
Ella pregunta: - ¿Son gallegas?
Él contesta: - Gallegas de la misma Aracena....
Los dos ríen mirándose a los ojos. Notan como se abre una puerta de esperanza, y deciden entrar.
_ "Voy a dar un paseo por la playa"
- "Te acompaño". Y cierra el capó del 127.
RELATO 8
GRIS ARENA
Despierta sobre una playa bañada con sol de agosto.
Tiene entre los dientes arena.
Tiene los labios secos, una falda de raso azul plegada sobre sus muslos, una camiseta blanca de finos tirantes, una chupa vaquera sobre su blanco pecho.
Recuerda poco, sólo que era moreno, que su sonrisa era bonita y decía traer sueños nuevos.
Después hubo un beso y vértigo, luego un no me acuerdo.
Ahora tiene fuego dentro.
Dolor y fuego y un sucio recuerdo secando sus entrañas.
Seca también su nombre.
Seca su honor.
Seca su sexo.
RELATO 9
En un lugar de Lanzarote
Mi trabajo tiene un añadido que nunca consideré relevante cuando luchaba por entrar en la profesión; viajar.
Me encanta hacerlo. He recorrido grandes ciudades y mis ojos han sido testigos de auténticas maravillas. Aun así, te aseguro que nada es comparable con esta playa.
Calma cualquiera de mis tempestades, no me juzga por mis errores y abraza mi alma con ternura. En el mundo de los actores, donde priman los intereses y las apariencias, la generosidad no es algo que se encuentre fácilmente.
El tiempo te demostrará si exagero o me quedo corto. Mientras tanto, disfrutemos de este hermoso atardecer.
RELATO 10
Llegaste en verano
Rosario sigue buscando mensajes secretos en las nubes.
No recuerda desde cuándo lo hace, tampoco le importa.
Adora los días de verano y el olor a salitre. Opina que el color rojo para los labios nunca pasará de moda.
Usa sus gafas de espejo para esconder sus ojos.
Enamorada de toda imperfección que le rodea, ya sea el pelo despeinado o las uñas mal pintadas.
Inconformista desde siempre, nunca acepta un no por respuesta.
A sus 70 años lo tiene clarísimo: la edad es solo un número.
Llegaste en verano, y qué casualidad, que lo hiciste cuando no estaba mirando.
RELATO 11
PURA VIDA
Cada tarde me pongo mis alas y vuelo en bicicleta por el bosque para llegar a la playa de Jonás. Adivino su mirada esmeralda que se empeña en ocultar con las Ray-Ban, su melena aclarada por el sol… siento la música.
Tras la barra de madera malinche, bajo palmeras, su blanca sonrisa me desborda y me sirve una cerveza. Abre otra, brindamos, bebemos… Sin ningún porqué, amenas charlas nos acompañan distendidamente hasta el anochecer.
Nos besamos bajo faroles de estrellas, el cielo es nuestro techo, y mientras yo sigo soñando que vivamos juntos, me basta con amanecer en su pecho.
RELATO 12
Un Rayo de esperanza
Ayer murió el amor de mi vida, y no puedo aguantar este dolor que me llena el pecho.
Ella quiso vivir como humana, y yo respete su decisión, no quería convertirse en vampiro como yo.
Vivimos una vida feliz y plena.
Me regalo los mejores años de mi existencia.
Era mi luz y mi esperanza.
Mis hijas hoy me han acompañado a la playa para darle mi último adiós.
Solo ataviado con mis gafas y frente a las cenizas de mi esposa, esperando que el sol acaricie mi cuerpo, para fundirnos en uno por última vez.
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