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Foto: Virginie Duval |
RELATO 1
TODA UNA VIDA HUYENDO
_Wanda west_, nacida en los Ángeles en 1912.
A los trece años huyó de su casa, asqueada de las agresiones sexuales de su padrastro y las adicciones de su madre. Obligada a salir adelante, aprendió a vivir peligrosamente.
Convertida en una glamurosa e intrépida atracadora, compartió portadas con _Bette Davis_ y _Greta Garbo_, dejando en evidencia a la policía Californiana.
En 1955, detenida en un brutal tiroteo con víctimas, fue condenada a 50 años de cárcel.
Afectada por una enfermedad degenerativa la indultaron en 1998.
Ingresada en una residencia psiquiátrica, siguió jugando a huir, pero esta vez, de los celadores.
RELATO 2
Controlando
Desde su creación en 1940 se vislumbró que su trayectoria sería imparable.
Era bonita y robusta. A los niños les encantaba.
Cuando Alemania perdió la guerra la boicotearon. Se rumoreó que la empresa había fabricado piezas para el ejército y tardó muchos años en recuperar su mercado exterior. Los vencedores la marginaron cerrando canales de ventas dificultando su comercialización.
Al final resurgió. La fundadora sabía que producir juguetes seguros y de calidad era la única manera de triunfar, y revisaba personalmente todas sus bicicletas.
«El 'control de calidad' es la tarea que más me satisface», decía.
RELATO 3
CIENTO TREINTA Y UNO
Iban huyendo de la incomprensión de la gente, de miradas compasivas, asqueadas, u horrorizadas. No querían saber nada de nadie. Solo que la dejaran en paz, que no la señalaran con el dedo, y que no la miraran murmurando rezos hipócritas.
Decidieron por tanto mudarse a otra ciudad. Eligieron un pequeño y bonito pueblo, donde pasarían totalmente desapercibidos. Por fortuna, o lamentablemente, había mas casos como el de Emily. La miraban jugar en su triciclo, como una niña mas, normal y corriente, sin que su carita arrugada por la maldita progeria, fuera impedimento para que riera divertida mientras pedaleaba esforzadamente.
RELATO 4
Estás muy dentro de mí.
Cuando lloro, cuando río, cuando me miro al espejo, apareces y me haces reír.
Me encanta ser como tú.
Eras libre, montabas en mi triciclo y hacías el ganso sin vergüenza.
Eras fuerte, capaz de mover el mundo. Terca, testaruda y obstinada, lo que marcó una vida muy dura pero llena de planes exitosos.
He vivido diez años sin ti y me parece un suspiro. He crecido, amado, llorado, y he pensado en ti.
Sueño contigo, y así te mantengo viva.
Como dice el fandango, te quiero porque me sale de los reaños del alma.
RELATO 5
MI ABUELA LEONARDA
Nos daba risa de tanta felicidad cuando veíamos a la abuela. Algo excéntrica, decía llamarse Leonarda y ser ingeniero, como un tal Da Vinci.
Fundó un patio mágico con trapos, cuerdas... edificó una casa-árbol, organizaba yincanas, fabricaba juguetes... también preparaba enormes bizcochos mientras jugábamos con los perros.
Viajar por el mundo era lo más. “¿Queréis visitar, Londres, Roma, París...?". Según eligiéramos, construía un Big Ben, un Coliseo, una Torre Eiffel.... y conducíamos sobre nuestros triciclos.
Un día llegó muy lejos. Desde entonces, las estrellas me guiñan desde el cielo y, con añoranza, siento su chispa de locura y me consuelo.
RELATO 6
La ilusión
Vivíamos en una zona turística donde la modernidad centro europea, más avanzada que la de nuestro país, era como un escaparate a domicilio. Cuando mi abuela, que tenía problemas de movilidad, vio el primer triciclo de su tamaño con pedales para los brazos, también vio la oportunidad de no depender de nadie para desplazarse. No era un capricho. Nos lo había comentado de muchas formas distintas, pero nunca nos la tomamos demasiado en serio.
Cuando la vi aparecer en el patio con esa cara de ilusión, montando el triciclo de mi hijo, decidí cuál sería su regalo de Reyes.
RELATO 7
Al final, todos brillamos
El último día
Nacer. Crecer. Sobrevivir. Sanar. Renacer. Morir. Brillar.
Sentada en el sillón, sonrío mientras mi mente cabalga entre recuerdos, para no irme vacía.
Veo a la niña que fui entonces, una dulce inocente criatura de ocho añitos, hoy cumplo ocho décadas.
Nadie me decía nada, todo eran sonrisas fingidas a mi alrededor.
Pero yo lo sabía.
Observé como se fueron apagando los colores, todo se quedó parado en el tiempo, como una vieja foto en blanco y negro.
De repente los parpados ya no pesaban. Eso fue lo último que vi antes de morir.
Su foto sigue dibujando su última sonrisa.
RELATO 8
¿Del más allá?
—La pobre se pasó más de cincuenta años encerrada en aquel psiquiátrico y acabó muriendo allí. Dicen que su espíritu se presenta de forma inesperada y que, si te toca, se lleva todos los años de vida que te queden por disfrutar.
El ruido de unas ruedas sobre la gravilla los hace detenerse. De entre los árboles una figura encorvada se aproxima lentamente hacia ellos.
—Es, es… ¡AAAAAH!
La chica corre en dirección contraria, perdiéndose rápidamente en la lejanía.
—¡Qué tía más pesada! Muchas gracias abuela. Después de esto no creo que volvamos a verla.
RELATO 9
VACACIONES DE VERANO
No lo pienso consentir ni un verano más. Siempre me llevan con todos esos vejestorios a aburrirme como una ostra jugando al parchís y pasando un calor de narices. Para ellos son vacaciones, sí, pero para mí es un asco.
Este año me he adelantado y les he dejado una nota antes de que despierten:
“He cogido la bici de Manolito, id vosotros a Marina D’Or, allí no puedo ni hacer topless. Me voy al pueblo con la Mariana y la Hipólita, que por lo menos nos bañaremos en cueros en la alberca y tomaremos el vermú, hala, con Dios”.
RELATO 10
La fuerza del sentimiento.
Fuego frío irradia su alma.
Apagando el incandescente temor.
Refulge la noche en su mirada.
Terciopelo suave, espuma envolvente, de las ramas que de su vientre nacieron.
¡Ay! Huracanadas fuerzas; de su terruño,arrancarles,
quisieron.
Cristales de dolor, su pecho atravesaron.
Hincando la tierra adolorida.
Como frío acero la hendieron.
Unos y otros cayeron.
Sangre y lágrimas, la cubrieron.
Con ellos en brazos.
Gritó:
¡No nos doblegarán!
Rugió el motor de su corazón.
Erguida, orgullosa, a sus canas,no vencieron.
Defendió su patria.
Defendió sus hijos.
RELATO 11
LAS MUÑECAS DE FAMOSA
Bajaba la cuesta que hay a la salida de la fábrica como una exhalación. Iba subida en un triciclo, los pedales se batían en el aire, sus pies volaban sobre el suelo para coger velocidad.
Tras ella marchaba todo un desfile de muñecos elevando pancartas mientras gritaban bien alto.
Las Nancys se negaron a ir al portal cada navidad, les importaba un bledo el niño, decían . Los Nenucos amenazaron con dejar de hacer pompas, los Clicks imploraban por unos brazos articulados.
Doña Julia era el alma de Famosa. Cada vez que pensaba en jubilarse, los juguetes se levantaban en protesta.
RELATO 12
COMO ELLA SOLA
La tita Pita, hay que reconocerlo, era muy graciosa y cercana, así que no fue de extrañar que todo el pueblo acudiera a la iglesia para presentar sus respetos a la familia durante su funeral.
Una foto suya de gran tamaño presidía el altar. La tita Pita montada en un triciclo despertaba el lado más tierno de los presentes, que entre lágrimas contaban sus anécdotas con ella.
Descanse en paz y sobre todo nosotros, porque lo cierto es que pese a su aspecto frágil y angelical, era mala y mezquina como ella sola.
Que el cielo la juzgue.
RELATO 13
LA FELICIDAD DE TODA UNA VIDA
El día de Reyes de mis tres años lo recuerdo perfectamente. Desperté y vi un paquete enorme a los pies de mi cama. Al abrirlo apareció mi triciclo!!!!
Qué ilusión tan grande sentí!!! Reía sin parar, hacía palmas, gritaba. Mis padres me llevaron al parque para estrenarlo.
Fue un día mágico!
Pasó el tiempo y siempre conservé mi juguete.
Cuando ingresé en la residencia de mayores, lo único que pedí fue que me lo dejasen llevar.
Un poco más extraño para el personal fue ver como todas las mañanas bajaba al patio y daba unas vueltas subida a mi triciclo.
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