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Foto: Aliza Razell |
RELATO 1
Desecho de amor
Eras mi compañero, mi amigo, mi amante...mi todo.
Vivíamos la vida apurando cada momento juntos. El mundo se paraba a nuestro alrededor porque sólo existíamos tú y yo...y todo lo demás nos daba igual. Éramos dos locos capaces de contemplar desnudos la lluvia bajo el paraguas en mitad del lago. ¡Esa era nuestra magia hasta que tú la rompiste!
Ahora escribo estas palabras, antes que la amargura me consuma, porque no quiero olvidar que en otro tiempo fui capaz de amar.
RELATO 2
Ella
Cenábamos, hablábamos y después yo me metía en la cama. Mientras leía a Harper Lee, o a James Joyce, ella se ponía "cañera".
Sus labios pintados me besaban: "Descansa, yo voy a divertirme con las chicas, quizá vayamos a bailar, pero vuelvo pronto". Mi madre salía a amar.
Nunca me mintió, no me faltó atención, respeto y educación. Todo el amor que mi madre me dio, sigue en mi corazón.
Ella está siempre conmigo. Aquel día en el lago, protegidos bajo el paraguas, me explicó con su voz suave, que iba a morir, pero que nunca me iba a abandonar.
RELATO 3
MI BRAZO, MI PODER
Nacimos en una realidad paralela donde sólo tenemos un brazo. Puede parecer peor pero todo es acostumbrarse. En esta vida alternativa Franco es simplemente un adjetivo, Judas no traicionó al Mesías porque no existieron y los padres de Trump no llegaron a conocerse.
Lo que no se pudo evitar es el cambio climático. En mi Alemania natal, las inundaciones del 2021 están siendo terribles. Sin embargo, al igual que ustedes, en los peores momentos es cuando sale lo mejor de nosotros. Porque con un brazo soy capaz de abrazar y de tapar todas las desgracias.
RELATO 4🥇
UNA METÁFORA A CERCA DEL AGUA Y LA LLUVIA
Cuando nos conocimos, ambas estábamos con el agua al cuello.
Alguien dejó de amarte y vagabas de beso en beso intentando llenar tu vacío.
Alguien se fue de mi vida para siempre y los escombros atrapaban mi alma y todo lo demás.
Juntas nos abrimos paso empujando con fuerza el denso líquido que nos cubría.
Y durante ese tránsito casi desesperado de charlas redundantes, besos y lágrimas privadas, yo me enamoré de ti.
Tu de mí no.
Y la lluvia comenzó a caer con fuerza.
Agua sobre agua.
Pero, metafóricamente hablando, te acompañaba un paraguas.
A mí, la derrota.
Literalmente.
RELATO 5🏵️
NO SIEMPRE ES LA LLUVIA LA QUE MOJA
…Y va la pava de mi hermana y me dice: ¡Corre! Ven conmigo, vas a ver algo increíble. Yo, tonta de mí, me lo creo y nado rauda para acompañarla.
Espera, me dice, y coge un artefacto bastante raro. Salimos a la superficie y, extasiada, dice: ¡Mira! El mundo de los humanos, y nos pone por encima esa cosa negra que llevaba apretujada en el pecho, es un artefacto de la tierra, me dice docta, sirve para que no se mojen con el agua de arriba, y ahora, nosotras tampoco. Pero hermana, le digo, ¡Si somos sirenas! ¡Vivimos mojadas!...
RELATO 6
NADA🏵️
Medio sumergidas en el mar, las hermanas observaban en silencio el horizonte vacío.
—¿Estás bien? —preguntó la mayor. La pequeña asintió con tristeza y decepción. Durante años imaginó aquel lugar como narraban en las leyendas: bastas tierras pobladas de bestias de diferentes especies, grandes aves de colores sobrevolando espesas selvas enmarañadas de vegetación... Pero nada de eso había. En cualquier dirección que mirara sólo había agua. Su rostro se llenó de lágrimas.
—Te lo advertí: Fuera ya no hay nada —dijo la hermana mayor abrazándola tiernamente. Y volvieron a sumergirse en las profundidades del océano con el resto de sirenas.
RELATO 7
LOS EMISARIOS
Somos conscientes de que quien emerge de las aguas no vuelve jamás. Pero nuestro mundo se muere y ha llegado el momento de pedir ayuda urgentísima a los terrestres.
Allá en las profundidades, nuestro hábitat y sustento están desapareciendo. Todo es devorado por el plástico y los tóxicos.
Era imprescindible que nos arriesgásemos a ascender a superficie para negociar.
Por fortuna, entre los muchos artilugios de desecho de los terrestres que acaban en nuestras manos, venimos provistos de una antena-escudo que, según nuestras investigaciones, servirá tanto para protegernos como para comunicarnos.
Nosotros regresaremos al fondo marino, ¿qué puede salir mal?
RELATO 8
ALMAS LIBRES
Cuando la vida se borraba de su mirada, empecé a evocar nuestra historia.
Fuimos al mismo colegio y éramos íntimas amigas, la complicidad perfecta. Crecimos sin darle mayor importancia a los chicos pues sentíamos más interés entre nosotras.
Afrontamos que éramos diferentes. Teníamos ansias de aventura, viajes, lectura, conocimiento... nos marchamos lejos.
Pusimos a prueba el mundo y arriesgamos al máximo: navegamos por el cielo, nadamos entre las nubes, surcamos las montañas, bebimos de la lluvia y nos alimentamos del amor.
Cuando la primera de las tres nos dejó, entregamos su espíritu al mar.
RELATO 9
El origen
El planeta debería llamarse "Agua", ¿no te parece? ¿Te acuerdas?; era el origen que proclamaba uno de los primeros pensadores griegos: Tales de Mileto... Y alguna razón tenía; donde no está presente el líquido elemento sólo hay muerte, desierto... Semen, sangre, savia, animales, vegetales..., agua en forma de ríos, mares, océanos... No por casualidad a los cementerios se les llama también secaderos", seres sin agua.
También está presente en los cuerpos de hombres y de mujeres como tú y como yo. Por eso, amor mío, volvamos a fundirnos en esta suerte de líquido amniótico, porque somos agua, pero agua enamorada.
RELATO 10
A bordo del Rosario
Como el barco del abuelo, se llamaba:
“Lucille A Bordo Del Rosario,”su progenitora biologica. Despegó el avión hacia Hawai, iba a conocerla.
No la encontró, apareció su abuela, le indicó la forma de contactarla.
Le colocó una caracola en el oído, escuchó un retumbar, las olas la mecieron, la brisa le acarició su rostro; la envolvió un brillo y una neblina; su ropa desapareció, caminó sobre el agua. Llegó a la playa.
Se vió; ahí estaba ella sin vida en brazos de su madre.
A los lejos, había un avión estrellado en el mar.
RELATO 11
Dualidad dicotómica
Me encuentro perdido en tu mar,
en una tempestad constante,
intentando poder controlar,
no volver a amarte.
Tus ojos miran los míos,
y acompasan mis latidos,
dejando los labios fríos,
y nublando mis sentidos.
Me hechizas con cada gesto,
me desnuda tu mirada,
y mi destino funesto,
me asfixia con su tonada.
Mi alma ya esta maldita,
pero intento protegerte,
y tu sonrisa me incita,
a dejar mi cuerpo inerte.
Yo intento aferrarte fuerte,
mientras te vuelves de hiel ,
protegiendo nuestra suerte,
con paraguas de papel...
RELATO 12🥉
LOCURA DE AMOR
Un tumor cerebral no es para mí ninguna razón para dejar de amarla.
¿Que quiere que nos desnudemos y entremos en el mar con paraguas?
La acompaño.
¿Qué se despierta a las cuatro de la madrugada porque quiere cantar?
La escucho.
¿Que se detiene a hablar con todos los desconocidos con los que nos cruzamos?
La protejo.
Nunca sé dónde se encuentra el límite entre su realidad y la mía. Hace mucho tiempo que he dejado de preguntarme si está o no está, si es consciente de lo que significa para mí. Me da igual, sólo quiero estar con ella.
RELATO 13🥈
FLORES DEL CEREZO
Un cielo gris plomo cubre la ciudad de Guilin. Sobre el lecho, Huo y Jian hablan quedo. Unas sábanas de lienzo velan sus cuerpos menudos.
_Huo, mañana todo irá bien, confía, seguro que van a aceptarlo _dice Jian con los ojos vidriosos y los labios henchidos por el último beso.
El cielo rompe a llorar tras el cristal empañado por el encuentro de los dos muchachos.
Un estruendo corta el aire. El río Li se desborda.
Los amantes solos, con el agua hasta la cintura, caminan con su secreto.
Ninguna flor adorna las ramas. El rosa del cerezo solo tiñe sus labios.
RELATO 14
EL DILUVIO
Todos los días miraban al horizonte. El paraguas preparado. Detrás de las montañas asomaban, tímidas, las nubes algodonadas. Tal era su modestia que los _borregos blancos_ no pasaban de allí.
Ellos lo habían intentado todo para que el cielo les enviase unas gotas, hasta la danza de la lluvia. Lo desearon con todas sus fuerzas y tal fue el anhelo que los cumulonimbus hicieron aparición, cargaditos y con un tono plomizo, frío.
Ellos salieron fuera con el paraguas, desnudos, preparados.
Llovió, llovió, hasta que el agua subió por sus tobillos cubriéndolos. Diluvió.
Tened mucho cuidado con lo que soñáis.
RELATO 15
A la puerta de casa de mi abuela
Al principio, cuando te echaba de menos, me metía en nuestro mar, ese que estaba a la puerta de casa de la abuela, el que nos enseñó a nadar y de qué color son las patas de las medusas, ese en el que andabas y andabas y solo te cubría el ombligo… Ahora lo sigo haciendo de vez en cuando, me arrodillo, miro al frente y sé que te tengo al lado primo, cierro los ojos, sonrío y puedo sentir como me proteges con tu paraguas, como aquella noche en que, sin saberlo, me despedí de ti.
RELATO 16
Amor de sirena
Nos amamos vestidos de agua.
Y la luz fue escribiendo estrellitas y garabatos preciosos a nuestro alrededor.
—Me voy, tengo que dar de beber al agua. Me llevo tu ilusión hasta los fondos de coral. Coge mi paraguas y mantente siempre bien cubierto.
—No te vayas.—Temblaba mi voz.
Mis ojos eran dos enormes gotas de despedida.
— te escribiré en las caracolas marinas.
— Quédate.
—Me tengo que ir.
—Te recordaré con la sonoridad de la percusión de la lluvia.
—El agua me llama.—Dijo enigmáticamente mi sirena antes de sumergirse entre algas.
Ahora la imagino peinándose con espinas de peces.
RELATO 17
Esa sonrisa imposible de olvidar
Cómo íba Pablo a pensar que Natalia no sabía nadar contra su dolor.
Ella, que siempre había sido tan innovadora, tan impulsiva, tan transgresora.
Llovía intensamente.
Al primer fracaso sentimental, se hundió, sin ganas de salir a flote.
Se dejó llevar por la marea oscura que anegaba su cabeza y la perdimos de vista en las profundidades del océano.
Cinco años después, dicen que la vieron en una isla junto al mar, cantando a los turistas canciones tristes, con su voz dulce y su guitarra.
Sonrió como siempre, pero al ser preguntada, dijo que no sabía de quién le hablaban.
RELATO 18
Elevación
Las mismas imágenes se materializaban noche tras noche, como una premonición. Durante el día, un recuerdo vago de ellas resonaba en mi cabeza como un eco que pide ser escuchado.
Tras el primer trueno supe que el momento que me perseguía había llegado.
Movido por mi instinto, le pedí que confiase en mí y me acompañase. En el lago, cobijados bajo el paraguas, la oscuridad se consumió tras una luz esmeralda que nos cegó por completo.
¿A dónde fuimos a parar? No lo tengo claro. ¿Fuimos elegidos? Sí.
Somos los Adán y Eva de este nuevo mundo.
RELATO 19
Los judíos habrían de meterse desnudos mar adentro . Teníamos órdenes de disparar contra el que se volvía , vigilados por los suboficiales, que, pistola en mano, dispararían
sobre nosotros si incumplíamos sus órdenes. Reparé en dos personas que, dentro del mar y bajo la lluvia, se protegían bajo un paraguas. Caía la noche, me senté frente al paraguas y deseé que no se volvieran.
Cuando desperté, había luz, pregunté por el paraguas y se rieron de mí. Había muertos en la orilla que no habían querido ahogarse.
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