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Foto: "Sun bathers at the lido". Autor: Edward George Malindine |
RELATO 1🥈
AGRAZIADOS
El fotoperiodista viajaba en avioneta cuando, al atravesar la cordillera que conduce a Graz, divisó
unos cuerpos amontonados y semidesnudos sobre la pasarela del río Mura. Quiso hacer fotografías para documentar aquel horror, pero el zoom de la cámara no alcanzaba el detalle. No parecía que hubiera sangre; llevarían muertos días – pensó - y el calor la habría borrado.
Mandó un SOS para alertar de la situación a la comandancia, que se apresuró a ir al lugar y cuya reacción fue de completa estupefacción: “los estudiantes de Bellas Artes estaban celebrando su graduación”. Mientras, retozaban su belleza al sol.
RELATO 2
Cosmo/azar
Cuerpos que hablan por sí mismos de la alegría de vivir; que agradecen como amantes las caricias del Sol; cuerpos que sienten; que se reproducen; pedazos de espacio articulados como complejísimas estructuras de materia viva destinados ¡ay! a la muerte... Cuerpos que se pudren y estercolan, ¿para posibilitar la existencia de otros cuerpos?; cuerpos que persisten como energía indestructible, como formando parte de un Cosmos; de una totalidad ordenada que interrelaciona sus cuerpos con ese hilo invisible que llaman "amor"... y que se separan con ese otro llamado "odio". ¿Cuerpos diseñados por un hacedor universal o por el imcomprensible azar ?
RELATO 3🥇
DESDE ARRIBA
Cada domingo observaba a aquel grupo de jóvenes mientras jugaba a inventar nombres e historias sobre ellos.
En mi ficción, Alfonso era novio de Encarni, pese a que ella sólo tenía ojos para Miguel.
Miguel suspiraba por Pilar, que únicamente estaba enamorada de sí misma...
Pero al que bauticé como "Pedro", sólo pude fabricarle historias junto a mí; sus delicadas facciones y maneras me tenían seducido hasta la obsesión.
Aquel día despareció de pronto, así que decidí marcharme antes de tiempo.
Al girarme lo encontré justo frente a mí.
_-He decidido dejar de mirarte desde abajo_ -me dijo sin más
RELATO 4
La rebeldía de mi abuela
Mi abuela siempre fue una transgresora con las formalidades de su época.
Yo creo que me parezco mucho a ella. No me gusta plegarme a los convencionalismos existentes.
Ella siempre me animaba a explorar otros caminos y a dejarme llevar por mi propio instinto.
De joven tenía una pandilla en la que siempre destacaba por ir contracorriente.
Siempre me contaba la anécdota de aquel día que se reunieron para tomar el sol y ella, en vez de bañador, se compró uno de los primeros bikinis.
Ese punto de rebeldía siempre fue su seña de identidad y la hacía particularmente interesante.
RELATO 5
EL BALNEARIO
Las olas rompen en el malecón dando alcance a un grupo de jóvenes que toman baños de sol. Risas doradas.
Un gran salón. Un grupo de hombres grises planean el derribo del Balneario.
Desde sus tumbonas, organizan un guateque. Hanna traerá su Pick-up. Sándwiches de pollo, refrescos.
El nuevo club social privado procurará grandes ingresos.
Carteles de derribo empapelan el Balneario. Llantos.
Las excavadoras avanzan.
Organizan una alfombra humana que detiene el avance de las máquinas.
Estupefactos, observan al grupo de jóvenes que impide el derribo.
Aplausos, risas y abrazos.
No habrá club social.
Sigue en pie su lugar favorito.
RELATO 6
La cadena de montaje era un trabajo duro de cojones, en invierno el frio se te metía en los huesos y te dolían las manos de apretar tornillos y tuercas sin descanso.
Todos esperábamos la llegada del verano, y entonces, cuando sonaba la sirena y la cinta se paraba, corríamos hasta la orilla del lago y nos quedábamos en el traje de baño que llevábamos bajo el mono de trabajo.
Solo de ver a las chicas de la oficina en bikini se nos olvidaban todos los males. Rock sonando en la radio, cerveza… no teníamos más remedio que ser felices.
RELATO 7🥉
RECUERDOS SIN MEMORIA
Recuerdo esos veranos en casa de mi abuela. Nunca supe cuántos primos éramos: primero venían unos, otros llegaban después, algunos se iban, luego volvían más… Sólo mis hermanos y yo, sin mis padres, permanecíamos los tres meses de vacaciones; el resto del año estábamos internos.
Recuerdo esa casa solariega con la escalera de piedra de media luna que desembocaba en la playa, La Nivea llena de arena, comidas en la terraza cubierta de buganvillas, risas infantiles, meriendas con olas, cenas con luciérnagas y estrellas…
Suerte que, aunque mi memoria se deteriora, conservo los más bellos recuerdos del pasado.
RELATO 8
Nos llamaban los “20 magníficos“
Podíamos con todo , menos con los contratos larguísimos que al final quedaban amontonados en las mesas...
El olor a tinta y el humo del cigarrillo se escapaba por toda la oficina .
Así pasábamos la semana.
De café en café y tecleando a la velocidad de la luz para tenerlo todo a punto , antes de la hora de salida.
Nos dejábamos la piel trabajando, pero cuando llegaba la hora bajábamos todos juntos.
Nos quitábamos los uniformes y nos echábamos a tomar el sol con el maletín a cuestas, sí, pero satisfechos.
-¡Ay hija ! que felices éramos con tan poco.
RELATO 9🏵️
Robinsoneando
Encontré un trabajo fantástico en una isla desierta. Vivía en compañía de monos, peces, pájaros y vida salvaje.
Cuidar del medioambiente, echar un vistazo e informar de la fauna, era mi función.
Iba libre, desnudo, tomaba el sol en un tablado de madera.
Una mañana, venía yo tranquilamente nadando entre delfines y al salir del agua en mi plataforma toqué algo...un pie...¿Qué era aquello? Pensé.
—¡Oye..corre, ponte ahí!—me gritó uno, un fotógrafo.
Había un montón de personas realizando un experimento de model art...
Yo soy ese último, al fondo, escondido detrás del que tapa mis carnestolendas.
RELATO 10
ARMAS DE MUJER
Sí, yo soy la del bañador oscuro.
Cómo recuerdo aquel día mirándolo embelesada.
Mi compañera tenía un imán irresistible para el género contrario y caían todos como moscas. Entonces, se me ocurrió, llené un cubito con agua y lo bañé.
Eso fue una algarabía, claro está, no le cayó solo a él. Se lió y acabamos todos en el agua.
En ese impás, me colgué de su cuello diciéndole: -" ¡Agárrame, que no sé nadar!”, total, entre ahogadillas y brazadas, transcurrió el verano.
Esta otra foto es de nuestra boda, sí hija, al final todas tenemos algún arma escondida.
RELATO 11
EN VERANO
Nuestra mente era más estrecha y pudorosa que nuestros cuerpos limpios y semidesnudos mostrándose a los otros. Las miradas eran furtivas y cargadas de pecado.
El camino de vuelta a casa era lento y tortuoso bajo el sol abrasador de la tarde, tras él ejercicio y los juegos en la piscina. Nadar agota después de haber nadado.
Al oscurecer el día, nos iríamos a la fiesta y bailariamos tocando quizá, aquel cuerpo, ahora bien vestido, tan bello y deseado en la piscina. Su pelo ya no olía a cloro y era suave, perfumado de brisa de noche de verano.
RELATO 12
Inocencia
Abro el álbum de fotos de mi madre
con mi pequeño hijo en mis piernas.
Le señalo la fotografía que se tomó el día que se conocieron, mi padre y ella.
Pensé que me iba a decir:
“Qué guapos, qué jóvenes estaban los abuelitos” o cualquier otra cosa.
Pero solo me dijo:
— Les pusieron alguna multa o los detuvieron.
— No hijito. ¿Porqué?
— Mama, ¿Eres tonta?, no ves que hay mucha gente juntas y sin mascarillas.
Pensé:
“Oh, que tiempos aquellos en los que se podía compartir libremente sin virus”
RELATO 13🏵️
In fraganti
Los veraneos en el pueblo de la sierra eran la reválida anual de una complicidad tejida desde nuestra más tierna infancia.
Allí nos liberábamos de responsabilidades y de las estrictas normas de las familias pudientes a las que pertenecíamos.
De haber sabido que ese día junto al río, Merche se tumbaría a mi lado llevando un atrevido bikini sobre su cuerpo perfecto, jamás me habría puesto aquel ridículo bañador.
Aunque no fui el único que evidenciaba una creciente turbación carnal, lo que me convirtió en blanco de sucesivos cachondeos veraniegos fue, además, mirar a la cámara con cara de besugo.
RELATO 14🏵️
SÓLO FUE AQUÉL VERANO
No éramos dos cuerpos sin forma, aunque tu forma de decirme que dejara de hacerte reír me retaba a contarte las historias más desternillantes de mi vida.
Entre tantos cuerpos, risas y ecos, tú brillabas en mis retinas.
En el camino de vuelta de aquel lago, nos cogímos de la mano, en silencio nos miramos y no había una imagen más bucólica y cursi.
No comimos perdices ni fuimos felices juntos.
Sólo fue aquél verano.
RELATO 15
Eso fue lo que pasó
Los relatos de Ernest se sustentaban sobre cortos diálogos que creaban un suspense invisible. Como una marea humana de cuerpos semidesnudos que ocultan historias sórdidas, dramas y comedias, como si lo que sucediera estuviera oculto realmente, por debajo de la realidad. La punta de un iceberg que ocultaba la mayor parte de su materia bajo el agua.
Hemingway me decía: "Paul, no hagas dramas, mejor escríbelos".
Pero era difícil sacar toda la podredumbre.
Imaginando esas vidas quedabas vacío y querías desaparecer.
Y eso fue lo que a él le pasó.
RELATO 16
Contracorriente
Aquel verano olía a sexo. Mi piel emanaba lujuria en dosis desproporcionadas. No me quedaba más opción que contenerla, especialmente en público.
Aprendí a desear en secreto y a soñar estando despierto.
Ese día en que la piscina municipal no abrió, descubrí que habían más personas como yo. Algunos eran expertos en disfrazar sus miradas lascivas; otros, simplemente, vivían el presente.
Cuánto anhelaba hacer lo mismo. Integrarme en ese grupito de chicos que claramente se compenetraba de una forma especial.
Me tranquilizó saber que no sería el primero, ni tampoco el último en ceder ante los deseos de la carne.
RELATO 17
Las vistas desde mi cuarto.
Al amanecer la despertó el runrun que acompañaba a aquella manada de jovenes en la playa, que veía desde su cama.
Desde el ático acristalado tenía una perspectiva privilegiada del bello joven del que estaba locamente enamorada.
Amontonados como abejas en una colmena, con todas aquellas mujeres, que celos, pero él me miraba.
Que sí, que sí, aquí estoy en mi prisión, cuando salga y lo conozca le tendré reservado mi mejor beso, mi mejor sonrisa, y por qué no, también mi mejor lencería.
Tanta fiesta, no sabía qué solución iban a darle al asunto, joder.
Grité:.
¡¡¡Poneros las mascarillas.!!!
RELATO 18
HACERSE EL AGOSTO
- Cariño, me voy para la playa. ¿Me acompañas?
_- No bombón, prefiero quedarme en casa porque hace demasiado calor. Pórtate bien..._
_(Saliendo de casa_)
- Como quieras, cariño... No creo que venga a comer, volveré sobre las seis o las siete más o menos...
_Hoy repartiré mi Encanto personal... Iré directamente a la playa del Malecón._
_(Llegando a la playa)_
_¡Ahí va, la playa está que no cabe ni un alfiler, qué maravilla! Está como a mí me gusta. Hoy va a ser un buen día_...
- ¡¡¡Llevo la _coca cola_, oigaaaa!!!
- ¡¡¡Bombón helado!!!
- ¡¡¡Agüita fresquita también llevo, oigaaaa!!!
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