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| Foto: Autor D. Melero |
RELATO 1
HIPERREALISMO
Sigue allí, colgado en la pared,en el fondo oscuro de la almoneda, junto a trastos que nadie compra: un hermoso cuadro que muestra una casa con habitaciones vacías, largos pasillos, ventanas desnudas, suelos fríos y una profundidad inquietante que te invita a perderte en su paisaje interior, como si te absorbiera.
He vuelto a la tienda. Esta vez algo ha cambiado en el cuadro. Sobre el suelo de la imagen pintada, como olvidado, se encuentra el bolso de una amiga que no veo desde hace tiempo. Estoy seguro de que es su bolso.Yo se lo regalé.
RELATO 2
LO QUE MARCOS NO VIO
El piso era ideal: amplio, luminoso, en pleno centro. Cuatro habitaciones, dos baños, un primero sin ascensor. No importaba, estábamos ilusionados.
Mientras lo recorríamos, me incomodó un bolso en el suelo del comedor... “ trae mala suerte, decía mi abuela”. Supuse que era de la agente y callé.
Cerramos la visita convencidos de que aquel sería nuestro hogar. Al salir, comenté:
—¿Viste el bolso del comedor?
—¿Qué bolso? —preguntó Marcos.
—El del suelo, junto a la ventana.
Me miró confundido:
—Cariño, allí no había nada.
De pronto pensé... ya no estaba segura de querer vivir en ese lugar.
RELATO 3
SENSACIONES
Abre la ventana al alba: el viento murmura, los aromas danzan, el mundo respira… Siente. Tiene esperanza. Aunque ciego.
RELATO 4
EN VENTA
Dejé mi bolso en aquella habitación. No fue un olvido. Así tendría una excusa para volver a verle
En la inmobiliaria nadie lo conocía. Me tomaron por loca. Pero recuerdo que concerté la visita telefónicamente con él.
Mientras me enseñaba el piso, no podía dejar de mirarle embelesada.
Antonio Sánchez; así se presentó, tenía una energía diferente
Fui al Registro de la Propiedad a recoger la nota simple, y sorprendentemente el inmueble figuraba a nombre de él.
Los vecinos me dijeron que su propietario había fallecido hacía meses.
Su energía y mi bolso siguen atrapados allí, esperando a que escriture.
RELATO 5
NUNCA ES TARDE PARA...
Cincuenta años después, regresé al que fue mi hogar. Está vacío, pero como si fuera ayer, siento mi infancia correteando por los pasillos, y que quedó atrapada en estas habitaciones.
Agarrando las rejas de los ventanales contemplo un desdibujado horizonte, y me recreo con el jardín de hermosas flores en el que jugaba. Aún puedo oler el miedo a las noches de invierno, y oír los cánticos del coro en las tardes de otoño.
He vuelto para recoger a la niña que dejé olvidada en estos rincones, y para depositar mi gratitud a las mujeres que me cuidaron y educaron.
RELATO 6
¡¡LA BOMBA!!
El revuelo que causó la mera visión de un bolso abandonado fue mayúsculo.
Se evacuó el museo en tiempo récord.
Se hizo un cerco de seguridad y se procedió a sacar al robot de los TEDAX del furgón policial.
La expectación era máxima y la tensión se podía cortar a cuchillo.
Justo en el momento que Teddy estaba alcanzando la bolsa con su brazo articulado, recibió un paraguazo que lo sentó de culo.
Una minúscula anciana salida de la nada se abalanzó sobre la bolsa murmurando entre dientes: "menudo ladrón, ¿para qué querrá mi labor de punto? ¡Habráse visto descaro!
RELATO 7
YA NO
Cuando llegué, el pasillo olía a madera y polvo. Las contraventanas dormían abiertas, y la luz dibujaba sombras en el suelo. Al fondo, reposaba su bolso; se le había caído aquel día mientras huía. Recordé la última vez que cruzó el corredor con pasos apresurados, dejándolo sin querer sobre el pavimento. Me detuve sin tocarlo y lo miré. El silencio sonreía con insidia. Abrí las ventanas, dejé entrar el aire y me senté a esperarla. No vino. Salí sin prisa, cerré la puerta detrás, y volví la cabeza, por si el eco traía su nombre que nunca llegó a pronunciar.
RELATO 8
Y LA CASA QUEDÓ EN CALMA
La asesora inmobiliaria observó la casa por última vez. Su bolso descansaba en el suelo con una gran suma de dinero, fruto de la truculenta venta.
Repentinamente, la temperatura descendió como si la casa respirara hielo y un susurro le congeló la sangre: su nombre emanaba de todas partes.
Las paredes vibraron, la ventana se abrió y en el reflejo de los cristales apareció un rostro que no era el suyo. Un crujido avanzaba hacia ella, invisible y lento. Aterrorizada, salió corriendo escaleras abajo, dejando tras de sí su fortuna olvidada y, quizá, una casa que no quería ser vendida.
RELATO 9
50 AÑOS DE LUZ
Acababa de nacer mi hermana pequeña, la sexta.
Mi madre recogía el correo y le cambio el semblante.
Éramos seis niños, mi abuelo y mis padres en aquella casa pequeña.
El coronel del INVIFAS concedía a mí padre un pabellón de familia numerosa.
Al abrir aquel portalón se dibujaban rombos negros, techos altos, ventanas enormes de madera y a la izquierda una escalera.
Fue la luz que entraba la que le dio la certeza.
Ella corrió hacia el fondo, soltó su bolso y se echó en brazos de mi padre.
¡Ay, Antonio! Está si que si... aquí nos quedaremos para siempre.
RELATO 10
SORPRESA
Tras la muerte de mi abuela, volví a su casa vacía. Los bienes repartidos, otros vendidos. Subí y una luz tenue iluminaba el corredor de baldosas de cuadros.
Silencio absoluto, solo un eco exterior. En una habitación,vi una maleta pequeña que me sobresaltó "¿Hay alguien?".
Una sombra cobró rasgos...¡ Mi padre!. El hijo desterrado que no veía desde hace años.
Me quedé paralizado, emociones encontradas.
¿Qué hacía allí? ¿Por qué ahora? La sorpresa dió paso a preguntas sin respuesta.
La maleta pequeña parecía contener secretos.
RELATO 11
BAJAR LA ESCALERA OTRA VEZ
Bajé la escalera sabiendo que tu bolso estaría en el suelo, que el sol entraría a raudales por las ventanas abiertas, que me esperarías de pie y al verme dudarías, solo un instante, si acercarte o quedarte quieta, tus brazos en tensión y tus labios apretados. Lo sabía y aún así bajé la escalera para que pudieras explicarme todo otra vez, todo salvo tus ojeras azuladas, tu mirada acuosa. Una vez más escuché que volvías a casa, que tenías el bolso preparado.
Bajé la escalera sabiendo que verte de nuevo en la residencia me destrozaría, y aún así bajé.
RELATO 12
ESTILO JACKIE
Mi madre desapareció cuando yo tenía cinco años. Aun así la recuerdo, nítidamente, lanzándome un beso, con su traje marrón de corte Jackie y su bolso negro.
Era elegante, refinada y también obstinada. Con papá nada la satisfizo, y como desagravio, se desvaneció.
Dos décadas más tarde, la embajada de Túnez remitió una caja con sus efectos personales.
Ayer subí a nuestra casa de Londres, ya vacía, antes de que partiera la mudanza. El camión esperaba abajo.
Y arriba, en el que fue su dormitorio, me aguardaba el bolso Gucci de mamá, como si supiera que terminaría encontrándolo.
RELATO 13
OREMUS
Lidia solía acariciarme los pies los domingos por la mañana, antes del desayuno. Y colgaba el albornoz, limpio y perfumado, sobre la percha que daba a la ventana, como preludio al abrazo más cálido y placentero. Fueron años felices.
Marcharme, dejar este piso lleno de luz y de recuerdos, podría ser una traición hacia mí misma. Porque me quedo vacía, sin presente. Ella vivirá una nueva vida, sola o acompañada.
A mí me espera Jesús. La quietud del convento. La oración. El sitio que elijo para poner en orden mis pensamientos y mi fe.
RELATO 14
NIDOS VACÍOS
Salía de la guardería con mi hijo de la mano, cuando vio un pollito entre los arbustos... sin plumas, temblando, tan frágil... Lo cogió entre sus manitas para darle calor.
En pocas semanas se convirtió en gorrión.
Meterlo en una jaula nunca fue una opción, así que volaba a su aire por casa. Una mañana limpia y luminosa, escapó por una ventana descuidadamente abierta. Le llamamos, lo buscamos, pero no volvió. Mario lloró mucho. No entendía que se hubiera ido, con lo que le queríamos.
Quince años después fue él el que voló... aún sin alas, a trompicones... Mi niño.
RELATO 15
EL ULTIMO LATIDO
La luz del día ya comenzaba a despuntar por la ventana. Se levantó resignado, vivía en una enorme y mastodóntica metrópolis que se había convertido en una auténtica jungla. Literalmente, no solo de asfalto y cemento.
Cogió todo lo necesario y emprendió la marcha. No se cruzó con nadie en todo el trayecto, se aferraba a cualquier motivo para no volverse loco
Pronto empezaría a oscurecer. Había transcurrido un día más. Nunca llegaría a acostumbrarse a ser el último hombre sobre la Tierra.
De repente, una intensa luz y el sonido de una melodía lo hicieron despertar de su letargo.
RELATO 16
HOGAR, ¿DULCE HOGAR?
Era el mayor proyecto al que se había enfrentado y estaba entusiasmada. Cada habitación, blanca y vacía, se llenaba de tonalidad y objetos en su cabeza. El despacho para su marido, una pequeña biblioteca, los cuartos para cuando llegasen los niños…
Conforme recorría la casa, su ilusión se multiplicaba con creces. Entonces, un bolso negro que descansaba en una estancia interrumpió sus pensamientos sacudiéndola con fuerza. No podía ser… Se acercó lentamente para asegurarse de que no estaba alucinando y la voz que tanto disgusto le provocaba la sobresaltó.
“¡Nueraaaa! Perdona la intromisión, pero he venido a elegir mi dormitorio”.
RELATO 17
CONJUNTO VACÍO
Cariño, no sé qué te parece... Aquí podríamos poner la zona de salón-estar, y... según la medidas nos cabe perfectamente el sofá con los sillones y nuestra mesa de centro. Esta cocina me encanta, mira los fuegos de esta _falcon vintage_ , yo no cambiaría nada, excepto traer nuestro super frigorífico, pero me encanta esta atmósfera entre clásica y romántica ¿No es cierto? Además, nuestra mesa de comedor es perfecta. Y lo que sería nuestro dormitorio es una maravilla ¿No te parece?
¡Qué luz tan extraordinaria tiene esta galería, cariño!
¿Cariño? ¿Cariñooooo? Tu bolso...
¿Pero dónde estás?

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