viernes, 4 de julio de 2025

RELATOS SEMANA 265

Foto autor desconocido 


RELATO 1


SÉ SIEMPRE FUERTE


La carretera se me hizo un ovillo.

Frente a frente, comprendí que su sendero llegaba a su fin.

Me tomó las manos entre las suyas, como cuando era pequeña, caía y lloriqueaba.

Secaba con amor mis lágrimas y decía: “Anda, corre, juega”.

Con un hilo de voz murmuraste:

“Anda, sécate esas lágrimas, sé fuerte, enfrenta el futuro sin miedo.

Mi fortaleza pasa de mis manos a las tuyas”.

Sentí que algo irradiaba dentro.

Se apagó suavemente.



RELATO 2


JARDINES ABISALES 


La proa de madera desgastada, medio oculta tras interminables capas de esmalte desconchado multicolor, dibujaba un inquietante horizonte.


Adamou y Moussa, junto a más de cien almas, se vieron sorprendidos por el vuelco del cayuco en medio del mar embravecido. Los dos hicieron lo posible por socorrerse y socorrer, pero todos estaban en las mismas circunstancias, con nada donde agarrarse. 


Sin nada que hacer, tan solo acompañarse en los últimos instantes de sus vidas, sus cuerpos se relajaron y sus manos entrelazadas se transformaron en flores para ornamentar el jardín de las profundidades, que nadie hubiera querido que existiera.


RELATO 3


UN PUENTE INVISIBLE


Cuentan que, en un pueblo donde las palabras se habían perdido, solo quedaban gestos para comunicarse. Un día, dos personas se miraron largo rato y, sin decir nada, unieron sus manos como si tejieran un puente. Desde entonces, cada vez que alguien sentía miedo, dolor o soledad, bastaba con ese gesto para recordarle que no estaba solo. Nadie recordaba sus nombres, pero todos conocían su historia: la del día en que el silencio se volvió compañía, y las manos hablaron más alto que cualquier voz.


RELATO 4


A MALOS TIEMPOS, FIRME UNIÓN


La abuela nunca volvió a ser la misma. Al finalizar la guerra, regresó a Málaga desde Almería, casi tres años después. 

La habían acompañado en aquella huida improvisada, un hombre bueno, cuatro niños, unas pocas pertenencias –las que pudieron cargar–, y miedo, mucho miedo. 

El reencuentro con la ciudad fue tan doloroso como la partida. Su casa, su negocio y algunos amigos habían desaparecido. Tuvieron que reiniciar su vida.

Con los años, los abuelos fueron muriendo, aquellos niños, también, pero yo, testigo afortunado y agradecido, aún recuerdo el amor que se tenían, y aquella indestructible cohesión familiar nacida del infortunio.


RELATO 5


PENSAMIENTOS COMPARTIDOS


El paisaje tembló ligeramente, justo antes de que el salto temporal comenzara. El puente dimensional duraría apenas unos segundos.


—Si no pensamos lo mismo, nos separará —dijo ella.


Él asintió, aunque ya no estaba seguro de compartir la misma idea de futuro.


Se tomaron de la mano, fuerte, con los dedos enganchados como si ese gesto pudiera alinear sus mentes. Tenían que concentrarse en seguir unidos.


La luz los envolvió. Desaparecieron. Al otro lado comprobaron que seguían juntos. 


Eso solo podía significar que en el momento justo, en el instante preciso, ambos habían deseado separarse, los dos exactamente igual.


RELATO 6


LA FUERZA QUE ME DAS


Asentado en la penumbra, sobre un suelo incierto, entre dardos de dudas que no me dejan avanzar.  


Rompo el límite invisible de mis días,  

buscando en tu mirada una salida.

Dejo que el tiempo se enrede en su ciclo,  

y en la sumisión encuentro una sombra fría.


Protejo mis heridas con sabiduría muda, mientras tú, firme, te alzas para salvarme.

Tus manos se vuelven garras contra mis miedos, mis tristezas, insurrectas ante mi propia rendición, ante el abismo.


No sé cómo no te cansas, reinciden mis pensamientos, cuando lloro sin pausa.

Fuimos una revolución íntima, sin treguas ni banderas blancas.


RELATO 7


LOS TRENES


De niño me gustaba ir contigo a la estación para ver pasar los trenes. 


Traqueteaban rápido sobre los raíles, yo temía que una ráfaga de viento me llevara lejos y te agarraba fuerte de la mano. 


Papá contigo me sentía tan seguro como un caracol en su casa de espiral.


Ahora que tu tren silenciosamente se acerca, eres tú quien aprieta con fuerza mi mano. 


Nos miramos a los ojos y veo en ti al niño que fui con el mismo miedo a volar lejos.


Te quiero papà.


RELATO 8


"EL EBANISTA"


El ebanista se siente atraído por la imagen. 

Se acerca más y más y observa la materia. Necesita entender, captar su contenido. Y empieza por las formas: la elipse de la piel, el embudo en el que hechos y palabras giran sin encontrar salida.


¿Es un vórtice muerto?


 No es fácil traducir el abrazo de los dedos, descubrir el sentimiento, verificar si hay miedo, amor, apego o codicia. 


El ebanista conoce lo imposible y sabe plasmarlo con destreza y maestría.


Pero ésto...,ésto...


RELATO 9


EL MIEDO QUE EMPAÑA SUS OJOS 


Cada día, a las diez y treinta, la misma pareja llega a mi bar y se sienta en la mesa del rincón. Él pide por los dos; ella baja la vista hacia el suelo.


Intento descifrar qué sucede entre ellos. La belleza de la chica contrasta con el miedo que empaña sus ojos. Él le habla en voz baja, apretando la mandíbula, ella siempre asiente.


Hoy ella ha venido hacia el baño. Él se alzó de inmediato para seguirla.


Al pasar junto a mí, ella ha cogido mi mano.

Dentro ha dejado un papel arrugado, donde inquieto leo:


Ayúdame.


RELATO 10


EL HILO ENTRE MANOS 


Todavía recordaba aquella tarde. Su abuelo llegó justo a tiempo, tras buscarle por toda la ciudad, y lo sacó a rastras de aquella chabola. En la cabina de urgencias, le dijo:

—Estamos aquí para preocuparnos por los demás y para que alguien se preocupe por nosotros.

Aquella frase le salvó la vida. Desde entonces, algo invisible les unía.

Nunca le agradecería lo suficiente todo lo que le había cuidado.

Ahora era su turno, pensó, mientras le tapaba las rodillas con una manta. A su abuelo le gustaba observar los patos del lago.

Ese hilo seguía ahí, firme, entre sus manos.


RELATO 11


UNO MÁS


Llevábamos saliendo un tiempo y todo iba de maravilla. Al decirme lo de la comida me puse algo nervioso, tocaba conocer a los suyos y quería causar buena impresión. 


Jamás imaginé que la supuesta barbacoa familiar consistiría en una competición de juegos físicos por equipos; mucho menos que todo lo que tenía que hacer para caerles bien era darlo todo en cada prueba. 


De un batiburrillo de saltos, gritos de emoción, caídas y tirones surgió una foto muy especial. Traduce a la perfección el vínculo que forjé ese día con los miembros de la que ahora también es mi familia.


RELATO 12


MANOS ABRAZADAS


Manos de bienvenida nacen y saludan al mundo,

curiosas y hacendosas, amasando la vida.

Manos acariciadoras que modelan la arcilla del amor,

pintando sueños y melodías de colores.

Manos portadoras de placer,

y zarpas que golpean sin compasión.

Manos que abren puertas gestando vida,

y puños que las echan abajo procurando la muerte.

Manos extendidas que rezan,

y garras desalmadas que disparan un arma.

Manos que ofrecen y sostienen,

que acarician las vidas emergentes de un libro.

Manos que escriben derecho en renglones directos al corazón.


RELATO 13


EL ÁRBOL DE LAS CIGARRAS 


Bajo las ramas de un viejo álamo, donde las cigarras componían desacordes sinfonías, dos hombres sellaron un pacto con sus manos fundidas. Nadie debía saber lo que enterraron junto al árbol aquel verano. 

Era su secreto y su culpa. 

Cada agosto, al regresar al lugar, el canto incesante de las cigarras les recordaba aquel día. El árbol crecía como el peso de esa verdad oculta que nunca debió existir.

Solo ellos sabían que, bajo raíces profundas, yacían una bolsa con diamantes y el último estertor de un hombre que jamás debió escucharles. 

Las cigarras aún cantan, guardianas del silencio.


RELATO 14


EL SEGUNDO ASALTO


Tengo los ojitos empañados mientras escucho. No es fácil encontrar palabras cuando alguien se despide así. 


Si la luz aún puede entrar, ojalá lo haga. Si por el contrario, es hora de bajar el telón, que sea con la certeza de que todo valió la pena.


Porque sí, Pedro, la vida es maravillosa. Con sus acordes mayores y menores, sus silencios también. Y tú la has vivido con dignidad, con sensibilidad y con amor por lo que has hecho.


Que eso te acompañe allá donde vayas. Llegado el momento, si tiene que ser así, que la tierra te sea leve.


RELATO 15


CAUSAS Y AZARES


Fue el azar el que quiso que yo naciera hace treinta años en Guinea Ecuatorial. 

Quiso el Dios del que los españoles hablaron a mis antepasados, que mi piel fuera negra, aunque podría haber sido blanca, amarilla o roja si, otra vez por azar, mis ojos hubieran visto la primera luz en cualquier otra parte del mundo.

Fue el azar el que permitió que tú nacieras al otro lado del mar que separa mi continente del tuyo, y que fuera tu mano la que, con fuerza, sujetara la mía cuando, tras una larga travesía, me ahogaba. 

Siempre serás mi hermano.


RELATO 16


LA CREACION DE ADAN


Y cuando Dios creó a Adán, pidió a Miguel Ángel que pintara el suspiro de un toque no dado, dos dedos que casi se encuentran, eternamente.

Desde entonces, el hombre, en su anhelo de unidad, entrelazó manos como pacto sagrado, promesa viva.

Ese gesto, simple y eterno, quiso sellar la palabra dada, la firmeza del alma, la grandiosidad de lo humano.

Pero también reveló el abismo de los que tienden la mano y los que la niegan.

Porque en ese roce suspendido, la humanidad se dividió entre quienes abrazan la luz y pretenden un mundo mejor…y quienes 

retiran la mano.


RELATO 17


DAME LA MANO


Los días pasaban y la angustia apretaba mi garganta. 

La pérdida de mi 

Compañero...

La ausencia de su figura en la cama, su olor...

Todo me hunde, me entierra en la casa cuyas habitaciones son frías y oscuras...

Me precipito en una oscuridad eterna!!!!

De pronto noté un apretón en mi mano que tiraba: " Sal, vente, vamos amiga..."

Aquí estoy cogida de tu mano.

¡¡¡No, no me sueltes..,no me sueltes... Amiga del Alma!!!


RELATO 18


DONDE LAS ALMAS SE RECONOCEN 


Desde niños, soñaban con el mismo lugar: un faro solitario frente al mar, envuelto en bruma. No se conocían, vivían en ciudades distintas, pero algo los unía sin saberlo. Años después, sus pasos coincidieron allí, una tarde gris. No hubo palabras, solo una mirada que encajó como un recuerdo olvidado. El tiempo pareció detenerse. Sin entender cómo, sabían quién era el otro. Dos almas que se buscaban desde siempre, reencontradas al fin. No fue magia, fue destino. Porque algunos lazos no nacen con el cuerpo, sino con el alma. Y las almas, cuando se reconocen, no se equivocan.

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