domingo, 13 de julio de 2025

RELATOS SEMANA 267

Foto autor anónimo 

RELATO 1


PESO PLUMA

Cuando llegaron al corral, se pusieron nerviosos y excitados.
Se miraron… una sonrisa apareció en sus caras.
— Pobrecitos, se les ve tan indefensos —dijo ella.
— A mí me dan repelús, no sé, como muy blandos y tiernos —dijo él. Se acercaron lentamente para no asustarlos y que huyeran.
Sin previo aviso llegaron seis más y empezaron a rodearlos, encerrándolos en un círculo de miedo y terror.
Ella de repente dijo: …¡al ataque!
Empezó una lucha de picos, patas y plumas.
Los dos niños escaparon despavoridos.
Ella, satisfecha, le dijo a èl…Estos ya no vienen a molestarnos nunca más.


RELATO 2

SOPA DE GANSO

—Venga, cogemos a la Petra.
—No, no, la Petra no, que ez la única que aviza ci viene un zorro. 
—Pues la Manola.
—¡Pero ci Manola ez joven!
—¿No te grazna la Manola todos los días cuando la quieres tocar? ¿No fue ella la que te dio un picotazo? 
—Ya, pero... ez tan pequeñita.
—Elige tú.
—No, ninguna, no puedo. Todaz zon buenaz.
—¿Y qué llevamos entonces?
—No cé. Le decimoz a mamá que no tenemoz hambre.
—¿Otra vez? ¿Quieres comer sopa de mondas?
—Cí, otra vez.
—Vale, pues tira el pan y vámonos antes de que llegue el dueño.


RELATO 3

OLORES Y SABORES 

En el colegio, tocaba visitar la granja escuela.
Eli y su hermano se apartaron de sus compañeros y observaban a unas ocas que engullían sin parar, mientras el resto del ganado descansaba después de pastar.
Al otro lado de los vallados herrumbrosos, las gallinas, tras la puesta de huevos, enfilaban sus pasos hacia una olla cualquiera. Los cerdos aseguraban sus valiosos andares, y las vacas, menos a sus propios becerros, alimentaban a la comarca entera.  
Olía a estiércol y a hierba fresca.
Entre rocosas montañas y prados verdes se abría paso la vida y la muerte.


RELATO 4

VERANOS EN EL PUEBLO 

Bueno, otro verano más que no iríamos a la playa, tampoco a la heladería, ni mucho menos a la piscina.
Otro verano más "ancá la'güela" en el pueblo, sin cobertura wifi ni móvil.
Otro verano más en que mi hermana y yo madrugábamos para coger los huevos del gallinero, corríamos de las ocas asesinas, trepábamos a los árboles, comíamos moras y nos divertíamos simplemente mirando las nubes acostados en el "prao" esperando oír las voces de nuestra abuela que nos llamaba para el "lavao" en la tina y darnos la cena.
Esos veranos fueron maravillosos.


RELATO 5

EMPEZAR DE NUEVO

Sabía que todos iban a sufrir el duelo, que cubre, como un manto de polvo gris, todo lo que toca. Intuía los malos momentos venideros, agravados por la propia convivencia.
Él no era de trato fácil. Y apenas se conocían. 
Pero en los pasos del pequeño Luca veía a su hermano, y en la sonrisa amable de Marianela, la ternura de su madre.
Cuidarlos no era un acto noble. Era su condena. Su cadena perpetua. 
Porque cada vez que reían, era feliz como nunca, pero sentía que todo podía romperse. 
Como ocurrió aquel día, cuando sonó el teléfono.


RELATO 6

RALPH, EL PATO

Les mirábamos con ternura. Como quien observa un cachorro recién nacido. A veces con los ojos vidriosos, pero de alegría. Siempre de la mano, siempre juntos. Durante años.

Después, tras muchos inviernos de espera, volvieron al corral. Pero esta vez no parecían recordarnos. Se llevaron a Ralph. El hambre no perdona. Nunca más supimos de él.

Ahora, cuando aparecen por el sendero, les observamos en silencio. Han crecido. Caminan distinto. Ríen menos. Ya no nos tiran miguitas. Y nosotros ya no les graznamos al verles. Solo callamos, aterrorizados, pensando quién será el siguiente.


RELATO 7

MI HERMANA Y LOS PATOS

A veces creo que mi hermana viene de otra casa. Nos mira sin vernos, suelta frases que no encajan. Mamá le enseñó lo que era el día y la noche para que durmiera; bailan las persianas a su antojo. Ama a los animales, sobre todo a los patos. Cuando suenan las alas, ríe.
Hoy la sigo hasta el estanque. Saca migas y los patos se arremolinan. Les habla con palabras que no entiendo. De pronto todos la rodean formando un círculo perfecto. Ella se adentra en el agua. Sonríe.
Los patos no saben que mi hermana tiene autismo, estoy segura.


RELATO 8

EL PASO DE LA OCA

Cuellos erguidos y paso firme, asi desfilaban las ocas como un ejército de plumas, orgullo y disciplina. 
La oca mayor marcaba el compás con voz rotunda:
¡Atención!
¡Derecha, ar! ¡Izquierda, ar!
El público, embelesado, saludaba con marciales aspavientos, contagiado por aquel orden insólito.
Había quienes, producto de la euforia, se cuadraban marcialmente a su paso.
Seréis un orgullo militar.
¡Sí, mi oca mayor! respondían al unísono.
¡Vuestra marcha será copiada por los grandes ejércitos!
¡Sí, mi oca mayor!
Y entre graznidos y aplausos, el desfile avanzaba con la solemne dignidad de una parodia que nadie se atrevía a cuestionar..

RELATO 9

MAMÁ GANSO

Desde que tenemos memoria, mamá ganso nos cuidó. Dormíamos bajo sus alas, comíamos lo que nos picoteaba y aprendimos a desconfiar del zorro.
Un día, unos humanos nos arrancaron de su nido. Nos vistieron raro, nos metieron en una casa y nos dijeron que éramos “niños”.
Pero cada tarde, después del cole, volvíamos a verla.
Ella nos reconoce.
Nos acercamos. Extiende su ala como antes.
Y aunque nadie lo ve, al cobijarnos, nuestras manos se vuelven patas, nuestras voces, graznidos.
Allí, con ella, nos quedamos hasta que anochece.
Luego, otra vez, fingimos que somos humanos.
 

RELATO 10

LAS OCAS DEL VALLE ROJO

En un valle escondido entre montañas rojas, dos niños criaban ocas especiales.
Cada mañana, al abrir el portón oxidado, las aves salían con elegancia, como guardianas de un secreto antiguo. 
No eran ocas comunes pues sus huevos, dorados y perfumados, tenían un suave sabor a Brandy. Nadie sabía por qué. 
Algunos decían que bebían de un manantial encantado detrás del corral. Otros, que las risas de los niños hacían magia. 
Los aldeanos venían desde lejos por un huevo, y al probarlo, sus ojos brillaban de asombro. 
Mientras tanto, los niños sonreían, sabiendo que su pequeño milagro seguía creciendo cada día.



RELATO 11

CUESTIÓN DE PRINCIPIOS

En el coche por la A-6, dirección A Coruña, Marta y Edu discuten acaloradamente:

_- Te advertí que no era una buena idea ponerles esa película_-, dice ella mientras conduce.

_- Pero cariño, ¿cómo iba a imaginarme que se les ocurriría hacer algo así?_

_- Parece mentira que no conozcas a tu hija, la justiciera. Claro, como siempre tienes que ir de progre..._

_- ¿Pero tú te estás oyendo?_

_- ¡Yo lo único que sé es que nos hemos quedado sin vacaciones!_

_- Pues yo me siento orgulloso._

_- ¡¡Han dejado escapar a todos los animales de la granja escuela!!!_

_- Orwel también estará orgulloso._

_- No puedo contigo_


RELATO 12

UN RECUERDO FELIZ DE MI INFANCIA

En el álbum fotográfico que se aloja en mi mente, pese a los años transcurridos, hay una instantánea borrosa, pero su recuerdo me transporta a felices momentos vividos.

Era una vega, a las afueras del pueblo, donde mi tío criaba sus animales y donde, me llevaban junto a mis primos, disfrutando de inolvidables tardes de verano.

Recuerdo la hora de la merienda, saboreando el pan crujiente, con aceite y tomate, sin darme cuenta, estoy salivando al revivir, como si fuera hoy, el apetecible momento.

Al ponerse el sol, regresábamos a casa, exhaustos, pero contando los días que faltaban para volver.


RELATO 13

SUPERVIVENCIA

Desde que papá desapareció, cuando caían bombas desde las nubes, mamá nos manda al granero cada vez que nos visitan hombres de corbata y sombrero.
Dándonos un beso, nos advierte que no volvamos hasta pasada una hora. Dice que tiene que tratar “asuntos”…
Los gansos nos miran como si supieran algo que nosotras ignoramos.
Ayer, mi hermana desobedeció y volvió a casa antes de tiempo. Ignoro lo que vio, pero después de eso, enmudeció. Ahora siempre quiere estar con los gansos.
Cuando oímos el portazo lejano, sabemos que ha terminado el “asunto”.
Y mamá vuelve a ser mamá.


RELATO 14

GRAZNIDO

Rescatado en una cuneta por un anciano granjero, Graznido era un pequeño ganso que quedó lisiado de una pata. Cojeaba, pero nunca desfallecía. Su graznido resonaba a kilómetros; parecía clamar por compañía y ternura.
Con los niños del hogar corría entre sus juegos, buscaba sus risas; se dejaba acariciar con devoción y ternura.
Una noche tormentosa, desapareció. El granjero, preocupado, salió a buscarlo. Cayó por un barranco y se fracturó la pierna. Entonces apareció Graznido. Su graznido angustiado llenó el silencio: guió a los hijos del granjero hasta el anciano.
Lo rescataron justo a tiempo.
Su lealtad lo salvó.


RELATO 15

EL PÁJARO GIGANTE

_En la granja, jamás había visto nada parecido._

Soltó la caña de pescar y dijo... Papá, mamá, tengo que volver al río porque lo tengo que salvar... ¿Salvar a quién? –dijo su madre– ¡Al pájaro gigante! –contestó–

Corría en todas direcciones reuniendo un arsenal que constaba de: un lazo de lana, una tapa de mermelada a modo de comedero y un puñado de arroz para atraer al "gigante".

La madre sabía de sus fantasías, pero aún así, yo, decidí acompañarlo...

Tenía razón... A los siete años todo parece enorme, incluso aquella preciosa grulla enredada en unas zarzas. 

Juntos, la liberamos.


RELATO 16

LA VIDA

Los primeros días de septiembre anunciaban el final de nuestras aventuras.

Sara y yo habíamos crecido en la granja. Conocíamos muy bien los secretos de aquellos animales. Cuando nacía algún potro o aparecían nuevos conejitos, la fiesta estaba asegurada. Les poníamos nombres, limpiábamos su espacio, y observábamos sus movimientos.

Un día, sin darme cuenta, Sara me cogió de la mano.

La tierra que estábamos pisando, el frescor de la mañana...Todo se transformó en algo perfecto.

Hoy, sesenta años después, he vuelto a la granja. Sin ella.
 

RELATO 17

LOS GUARDIANES DEL VIENTO 

Carlos y María subían cada tarde al cerro con frascos vacíos. Decían que cazaban vientos para guardarlos,
"por si algún día se perdían".
Los vecinos los veían salir con el soniquete que les acompañaba en sus tarros:"¡Corre María, que se va a escapar!....¡Ainnnsss Carlos, déjame respirar!...¡Me pesan cada vez más!". Todos se reían de los niños. Pero un día no se podía respirar, todo se paralizó.
Carlos y María podían al fin respirar tranquilos con sus frascos llenos de aire quieto.


RELATO 18

BUSCANDO MAGIA

Echaban de menos la vida en la ciudad y aquella casa que habían dejado atrás. Su madre les había dicho que se acostumbrarían, “este hogar es muy especial, oculta magia en muchos rincones”. 
 
Nadie sabe de dónde sacaron semejante idea, aunque lejos de conformarse se metieron donde no debían para encontrarlo.
 
Graznidos, alboroto, plumas, estampida… un corral vacío.

Gritos del dueño, gritos de su madre y una gran regañina. Varios días después, partieron. 

Mientras se alejaban de allí, miraban al cielo. Seguramente no volverían a verle, pero siempre estarían agradecidos al ganso de los deseos por haber cambiado su destino.

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