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Foto Nuria Rico |
RELATO 1
SINTIGO DENTRO
—¿Puedo abrir los ojos ya?
—No, aún no. Aguanta un poco más.
Seguimos andando, no mucho. Unos metros. El calor era insoportable y las chicharras no callaban.
—¿Ahora?
—Sí, ya puedes.
Miró el muro del taller de Martín, en las afueras de Puente Tocinos. Hacía tiempo que estaba abandonado. Vio la pintada. No supo qué decir, excepto “gracias” antes de despedirse con una excusa.
No volví a verla nunca más. Pero cuando paso por allí, aún leo el mensaje: “Contigo me siento en un ∞”, y aunque ya no duele, tampoco se borra.
RELATO 2
DESNUDO, A LA INTEMPERIE
Contigo, me siento... en un cielo volando sin alas,
en las poderosas garras de un águila real.
Me siento encerrado en una jaula oxidada,
colmado de promesas vacuas y de amor inexistente.
Grande cuando te tengo, reducido a la nada cuando desapareces.
Me siento atrapado en las humedades de las paredes de tu corazón.
Aislado de mí mismo,
escondido tras tu sombra,
y oculto en las palabras que grabaste a fuego en mis sentidos.
Observado e ignorado por la indiferencia anónima,
te sigo esperando en la esquina derruida donde nos vimos por última vez.
RELATO 3
PARA TODA LA ETERNIDAD
Acabó el instituto y se matriculó en matemáticas. Hizo un doctorado y después se marchó a Copenhague. Pasados los sesenta, ganó la medalla Fields por su estudio de los infinitos de Moëbius. En su pueblo prepararon una bienvenida espectacular, como si fuera una estrella del rock y, sin embargo, seguía sintiendo un terrible bochorno cada vez que veía la pintada que hizo de joven, para quien creyó sería el amor de su vida, y que supuso la puñalada que mató su amor propio; «¿Conmigo te sientes en un lazo?, ¿en un circuito?, ¿en un bucle? ¿Qué mierda es eso?»
RELATO 4
VOLVER A EMPEZAR
No le importó conducir más de mil kilómetros, dejando atrás su antigua vida, para llegar a su nuevo hogar, en un pueblito de apenas cien habitantes en la provincia de Ourense. No le fue difícil integrarse en el lugar. Su mayor placer era caminar por sus calles y disfrutar de los paisajes.
Paseando por los márgenes de la carretera, quedó paralizada. Y de entre sus temblorosas piernas se deslizó hasta el asfalto un hilo de orina. Miró aterrorizada a su alrededor. Su paz quedó dinamitada al leer aquella pintada. La frase recurrente de su acosador la había alcanzado de nuevo.
RELATO 5
ILIMITADO SENTIMIENTO
Aquella frase le atormentaba. ¿Quién la escribió en esa pared desconchada?.
"Contigo me siento en un infinito".
Aunque aquel podía ser su propio infinito, él, con ella, no sentía nada.
En la explicación estaba el tormento. Su castigo era saber que había vivido la incalculable emoción y esta, el total de las cosas, se había convertido en el vacío y en la nada.
El mundo se movía gracias al desamor y su orbe cruzaría la línea de meta.
Concluyó que, con un poco de suerte, terminaría con esta relación y, quizá, volvería a sentir el infinito en otra.
RELATO 6
SUSURRO ETERNO
Sus paredes, vencidas por el tiempo, aún respiran por sus cicatrices abiertas. Ya no queda casi nada de su pasado, salvo un susurro escrito en su piel: “Contigo me siento en un infinito”.
Quizá no importe cuánto cambie el mundo; el amor, como estas paredes, resiste, se agrieta, pero aún permanece vivo.
RELATO 7
OJO DE TIGRE
El coche estaba en marcha, yo conducía hacia un horizonte oscuro, una pared negra cargada de lluvia arcaica.
Un arco iris lejano quería contar una historia diferente.
Me encontré tumbado dentro del tubo de una resonancia magnética.
Con los ojos cerrados surgían imágenes, llegaban sonidos secos, el pasado era una casa vieja, una inscripción en la pared desconchada, tú mi infinito.
Ojo de tigre, ágata azul, nuestras perlas entrelazadas para formar tu símbolo.
En el centro un corazón de cuarzo, que de repente dejó de latir.
RELATO 8
ENTRE PINTADAS 1944
Mi abuelo quemó un abrigo de rayas azules por delante y liso por detrás. Se lavó su cara coloreada con las mismas rayas.
El pueblo despertó con una pared pintada con rayas azules, rodeando una figura con el color original de la pared; otros días, otras pintadas…
Los gendarmes jamás atraparon al artista.
Mi abuelo pertenecía a la resistencia, mandaba los mensajes a través de sus pinturas realizadas con la complicidad de la noche.
RELATO 9
HISTORIAS DE MIEDO
En la bifurcación de la carretera que lleva a los pueblos de pizarra negra, en Guadalajara, en el muro de una casa abandonada, un graffiti
rezaba “Contigo me siento en un infinito”.
Nadie recordaba cuándo apareció.
Cuentan, que quienes se detenían demasiado tiempo frente al mensaje, quedaban atrapados en un bucle eterno, reviviendo sus peores recuerdos.
Un atardecer, un viajero curioso fotografió el muro y desapareció sin dejar rastro. Desde entonces, dicen que su figura aparece a veces en la carretera, inmóvil, indicando con el brazo a posibles incautos, que pasen de largo, para que no cometan su error.
RELATO 10
INFINITOS
Éramos los más jóvenes del pueblo.
No teníamos parques ni pantallas, pero nos sobraba mundo. Cazábamos renacuajos en la charca, robábamos mazorcas y cañas de azúcar, explorábamos cuevas como quien descubre siete galaxias.
Nos hacíamos llamar “Infinitos”.
Con quince años quisimos dejar huella; pintamos las esquinas con graffitis de color con nuestro nombre. Lo mejor fue el tren. Llenamos sus vagones de infinitos convencidos de que así alcanzaríamos todas las ciudades.
Años después, cuando volvimos al pueblo con nuestros hijos, lo vimos llegar temblando sobre las vías. Sonreímos:
—Ahí viene nuestro tren —dijimos. —Así viajábamos los Infinitos.
RELATO 11
NO IMPORTA LA DISTANCIA
Empezó como un juego, un atrevimiento a su “¿a qué no eres capaz?”. Me lancé a la carretera sin pensarlo demasiado, 200 km no iban a impedir que nos conociésemos.
Salió bien. Todo lo que había compartido conmigo era verdad, incluyendo sus fotos. Al verle agradecí que no hubiese usado filtros de ningún tipo, no los necesitaba.
El universo me había premiado por lograr dejarme llevar y yo se lo agradecía repitiendo el mismo trayecto cada fin de semana.
Cuando pasaba la casa con el grafiti mis pulsaciones se aceleraban. La ansiada espera llegaba a su fin.
RELATO 12
"CONTIGO ME SIENTO EN UN ∞"... O LA SANTA PACIENCIA
-Veamos: ¿qué es lo primero que pensáis al leer la frase escrita sobre esta vieja casa de peones camineros?
(Un alumno levanta la mano)
-Profe, ¿qué son los peones camineros?
-Son los operarios que contrataba antiguamente el Estado para mantener los caminos y las carreteras.
-¿Y por qué tenían casa?
-Para estar cerca de las leguas que tenían asignadas.
(Una alumna levanta la mano)
-Profe, ¿qué es una legua?
-La distancia que se anda en una hora... ¿Alguno va a contestar la pregunta que he hecho al principio?
(Otra mano levantada)
-¡Yo pienso en los churros que hace mi abuela!!
RELATO 13
BESOS INFINITOS
Qué bonito está el cielo, míralo, que colores. Quiero bailar y besarte, siempre besar, en rojo, en azul, en blanco, que belleza.
Cierro los ojos, déjame que te bese.
Porque en mis sueños nuestros besos son infinitos. Son dulces, salados, con sabor a limón, con olor a flores, de todos los colores, dame, besos de canela, de jazmín. Cumpliendo mis deseos con cada beso contigo.
Apuro la copa, es la última.
Tú sabes mis secretos, que sobran ganas y que siempre faltaron besos.
Pobre corazón, y los besos, dónde los guardaré, ya no me quedan cajones ni armarios. Qué locura.
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