sábado, 23 de noviembre de 2024

RELATOS SEMANA 236

 

Foto Kio Wa

RELATO 1

INFIEL

_-¿Videollamada?_
_-¡Sorpresaaaaa! ¿Te pillo mal?_
_-Un poco... Ya ves, diluviando._
_-¡Vaya! El clima de Londres es así._
_-No te preocupes, hoy estábamos todo el día de congreso._
_-Bueno, ¿Y cómo lo estás pasando?_
_-Perdona amor, ahora no es buen momento, ¿hablamos luego?_
_-¡Claro! No te entretengo más, un beso, ¡te quiero!_
_-Gracias, adios._

Los atardeceres de otoño en Cádiz son preciosos, idílicos, reparadores... más, si se comparten con la persona amada. Ese fin de semana de lujuria desenfrenada había traído una _yo_ que apenas reconocía. 
No se cuánto tiempo podré soportar la vergüenza de la mentira, pero necesito sentirme libre.

RELATO 2

SOLA, MIRANDO EL OCÉANO 

Cada día pisaba firme la tierra de sus ancestros. Allá donde agarraban las raíces que le daban sombra, notaba la calidez de la tradición y la familia. Pero nunca dejaría de ser gitana, eso la abrumaba.
El peso de su destino llenaba de tristeza sus tardes. Caminaba por la playa, miraba el mar, como si pudiera ver al otro lado, allí donde la vida era diferente a la suya. Y planeaba irse, salir corriendo. Pero había algo más fuerte que sus deseos. 
Ese triángulo plateado, frontera entre el Atlántico y el Mediterráneo, tiraba de ella. 
Nunca viviría alejada de Cádiz.

RELATO 3

PREPARADA
 
Al principio no le di ninguna importancia. Se desvanecería en algún lugar de mi memoria, como pasa siempre. Sin embargo, cuando aquellas imágenes empezaron a perseguirme recurrentemente busqué respuestas.
 
Parece ser que algunos sueños adquieren un carácter premonitorio y materializan momentos del futuro. Si bien hay que tener la mente abierta y una actitud muy receptiva.
 
Por eso estoy aquí, un día de verano y en el lugar revelado, tratando de engañar al universo con esta falsa lluvia para acelerar el encuentro con el hombre destinado a convertirse en el amor de mi vida.

RELATO 4

DEPENDENCIA EMOCIONAL

La lluvia golpeaba sobre mi paraguas con un ritmo cada vez más constante pero no me importaba mojarme, sólo así me daba cuenta de que estaba viva. Deambulé sin un rumbo fijo, perdida por calles desiertas esperando encontrar alguna explicación que me ayudase a comprender qué pudo ocurrir. Sí, tal como apareciste te marchaste 
como si de un juego de magia se tratase. Me resistía, a pesar del tiempo transcurrido, a creer que lo nuestro se acabó.
Es curioso pero ha tenido que ser ahora, alejada de ti, cuando he recobrado mi vida. Esa dependencia emocional también se fue contigo.

RELATO 5

EL PARAGUAS DE ANA

Ana tenía solo veinticinco años cuando Marcelo, el amor de su vida, murió en el hotel donde trabajaban aquella Nochevieja. Solía bajar a recordarle mirando el mar cada primero de enero desde hace ya demasiados años.

Aquel día, el cielo estalló con un lamento desgarrador sobre sus hombros. Ana sacó su paraguas y se encogió, haciéndose minúscula ante el mar infinito. Después, se dejó llevar y permitió que la lluvia arrastrara las deudas de su pasado. En esa catarsis, con el mar como testigo, Ana encontró la contraseña para desencadenar su corazón. Poco después, volvió a enamorarse.

RELATO 6

BAJO LA TORMENTA

Bailan bajo el paraguas, ajenos a todo, desnudos en el agua, como si la lluvia, el azote del viento, las olas, nada ocurriese.  

Sus mentes están lejos, en una isla de luna clara, donde cada noche danzan sobre una alfombra de arena. 

Con una vida entera por delante para aprender, con las yemas de sus dedos, la geografía de sus cuerpos. 
Para convertir miradas en risas cómplices bajo las sábanas. 

Creen que el mundo es sólo suyo, pero la lluvia continúa insistente, rompiendo el hechizo, devolviéndolos a la tempestad.

No esperes pasar la tormenta, aprende a bailar bajo la lluvia.

RELATO 7

UN SECRETO EN GOTAS DE AGUA

El agua resbalaba sobre el paraguas como un murmullo constante y lleno el silencio. No era la lluvia, era el eco de palabras afiladas de las que hacen heridas. Sentada en el suelo, inmóvil, esperaba, como si el mundo me debiera una respuesta. Dicen, que si escuchas con el corazón, las gotas pueden contar secretos. Entonces lo supo, no estaba sola. Una sombra alta y extraña susurró: “¿Estás lista para dejarlo?”. Se levantó descalza, el paraguas cayó al suelo. Bajo aquella tormenta, soltó el miedo, tomó la mano de la sombra y desapareció, dejando atrás el peso de cada gota.

RELATO 8

COLORADO COLORÍN 

Era la reina del cuento al revés, donde los ratones huían de Hammelin y el flautista los buscaba desesperado. 
En su mundo, el lobo soplaba las casas para proteger a los tres cerditos del frío y, Caperucita, llevaba pastel al lobo para curarlo de su gula de carne. Ella nunca llevaba zapatos de tacón a las fiestas; usaba deportivas, las ataba bien fuerte y bailaba siempre entre cuentos desordenados. 
«Colorado colorín», murmuraba, mientras esperaba bajo la lluvia de su paraguas que las gotas limpiaran cada una de sus historias para volver a empezar de nuevo, mil veces y una.

RELATO 9

LA MECÁNICA

Mecánica de profesión; desde lo alto de la montaña, pasaba como una película su vida, por su mente. Aliviada, recordaba las parejas con buenos sentimientos que tuvo. Escogió aquel, con aires de enamorado, que la cubrió de mentiras. El peor; que la maltrató hasta anular su autoestima; su paraguas eran sus lágrimas.
Solo la quería para que le hiciera la revisión a sus automóviles. 
Le exigió que dejara a punto su último coche. 
Y bien que se lo dejó; ahí sentada sobre una piedra vio como cayó al abismo el coche con su dueño, envueltos en llamas.

RELATO 10

OLOR A CAFÉ CON LLUVIA 

Dulce nació en el Valle del Cocora, asombrosa región cafetera de Colombia, donde la lluvia suave y constante impregnaba su vida de olores magníficos. Su padre recolectaba café en un cesto y transportaba a su Dulce en otro, mientras su tierno entendimiento se nutría de aquellos maravillosos paisajes. 
Dulce prefiere olvidar porqué abandonó su tierra.
Al atardecer, bajo el caño de cualquier ducha, pierde su mirada bajo un paraguas salpicado por el agua. 
La gente dice que está loca.
Yo creo que regresa cada tarde a aquellas nubes cafeteras que empapaban su alma de felicidad en el Valle del Cocora.

RELATO 11

NERÉIDE PERDIDA

Yo vengo de un sueño donde cae la lluvia desde nubes blancas. 
Vengo de la mar, de las olas fieras de viento agitadas. De otras más lentas rompiendo en la orilla, como acariciándola. 
De la mar salí buscando aventuras y belleza extraña.
Vi ciudades locas, orgías de luces, prisas irritadas. Oí muchos gritos de gente callada, de desesperanza.
Y tuve bastante. No era aquel mi sitio, no sentía nada.
En la playa espero que llegue una ola, que me lleve a casa. 
Remojo mi cola atrapada en piernas, para rescatarla. 
Quiero regresar a la calma de agua. El mar me reclama.

RELATO 12

EL TODO COMO META FINAL 

Os habéis preguntado alguna vez qué es de la almas cuando el cuerpo que habitamos muere?
Vamos a una especie de estación, ahí esperamos próximo hospedaje o saltar al "más allá"
Nos juntamos unas cuantas y nos contamos nuestros anhelos.
Obviamente todas deseamos ir al TODO, pero pocas lo consiguen.
A mí me toca esperar. Estoy en un bonito paraje lluvioso, me gusta conservar el aspecto de mi anterior cuerpo mientras espero.
No soy quisquillosa a la hora del reparto, lo que sí me gustaría es no entrar de nuevo en una adicta al móvil cruzando una vía de tren.

RELATO 13

ETAPAS 

Las vacaciones en nuestra casita costera estaban siendo las más difíciles con diferencia. 
La adolescencia de mi hija llegaba a su cúspide, arrasaba como un huracán e inundaba todo de resentimiento y culpas.

Íbamos a cenar, Nuria se negaba a bajar alegando alguna llamada urgente con una amiga. 

De nuevo, el conflicto.

Esta vez salió hacia la playa. 
La seguí, sabiendo que no había respuesta correcta para resolverlo.

Estaba exhausta por su propia montaña rusa emocional.
Dudé si desvelarle finalmente mi historia de rebeldía o mantener mi reputación de madre estricta e injusta.

Cogí aire.

-Cariño, ¿me haces un hueco?

RELATO 14

CAFÉ PARAISO

Portugal.

Llovía a cántaros aquel día. 
Copo de vinho verde y Sagres pequena en la mesa.
Esperando por ti como siempre.

Ahora quedan solo recuerdos fugaces.
Nunca llegarás, nunca volveras.

"Call me the breeze"  decía la canción en el Café Paraiso.

"Yo siempre sarè ligera briza de mar que acaricia tu pelo en un día de lluvia" me decías.

No, no hay cambios en el tiempo, ahora solo sequía de amor, pedazos de my alma se arrancan sin pietad.

Sólo mi paraguas me protege de los chorros helados de tus inútiles "te quiero" que aún golpean mi corazón.

RELATO 15

TOC

Marta tenía el deseo constante de estar al abrigo de la lluvia. Era su forma de expresar la necesidad de sentirse protegida. Cuando no llovía, corría a las duchas de la costa, se sentaba, y de manera repetitiva y compulsiva, pulsaba el botón para recibir su dosis de protección.

Los que conocían su historia sabían que aquella obsesión venía de las veces que tuvo que soportar a sus trastornados padres, que la obligaban a pasar horas bajo la ducha o atada a la intemperie los días de lluvia, para que limpiara sus "pecados".


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