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Fotografía: Dorothea Lange |
RELATO 1
BARCELONA 1938
Con los bombardeos les fueron arrebatos su hogar, un marido y un padre.
Muchas como ella deambulaban por la ciudad de la mano de sus hijos en busca de echarse algo a la boca. A ella, el miedo y la incertidumbre le encogían el corazón y el estómago.
¿Dónde comerían esta noche?
¿Dónde los podría abrigar del frío?
Aquella mirada perdida, se esforzaba en dibujar una sonrisa cuando sus hijos la miraban intuyendo su angustia.
La esperanza les llegaría después de la tormenta. Alimentados, arropados y protegidos por un grupo de vecinos y combatientes, emprenderían el camino hacia la frontera.
RELATO 2
MANOS A LA OBRA
Esto se está yendo de las manos y no sé cómo ponerle remedio. La idea fue mía, por lo que me siento parcialmente responsable de haber llegado a este punto.
Sin embargo, los niños no quieren seguir y yo estoy agotada de supervisarles y ayudar. No creo ni que pueda salvar nada de lo que llevamos puesto.
¿Cómo le digo a mi marido que a ninguno nos interesa construir un caminito de piedras que desemboque en una fuente rodeada de gnomos de jardín?
Cuando sugerí que sería conveniente hacer algo en familia no me refería a esto precisamente…
RELATO 3
COMPASIÓN
Podría escribir todo un tratado sobre la condición humana, de cómo unos pasan con prisa y otros bajan la mirada, temerosos de que nuestra pobreza sea contagiosa. Estoy aquí, sentada desde las diez, en la puerta del supermercado, con mis dos pequeños, aprendiendo cada día que la compasión es un bien escaso. A veces, una mano se tiende, rápida y casi furtiva, dejándonos un par de monedas. Otras, alguien murmura una disculpa, como si ser pobre fuera un fallo propio y no del mundo.
Aprendo que, en esta sociedad, la empatía es un bien que pocos pueden permitirse.
RELATO 4
LA MIRADA
Su boca acalló, su mirada desnudó su alma.
RELATO 5
BRUMOSA LUZ NOCTURNA
La niña que soy es más vieja que mi edad. El abandono de mi madre, el hambre… fueron el máster de fin de carrera que me abrió las puertas para sobrevivir. A mis trece años llevo desconchados tacones de charol y carmín en los labios. A veces me cubro con un sombrero de hombre y me vuelvo intimidante. Es necesario llevar sustento a casa, hay una hermana pequeña que proteger de la calle. Y mientras la vida pasa, las frías noches me acompañan bajo la brumosa luz de una farola, donde conseguir créditos para la auténtica carrera de su vida.
RELATO 6
EL COMIENZO DE TODO.
EL FINAL DE UNA VIDA
Quién lo iba a decir esta mañana cuando salió apresurada, se inclinó sobre su madre, sentada en el butacón de terciopelo, para darle el que sería su último beso.
Claudia volvió a casa, sonaba "Lascia Ch'io Pianga" de María Callas.
A esas horas era normal entrar acompañada de ruido, y su madre haciendo la misma pregunta: ¿eres tú hija mía?
Hoy no hubo pregunta.
Su madre, yacía inerte sobre la cama, sostenía entre sus manos, unas fotografías amarillentas de mis abuelos en Madrid del año 1936, del mes de Julio…
El amor es un viaje sin boleto de vuelta.
RELATO 7
NO SOY DE ESTE MUNDO
Desde su nacimiento fue considerada una niña rara. La mirada soñadora, siempre perdida, sin variaciones en su rostro, la hacían parecer fría y distante. Sin preguntarle, la casaron con su primo para no partir la heredad de sus padres y tíos. Tuvo seis embarazos y tres hijos, por los que no sentía nada más que lástima. Su cuerpo, estragado por tantos partos y embarazos fallidos, le pasó factura y quedó imposibilitada para cualquier cosa que no fuera perderse en ensoñaciones y pensamientos secretos. Pensamientos que la llevaban a un mundo donde podía ser ella misma, feliz, libre y sin ataduras.
RELATO 8
EL CABALLO DE MILDRED
Los niños no tenían colegio y las tardes de estío eran interminables.
Mildred inventaba juegos para sus hijos que rápidamente quedaban obsoletos, hasta que ideó un plan infalible.
En los prados cercanos a su rancho, cada atardecer aparecía una manada de caballos salvajes.
Mildred contó que a veces aparecía un caballo dorado y quién lo viera, sería afortunado por siempre jamás.
Cada tarde esperaban a la manada que, con su galope, provocaba una polvareda tal que los niños tenían que esconder sus cabecitas.
Mildred mantenía fija su mirada.
En lo más profundo de su ser, anhelaba ver aquel caballo dorado.
RELATO 9
FIEL A NUESTRA CITA
Hola mi amor, hoy es nuestro aniversario ¿te acuerdas?
Como cada año te escribo aunque luego deposite la carta en la vieja caja de madera que tanto te gustaba.
Te sigo queriendo, lo sabes ¿verdad?
Te extraño cada día aunque hoy ya no estés aquí.
Ellos, te sorprenderías, en cada uno hay un gesto, algo de ti que nunca se irá.
Nos dejaste demasiado pronto y te llevaste para siempre mi corazón.
Vivo… sí, pero no hay día que no imagine cómo sería mi vida contigo.
Hoy, en mi ancianidad te lloro, cosas de viejos, qué le vamos a hacer.
RELATO 10
UNA INCURSIÓN REAL
Después del desastre que había truncado miles de vidas, apoyada en la complicidad de guardaespaldas de mi confianza, decidí acudir allí donde todo había empezado. Salimos y llegamos de incógnito. Necesitaba sentir de primera mano lo ocurrido. Cubiertos de barro, caminábamos entre el lodazal y la incertidumbre, entre la generosidad y el vacío, cuando una mujer me pidió que cuidara de sus hijos para buscar algo que darles de comer. Mientras ellos se refugiaban en mí, y el más pequeño dormía entre mis brazos, supe que reinar es una palabra vacía si no puedes ser una más entre tu gente.
RELATO 11
CARESTÍA
Sentada y a salvo contemplo el lento e inexorable fluir del río, que avanza firme e indemne, hasta morir en la mar.
La corriente me los arrebató de mis brazos, tan rápida como rápido silenció sus angustiados gritos.
Luché toda la noche por aferrarme a la vida. Desolada y rota, erré más allá del tiempo, en una oscuridad de cañas y barro.
Al despuntar el alba, los hallé; fríos, inmóviles y... vivos. Los abracé con lágrimas secas y el alma quebrada.
Estoy feliz. Lo he perdido todo, todo; y sin embargo los tengo a ellos, y eso es cuanto necesito.
RELATO 12
POSGUERRA
Fuimos de vacaciones a Stuttgart y encontramos un apartamento de otra epoca. Una escalera amplia que llevaba a unos apartamentos limpios, con una decoración sobria. Las cortinas a media asta para que no te vieran los vecinos pero entrara luz, una cocina sencilla, con cubiertos de acero, pesados, higiénicos. Había alguna foto pero aquella en especial, madre con sus hijos, te hacía estremecer porque podías comprender la vida limitada, llena de hollín y pesares que debían haber pasado. Se habla de la reconstrucción de un país después de una guerra, en la foto se vislumbra la desesperación para mantener las pocas piezas que quedan, unidas.
RELATO 13
AMOR
El simple vuelo de una mariposa o el reflejo de un rayo de sol le maravillaba. Se descubría hinchado como un globo, licuado hasta un zumo empalagoso. Notaba hormigas en su tripa y buscaba su cara en todas las mujeres.
Se dio cuenta de lo que le estaba ocurriendo. Pero fue tarde para ella, ya no había remedio. La había acuchillado hasta dejarla sin vida.
Ahora sabía que la quería. Reconocía el sentimiento, lo había vivido antes.
Porque hasta el ser más abominable ha sido amado.
Por su madre
RELATO 14
CORTANDO EL POLVO
En un campamento de refugiados polvoriento, María, una madre de dos hijos, se encontraba sumida en sus pensamientos. Los niños, exhaustos, se acurrucaban a su lado, buscando consuelo. La incertidumbre del futuro la atormentaba.
De repente, se escuchó: "¡Corten!". Las cámaras se apagaron.
Sonia Diva, una talentosa actriz, no sonrió al elenco, se quitó de encima a los niños casi a empujones y se fue a su camerino farfullando necedades.
La muy hija de puta había bordado la escena.
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