sábado, 6 de abril de 2024

RELATOS SEMANA 203

 

Foto Yaneth Mesa

RELATO 1


LA LUZ TRAS LA TORMENTA

Miro al horizonte, justo donde el cielo besa el mar, y suspiro al viento, a otras como yo.
-Libertad- susurro, una palabra nueva, un grito de mi alma. 
La brisa acaricia mi rostro raído, borrando las sombras del ayer. 
Hoy, el sol se pone solo para mí, fraguando con su tibio calor mi renacer.
-Adiós- digo a los ecos de un tiempo cruel, a las cadenas rotas de mis pies. 
Ahora, soy la dueña de mi destino, la capitana de un velero que navega hacia un mañana de incertidumbre y de nuevos sueños. -Al fin, soy libre-

RELATO 2

VACÍO 

Él era viajante de comercio. Simpático y divertido. Venía con billete de vuelta y varias maletas a sus espaldas. Alquilaba dos habitaciones: la segunda, para exponer sus muestrarios y atender a sus clientes durante dos días, citándolos por horas.
Yo, funcionaria aburrida, estrenando mi primer destino en un pueblo gris.
Nos conocimos una noche en el pub y comenzó a llamarme cuando llegaba.
Vinos, tapas, copas y risas. Muchas risas. Siempre. 
Nunca llegamos a más, pero cada mes anhelaba su visita como preso que espera su vis a vis mensual.
Él dejó de venir y yo nunca dejé de esperarle.

RELATO 3

AVE EN RAMA

Cada tarde, de camino a la casa donde veraneo, la veo encaramada en lo alto de la cerca del camino. Siempre absorta con alguna lectura, nunca me he atrevido a dirigirle la palabra. 
Sólo fantaseo haciéndome preguntas inverosímiles sobre ella.. que quedaron sin respuesta. Al verano siguiente volví deseando volverla a ver posada, cual ave en rama, en la misma cerca. 
En su lugar, sólo encontré un viejo libro junto a una flor, ambos marchitos por el tiempo.
Ya sólo puedo preguntarme...¿hacia dónde voló?.

RELATO 4

RECUERDOS 

Sentada ante el ordenador con trabajos sin terminar, agobiada con demasiadas responsabilidades. 
Me recuesto en el sillón intentando relajarme, dejo volar mi mente.
Un conglomerado de añoranzas.
Los almendros en flor.
El trinar de los pájaros por las mañanas. 
El canto del gallo, despertador puntual. 
El olor de la madera de la chimenea.
El sonido de la lluvia golpeando los cristales.
El sabor de las migas de la abuela.
Las tardes en amenas tertulias de amigas.
Las plácidas noches de amor maternal.
Vuelvo al presente reconfortada, pero nostálgica tras el recuerdo de aquellos añorados años que ya no volverán.

RELATO 5

TODO VA A ESTAR BIEN
 
Aunque parecía poco, habían pasado unos meses desde la primera vez que se vieron. Compartían una conexión tan especial que podía ser ella misma sin necesidad de aparentar nada.
 
En su cita número 14 quiso sincerarse por completo. Se adelantó y, sentada sobre la cerca que contenía a los caballos, se perdió en su discurso.
 
Al terminar sintió que algo había cambiado. Miró a su alrededor, estaba sola.
 
Entonces supo que no se volverían a ver. La ayuda que necesitaba para sanar las heridas de su alma se había marchado tras cumplir con su cometido.

RELATO 6

AUNQUE LA GALLINA SE VISTA DE SEDA, GALLINA SE QUEDA.

Tenía la gallina inquietudes casi humanas.
Deseaba conocer el mundo más allá del palo superior de la cerca que delimitaba la granja y en donde siempre estaba posada.
Presumía ante el resto de animales de gran elocuencia y erudición.
Los demás, al ser cortos de entendederas, la escuchaban encandilados.
Deseaba tanto la gallina ser algo más que gallina que un día una brillante estrella se le apareció y le concedió su deseo: En preciosa hembra humana la convirtió.
Pero era realmente tan vana la inteligencia de la gallina, que aún siendo mujer, en lo alto del palo se quedó.

RELATO 7

RECUERDO QUE...

En el rio, sombras y cañaverales, caminos que se oscurecían incluso a plena luz del día, donde no se atrevía a pasear nadie de nuestra edad.
El cortijo blanco, rodeado de bosques, campos de maíz y "cañadú". Junto a mi ventana se alzaba con firmeza un árbol poderoso cargado de moras. Desde la morera hacia el oeste, filas de "transparente" con cuyas hojas, arrancándoles la membrana, imitábamos el canto de los pájaros. Más allá las pocilgas, y al lado un montículo enorme de mazorcas doradas.

Todo ha quedado enterrado bajo toneladas de hormigón.

De aquellos lugares solo queda mi recuerdo.

RELATO 8

LA DANZA DEL OTOÑO 

Nos amábamos.
En el escenario la pasión estallaba. 
En la “Primavera de Vivaldi,” su última ardiente, dolorosa mirada fue mía.
Cayó fulminado para siempre.
La cruel muerte se lo llevó.

Colgué las zapatillas de ballet.
Como lágrimas vivas,
en un oscuro arcón guardé.
Mi corazón murió junto al suyo.
Al abrigo de la naturaleza,
consuelo intenté.

Después del colorido y apasionado amor perdido. 
Fui como árbol en otoño, cuyas hojas secas danzan en el infinito; tapizando de ocres el suelo.
Mi alma se desnudó. 
Convirtiéndose en un fantasma, de aquella feliz primavera.

RELATO 9

ELUCUBRACIONES PELIGROSAS 

Estaba encaramada en el cercado de mi finca, aburrida y acalorada, contando las Jaras y las Lavandas. 
Predominaba el color lila.
En el cielo, comenzaban a formarse cúmulos de nubes que refrescaban el ambiente. Empecé entonces a contar encinas.
En plena tarea, un estruendoso trueno me desconcentró, teniendo que reanudar la cuenta, esta vez señalando con el dedo y elucubrando acerca de si el aceite de bellotas tendría buen sabor. 
Mi dedo atrajo un rayo, dejándome seca al instante. 
Desde entonces, me aparezco en los campos cuando hay tormenta, para prevenir a los paseantes. El aburrimiento puede ser muy peligroso.

RELATO 10

LOS OJOS DE HAYDÉE

Voy bajando al valle con el rebaño, es primavera y hay pasto tierno. La brisa es fresca y huele a polen, el agua corre cristalina. Llevo en mi mano una ágata, la que he pulido durante años con la correa de mi morral… ¡como reluce!. De pronto, sentada sobre la cerca, estaba la chica que llegó a la casa del viejo Jonás. Cuando me acerqué me dijo: en ese lugar el pasto es mejor. Luego me miró, sus ojos eran como dos ágatas azules, grandes, luminosos.
Me arrodillé, extendí mi mano y sin decir nada, le di mi tesoro.

RELATO 11

EN MEDIO DEL OLVIDO

Marieta regresó a su pueblo buscando el eco de su niñez. Todo había cambiado desde que se fuera a la universidad: El murmullo del riachuelo había quedado mudo, la alberca libre de los saltos de las ranas, las ventanas de la casa de su abuela, tapiadas… La invadió una profunda melancolía entre todos aquellos escombros de la nostalgia.
Tras la última calle asomó intacto a sus ojos el campo de amapolas, batiendo sus rojos al viento.

 —¡Me habéis esperado!

Un brote de esperanza llenó su pecho, como un verso perdido en el poema del olvido.

RELATO 12

VIVIR

Le gustaría tener una visión infinita que le permitiera ver más allá del horizonte y del espíritu humano. La tristeza en el que sonríe o la esperanza en el que llora.

Pero veía lo que veía. Un mundo despiadado, arruinado y deleznable. Un camino sin retorno.

Intentó concentrarse en el presente. Giró la cabeza y recogiendo el palo de la boca de Grey, volvió a lanzarlo lejos. 
Todavía había certezas. 
Sin ver donde aterrizaba, sabía que tendría ese palo otra vez entre sus manos.  

El día traería la noche y mañana volvería a amanecer.

Ella solamente podía seguir viviendo.

RELATO 13

DESDE MI ATALAYA 

Decían de mí que era una exagerada y con una fantasía que no tenía límites. En realidad, sabía que tenían razón, pues desde muy pequeñita ya apuntaba maneras. Tenía amigos invisibles con los que pasaba las tardes charlando. A mi madre la volvía loca esto; no le gustaba que tuviera esa clase de amistades, pero yo no le veía nada de malo a aquello. ¡Era tan divertido!
Ahora que mis amigos imaginarios han dejado de visitarme, me consuela y me inspira acercarme al vallado, allí donde los conocí. Sin embargo, aún albergo la esperanza de su regreso.

RELATO 14

ESTAR DE VUELTA

Durante el otoño del 86, no hubo nada que Ainara deseara más que la caída de la tarde. Después de hacer los deberes, su madre y ella sacaban la máquina de coser para confeccionar el atuendo que llevaría al examen.

Por fin llegó el día. La audición fue perfecta, tanto que consiguió una beca para hacer lo que más le gustaba: bailar. Fuera del pueblo vivió tiempos felices, duros a veces, frenéticos siempre.

Hoy, cincuenta años después, mientras mira través de la ventana donde cosía junto a su madre, piensa que no existe un lugar mejor para, por fin, descansar.

RELATO 15

AUN CUANDO PIERDO, GANO

Son mis ojos infinitos
Mar de profunda mirada
Los que reirían un día
Cuando vieran regresaras.

A tu cintura amarrada
A tu risa y a tu aliento
Cómo desatar el nudo
Si me empuja hacia ti el viento.

Si adoro tu fiel cordura
Tus manos, tu dulce boca
Tus besos sabor a miel
Que tanto me vuelven loca.

Cómo pudiste pensar
Que lo nuestro terminara
Que a kilómetros de ti
Algún día te olvidara.

Por la historia que tuvimos
Que fue puro verbo amar
Aunque pienses que he perdido
Para mí eso es ganar.

RELATO 16

NAVEGANTES

Allá donde tú señalas,
tras la cerca, tu vestido y tu mirada
hay un campo de amapolas,
girasoles y guirnaldas.
Una eterna primavera para vivirla
de risas y abrazarla.
Un horizonte fundido de cielo
con un mar de aguas calmas
pintado en los azules de tu mirada clara .
Allá donde tú señalas
nos llevará un velero de velas blancas
rompiendo olas, levantando espumas
de agua nacarada.
Fijaremos rumbo, soltaremos amarras 
de desengaños y decepciones,
navegaremos sobre olas de sangre
de nuestros desbocados corazones
Exhaustos amantes hasta la alborada
rendidos en puertos de dulces caricias 
con besos de piel salada.

RELATO 17

UN AMOR IMPOSIBLE

Ayer me acordé de ti. Lo nuestro fue un amor imposible que no pudo ser. ¿Por qué me tuve que enamorar? 
Inconscientes traspasamos aquélla puerta aunque nunca se llegó a abrir. No nos dimos cuenta que era infranqueable y hoy sé que el destino nadie lo controla.
Sabes cómo me quedé pero quiero que sepas que siempre te viví, te sentí, te amé como a nadie he amado pero el sol brilla todos los días. También para mi.
Quiero vivir, desengancharme de ti. Sólo te ruego que me devuelvas lo que te llevaste. Mi corazón me pertenece sólo a mí.

RELATO 18

RECUERDO

Te recuerdo tan relajada en la valla de la vida, tu vestido floreado hablaba de nuestra primavera. Tus suaves hombros, curvas de miel, invitaban a llegar a los lugares más secretos del placer. Tu pelo oscuro era el bosque donde perderse en encuentros de hadas. Tus ojos, tus ojos color lagarto miraban lejos, al mar. Tu dedo índice marcaba el horizonte al que podíamos ir juntos y perdernos para siempre. Ahora sólo me quedan los sueños y la luz lejana de un sol poniente.

RELATO 19

PAZ SERENA

Disfrutaba de un delicioso café cuando oí por la radio que acababan de hallar el cuerpo sin vida del individuo desaparecido hace una semana. Oculto entre matorrales, tenía las manos atadas a la espalda, la cabeza bajo una bolsa de plástico y el pecho molido a cuchilladas. Al ver el revuelo de policías, periodistas y curiosos, salí de casa para contemplar la escena de cerca. Apoyé la espalda a un tronco. Encendí un cigarrillo, y lo saboreé lentamente, calada tras calada, antes de entregarme a la policía. Ese hijo de puta no volverá a violarme nunca más.


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