sábado, 13 de abril de 2024

RELATOS SEMANA 204

 

Foto: Mari Carmen 

RELATO 1

LAZO SOLIDARIO

Lejos de los hermosos edificios residenciales con grandes avenidas, más allá de las vías del tren, se encuentra el barrio de Santa Teresa.

Sus desgastados bloques se alzan como sombras grises. Sus empinadas escaleras son un desafío para los que viven en los últimos pisos, como el viejo Tomás. Sus piernas cansadas apenas le permiten andar, si bien, siempre regala una sonrisa a quien lo visita.

Los vecinos, conscientes de su dolor y soledad, se turnan para llevarle la compra. A pesar de las penurias, la solidaridad florece en cada escalón, formando un lazo indestructible entre los habitantes del barrio.

RELATO 2

LO QUE EL TENDEDERO ESCONDE
 
Necesitaba una chispa que le diese emoción a mi vida. Todo el día con las labores del hogar, sin hijos que criar, con un marido haciendo chapuzas en casas mucho más bonitas que las del barrio y con una cuñada que me "regalaba" numerosas visitas sorpresa que no aportaban nada.
 
Las que me llenaban, en todos los sentidos, eran las de Paco (el irresistible frutero de la esquina). Nuestro código de encuentro era simple: escaleras colgadas de la ventana = marido en casa, carrito colgado = cuñada incordiando.
 
Recientemente hemos actualizado este lenguaje añadiendo un carrito que representa a mi "bendita" suegra...

RELATO 3

NO A ESTE PRECIO

A vosotros, los de voz entrecortada, avergonzada, silenciada.

A los que os obligan a subsistir de manera infame recluidos en guetos y se os ilusiona con una prosperidad inalcanzable.

A vosotros os digo que la igualdad es una falacia y la subsistencia vuestra condena.

Tú que sabes quien realmente eres y tus sueños superan mi avaricia.

De la ruindad me rescatarás.

Mas ¿qué puedes hacer si se os ha negado hasta la posibilidad de crecer? 

Por eso yo, parte exitosa de nuestro confort, te exhorto para que luches y que desdichados como yo no podamos arrebatarte tus ansias de volar.


RELATO 4

WELCOME TO THE COSTA DEL SOL

– ¿Hola?... ¿Qué tal?... Llegué anteayer... No..., aún no me ha dado tiempo ver mucho... Sí, la verdad es que ha sido una oportunidad vacacional fantástica... ¿Cómo dices?... ¿Hasta el centro histórico?... Pues no sé exactamente... creo que una hora y media más o menos..., y con el tráfico, pues una hora y media más..., todo un lujo... ¿La zona?... Te hubiera encantado..., tengo una vistas privilegiadas a unos edificios de estilo muy mediterráneo..., y en dos noches solo han habido un par de reyertas callejeras y algún disparo que otro... 

Siento mucho que no hayas podido acompañarme... Habrá otra ocasión...

RELATO 5

LA CUERDA

Él guardaba su escalera maltrecha. Después de décadas cambiando las bombillas del edificio Paramount, llevaba jubilado tres años.

Ella era ama de casa, viuda de Smith, famosa por hacer los mejores quesos de Brooklyn.

Vivían pared con pared, cada uno tenía sus rutinas. Pero a media tarde intercambiaban mensajes a través de la cuerda de tender que unía sus casas y vidas.

-"Necesito tus palabras, son el suero de mi alma, con ellas fermento mi mañana"

-"Eres corriente en mis venas, el cable que une mi vida con la realidad".

Y así, durante años, vivieron un amor íntimo y eterno.

RELATO 6

ARCO (ARTE CONTEMPORÁNEO)

En una semana procederían al derribo del edificio. Ya se había desalojado a las dos últimas familias. Sobre aquel extenso solar se construiría un bloque de lujosos apartamentos turísticos. Aquella fealdad que llenaba de inquietud a los vecinos sería por fin extirpada. Reducidos a escombros y olvido los secretos de las vidas de sus moradores.

Pinté un cuadro que expuse en Arco. Un "experto" en interpretación pictórica vendía sus mensajes. Persianas y cortinas echadas, ver sin ser vistos: "introspección". Escalera colgada en el vacío: "inestabilidad del ser". Carritos de compra: "consumismo". 

Vendido por 50.000 euros. "Hay gente pa tó"

RELATO 7

RECURSOS DE MUJER

Mi mujer nunca deja de sorprenderme.
Un día que necesitaba la escalera, le escribí un mensaje preguntándole dónde estaba y me contestó que en el tendedero.
Creí que bromeaba y finalmente cogí una silla, con tan mala pata, que se rompió y me doblé el pie. Cuando llegó mi mujer y me vio con el pie en alto, me preguntó qué había pasado.
Tras contarle lo sucedido ella me salió con:
–¿Por qué no cogiste la escalera? ¡Nunca me haces caso!
Y ante mi sorpresa, abrió la ventana de la cocina y apareció con ella.
Pasmao... me dejó pasmao.

RELATO 8

RECUERDOS DESDE MI VENTANA

Volví en mi edad adulta, la casa huele a humedad y polvo, los techos con desconchones, la bombilla del techo da una luz amarillenta formando en las paredes sombras, como si nos visitaran aquellos que se marcharon. 

Me asomo a la ventana del salón, vienen a mí los recuerdos de un tiempo en que los fríos invierno tenían ese componente tibio, que te da el sentirte arropada por la abuela y los tuyos.

Unos copos de nieve rozan mi pelo, la imagen de mi abuela retirándolas me envuelve en un halo de dulzura y esperanza, cuanto os echo de menos.

RELATO 9

PRIMER AMOR 

Crecimos juntos en el mismo portal. ¿Recuerdas? 
Un verano, en el patio, nos juramos amor eterno, que yo elevé a público marcando nuestras iniciales bajo el alféizar de mi dormitorio: Cari y Felipe.
Mi padre me castigó un mes. “Podías haberte matado”, dijo.
Como en la comunidad sólo nos llevábamos bien nosotros, nunca se pintó la fachada, y todavía, cuando paso por allí sonrío al ver la escalera de Plácida, los carritos de la compra de Sebastián y el anuncio de nuestro compromiso, que rompiste indolente cuando empezaste en el instituto.
Muchas veces sueño que coincidimos y renovamos el juramento.

RELATO 10

FUERA DE PRESUPUESTO

No fue fácil encontrar la localización perfecta para grabar los exteriores de una serie sobre El Torito, un delincuente que robaba a los ricos para dárselo a los pobres. Aquella fachada contaba por sí sola el ambiente en el que se había criado.

Dos meses después, llegamos para empezar el rodaje. Tras descargar dos camiones, y una vez tuvimos montado el set, nos visitó la asociación de vecinos, con caras de pocos amigos. De nada sirvieron nuestras explicaciones mostrando la autorización del Ayuntamiento. 

Finalmente la situación se resolvió con cincuenta y dos mil euros. Jamás tuvimos una figuración más entregada.

RELATO 11

TACONES EN EL BARRO

Lucía, la niña que corría descalza por calles olvidadas, ahora se alza en tacones altos.
En su oficina, un expediente la espera: un caso de desalojo contra un barrio pobre.
En el tribunal, su voz tiembla al presentar su argumento. De repente, calla. En un giro inesperado, renuncia a su posición, defendiendo a aquellos que aún luchan en las calles que ella una vez llamó hogar. 
Su éxito no borra su origen, lo ilumina. Y en su mirada, la fuerza de quien sabe que la verdadera riqueza no está en lo que se tiene, sino en lo que se supera.

RELATO 12

MIS OJOS

Estos veinte años no tendrían ningún sentido si no hubiese tenido la perspectiva de aquellos otros ojos con los que yo veía el mundo, mi mundo. 
Pasaban los años y aunque en mi interior yo sabia la verdad, nunca deje de albergar la posibilidad de que todo aquello acabaría de la mejor manera para mí. 
Nunca me sentí tan solo como entonces; mi casero, un repartidor de comida a domicilio, el chico de la limpieza y el servicio de ayuda a domicilio eran las únicas personas que veía.
Afortunadamente, ellos siempre estuvieron ahí para ayudarme. 
Solo quería morir.

RELATO 13

CUANDO El CARIÑO PERDURA 

Vivía en un edificio sin ascensor.
Me gustaba asomarme a la ventana, mirar los atardeceres opalinos, jaspeados de mil colores. 
Luisito, el hijo de los vecinos, siempre ideando travesuras, usando la canasta suspendida del balcón, subió en ella a su gatito. Cuando paso cerca saltó hacia mí. 
No me gustaban los gatos, pero desde entonces le dejaba una tacita de leche a Peluso, después venía Luisito por él.                        
Ya anciana, era la única que quedaba en el viejo edificio. Todo cambió, menos los atardeceres. Luis me regaló un gatito, me llevó a vivir cerca de su familia.

RELATO 14

TORRES DE MARTIRICOS

Soy _malaguita_. Me quedé _cuajao_ cuando plantaron frente a mi piso esas dos torres.
_Flipao_ ya estaba cuando bajaba a Málaga, con el centro _petao_ de guiris, ¡foe con los guiris!, se han _gastao_ una pila de euros en los pisitos, _cucha_, yo sin sitio, que cuando pega la _caló_ tengo que _sacá_ media casa a la ventana en dos carros, no saco la _piltra_ porque no cabe, siete que somos, con mi madre, mi suegra y mis tres chaveas... 

¡Qué le den a estos _ricuchos_ con sus jacuzzis cuando vean mi ventana _adornaíta_ de bártulos!

¡No hubieran _venío_!




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