viernes, 6 de octubre de 2023

RELATOS SEMANA 177

 

Foto autor desconocido

RELATO 1 


UN DRAGÓN NEGRO EN LA OCURIDAD 


Aquella callejuela del _Barri Gòtic_ le producía terror. Armado con una maza, pasaba diariamente con la intención, según él, de derrotar al Dragón que surgía de las paredes de piedra para robarle su existencia.


En una de aquellas ocasiones, fue sorprendido por los _Mossos_ martilleando las paredes y columnas góticas, batiéndose con una Bestia que solo él veía. Detenido y esposado, la mirada horrorizada de ese hombre les convenció de su falta de cordura.


Mientras era trasladado a comisaría, uno de los _Mossos_ se quedo haciendo guardia en el lugar, pero desde aquella noche... nunca más se supo de él.


RELATO 2


Es conveniente no banalizar el más allá


En la prefectura de Lyon, estaban inquietos por la inexistencia de actividad vital en el cercano pueblo de Bessenay.

Los consumos de agua, gas, incluso telefonía, habían cesado de un día para otro. 

Tan sólo registraban una discreta demanda eléctrica nocturna.

El jefe de policía, acudió al pueblo con dos gendarmes para dilucidar el misterio.

Allí encontraron la nada más absoluta. Aquello era un pueblo fantasma.

Sin embargo, las farolas de todas las calles brillaban intensamente y de forma periódica. Uno de los gendarmes sugirió que podría ser un mensaje en morse. 

_"De aquí no vais a salir"_, le pareció entender.


RELATO 3


Donde todo empezó


El alumbrado de la calle ofrece sus últimos minutos de luz. Caminan en silencio, intentando no pensar en lo que les aguarda. Pronto estarán lejos de allí y la ciudad empezará a despertar.


Hace tiempo que todo es distinto, pero 24 horas juntos dan sentido a su realidad. Quieren detener el tiempo, permanecer juntos y no tener que amarse desde la distancia. Desean la vida que no pudieron tener.  


Se funden en un tierno abrazo. La noche termina de perecer, llevándose con ella sus espíritus que se desvanecen.


El próximo aniversario, en el lugar donde se conocieron, volverán a encontrarse.


RELATO 4


Un toledano que habla catalán y tiene casa en Sanlúcar de Barrameda


En 1890 se instalaron en Toledo 22 farolas que funcionaban con energía eléctrica.


Atrás quedaron las farolas de gas, que lucían evocando un ambiente bucólico, pero facilitaban el trabajo de los amantes de la propiedad ajena, que protestaron a tal efecto.


Tal fue el caso del Sindicato de ladrones toledanos ( SLT ), manifestándose durante tres meses hasta que llegaron a un acuerdo con los Lampareros, consiguiendo que los viernes se apagaran las farolas, de lo que también hicieron uso los enamorados.


En esa época, un viajante catalán enamoró a una maestra de origen andaluz. 


A los 9 meses nació mi tatarabuela.


RELATO 5


La mirada indiscreta


Los árboles otoñean llenando de colores el parque donde nos conocimos. Esta estación llega siempre teñida de nostalgia, ¿verdad? O quizá soy yo, que llevo en la memoria demasiada añoranza. 


Paso por tu calle, solo para verte a través del cristal vahoso de tu ventana. El halo que abraza las farolas, deja en la sombra la pared del callejón y me permite mirarte sin ser visto. No te asustes, nunca te haría daño.


Siempre te gustó vestir a lo Audrey...


No sé porqué me cambiaste por ese que acaba de entrar, entre otras cosas, porque nunca contestas a mis mensajes.


RELATO 5


La mirada indiscreta


Los árboles otoñean llenando de colores el parque donde nos conocimos. Esta estación llega siempre teñida de nostalgia, ¿verdad? O quizá soy yo, que llevo en la memoria demasiada añoranza. 


Paso por tu calle, solo para verte a través del cristal vahoso de tu ventana. El halo que abraza las farolas, deja en la sombra la pared del callejón y me permite mirarte sin ser visto. No te asustes, nunca te haría daño.


Siempre te gustó vestir a lo Audrey...


No sé porqué me cambiaste por ese que acaba de entrar, entre otras cosas, porque nunca contestas a mis mensajes.


RELATO 6


La quinta


Al doblar la esquina del arco percibí que una sombra me seguía. Miré hacia atrás pero no vi a nadie.


Intranquila, continué mi camino acelerando el paso.


Oía pisadas al mismo ritmo que las mías. Comencé a sudar. La niebla me impedía respirar. Escuché el sonido de risas y algaradas de la taberna y rompí a correr hacia allí presa del pánico.


«Montse, no corris que la nit és llarga» me gritó riendo la tabernera con su acostumbrado escote descolgado hasta la barriga.


Sobre una mesa se leía en La Vanguardia «Ya son cuatro las víctimas del Destripador del Raval».


RELATO 7


VIDAS AJENAS


Con mi bicicleta y escalera recorro los suburbios encendiendo farolas al oscurecer. Durante segundos me meto en las vidas de otras personas cuando desde lo alto de la escalera atisbo por sus ventanas retazos de intimidades anónimas. 

La madre que llora a su neonato muerto por las fiebres, el marido que pega a su esposa, la cena en la mesa de una familia pudiente, la estufa apagada del estudiante pobre, el anciano que reza por miedo a la soledad… Esas historias las llevo conmigo durante mis sueños y pesadillas, afortunadamente, se diluyen al amanecer. 

Otra noche para conocer vidas ajenas.


RELATO 8


El farolero 


Sin faroleros (1930)


Soy un anciano solitario, estoy al abrigo de la oscuridad en un parque. Enciendo un cigarrillo.

Mi abuelo perdió su empleo; encendía faroles. Fumaba en un callejón oscuro. Se acercó un hombre con una mecha, le pidió fuego. Al alejarse, se encendieron los faroles.

Supo que era un fantasma, porque no tenía sombra.

Después de contar el incidente se llevó la mano al pecho, murió.

Mi abuela decía: El farolero, se lo llevó.


Un hombre me pide fuego se ilumina el parque. No tiene sombra. “Es el farolero”…


Al despuntar el día, encuentran un mendigo congelado.


RELATO 9


ÚLTIMO SUEÑO


Era el último de mis sueños, atrapado en el cajón oculto de mi corazón.

Faroles amarillos encendidos en la calle, donde de repente, 

todo se había convertido en piedra gris.

Intenté hasta el final iluminar el camino que habíamos recorrido juntos, 

reviviendo colores, risas y amor. 

Pero yo no pude hacer nada.

Al fondo hay una fortaleza, la tuya,

Catedral donde has encerrado emociones y sentimientos.

Tu mente, guardia feroz, para quitarse el miedo,

decidiò que permanezcan allí, encadenados para siempre. 

Amanece, antes de dejar, me vuelvo, 

última mirada.

Esta ciudad, Malaga, nunca mas será la misma en mi.



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