viernes, 13 de octubre de 2023

RELATOS SEMANA 178

Fotografía anónima 

RELATO 1


DESPILFARRO


La boda perfecta. 

El gran salón estaba listo. Todos habían llegado, los invitados, los fotógrafos, el alcalde, los testigos. Incluso el bisabuelo de la novia estaba allí. 

Pero algo no estaba bien. Todos se miraron asombrados y al unísono señalaron la única silla apoyada en la pared que reflejaba su sombra.

 En el suelo, el semicírculo de flores blancas esperaba a la otra mitad. 

El novio tambien esperando su prometida . Ella nunca llegó. 

Qué desperdicio, dijeron todos, saliendo conmocionados: una corona incompleta, una novia invisible, una silla que falta. 

¡No! Es un despilfarro total , gritó llorando el novio.
 

RELATO 2


Al pie de la letra


En un primer momento no pensamos que fuese a durar mucho allí puesta. Como la primera vez que recurrimos a ella lo pasó realmente mal, no concebíamos que se repitiera.


Sentarse en “la silla de pensar” nació como castigo por mal comportamiento, pero debe haber algo que se nos escapa porque la niña no es mala. Sin embargo, todos los días se coloca sobre el asiento y pasa varias horas reflexionando sobre vaya usted a saber qué.


A sus ojos es un altar; no nos deja acercarnos, ni tocar la estructura de madera. Creo que fallamos al bautizar esa práctica…


RELATO 3


La cabaretera


El 13 de febrero de 1972 cumplí 13 años. Aquel día mis padres volvieron a regalarme lo que más me gustaba: una sesión de cine.


Llevábamos más de treinta años de censura así que cuando, a pesar de mis pobres conocimientos de inglés, entendí lo de _"un tigre es un tigre, no un cordero, señor"_ algo se abrió en mi cabeza. 


Aquella noche decidí ser lo que he sido hasta que mi cuerpo me lo ha permitido: bailarina.


La película era _Cabaret_, la canción Main Herr y el descaro de Liza Minnelli fue siempre mi inspiración.


RELATO 4


CHURRUCA, QUE SE ME CASA LA NIÑA


—¡Mi Saray, que se me casa! Cuatro trajes, _brilli-brilli_, la corona...


_¡Pechá_ sesiones con _La Churruca_! Vestidos de princesa, de sirena, _los doraos_, el blanco _pal_ "sí quiero" _pa mostrá_ la honra...


—No _te socurra engordá_ que nos pilla el toro —aseveraba la modista. 


Pero gitana _mu normá_ no soy, sino el garbanzo _más negro'l puchero_.


_Pa_ no darle un mal rato a mi madre, le dejé hacer. Seguí con mi _preñao_ y el vestido de boda lo rediseñé cuando, antes de salir, le arranqué cuatro vueltas al bajo y lucí en minifalda. 


Ver esas caras... ¡lo mejor del día!


RELATO 5


La despedida


    Te ruego me perdones. No puedo decorar tu celebración.


    Hace treinta años murió mi esposa cuando te alumbró. Desde entonces hemos estado siempre juntos.


    Mi niña, representación de su madre, único sentido de mi vida, se va.


    Te casas con un funcionario de Australia que conociste en un viaje con amigas. Es para tí un momento feliz, y yo me alegro por ello, pero siento que no podré sobrevivir a esta segunda pérdida.


    Supongo que pensarás que volveremos a vernos algún día, pero yo no lo creo. Habré muerto de pena.


    Te ruego me perdones. No puedo decorar tu despedida.


RELATO 6


La silla


Por mi trabajo, tenía que recoger los muebles que los vecinos tiraban.

Había una calle especial, una casa especial, cada vez que pasábamos, había una silla diferente para tirar:

Silla de enea.

Silla Luis XV.

Silla de caoba.

Silla decapada.

Silla carcomida.

Silla de forja.

Silla plástica.

Silla de aluminio…

Un día pasé, no estaba, había un revuelo en la casa.

La anciana, la encontraron muerta en una silla, al lado, otra vacía, encima un ramo de lilas, con el nombre de su amado. Esquela: “Te espero. “

RELATO 7


A TRAVÉS DEL ESPEJO


Nadie puede vernos totalmente, sí fugazmente por el rabillo del ojo o intuirnos, pero, ahí estamos. Solo la niña pequeña de la casa nos ve claramente. Ahora mismo, sentado en la silla contemplo como le dan una mano de pintura al salón. Antes era yo el pintor, pero desde que soy un fantasma me limito a observar, no podré avanzar hasta que no averigüe qué me pasó. 

Alguien se está subiendo a la silla, por no coger la escalera.

 ¡Catacrakkk! 

Silla volcada, cabeza abierta y… ¡¡ya sé que me pasó!! 

Yo también me caí. Ahora ya somos dos los fantasmas!!


RELATO 8


Plena


Con una guitarra de fondo y la visión de esta sala colorida, se alumbra en mi cabeza la idea de que mi alma está plena. Ese puzzle deshecho que era a los 16, ahora por fin está unido con un engranaje de amor propio y de aceptación. 


Así que me quedo sentada en esta silla, de aquí no me levanta nadie.


Y la iré moviendo donde surja, a veces me levantaré, paseando por otras almas, ayudando en lo que pueda. Pero siempre volveré a ella, mi querida silla rodeada de tul esponjoso.


RELATO 9


La silla adivinatoria


Asun, la de Carratraca, más conocida como Madame Telodigotó, encontró una silla en el descampado que hay junto a su casa. 

La mujer, andaba mal de dinero y se abastecía de lo que encontraba por ahí.

Después de adecentarla, se sentó para probar su resistencia y entonces una voz metálica le dijo: _"Te se va a estropear el grifo del bidel"_.


Asun, aterrorizada, acudió al baño y efectivamente, el grifo soltaba agua desaforadamente.

Descubrió entonces que la silla adivinaba el futuro y decidió obtener rendimiento, estableciendo un gabinete adivinatorio.


Junto con la sesión, regala a sus clientes un tupper con torreznos.


RELATO 10


¡QUÉ BONITA LA VIDA!


Abre el día. Alba echa los pies al suelo y da las gracias.


 Asoma a la ventana, el cielo es gris, agradece al gris que la deje en casa devorando libros. Agradece al sol, si asoma, que la invita al encuentro con el mar y los amigos.


Adorna los días. Ve una silla desierta y la imagina sumergida en flores, desprendiendo aroma a lavanda aunque sean hortensias.


De eso se trata. De vestir este rato que pasa por aquí con su mejor disfraz.

¡Qué bonita la vida, dice, qué belleza hay en encontrar la manera de reunirnos y hacerlo posible!


RELATO 11


¡VIVA LA VIRGEN DEL CARMEN!


La abuela era una auténtica devota de la Virgen del Carmen, y cuando se iban acercando las fiestas, ponía en guardia a toda la casa...


- _Isabelita, ¿Te has traído los alfileres, agujas...? ¡¡¡Los hilos!!!_


- _¡¡¡Joaquín!!! Llégate a buscar las banderolas, verdes, rojas y amarillas._


_- ¿Pepe? ¿¿¿Dónde estás??? ¡Ah! Ven aquí anda, ayúdame a colgar las guirnaldas._


Todos a las órdenes de la matriarca, no había ni un segundo que perder para que la familia recibiera las fiestas como es debido. Ni un rincón quedaba sin engalanar, ni una vela sin encender, ni nadie sin la emoción que contagiaba la abuela.


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