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Autora Lulú García Berrios |
RELATO 1
Una hilera de árboles y un pequeño río
Tras esa cortina verde se veía una planta de hormigón, un polígono industrial, decenas de camiones y trabajadores entrando y saliendo. Los humos de los coches, sus frenadas continuas, junto con los pitos y graznidos de conductores, hacían del camino en bici un infierno.
Pero llegaba al río, tiraba una manta sobre la hierba, desabrochaba tu peto transportín y te tumbaba.
Y en ese oasis diario te cantaba, mecía, comíamos y dormitábamos.
Cuando oscurecía, la vida volvía a ser únicamente cantar de grillos y cielo estrellado.
Y eso sí era un pueblo. Como el de mi niñez.
RELATO 2
Abro la vieja ventana
La imponente montaña duerme sobre un tul de estrellas.
Llaves de oro, luz que expanden, el misterioso arcano ellas abren.
El astro rey el entorno ilumina con
rayos fulgurantes.
Los nidos despiertan, los pájaros vuelan; sus trinos, son musas danzantes, a cascadas, ríos y valles llegan.
La mullida alfombra de hojas verdes,
cubierta amanece de líquidos diamantes.
Se yerguen majestuosos los árboles
fortalecidos.
Los enamorados sus manos enlazan. Risas cantarinas lanzan al aire.
Unas vidas renacen y otras se acaban.
Pero el rio corre entre musgos y hierbas, llevando en sus aguas cristalinas historias de siglos.
RELATO 3
UN AMOR
Cada viernes iba a su encuentro.
Abandonaba el asfalto y se adentraba en el bosque. El sonido del agua ya forzaba su humedad...
Se desnudaba junto al río, se tumbaba en la hierba. Las ramas de tomillo rodeaban sus brazos y sus piernas, perfumando su piel; las prímulas se enredaban en su pelo; el agua del río se vertía sobre su ombligo; las amapolas acariciaban sus labios en beso eterno...
Un temblor sacudía el bosque. El placer la obligaba a arrancar la hierba en una última embestida.
Volvía a casa despacio, con el revoloteo de los gorriones en sus oídos.
RELATO 4
UN PAISAJE
El rubio sol manchaba el suelo y nuestra ropa, la cara, las manos. Manchas que se movían según el viento mecía hojas y ramas.
El ruido del agua era suave, solo roto por el canto de pájaros, croar se ranas y el zumbar de los mosquitos en umbrías estancadas, tapizadas de huellas de corzo, de tejón, de jabalí. Aquellos rastros insinuaban una vida invisible poblada de seres nunca vistos pero reales como nosotros mismos. Los buscábamos con ahínco y preguntábamos por ellos a los mayores. Todos decían haberlos visto. Yo, incrédulo de lo que me contaban, sigo buscando.
RELATO 5
Voluntad de transformación
Aquí podéis ver las enormes dificultades a las que Laura y yo tuvimos que hacer frente desde que compramos aquel cortijo abandonado rodeado de un secarral que se oponía a nuestra voluntad de transformación. Pero no fue así. Habíamos abandonado nuestros cómodos trabajos en la dirección de un banco y el confort de la ciudad, para crear belleza y no nos íbamos a rendir. Hicimos perforaciones hasta encontrar agua en abundancia, plantamos cientos de árboles y, mediante la técnica del riego por goteo, fuimos viendo crecer una arboleda y un verdor que hoy, cuarenta años después, nos llena de alegría.
RELATO 6
Recuerdos del agua
Perdió la noción del tiempo ensimismado en sus pensamientos mientras observaba cómo el agua mojaba el tiempo que fluía con la luz.
Los rayos de sol entraban por el hueco ovalado de los árboles haciendo piruetas y salpicaduras, tapiz estampado de sombras y recuerdos agolpados en su mente.
Observaba las palabras diluirse empapadas, discurriendo en el pasado,
Había vuelto al _Locus Amoenus_ donde cada manzana le devolvía el sabor de un paraíso refrescante, recordado.
Y en ese silencio de mirtos y jilgueros, de tomillo y ruiseñor, ahí, los juncos habían enhebrado sus hilos, nuestra historia.
RELATO 7
SERIE B
El paisaje puede parecer idílico, pero noto la maldad pura acechándome, espero poder conseguir cruzar la laguna sana y salva. La vida de mis compañeros sepultados bajo la cueva depende de ello.
¡¡Crash!! ¡¡Oh!! Alguien me está siguiendo, he oído el crujir de sus pies por el bosque, siempre en las sombras, me parece incluso poder olerlo, huele a orín y excrementos. ¿Qué clase de bestia será? ¡¡Ay dios míooooo!! ¡¡Allí está!! ¡¡Socorrooooooo!! Me va a coger…
¡¡Aaaayyy!!
Yyyyyy…¡¡CORTEN!!
Cinco minutos para maquillaje y que alguien le diga a esa diva de tres al cuarto que ya se puede levantar.
RELATO 8🥉
Sueños oníricos
¡Qué delicia de paisaje, realmente era esto lo que necesitaba para desestresarme un poco!
Y es que no hay nada más placentero que escuchar el arrullo del agua que corre por un riachuelo y sentir la caricia de la brisa fresca mientras atraviesa juguetona el verde follaje.
Siento mi alma en paz y armonía con el mundo, la relajación es total y la serenidad envuelve mi mente para que descanse de tanto pensamiento negativo.
Puedo sentir ese flujo del agua abrazando mis piernas mientras mi cuerpo se abandona al placer del momento...
– ¡Manolo despierta, que te estás orinando encima!
RELATO 9🏅
MEETIC
Adoro pasear por esta zona del bosque. Voy localizando con facilidad todos los escondites donde he ido dejando la impronta de mis amores. Soy capaz de recordar el nombre de todos ellos y el color de sus ropas de la primera cita.
Esta noche he quedado con un tal Armando, parece guapo. Como de costumbre, he contactado con él a través de _meetic_. Si me seduce, tendrá la oportunidad de reposar en este lugar tan especial para mí. Se convertiría en el número veintidós de mis conquistas.
Todo un privilegio para ellos descansar eternamente en este _Jardín del Edén_.
RELATO 10🥇
DE SAUCES Y LIBÉLULAS.
Dicen que en la naturaleza viven las hadas.
Yo no sé si es cierto.
Pero cada tarde vengo al estanque.
A oír el suave arrullo del agua y el verdín sobre las rocas.
Los vuelos rasantes de las libélulas.
Escuchar la sinfonía de los sauces llorosos cuando rozan sus hojas.
Maravillarme con la exacta medida de su ojo de puente.
A que el frescor de la brisa me peine.
Y allí paso el tiempo en absoluto relajo.
En una calma que tanto anhelo.
Nunca pude ver hadas, trasgos o elfos.
Estoy convencido de que ellos a mí, sí.
Cada tarde.
RELATO 11🎖️
En aquel bosque mágico
Hoy avanzo tranquilo por el sendero tapizado de hojas, brillantes rayos del sol se filtran entre la maleza, crean junto a las gotas de rocío un caleidoscopio de colores.
Se calientan los árboles, percibo su aura desprenderse espontánea, forman una atmósfera mágica que lo impregna todo.
Los extraordinarios sonidos del bosque sintonizan con el silencio de mi mente, componen múltiples sinfonías.
Antes de unirse al mar, dicen que el río tiembla de miedo, entrar en él sólo puede significar desaparecer para siempre.
Aquí me siento vivo, conecto con la naturaleza, en paz, sereno, alimento mi espíritu, gozando de estas maravillas.
RELATO 12🥈
Magia interior
Al borde del colapso, agrietada como un fino jarrón de cristal que está a punto de fragmentarse en mil pedazos, hundo mi rostro entre mis rodillas y me entrego al llanto.
Un tintineo muy peculiar interrumpe mis sollozos. Un ser diminuto revolotea a mi alrededor.
En ese instante, mi necesidad de llorar se ve reemplazada por el deseo de seguir a aquella criatura.
Voy absorbiendo la belleza y calma que me rodea consiguiendo sentirme más ligera a cada paso que doy.
Al reparar en mi guía, descubro que no está. Me detengo y respiro profundamente.
“Todo va a estar bien”
RELATO 13
Allí estaba yo.
Como tantas veces.
Embelesada, dejándome llevar por esa paz que transmite el correr del agua, las aves comunicándose en su dulce idioma y ese cielo azul que tanto se hace de rogar en esta tierra.
Llegaste tú con tu cámara colgada al cuello.
Como tantas veces.
Me hiciste un amplio reportaje y de fondo esta naturaleza a la que amo.
Nos besamos.
Como tantas veces.
Y quedamos sentados en el banco, hablando y sin hablar.
Queriéndonos.
Sencillamente.
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