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Foto:Vincent Chung |
RELATO 1
Sentada, sintiendo el frescor del atardecer en mi cara aterciopelada. Mis ojos albergaban emociones al mirar todo lo que a mi alrededor se encontraba. Mi hermanita, tumbada sobre el sillín de mi antigua y desarmada bici, dormía como un bebé recostado en su cuna. Sin tener ningún pensamiento que le atormentase, solo el de dormir plácidamente junto al paisaje insólito de nuestro alrededor, el cual, se mostraba a través de mis sentidos.
Atónita por lo que estaba viendo, un conjunto de sombras jugando alrededor de unos niños en los columpios. ¿Era mi cansancio? o ¿los efectos de la Marihuana?
RELATO 2
Juegos de niños ♡
Juegos con niños.
Los adolescentes en aquellos años éramos jóvenes corazones tratando de encontrar quién nos amará, loca, verdadera y profundamente.
Me enamoré, amé, y nació el fruto de esa unión, demasiado pronto, tras luchar contra todos, nunca me permití llorar.
Perdí los años de adolescencia, me alejé de familia, amigos, del resto del mundo.
Pero valió la pena, mi pequeño era la estrella que brillaba en el cielo aquellas noches de dolor, fui una mujer increíble, fuerte, decidida.
Y tras pasar los años nunca me arrepentiré de mi decisión de traerlo a este mundo, luché por lo que más amo, mi hijo.
RELATO 3
A Kilómetros de ti
Me quedé pensando en aquella villa verde cuánto más tardaría mi madre en regresar...
Mientras el aire cálido movía mi pelo y mi hermana pequeña dormía , las chicharras hacían su ritual.
Mamá se fue a la ciudad en busca de una oportunidad.
Podíamos mudarnos pronto si regresaba con el contrato en la mano y una sonrisa en la cara.
Cristina podía ir al colegio y yo empezaría mis clases de pintura.
Sólo esperaba el momento, ansiábamos la libertad y sola en mis pensamientos anduve un rato más ; después volví a la cruda realidad.
RELATO 4
Narcosis
Grande. Nena..
Mamá, cleta.
No. Tía Alice.
Afuera. Gato. Gato corre. Cleta corre.
Mamá parque. Nena.
Parque. Nena, parque.
En cleta nena parque.
RELATO 5
DORADA ADOLESCENCIA
Dorania, tiene trece años. Le gusta jugar con nubes de azúcar, correr al parque para volar en los columpios, disfrazarse con los vestidos de mamá, maquillarse a escondidas... Presumir con su "novio" adolescente, al que adora. Él, la mira con timidez y admiración... Su padre la vigila, porque ha crecido mucho y desconfía de sus compañías.
_(...)_
Hoy tiene quince años, ha dejado de jugar, de volar, de disfrazarse, y no presume con nadie.
Ya es mamá..., su madre ya no está, y su padre sólo la quiere para él.
Dorania, tiene marcado en el rostro el estigma de su destino.
RELATO 6
Cuando el mundo se quedó sin sombras
El niño buscó la suya. Miró el firmamento, no había sol, ni luna, ni estrellas.
Con su dedito hizo en la arena un huequito .Por ahí “un Ojo”miró dentro del mundo,por todos los rincones.
Vio:
oscuridad
oscuridad
oscuridad
oscuridad
oscuridad
¡OSCURIDAD!
Seis. Seis. Seis veces.
Regresó, encontró todo mustio, el niño estaba reseco, arrugado y encanecido.
“Al Ojo”se le escapó una lagrima.
El cielo mostró el Sol, la luna y las estrellas. El planeta azul resplandeció de nuevo.
El niño volvió a jugar con su sombra.
RELATO 7
Narcolepsia
Recuerdo aquella vez al despertar sobre la bicicleta de mi hermana, ahí comenzó mi realidad. Con el tiempo fui consciente de mi "superpoder", aunque me miraran raro, me libré de exámenes, broncas y planes aburridos... Según crecía, mi mundo onírico era más interesante y necesario. Fingía tomarme la medicación, así podía volver a lugares donde no había problemas ni me faltaba nadie. Ahora necesito estar siempre allí. Sé que mi familia sufrirá cuando no despierte, pero me acabo de tomar una sobredosis de barbitúricos.
RELATO 8
Morir para vivir y viceversa
Se habían quedado solas, vieron como se llevaban a su padre y a su madre por pertenecer al bando en contra de los sanguinarios que desolaban a su pueblo . Su poder era insaciable y sin alma.
Farah agarró la bicicleta de su padre y a su hermana Alina. Corrieron por caminos y tierras extrañas, durmieron con el miedo y con el hambre gritando en las tripas.
Exhaustas, se rindieron y entonces Farah vio cómo, entre tinieblas, aparecían siluetas de niñas felices jugando y, entre sombras, su madre las esperaba. Sintió que las llamaba y no supo cómo decírselo a Alina.
RELATO 9
La huída
Todo estaba organizado. Lo más difícil, la bicicleta. Me costó cuatro meses de chanchullos y sobornos a escondidas. Justo antes de que se llevaran a mi hermana. Algo de ropa, algo de comida robada y su cuento favorito.
Antes del amanecer salimos del orfanato turco dirección Armenia; nuestra tierra.
No sé muy bien lo que buscábamos.
¿Libertad?¿Estar juntas siempre?¿Los fantasmas de nuestros padres?.
Anouch exhausta.
Pero ya estábamos en casa. Alguien nos acogería...seguro.
RELATO 10
RABIA Y MIEDO
- ¡Se han ido! ¡Se han ido las dos!
- Mejor, la Lorena no se merecía esa vida.
La noche anterior el Indeseable le había metido una paliza.
Por la mañana Lorena preparó a su hija Lluvia para ir al colegio, pero aquella mañana al llegar a la verja pasó de largo, y pedaleó sin descanso durante 120 kilómetros.
Al atardecer había cruzado la frontera. Lluvia se había quedado dormida. Lorena aparcó la bici en un parque y se sentó en el césped dispuesta a pasar allí la noche.
Una nueva vida empezaba, lejos de palizas y gritos.
- ¡Lluviiiiiii...!
- ¡Loreeenaaaaaa...!
RELATO 11
SARAH SE HABÍA DORMIDO
Respiró hondo y se dejó caer. La abstinencia taladraba su cerebro.
Después de una dura jornada en aquel pantanoso pueblo de Arkansas pensó que tenía derecho a estar con su hija. Fue donde su madre y tras una pelea tomó a su pequeña. “La llevaré al parque”, se dijo.
Con la niña en la parrilla de la bicicleta pedaleó cuatro millas. Al llegar al parque la oscuridad vencía a la luz y Sarah se había dormido.
—Puto día de mierda. ¿Para eso me esfuerzo en venir? Me muero por un whisky –bisbiseó entre dientes.
RELATO 12
LIBERACIÓN
No tuve una infancia buena.
Mi madre era aún casi adolescente cuando llegué a su vida.
Fui una carga para ella... y como tal me trataba. Me dejaba dormida a lomos de su bici mientras ella, sentada en un descampadado, esperaba inútilmente a que mi padre apareciese.
Todo ello forjó en mí un carácter díscolo y sin apegos.
Crecí evitando ataduras emocionales para elegir libremente mi destino.
Pero mis traumas infantiles seguían unidos a mí como un cordón umbilical que se resiste al corte.
Hoy, tras años de terapia, me he reconciliado con mi pasado... Hoy empiezo a Vivir.
RELATO 13
Malas madres
Sí, yo soy de esas madres que a veces dejan a sus hijos comer chuches, que los columpia hasta que se mueran de risa, les lleva a todos lados para que aprendan a dar las gracias, a ser generosos y amables, y que les transporta en bici hasta el fin del mundo.
Ya sé, no soy de esas madres perfectas, siempre bien arregladas, que les llena de actividades para que cultiven mente y cuerpo, para que sean competitivos, para que tengan un gran futuro.
Yo prefiero que aprendan a ser felices.
RELATO 14
LOS MARTES
El martes era su único día de descanso en el bar.
Nosotras no podíamos volver hasta las doce y media, era cuando su jefe abandonaba nuestra casa hasta la semana siguiente.
Esos días la odiaba con todo mi ser y me encargaba de mostrarle mi desprecio sin ningún reparo, aunque ella se esforzara en ofrecernos su mejor cara.
Ahora es dolor lo único que siento al recordarlo y si pudiera volver a aquellos martes, la abrazaría con todas mis fuerzas, le secaría todas las lágrimas que entonces no veía.
RELATO 15❇️
MMXXI
Una tarde más esperando que mamá vuelva. Ya no puedo más, la pequeña está muy enferma, arde por la fiebre. No nos queda nada para comer, lo último que comimos, agua caliente con pimentón y pan mohoso, nos hizo vomitar a las dos. A pesar del confinamiento, seguimos viniendo al parque donde nos dejó: “Enseguida vengo” dijo, “Cuida de tu hermana”
Oigo risas detrás de mí y por el rabillo del ojo me parece ver a los otros niños jugar en los columpios, me giro rápido y… ¡nadie!
Están todos muertos.
Tengo sueño, tanto sueño…Oigo pasos…
¿Mamá?
RELATO 16
DIÁLOGOS CONMIGO MISMA
Se me pasa el tiempo; es la principal sensación que experimento cada día.
Cuido de los hijos de otros, soporto las altiveces de las señoras madres y las procacidades de los señores padres....y se me pasa el tiempo.
Y yo valgo mucho; tú lo sabes mejor que nadie.
Pero me ha tocado vivir este absurdo cuento de Cenicienta sin príncipe de media noche.
En ocasiones, cuando sólo me ves tú, me encaramo en el columpio con la única intención de subir, y subir.... y salir disparada de este erial, a encontrar yo misma el zapato que aún no perdí.
RELATO 17
INDOLENCIA
Conozco ese lugar , sin haber estado alli antes. Ese lugar, donde se entrelazan los días buenos con los malos. Donde las alegrías y las tristezan se relevan, con la ciudad al fondo, a altas horas de la noche. Adolescentes junto a niños en los últimos juegos indolentes antes de despertar a la realidad. Rendirse al sueño y pensar en lo venidero o quizás lo ya presente. .
RELATO 18
Cuando uno piensa en el parque de La Esperanza lo asocia con dos cosas: niños jugando y periferia. Para mí supone el día en que siendo adolescente me hice adulta.
Mi padre se echó a perder por culpa de la bebida y al exhalar mi madre su último aliento, supe que mi casa ya no sería un lugar seguro y mucho menos para mi hermana pequeña.
Mi vieja bicicleta nos llevó hasta allí; lejos de casa, lejos de él. El sol se ocultaba y mientras ella se rendía al sueño, mi mente trataba de hallar una solución a nuestro infortunio.
RELATO 19🥇
Refugiados
Mientras nacía tu hijo, iban cayendo las bombas sobre Palmira. Pudiste escapar entre las ruinas. Yo estaba abandonada. Me miraste, comprendí. Llevaríamos al niño en mi canastilla. Recorrimos el nebuloso sendero entre filas de cuerpos, atravesando fronteras, sin equipaje.
Detrás, la muerte se columpiaba entre las sombras que hacían cola para balancearse también.
El mar abrazaba a quienes quedaron en el camino huyendo de la guerra.
Tres años han pasado, confía. Descansa sobre esta playa, Siria está lejos. Sobre mi sillín, dormido, reposa el futuro, la vida. Sobreviviréis como refugiados y yo, con las ruedas desgastadas, habré cumplido mi cometido.
RELATO 20
SERVILLETAS DE BAR
-Podías dormir en el sillín de mi bici-, sonríe.
El recuerdo no me alcanza pero mi hermana es mi memoria. Crecí pegada a ella y sus amigas que me llamaban Alberta y todavía no tengo claro el por qué pero me encanta.
Contigo aprendí a deleitarme en las pequeñas cosas, a imaginar siluetas en el lienzo del atardecer, a dibujar rabos de nubes en el azul tapiz de las tardes de estío… y mi película preferida y mi escritora de cabecera.
Ahora lo sé, cuando llego a mi ecuador y me vierto en pequeños relatos de servilletas de bar.
RELATO 21🥉
HIJA DE LA LUNA
En contacto con la hierba, me evado acercándome más a mis raíces… La brisa me trae aires de libertad y reminiscencias de un pasado alejado de esta reserva donde la pobreza y el alcoholismo son males endémicos.
Antaño, en la llanura pastaban los bisontes y cabalgaban nuestros valientes antepasados. Lucharon y vivieron en armonía con la naturaleza hasta que nos fueron arrebatadas nuestras tierras.
Desposeídos de todo, aquí seguimos aprendiendo a montar a lomos de caballo antes que a andar…
Te observo con orgullo, dormida sobre el sillín de mi bicicleta y sé que he parido a una verdadera Comanche.
RELATO 22
Pasábamos los veranos en un camping y los niños eramos libres de día y de noche.
Pero yo cargaba con mi hermana, que era una monada que se metía en muchos líos.
La primera vez que la vi, nació mi instinto de protección.
Cuando todos los demás jugaban, y ella se dormía sobre mi bicicleta, me quedaba con ella, porqué la amaba, y la odiaba a la vez.
Hoy he recordado esa sensación cuando me ha movido de la cama al sillón y me ha mirado con sus ojos verdes diciéndome: "tranquila, te voy a leer un poquito a Almudena"
RELATO 23🥈
MIRTA
Voces infantiles cantan burlonas:
Mirta no puede jugar, porque tiene que trabajar...
- Ya están otra vez. Sólo espero que no la despierten ahora que duerme.
Mirta no tiene dinero ni para comprarse un sombrero
- Cuando sea mayor quiero vivir cerca del mar... Y seré escritora. La profe dice que escribo bien.
Mirta, deja de soñar y ve a cuidar de tu mamá.
Llega un autobús, baja una mujer: _- Hola, Mirta, perdona la tardanza..._ Toma lo que te debo -_ coge a su hija y cruza la calle.
Mirta guarda el dinero y, montando en su bici, pedalea hacia su futuro.
RELATO 24
- Cuéntanos qué sabes de aquella noche, Roberto.
- Fue algo muy extraño. Creamos un chat llamado "El Reencuentro". Allí empezamos a comentar impresiones, informaciones y experiencias. Después compartimos intuiciones, señales y sueños...
Todo nos llevaba a reunirnos en la planicie de aquella colina en la siguiente noche de Luna Nueva. Debíamos sortear a las autoridades y que no nos pillaran. Sentíamos una llamada ineludible, queríamos saber...
La pandilla quedó allí a las 21h. Mis padres me castigaron y no pude asistir a la hora indicada. Cuando se acostaron, me escapé. Pero llegué y no había nadie... El columpio aún se movía...
RELATO 25❇️
A SIETE DÓLARES LA HORA
Anochecía. La canguro se aburría de espaldas al mirador sobre la infinita ciudad de Los Ángeles. Algunas madres aún dejaban a sus hijos columpiarse.
El matrimonio Sturges estaría discutiendo o emborrachándose. La pequeña Betty se había quedado dormida en el sillín.
Ya era noche cerrada cuando llegó el Porsche de los Sturges. Respiró aliviada.
Nerviosa, descendía en bici la oscura y peligrosa carretera de Mulholland Drive.
Tras una curva tuvo un mal encuentro con los hermanos Oneida. Llevaba 35 dólares.
El cuerpo torturado y violado de la canguro apareció 300 kilómetros al este de allí, en el desierto de Mojave.
RELATO 26
La Manzana Podrida
Año 2025...
"El mundo se paraliza ante un suceso inexplicable que dinamita la plácida Watsonville. Todos sus niños, como movidos por una hipnótica señal, se dirigen con decisión hacia el barranco que domina la ciudad. Llegados allí, con la indomable fuerza del grupo, enfrentan un columpio al vacío... ninguno sobrevivió"
Año 2045...
"En el desmantelamiento de las oficinas de la recién quebrada compañía tecnológica, se descubre la documentación de un repugnante experimento de neuromarketing, prototipo de una estrategia global de fidelización. Su nombre: "Watsonville, nuestros o muertos"
Aquel día, Watsonville perdió una generación entera, pero el mundo recuperó su dignidad.
RELATO 27
El Sitio de Mi Recreo
A diario, Javi iba un rato al parque del oeste. Adoraba a sus amigos, pero no podía evitar sentir cierta envidia de la vida de Mar, Pablo y Carlos, tan distinta a la suya. A veces, “su pequeña” Sara caía vencida por el cansancio. Nunca tenía prisa en volver a casa, total, nadie les esperaría con la cena, ni les diría que se asearan antes de acostarse, ni les daría un beso de buenas noches. En aquel lugar podía ser niño, podía jugar y volar alto.
RELATO 28
CATORCE NADA MÁS
Era muy guapo y tenía perras y labia, y yo, catorce nada más. Se piró cuando le dije que me había preñado, hijo de la gran puta. En casa había gente de sobra y faltaba de todo. Me tuve que poner a limpiar, y la niña con mi madre.
Mi niña de mis entrañas. Mira cómo duerme, no le importa nada y a mí sólo me importa ella.
Me gusta traerla y sentarme a recordar cómo me reía cuando me subía a los columpios, rompiendo el aire con las piernas, segura de que nunca me iba a pasar nada malo.
RELATO 29
Los asuntos de mamá
Vestida con la bata rosa y oliendo a manzanas dulces, decía:
- Llévate a tu hermana al parque.
Allí iba yo, con ella tan chiquita en el asiento trasero de mi bici, a pasar las dos horas que necesitaba mamá para sus asuntos. Eso decía al echarnos a la calle:
- Iros, que tengo que hacer mis asuntos.
Intentábamos ser como los demás, que gritaban en los columpios y reían a carcajadas de forma natural.
De vuelta a casa, el silencio, la cama de mamá deshecha, borrado el rojo de sus labios y un olor a colonia de hombre inundando el piso.
RELATO 30
Ojo por ojo...
No sé qué voy a hacer contigo, pequeño. No eres culpable de nada, pero el inmenso daño que me han hecho ellos dos me reclama una accion "justa", radical, proporcional; aquella terrible paliza cuando los sorprendí en mi propia cama, aquella patada en mi vientre cuando él sabía que estaba embarazada de tres meses, aquel empujón por las escaleras... Ahora entiendo la antigua ley de los judíos del ojo por ojo y diente por diente ; nunca entendí lo de poner la otra mejilla que predicaba Cristo. Siempre me pareció inhumano y fuera de la realidad... Todo debe tener un límite.
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