Foto Mariló
RELATÓ 1
MAYDAY MAYDAY
Cuando aterrizamos y nos evacuaron del avión, todos nos reunimos alrededor del piloto. No pudimos resistir el impulso de agradecerle que, después de aquel gigantesco resplandor, seguido del silencio de los motores, el capitán hiciera planear la aeronave durante más de trescientos kilómetros hasta tomar tierra en aquella pequeña pista de aterrizaje en medio del pacífico sur.
Nosotros, al menos de momento, sobrevivimos porque nos protegió el fuselaje del avión. Esa fue nuestra reflexión al observar los alrededores en nuestra búsqueda de ayuda, porque las comunicaciones eran inexistentes y yacían centenares de cadáveres por todas partes.
RELATO 2
UN MARTES DE VIAJE
con certeza, el sorteo estuvo amañado.
Y allí se reunieron ilusionados, expectantes, y algo asustados.
La niebla abrazaba y lamía las siluetas.
El ralentí de los motores embriagaba el ambiente con olor a dudas de última hora.
El viaje de los afortunados elegidos comenzaba en su primera escala. Cabo Cañaveral esperaba impaciente. Allí la luna aun dormía.
Dejaban poco atrás; solo recuerdos agrandados, expectativas truncadas, y demasiado pasado.
Conejillos de india de un futuro que corría a su encuentro.
La primera misión despegaba el martes al hogar del dios que dio nombre a ese día de la semana.
RELATO 3
DESDE LA NADA
Cuando el avión tocó tierra, la multitud avanzó como una ola contenida demasiado tiempo. Cada paso levantaba polvo y esperanza. Yo buscaba entre los rostros asomados a las ventanillas, temiendo que el mío no encontrara el suyo. El viento trajo murmullos, nombres susurrados, plegarias. Entonces la vi, frágil y firme a la vez, como si hubiese cruzado heridas en lugar de cielos.
Pero al bajar comprendí que no venía por mí. Habló con los agentes, señaló una dirección, siguió adelante. Y en su silencio entendí mi derrota: debía soltarla al fin, aceptar su partida y construirme.
Desde la nada
RELATO 4
IGNOTO
La noche está avanzada y los ganadores del concurso se preparan para embarcar. Todo parece normal, salvo el extraño procedimiento que los ha conducido hasta allí. La tensión se palpa en el aire y las miradas nerviosas rebotan entre los presentes. La puerta se cierra y la oxidada voz del piloto desencadena el pánico.
“Gracias por elegirnos. Vuelo con destino… ignoto”
Elevación, gritos, oscuridad, paisajes imposibles, turbulencias. Uno a uno, los pasajeros son absorbidos por escenarios que no deberían existir.
El avión, ahora vacío, se aleja buscando nuevas víctimas con las que alimentar su próxima asignación.
RELATO 5
LA CONCIENCIA PESA, AL FIN Y AL CABO
Tras la convención de la empresa, los asistentes avanzaban lentamente hacia el avión mientras recordaban lo ocurrido: todos habían traicionado al ponente; aquel que vino a compartir sus ideas en beneficio de todos, terminó vilipendiado y repudiado.
Durante el evento, los abrazos y sonrisas fingidas ocultaban puñales certeros.
Pero la desolación del ponente se impuso a la arrogante euforia de los traidores.
Bajo las luces duras del aeropuerto, el avión no conseguía despegar. Tal vez no podía con el peso de la culpa que en él viajaba.
El ponente observaba la escena tranquilo.
Después de todo, él seguía siendo libre
RELATO 6
SU PRIMER VUELO
Para Luisa, su primer vuelo fue todo un acontecimiento, pues disfrutó de paisajes de película, ciudades y maravillas que nunca pudo ver en su vida. Contempló océanos interminables, enormes praderas nevadas, montañas que casi rozaban la panza del avion y ríos que semejaban hilos de plata y promontorios de laderas multicolores, pero también descubrió el amor, un amor agridulce al principio y tortuoso al final, tanto, que decidió volver a casa.
Abrió los ojos. El avión no había despegado aún.
RELATO 7
CAMBIO DE DESTINO
El avión despegó con suavidad, deslizándose hacia el cielo despejado. Desde la ventana, el aeropuerto se hacia pequeño, una maraña de luces titilantes y pistas interminables. Dentro, los pasajeros descansaban, algunos perdidos en sus pensamientos, otros sumidos en libros o pantallas. Un murmullo de conversaciones flotaba en el aire, mientras el avión ascendía, dejando atrás la ciudad que ahora parecía tan lejana. El vuelo, como tantos otros, continuaba su ruta en silencio compartido, un puente invisible entre dos mundos.
RELATO 8
LA ÚLTIMA COORDENADA
Cruzábamos el Atlántico rumbo a Miami cuando el piloto anunció turbulencias. Después de varias sacudidas el avión cayó en picado. Sentí el estómago desprenderse mientras el fuselaje giraba descontrolado. Las maletas volaban entre gritos cuando sentí un zumbido feroz en los oídos seguido de un golpe seco.
Despertamos en una especie de cueva iluminada por una luz ámbar. Todos los pasajeros estamos vivos, aunque aturdidos, susurrando mil preguntas. El aire vibra, helado.
Escuchamos unos pasos.
Aquí, en el triángulo donde tantas rutas se desvanecen sin explicación, donde el mar y el cielo parecen pactar desapariciones, aguardamos lo ya inevitable.
RELATO 9
¡A VOLAR!
Juan y yo hemos hecho lo que teníamos que hacer. No queremos vivir en la miseria, pidiendo adelantos en esa asquerosa oficina, soportando las humillaciones de un cabrón que nos paga como si estuviera haciéndonos un favor. Ahora tenemos una vida por delante. Nos vamos a Panamá. Madrid, al fin y al cabo, no vale una mierda. Este vuelo nocturno nos alejará de tanto madrugar, tantas horas extras y tan poca diversión.
¡Nuestras maletas están llenas de esperanza!
Y cuando se den cuenta de la pasta que falta, ya habremos cambiado de identidad.
¡A volar…!
RELATO 10
EL FANTASMAGÓRICO CRISTAL DEL TIEMPO
Qué viaje: el avión era una hoja sacudida por turbulencias indómitas. Al fin, tierra firme. ¿Dónde estaba? Aquello no era Miami: la pista, de tierra, se hundía en la selva. Miró atrás; avión y pasajeros habían desaparecido.
En el pequeño y solitario aeropuerto, el hombre de la torre de control lo abordó, angustiado: “
¿Vio el enorme avión que bajó aquí? Este sitio es para avionetas. Ahora se esfumó. Por cierto, ¿quién es usted?”.
“Voy rumbo a Miami y luego a Texas, para entrevistar al presidente Kennedy”.
“¿Está loco? Kennedy murió en 1963. Estamos en 1996”.
RELATO 11
UN INSTANTE ANTES DE EMBARCAR
Fátima aprieta mi mano.
Estamos a punto de subir al avión, rodeados de adultos que parecen tener algo muy importante y urgente que hacer.
Los observo, buscando pistas de cómo serán los padres que nos esperan al otro lado del océano.
¿Tendrán la piel tan pálida como el señor del traje?
¿Olerán a perfume, como la señora de mi lado?
¿Serán amables?
Los imagino brevemente, pero no consigo dibujar sus caras.
Noto mi corazón galopando.
Ahora soy yo quien aprieta la manita de Fátima.
Le sonrío.
La trabajadora social nos empuja suavemente en la espalda.
Respiramos hondo.
¡Allá vamos!
RELATO 12
LA TERMINAL
Se pasaban los días enteros viendo salir los aviones.
Tranquilos y pacientes.
Charlaban de todo y nada, paseando por la terminal un día y otro, eternamente para ser más exactos.
Eran las almas sin destino, de los fallecidos en accidentes aéreos que indefectiblemente volvían al punto de salida antes de la catástrofe.
Nadie los veía o intuía salvo algún perro que, erizado, les ladraba o un niño pequeño que inocente, les echaba los bracitos cuando pasaban cerca.
De vez en cuando, uno de ellos conseguía subir con los vivos.
Ese, seguía avanzando.
Los demás, seguirían esperando, hasta retomar su destino.
RELATO 13
EL PÁJARO DE HIERRO
Una vez internados en la densidad algodonosa de las nubes, perdieron toda señal con la torre de control ya cercana. Evadidos de la blancura, el paisaje no era el esperado, no había pista de aterrizaje al frente.
El comandante tuvo que realizar una toma de emergencia en un camino de tierra, anunciada una repentina falta de combustible.
La tripulación ordenó la evacuación del pasaje. Hacía calor; el viento soplaba arrastrando matojos. A los pies de un niño llegó un papel revoloteando, lo atrapó. Eran bocetos de pájaros evolucionando a aeronaves; el último diseño, un avión. Firmaba un tal Leonardo.
RELATO 14
LA COARTADA DE ROSA
¡Por fin!
Exclamó Rosa al ver el telediario.
El avión de Air Nostrum, con destino París, fue desalojado en Barajas tras amenaza de bomba.
Revisado, casi a medianoche, los pasajeros volvieron a subir a la nave. Sorprendida, vio a Julián, su marido, acompañado de Carmela, vecina del 3ºB.
Minutos antes Rosa habló con él, quien le aseguró que ya estaba alojado en Melilla donde, por trabajo, estaría esta semana.
Whatsapp de Rosa a su marido: Querido, cuando regreses, tus pertenencias estarán en tu nuevo domicilio, el 3ºB.
Y Alfonso, el marido de tu acompañante, vivirá conmigo en nuestra casa. Gracias.
RELATO 15
LIENZO EN BLANCO
En el asiento de ventanilla me tomo una copa de vino y me encuentro mucho mejor. Leo, pienso, sueño. Atrás dejé mis preocupaciones en el triste y monótono paisaje de mi existencia. Miro abajo e intuyo en el inmenso océano cómo será mi vida: un lienzo en blanco para pintar lo que me queda por vivir. Empezar de cero donde nadie me conoce, sin miedos, humillaciones, golpes…
Sienta bien reinventarse, gritar de alegría y libertad, mientras descubres una nueva parte de ti cuya presencia jamás percibiste. Una satisfacción recorre mi cuerpo y en mi rostro se dibuja una pícara sonrisa.
RELATO 16
OPERACIÓN ENTEBBE
La azafata repetía:
“Ya está, todo pasó”.
La mujer, con el niño aferrado al pecho, aún temblaba, temiendo más por él que por sí misma. Todo pudo ser una tragedia si aquellos hombres, surgidos de la nada, no hubieran irrumpido.
“Venimos para llevarles a sus casas, ¡al suelo!”, gritaron.
En minutos, el secuestro terminó.
Pero no todos volvieron, el infortunio disfrazado de moneda caprichosa lo señaló jugando sus cartas.
Jamás podré agradecer lo suficiente que, gracias a su sacrificio, yo siga vivo.
Ahora a pie de pista intento respirar hondo, como si el aire pudiera devolverme la normalidad perdida.
RELATO 17
ÚLTIMO VUELO
Durante días y días, en la tele se hablaba de la marea que subía lentamente desde el Atlántico, sin cesar, sin retroceder.
Desde hacía años, estos fenómenos se denominaban «cambio climático». Nadie se había interesado demasiado por ellos, hasta que Cádiz ya estaba sumergida y la costa de Galicia parecía un desierto líquido de poderosas olas.
Somos miles de refugiados apiñados como sardinas en lata, tratando de subir a este último vuelo.
Solo nos queda el aire, Air Nostrum, porque ahora el mar se ha convertido en un monstruo, Sea Monstrum, pensaba, mientras intentaba subir la escalera del avión.
RELATO 18
VIVIR SIN AIRE
Entre los restos esparcidos sobre el suelo empapado y la hojarasca pegada al fuselaje aún humeante, encontré una foto. Al voltearla, vi su dorso: unos labios discretos, que empapados en carmín entonces y ahora borrados por el agua y el viento, alguna vez le dijeron a Jorge: Feliz viaje. Te quiero.
Me los imaginé caminando hacia la puerta de embarque, ella apretándole la mano como si presintiera algo. Después, desde la terminal, Ana alzaba el brazo por última vez. Él ya no miró hacia atrás.
Desde entonces, aquellos labios nunca volvieron a nombrarlo. Y ella… aprendió a vivir sin aire.


