domingo, 14 de julio de 2024

RELATOS SEMANA 217

Foto: Peter Van Agtmael


RELATO 1

TERROR EN EL FRENTE 

Llevábamos cinco días apostados en el mismo lugar sin poder salir de los maizales. Nos habían olvidado completamente. Nos sentíamos abandonados, sin apoyo logístico, sin munición y sin esperanza.

Llegó el fin de semana, y parecía que ¡por fin! iban a empezar a suceder cosas. 

Mi compañero perdió la cabeza, una pierna y los dos brazos. A mí me arrebataron las armas, y de repente, me vi volando hasta caer justo encima de una boñiga de vaca. Ya no podía más...

"Los Madelman" pasamos de ser héroes, a convertirnos en el blanco perfecto de la tiranía de los niños.
 
RELATO 2

PAZ

Estoy sediento, agotado, perdido, soportando el peso de toda la munición. Gotas de sudor se deslizan por mi nariz, empapando la tierra donde permanezco escondido entre la maleza. Oigo unas pisadas decididas. Las sienes me van a estallar como el estruendo de las bombas. De repente apareció un soldado del bando contrario. Su mirada me congela. Siento que ha llegado mi final. Se oculta junto a mí y puedo sentir su olor a sudor y humo. No me acuerdo cuanto tiempo estuvimos mirándonos. Sin saber cómo, nuestras bocas se besaron enmudeciendo el fragor de los disparos. La guerra pareció detenerse.


RELATO 3

EN EL CAMPO DE BATALLA DE UNA GUERRA CUALQUIERA.

Tenía al enemigo frente a mí, tan cerca que le podía haber disparado sin errar. Era el blanco perfecto. 

Tan cerca, que podía mirarle a los ojos y comprender que, en otras circunstancias, podría haber sido mi amigo.

Así que bajé el arma, imaginándonos apoyados en la barra de un bar cualquiera, bebiendo una jarra de cerveza rebosante de espuma.

Tan cerca, que él también pudo verme, pero no a mis ojos, y disparó sin piedad a las dos jarras de cerveza que en ese momento chocaban para brindar por la paz

RELATO 4

FESTIVAL ENTRE HOJAS VERDES Y MAZORCAS DE MAIZ

Años 60, educada en la rigidez de una familia avinagrada. Estábamos permanentemente en compromisos: Bodas…, funerales. Permanecíamos casi siempre de luto.
Teníamos quince a diecisiete años. La sangre nos hervía. 
Llegó el primo Filomeno de Estados Unidos, envuelto en una aureola de santidad; muy culto, ejemplo de nuestros padres.
Una noche de verano fuimos todos a pasear, no aparecimos en dos días. El pueblo lloraba, nos buscaban.
Entre la melodía de los maizales orquestada por el viento, pasamos las noches más locas y divertidas de nuestras vidas.
 Lo organizó todo Bobby Filomeno. Que además era hippie, de cabellera recién cortada.
 

RELATO 5

DESTELLOS LEJANOS DE COLOR NARANJA 

El soldado avanzaba por el campo de maíz, rogando por un final, el que fuera, que nunca llegaba. 
Una tensa calma impregnaba el aire. 
De pronto, un murmullo cortó aquel denso ambiente que casi se podía masticar.
Un sonido de risa infantil. 
Siguiendo el sonido, llegó a un claro donde encontró a un niño jugando con una cometa hecha de hojas de maíz. 
El niño sonrió y le ofreció la cometa. El soldado, conmovido, aceptó el regalo y sintió paz. 
En medio de la guerra, había encontrado un momento de absoluta inocencia.
A lo lejos, el napalm comenzaba a caer.

RELATO 6

PARA QUE TE CHINCHES, ME SACO UN OJO

Nunca debí tomar la decisión de ingresar en el Ejército. La verdad, no sé porqué lo hice... Bueno, sí... Para seguir amargando la vida a mis padres, que eran de izquierdas. También podía haberme metido a Guardia Civil, pero quería conocer mundo. 

No se me ocurrió pensar que iba a vivir entre imperativos y órdenes, justo lo que no soportaba de mi madre: autoritaria, gritona y dramática a más no poder. 

Y aquí estoy, en una misión de paz en medio de un maizal de Corea del Sur, a 45 grados a la sombra.

Yo y mi jodío carácter...


RELATO 7

JUEGOS DE GUERRA

Se casaba Rodrigo y decidimos celebrarlo organizando una batalla de airsoft.
Formamos dos grupos: había que eliminar a todos los miembros del equipo contrario. Mientras jugábamos, sorprendimos a una patrulla de un ejército invasor dentro del campo de maíz. Buscaban una localización óptima para que pudieran aterrizar aviones con tropas. Pensamos que era otra despedida de soltero y decidimos unirnos contra ellos.
Ignorantes, se creyeron descubiertos y entregaron sus armas. Descubrimos la verdad, los retuvimos, llamamos a la policía. Evitamos una invasión.
La novia no acudió a la boda, pero la ceremonia sirvió para imponernos las medallas que nos concedieron.


RELATO 8

LA AYUDA CELESTIAL

Saltan en paracaídas, en plena guerra de Vietnam, directos a un maizal.

—¿Dónde estamos? —se preguntan.

Entre el verdor asoma un granjero vietnamita con un rastrillo. Los soldados levantan las manos.

—¿Necesitan ayuda? —les dice el granjero en perfecto inglés.

—¡No nos entregues! — gritan, arrodillándose y alzando los brazos.

—Justo hoy pedí al universo ayuda para recolectar mi maíz, ¡me ha escuchado rápido! Vamos, les mostraré qué hacer. A cambio, guardaré silencio— dice el granjero sonriendo, cerrando sus ojos rasgados

Los soldados, aliviados, les siguen, entre las mazorcas. 

De momento es mejor no pensar en la vuelta a casa.


RELATO 9

LOS DÍAS PASADOS

El sol se ocultaba tras las montañas, tiñendo el cielo de tonos anaranjados. Mientras, la hierba alta se mecía al compás del viento, y allí, entre la maleza, dos figuras se mantenían en silencio, conscientes de que el menor ruido podría delatarlos.

Aquella tarde, tras intensos enfrentamientos, se habían escondido para evitar ser capturados. Pasaron horas que parecieron días, hasta que la noche los envolvió.
Un susurro los alertó. Era una mujer mayor, que les dijo: “Vengan conmigo”, y la siguieron hasta su cabaña. 

Días después, gracias a su ayuda, lograron escapar y comenzar una nueva vida lejos de allí.



RELATO 10

JUEGOS DE GUERRA

Tres días y tres noches escondidos en aquel maizal, rodeados por el enemigo no podían escapar.

Plan en apariencia perfecto, recuperar documentos secretos a través de un túnel excavado bajo el campo.

Ahora sólo fuera un mar de barro sin paso. Ellos se miraron a los ojos, leyendo miedo, hambre. 

Pasos repentinos, gigantescas huellas pisotearon el pasto.
Una enorme mano los recogió desde el maíz convertido en afiladas briznas de mala hierba.

 «Misión fallida otra vez, os pongo de nuevo con los demás».

Manuel limpiándoles el barro, cerró la tapa del contenedor donde descansaban sus soldaditos de plomo.

RELATO 11

RECUERDOS DE OTRA VIDA

— Era agosto. Una tarde de brisa cálida. Mi primo se quedó en casa como de costumbre. Andábamos ansiosos de sobresaltos y aquel día nos parecía eterno. Jugamos a nuestra historia preferida: soldados de misión por la jungla. A toda prisa, con la merienda en los labios, nos escondíamos entre los árboles y flores de nuestra vecina. Arrastrándonos y esquivando los gnomos-mina que ella coleccionaba. Así pasábamos nuestra infancia, sucios pero felices — relató a su nieto, esperanzado como tantas veces.
Éste, sin el mínimo interés, levantó su mirada.
— Ajá — murmuró volviendo la vista al teléfono.
Esta vez tampoco hubo suerte.

RELATO 12

MIEDO

Al fin, todo quedó en calma. Quedé agazapado en aquel maizal con un extremo temor a moverme y delatar mi posición; sin querer quebrar el pavoroso silencio mortuorio que reinó después del último disparo. 

El pitido en mis oídos fue dando paso al cantar de las chicharras, el viento entre la vegetación y aquí y allá, al aparente anodino burbujeo de aquella ciénaga. 

Notaba las gotas de sudor resbalando por mi rostro, e incluso por dentro de mi ropa. El agua estaba teñida de sangre pero no me atrevía a comprobar si era la mía.

RELATO 13

LA ALDEA DE THUAN AN BINH

Eran días de sol, el cielo limpio, azul, las calles bullían en la aldea de Thuận An Bình junto a Saigon.
En 1955 se acabó la vida de muchas familias. Minh y Mai se casaron, pero estalló la Guerra, fue reclutado.
Embarazada, con dos gemelos, sola, fue una vida difícil, la llamaban hija de la luz, por lo hermosa que era. 
Al volver Minh traía heridas físicas y del alma, sufridas en la batalla, entró en una melancolía que no pudo superar. 
Miles de fantasmas emergen recordando que en esa aldea, en otro tiempo, hubo una vida alegre y feliz.


RELATO 14

MÁS ALLÁ QUE LA AMISTAD

Hoy, en mis cincuenta años de servicio, recuerdo el día que me da inspiración.
Miguelito era un niño vivaz, amante de los animales. Solía jugar rodeado de gatos, perros, y en particular, de un cuervo que llamaba Pequito, por sus singulares manchas en el pico. El animal, astuto por naturaleza, gustaba de la compañía de Miguel.
Esa tarde, un fuerte estruendo se escuchó en el maizal que colindaba con su casa. El cuidador, gatilló su escopeta contra una bandada de cuervos, entre ellos Pequito.
Miguelito, se perdió en el maizal, buscándolo.
Lo encontré, abrazado a su cuervo, protegiéndolo del frío.


RELATO 15

CODICIA DESMEDIDA

Sus dotes manipuladoras no pasaban desapercibidas para nadie pero todos le seguían a pie juntillas hasta el mismísimo infierno si hiciera falta. 
Su ambición desmedida por el dinero y el poder lo llevó a un sinfín de aventuras empresariales hasta que desde los mismísimos órganos del poder hizo rentable su negocio más boyante. 
Sólo le faltaba crear el ambiente más propicio para que su desmedida codicia no decayese. 
El negocio del armamento era el más rentable a pesar de todo. 
Al otro lado, las dóciles y entregadas familias, en incesante goteo, reciben noticias de sus hijos caídos en el frente.

RELATO 16

¿QUÉ PASARÁ?
 
Han recorrido kilómetros de terreno salvaje y no tardarán en llegar a la zona segura. Están sobradamente capacitados para completar la misión, pero el miedo debilita su confianza y el peligro sigue flotando en el aire.
 
Oyen un rugido estremecedor y la tierra comienza a temblar. ¡Los ha encontrado! Corren tan rápido como pueden, aunque no es suficiente. Las fauces del dinosaurio se aproximan hacia sus insignificantes figuras cuando…
 
“Niñooos, ¡he dicho que a comer ya! Me da igual que la historia esté en su mejor momento, tenéis toda la tarde para seguir jugando con los soldaditos. ¡A COMER!"

RELATO 17

ACECHANDO

Como soldados en un maizal, mis problemas acechan agazapados, a la espera de levantarse y disparar.  
Ahí están, rodeando mi casa, tras la empalizada. 
Lo sé cuando me despierto y me preparo para la lucha. 
Lo siento cuando me ducho por más que el agua arrastre mis penas. 
Y me ponga o no el vestido de guerrera, los percibo en cada poro, como si todo mi ser fuera una diana andante, a la espera del disparo.
Me miro al espejo, me pinto los labios.
Los voy a aniquilar, de uno en uno. 
No van a poder conmigo.


RELATO 18

I HAVE A DREAM

Desplegados desde las 5:30 a.m., la humedad de los arrozales y el frío nos atenazaban. Un maizal nos ocultaba de una unidad del Viet Cong que debíamos neutralizar. No nos veían pero sabían que estábamos allí.

De repente, el infierno. Salté tras un arbusto dándome de bruces con un guerrillero vietnamita. Ambos mirándonos sorprendidos, asustados.

Me vi en él como en un espejo. Miedo a no ver más a mi familia, adiós al amor, al futuro, a la existencia misma. Dos adolescentes en dos mundos en guerra. 

Bajamos nuestras armas y nos alejamos del terror buscando la paz.



RELATO 19

LOS CHICOS DEL MAÍZ 

Ya tengo una edad para poder mirar hacia atrás sin ira. Ahora me doy cuenta del tiempo que perdí jugando a ser soldado... tiempo que ya es imposible de recuperar. Recuerdo que solo éramos jóvenes con ideales sobre la patria, el deber y el honor... pero todo eso para quién. 
Dónde estaba mi patria en un campo perdido de maíz donde unos chicos, asustados y perdidos, buscaban salvar...¿Su nación? ¿Su civilización? Sus grandes ideales de libertad? 
No, simplemente sus vidas.
Ni patria, ni Dios, ni Libertad. 
Cuán absurdo parece todo ante la sola posibilidad de morir en un instante.

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