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EL FILTRO
Convencieron a sus padres y subieron al pueblo. Se llevaron trípode, palo y luces "selfie".
En casa de Jara, decorada como la había dejado su abuela, hicieron muchas fotos con el filtro nuevo. Una merienda en la cocina, una tertulia en la mesa camilla, e incluso se atrevieron con un velatorio.
Rieron como lo que eran, niñas.
Pero la que hicieron en la entrada les dejó sin habla, y terminó con sus juegos.
La foto era igual a la que estaba enmarcada en la pared del pasillo desde hacia 40 años.
Sus tres abuelas posando sentadas en sillas de mimbre.
RELATO 2
EL ERROR
Hacía unos meses que Mario, un friki de manual, reservado y poco sociable, había empezado a viajar casi compulsivamente. Sus compañeros de trabajo se alegraban de verle tan activo. Pensaban que quizá por fin había encontrado el amor o simplemente había decidido abrirse al mundo.
Después de cada escapada, Mario enseñaba las fotografías y contaba los pormenores del viaje. Daba gusto verle tan ilusionado.
Una mañana, buscando una carpeta compartida, Óscar encontró un documento guardado por Mario erróneamente: _"Ancianas en Míkonos. Oct. 23"_, donde figuraba el proceso de creación de una imagen mediante inteligencia artificial.
Todos decidieron guardar el secreto.
RELATO 3
INICIANDO RUTA A TRASMOZ.
–¿Te acuerdas de nuestra escapada rural a Trasmoz? Calles adoquinadas, paredes encaladas, decoradas con geranios… Aunque un escalofrío recorre mi espalda cada vez que me acuerdo de las tres viejas sentadas al fresco.
–Cuéntamelo otra vez.
–Pasamos por delante de ellas. Sus ojos me miraban fría y severamente. Las saludé con una sonrisa. No me contestaron. ¿Has visto?–te dije. Ni siquiera me han contestado.
–¿Quiénes? –dijiste extrañado.
–Las viejas –te insistí.
–¿Qué viejas?
–¡Las que están sentadas en la puerta! –Dije, girándome hacia ellas. Habían desaparecido, como si se las hubiera llevado el susurro de un viento helado.
RELATO 4
LAS TRES ÉGIDAS
Cada tarde se sentaban a la puerta de su casa en sillas de asiento de enea, cálidas en invierno y frescas en verano. Amalia, Amelia y Emilia se quedaron huérfanas a muy temprana edad, salieron adelante con mas empeño que conocimiento, luchadoras incansables. Nunca se casaron ni tuvieron hijos. Parteras, sanadoras, enfermeras... Todos las respetaban y querían.
Sus vidas se tornaron mas apacibles conforme los años las arropaban. Hasta que un día, su zaguán no se abrió. Cuando la guardia civil entró en la casa, las encontraron a las tres en sus camas, dormidas a la vez y para siempre.
RELATO 5
ALGO SE APAGA
Más pronto que tarde la vida también me los ha de arrebatar, ya sólo me quedan los recuerdos del ayer.
Poco a poco se me van borrando. Quiero disimular, aferrarme a ellos sin que se me note.
Los tengo como en una nebulosa pero no acierto a comprender el porqué de las miradas de cariño y condescendencia de esas personas que me hablan a quienes no termino de conocer. Les pido mi peluche. Creo que no notan nada pero entre ellos hablan de alguien que no sé quién es. Su nombre no logro entender. Algo así como Alzheimer parecen decir.
RELATO 6
LAS TRINADORAS
Dicen que quién canta, su mal espanta, pero en Archidona, vivieron unas trillizas que con su canto espantaban el mal de otros.
Desde pequeñas imitaban el canto de los ruiseñores y alguien, en algún momento, sintió su mal desvanecerse gracias al trino de las niñas, contando a los cuatro vientos el hecho.
Su fama era tal, que su presencia era reclamada hasta en el extranjero, dejando sin sus males a los desventurados que las requerían.
A medida que envejecían, sus clientes disminuían hasta que las trinadoras se diluyeron en el olvido, como sus propios males. Aquellos que nunca pudieron espantar.
RELATO 7
MEDIDAS ¿DESESPERADAS?
El rotundo éxito de la novela impulsó las visitas al pueblo donde sucedían los hechos, la editorial batió récord de ventas y su desconocido autor se convirtió en una de las personas más buscadas en internet. Todo el mundo anhelaba leer el segundo tomo protagonizado por Augusto Arpón; el cual había sido confirmado.
Sin embargo, las verdaderas responsables de la ficción se enfrentaban al mayor desafío de sus vidas. Su vecino, fuente de inspiración y fama, había fallecido repentinamente; y con él, todas las futuras tramas.
Su capacidad creativa estaba al límite. ¿De qué serían capaces por una nueva historia?
RELATO 8
IN MEMORIAM
Siempre que llegaba el aniversario de la muerte de su padre, las hermanas Castillo tenían un día raro.
Nunca celebraron una misa de difuntos en beneficio de su alma, a pesar de ser las tres muy religiosas. En el pueblo pensaban que estaban tan consternadas que ese día ni hablaban ni reían. Simplemente se sentaban en la puerta rumiando recuerdos. «¡Cómo lo cuidaban en su viudez!, ¡hasta siguieron solteras!», decían las vecinas.
Cuando anochecía entraban, corrían las cortinas, sacaban una fotografía suya y le maldecían, relatando los abusos a que las sometía. Para que nunca descansase en paz.
RELATO 9
¡VAMOS!
Ahí están las tres, esperando en silencio el regreso de sus maridos. El tintineo del dominó en el bar se desvanece en la distancia, dejando un vacío palpable.
Se miran las manos resecas. Se peinan el cabello cano.
Esta noche fantasean con una vida urbana, llena de luces. Se arrepienten de no haber tomado el riesgo de mudarse cuando aún brillaba la piel.
—¿Y si hacemos las maletas antes de que vuelvan?
—¿A dónde ir?, ¿quién nos acoge?
—Podríamos preguntar en las monjas.
—Y poder ver el mar.
—Y salir a bailar.
—Y tomar un helado.
—¡Vamos! ¡Vamos! ¡Vamos!
RELATO 10
LAS LAVANDERAS
Victoria, Milagros y Salvacion. Conocidas en el pueblo como "Las Lavanderas". Tenían a sus espaldas unas historias llenas de aventuras, riesgos, y de compromiso con la República durante la guerra civil española y la postguerra.
Las llamaban así porque en plena adolescencia, realizaron las misiones más increíbles de espionaje y de control de los movimientos del Ejército Franquista, con una limpieza y precisión milimétrica, poniendo en juego sus vidas muchas veces.
Con sus acciones salvaron también muchas vidas, por eso, cada 14 de febrero, día de la República, en el pueblo, se rinde homenaje a su recuerdo.
RELATO 11
LAS CARIÁTIDES
Cariátides de carne y hueso,
de corazón y alma,
que sostuvisteis mundos
con vuestras cabezas y manos,
ahora retorcidas, deformadas
por el trabajo y los años.
Qué cielos o infiernos contemplaron
vuestros ojos,
con qué amores brillaron,
qué desilusiones los enturbiaron?
A quién caricias y consuelo dieron esas manos,
qué heridas sanaron?
A quién esos pechos dieron amor
o alimentaron?.
Miradas de calma serena,
cabezas nobles,
ungidas de cabello plateado.
Secretos guardan vuestros labios,
de amores prohibidos, pasionales,
de desamores de contrato.
Cinceladas en vuestra piel
las arrugas han escrito vuestro pasado.
En todos nosotros
la eternidad de vuestro legado.
RELATO 12
TRES DE ANTAÑO.
Piso sobre mi pasado.
Cuadrado pequeño en el universo.
El horizonte del poder no tiene límite.
Destruye la partícula, el orgullo del ser.
Pero ahí están ellas.
Suave viento que se escapa del mundo de la magia.
Trio que guarda en sus envejecidas manos el renacer del futuro.
Se transportan en el fino hilo de lo paranormal.
Se abre la puerta, regresan de su sueño eterno.
Llevando en sus manos.
El sombrero que nos protege.
El agua que aplaca la sed.
La historia escrita, en los surcos de la tierra, con tinta de sangre, sudor; reescribiendo el milagro del resurgir.
RELATO 13
OCUPACIÓN: SUS LABORES
La Santa María, La Pinta y La Niña. Hermanadas para una misión.
María Ambrosia, María Fulgencia y María Emilia, sentenciadas por mal de amor. Sobrevivieron a su juventud encontrando refugio mutuo, sus manos siempre ocupadas, sorteando los quehaceres domésticos con la confección de sombreros, preparar infusiones sanadoras y escribir poemas.
Nunca lograron desprenderse de la inquina del pueblo e infamias infundadas sobre sus asuntos de juventud, especialmente "de cama", con vecinos tan petulantes como adinerados.
Juntas aprendieron a ignorar calumnias, disfrutar de su mutua compañía y recibir religiosamente, cada tarde, las caricias del sol.
Sonreír más bien poco; añorarlo, mucho.
RELATO 14
LA CHICA DE AYER
Fue mi primer amor, la mejor canción jamás cantada, aunque ella nunca lo supo. Yo, joven inexperto, enmudecía en cuanto, sutilmente, hacía mía su fragancia.
Siempre en mi cabeza, la veía bailar en cuanto el tocadiscos emitía las primeras notas, reír con contagiosas carcajadas, robar las respuestas de los exámenes… tan atrevida como inalcanzable.
Más allá de mis sueños, la vida valió la pena compartiendo confidencias, acariciándonos con ternura ante la chimenea, abrazándonos descalzos por la orilla...
La hice omnipresente. Logré copiar su rostro en todas las mujeres. Hoy no tengo más que asomarme al balcón. Sonrío. Todas son “Ella”.
RELATO 15
TRES HERMANAS Y SÓLO UNA VIDA
Lucinda, Camelia y Herminia pasan sus tardes al sol.
Sentadas a la puerta de su casa ven pasar su pequeño mundo.
Las tres peinan canas en unos bien recogidos moños. Mantienen sus viejas costumbres de sobremesa: Camelia tomando un buen café, Herminia garabateando algún que otro verso y Lucinda sombrero en mano por si aprieta la calor.
Las tres tan iguales, siempre viviendo juntas y siempre solitarias. Sus ojos reflejan la tristeza del paso del tiempo. Han perdido tantas cosas que ya sólo les queda una y después de eso, NADA.
Pero mientras, ahí siguen al sol, esperando.
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