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Foto: Autor desconocido |
RELATO 1
Ella y su maldita manía de hacer la lista de la compra con la máquina de escribir
-Vasos a la izquierda, tazas a la derecha; acostarte a las diez; pantalón azul los martes, vestido de flores los miércoles…
Lo sabía. La evaluación neuropsicológica lo reveló. Ella: veintinueve años, doctora en astronomía, cinco idiomas. Siempre tan inteligente, padecía deterioro cognitivo con bloqueos ante situaciones de estrés.
-[Silencio]
-…siempre sola con tus perros y tu máquina de escribir cuando un ordenador…
-[Silencio]
Llaves, bolso, puerta.
Durante sus bloqueos dejaba de escuchar, tampoco escuchó aquel coche.
Acaricio su recuerdo en mi bolsillo: ella y su maldita manía de hacer la lista de la compra con la máquina de escribir.
RELATO 2🏵️
SOBREVIVIENDO
Diez años después de que una tormenta solar sumiera la Tierra en una nueva era primitiva, mi vida llega a su fin. He podido sobrevivir ese tiempo gracias a mi vieja máquina de escribir. Me dediqué al viejo oficio de “escribidor”, malos escritores que por unas monedas escribían para otros. Cualquier objeto que no necesitara electricidad era codiciado y muy valioso. Tanto era así que tuve que esconderme para hacer mi trabajo. El papel lo traía el cliente, la tinta, la ponía yo. Muchos me preguntaban porqué la letra de mis últimos encargos ha pasado del negro al rojo desvaído.
RELATO 3
Meredith Parker
Como si fueras un Dios me diseñaste. Me imaginaste atractiva, misteriosa, algo fría y muy calculadora. Necio.
No llegaste a ponerme nombre porque tus palabras se materializaron con rapidez. Estupefacto ante lo ocurrido, dejaste que tus dedos se dejasen llevar por la inspiración y continuaste tecleando sin parar. Iluso.
Te seduje para alejarte de esa máquina y acabé con tu vida. Sencillo.
Ocupé tu lugar y comencé a reescribir mi historia. Maravilloso.
"Me llamo Meredith Parker y hay algo que debéis saber de mí, siempre consigo lo que quiero”
RELATO 4
Un lunes cualquiera
La taquigrafía no me desagradaba, los garabatos eran adorables, pero estaba convencida de que escribir a ciegas, 300 pulsaciones por minuto, me ayudaría en la vida.
Cuando mis dedos se deslizaban por las tres filas de teclas, mi cabeza controlaba la situación. Con 17 años, escribir a máquina me hacía sentir fuerte y poderosa.
En 1981 mi rutina de los lunes incluía academia de mecanografía, a las siete.
Aquel día, un cartel de "Cerrado por motivos ajenos a la Dirección", me asustó. Corrí a casa y no fui la única.
Al entrar escuché por la radio "Que se sienten, coño".
RELATO 5🥉
EL POETA
Quedó dormido, sus brazos almohadillaban su cabeza sobre el escritorio. La obsesión por la escritura le "obligaba" a pasar casi las veinticuatro horas delante de su máquina de escribir. Apenas salía de aquel cuchitril sombrío para comprar algunos sandwhiches y cigarrillos.
A las cuatro de la madrugada la policía derribó su puerta. El inspector _Gómez,_ sin prestar atención al detenido se precipitó sobre la _payorit_ y pulsó la tecla _"s"._
¡Por fin! _exclamó._
Lo había encontrado... El defecto en las _estrofa"s"_ de las notas que introducía en la garganta de sus víctimas el asesino en serie apodado "El poeta".
RELATO 6🥈
El Apego
Hoy por fin me decidí a limpiar el altillo.
Lo difícil es seleccionar lo que hay que tirar. Cuando empiezas a sacar cosas de sus escondites, descubres partes de tu vida casi olvidadas...¡Como la vieja máquina de escribir de mi padre!
No pude por menos que desempolvarla y empezar a aporrear sus teclas.
Su soniquete me trasladaba a mi infancia, me había sentir la presencia de mi padre cuando se ponía a escribir sus crónicas periodísticas.
Vuelvo a guardarla en su rincón y, mientras dos lágrimas resbalan por mis mejillas, pienso en lo puñetero que es el apego.
RELATO 7 🥇
MIEDO AL FOLIO EN BLANCO
Mis dedos gravitan en el vacío sobre las teclas de una máquina ancestral desafiando el reto del papel en blanco.
Intento engranar como en un mecanismo de relojería las piezas de un texto, con ingenio, belleza infinita. Los folios van cayendo emborronados, in albis.
Busco la metáfora, llamo a las musas para que fluya ingrávida la fantasía.
Inesperadamente, invadido por el pánico, aparece caprichosa, escurridiza, difuminando ideas, devorando fascinantes universos delicuescentes. Entonces…
No siento pasar el tiempo mientras dura ese sueño de mágicas palabras de papel y sonido mecano.
Inspiración, contigo a mi lado fluye ingrávida la fantasía.
RELATO 8
Vacío
Palabras te escribía,
tecleando sin querer,
palabras en el olvido,
que quedaban sin leer.
Resquicios de un amor,
que quedaba en el ayer,
en las noches de vigilia,
soñando con volverte a ver.
Cada frase que redacto,
la borro y la vuelvo a hacer,
como un ciclo infinito,
de morir y renacer.
Esta máquina oxidada,
que me atrapa en su placer,
con las musas que me abrazan,
y me hacen ascender,
redimiendo mis palabras,
para poderte tener,
cuando brotan mis ideas,
y las hago florecer.
RELATO 9🏵️
Después de un punto y final, empieza otro capítulo
Y aquí estoy, en esta habitación, con mi máquina, el arte de escribir me llena la vida, es como respirar, es parte de mi esencia.
Desahogo mi alma, aparto las tinieblas, encontrando pureza en lo impuro, belleza en lo absurdo, verdad en lo invisible y paz en la tormenta.
Escribo y respiro, escribo y me desahogo, plasmo en letras el mar que me inunda, me ayuda a flotar.
Duele y me quema por dentro.
A ti te gusta leer mis escritos y a mí admirarte.
Cada uno disfruta el arte a su manera.
Renglón a renglón te enseñaré mi mundo.
RELATO 10🏵️
Malos tiempos para la lírica
Álvaro Sempere tuvo un día de mierda. En realidad, últimamente todos lo eran, desde que tuvo que dejar a un lado su pasión y aceptar un trabajo de los que llamaba _"alimenticio"_.
La ducha le sirvió para eliminar el olor a sudor de su cuerpo, pero no la destructiva frustración que sentía. Así que se sentó ante su vieja máquina de escribir y, durante cuatro horas, descargó en ella toda la rabia acumulada, como un pianista interpretando la pieza más complicada de Litz.
Por la mañana leyó lo que acabó siendo el final de la novela que siempre quiso escribir.
RELATO 11
EN UN RINCONCITO
Postrado en la cama hasta los diez años, me bebía los libros como agua medicinal para mis males. Me pasaron a una silla de ruedas. Descubrí la vida exterior, inundándose mi alma de bellas sensaciones.
Visité al anticuario, portador de mis lecturas. Cuando me adentré en esa librería, respiré un sentimiento interno, profundo, yo pertenecía a ese mundo. Descubrí, en un rinconcito, una oportunidad, una antigua “Underwood”. El viejo librero adivinó mis intenciones y me permitió usarla siempre que quisiera.
Desde entonces no he parado de escribir. A veces, firmo dedicatorias en el frontispicio de los libros de mis lectores.
RELATO 12
CAPÍTULO LXXIV
Abrió la alacena en la que guardaba las latas de pintura que tantas satisfacciones le habían procurado.
Sus obras de arte perdurarían eternamente ahora que todo había sido esclarecido.
Pero faltaba su obra cumbre; ésa que con el paso del tiempo acaba en alguna casa de subastas de Londres y bate récords.
Calculó por encima de cuántos litros de pintura disponía y concluyó que podría llenar una bañera standard.
La mezcla de colores resultó ser algo parecido al verde marino.
Se sumergió en el líquido viscoso y mientras moría pensó.... _La armonía es lo único que prevalece_
RELATO 13
Epitafio
Cuando la fama me abandonó y el alcohol amenazaba seriamente mi salud, comencé a experimentar otra seria amenaza además de la más absotuta soledad: el hambre. ¿Qué hacer? Mi enorme capacidad de desprecio hacia los demás, junto con mi soberbia, anulaban cualquier intento de mi instinto de conservación para pedir ayuda o acudir a un centro asistencial de la ciudad como otro indigente cualquiera. Fue entonces cuando acosado y desesperado te vi, vieja compañera, en aquel rincón de la empolvada estantería..., y comencé a combinar letras que se convirtieron en bellas palabras... Y titulé el poema "Epitafio de un nihilista".
RELATO 14🏵️
LA ÚLTIMA HOJA
Sobre la mesa, bajo la luz que se filtra entre los visillos, luce blanca y satinada la hoja de opalina.
Acostumbrada a la caligrafía manual, aquella máquina le resulta ostentosa, pero se deja hacer, deslizándose suavemente por el rodillo, asomando solo la cabeza.
Todo es nuevo. El golpe de las teclas estremece sus hebras internas, dejándose atrapar por las letras... Márgenes amplios, espacio entre título y texto, ¡qué delirio de comas y tildes!
Al acabar, sale al aire y cae en la mesa.
Suena un suspiro de alivio y alegría.
En ese instante, un escritor da por finalizado su libro.
RELATO 15
Insomnio
A mi abuela le encantaba hacernos rabiar. Padecía de insomnio y cuando no podía dormir, que era casi nunca, aporreaba las teclas de su vieja máquina de escribir despertando a toda la casa con el estruendo.
Cuando murió, por las noches seguíamos escuchando el golpeteo de las teclas contra el rodillo.
Un día, venciendo al miedo, me acerqué sigiloso a su habitación, asomé la cabeza entre la puerta entreabierta y vi como las teclas se pulsaban solas , me acerqué un poco más y pude leer "Cogí tanta práctica en vida que puedo seguir haciéndolo hasta muerta. Os jodéis"
RELATO 16
El Bohemio
La tarde Parisina se cubría de neblina. La tos persistente no lo dejaba respirar. Todo comenzó a girar a su alrededor. Lo llevaron al hospital.
Al regresar a su húmeda habitación, la encontró alquilada; todas sus pertenencias desaparecieron,
incluida la máquina que encontró tirada en la calle, donde escribió su primer libro. Pasaron veinte años, sus libros eran un éxito.
Una noche una chica famélica le cogió la mano.
—Venga a mi estudio quiero que lea mis escritos.
Al entrar la reconoció, era su vieja máquina.
—¿Dónde encontraste esa máquina.?
—No tengo para comprar nada.
—La encontré en un basurero.
RELATO 17
LA FAVORITA
Me había dedicado a las bicicletas, pero cuando me hice con la patente del modelo americano Wellington, abrí otra vía de fabricación: la _schreibmaschine_, un invento revolucionario y mejorado.
Sería "la favorita", la niña de mis ojos, todo el mundo piensa que mi vida fueron las motos y los coches Adler, pero mi mejor aportación a la historia de la humanidad, europea, fue sin duda esta "pequeña" a la que le sienta que ni pintado ese logo dorado de un águila, adler en alemán, sobre una rueda.
Imparable, la escritura irá sobre ruedas, mientras mi imaginación volará libre...
RELATO 18
Canción de amor
Clip clap suenan mis teclas mientras escribes una canción.
Es la historia de tu vida. Va dedicada y la cantarás delante de tu amor. Yo sé que llorará de emoción y se sentirá especial
Y yo formaré parte de ello. Me encanta mi trabajo. Puedo leerte la mente mientras escribes, porque no siempre escribes lo que sientes. Tu confías en mí y para mí es suficiente. Clip clap suenan las últimas palabras. La canción está terminada. Cántame. Cántala. Cántasela. Con amor.
FUERA DE CONCURSO
UNO ENTRE UN MILLÓN
De mi máquina de escribir salieron obras maestras. Odas, poesías, novelas, teatro, guiones.
Mi imaginación y talento dieron la vuelta a todo lo conocido hasta el momento. Pero fue un gran secreto. Nadie debía saber jamás de dónde salió tanta genialidad. Soy la parte real de un curioso experimento, el teorema del mono infinito. Real, porque nadie jamás hubiera imaginado que fuera posible. Lo cierto y verdad es que no éramos un millón de monos, éramos 999.999 monos y yo. Mi obra jamás verá la luz con mi firma, y sigo encadenado tecleando mi máquina como poseso. Mi nombre: 867.579
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