viernes, 13 de agosto de 2021

RELATOS SEMANA 69

 

Foto: Palacio Garnier, Paris.  Madebyvadim.

RELATO 1🥈


UN TRISTE PELDAÑO

El peldaño. Deformado por el pulido, blando pero rudo, grisáceo y sombrío. Sobreviviendo al paso de los siglos, muchas veces despostillado en la unión de sus planos. 

Torturado por las pisadas de emperadores, dictadores, políticos corruptos, grasientos empresarios, militares...

Hoy, tiene que soportar la visita de rebaños de turistas que solo saben alzar la vista, reposando sus manos en las arrogantes y presumidas balaustradas de mármol reluciente. A él tan solo lo miran para evitar la caída.

Sé que únicamente es funcional. Pero que nadie olvide que esta huella contra contrahuella es esencial para el desarrollo de la escalera imperial.

RELATO 2🥈

Según ella

El lujo y la exhuberancia arquitectónica que mi reina exhibía siempre le parecía insuficiente ante sus extraordinaros méritos politicos y personales, según ella. Era quien mantenía la nación cohesionada, según ella. El extraordinario amor a su pueblo era manifiesto, según ella. Sus discursos siempre giraban en torno a su inclinación de ayudar a los más necesitados al tiempo que defendía la necesidad de adquirir grandes riquezas y más y más palacios. Por eso nunca podría llegar a entender cómo el cuchillo de una pescadera cortara su yugular en un asalto masivo en la suntuosa escalera de uno de sus palacios.

RELATO 3🥉

CASAS SIN ALMA

Cada domingo, con mi vestido azul, iba a buscar a papá al palacio. Me gustaba bajar y subir las escaleras cantando operetas e imaginando que, en el salón, me esperaba un público entregado. Saludaba con la mano e inclinaba la cabeza en cada parada. Sonreía y agradecía los aplausos con cortesía y cierta sencillez impostada.
Catalina: No toques nada y vente aquí – me susurraba una voz que me sacaba de mi sueño y me devolvía a la realidad. 
Regresaba entonces a la cabina de recepción de visitantes, donde mi padre trabajaba cobrando la entrada, saludando y recogiendo abrigos.

RELATO 4

Mi rincón, mi Palacio

Por más extraño que parezca, su habitación se encuentra subiendo la gran escalera de mármol, en el ático. 
Fue su decisión ocupar ese lugar,  convertirlo en su guarida personal, de madera de caoba, la cama de base baja resalta por las azules sabanas.
El lugar puede parecer desordenado.
Con una ventana grande, que permite la entrada de luz natural, increíble para apreciar la luna por las noches.
De las vigas del techo, cuelgan fotografías, que ella ha colocado, su familia, sus amigos y sus dibujos, están ahí. 
Son los recuerdos que causan su nostalgia, sus tesoros más valiosos.
¡Vive encerrada.!

RELATO 5🥇

Mi palacio

Hacía poco tiempo que habíamos empezado una relación, cuando me dijo con una sonrisa: _- Te voy a hacer un palacio_. Mi cara debió ser un poema.

No digo que no me pareciera romántico, pero no pude evitar pensar en un edificio majestuoso, con paredes forradas en pan de oro y laberínticas escaleras en las que, si nos encontrábamos, sería por casualidad.

Como nunca he sido muy amante de oropeles, le dije que no me hacía ninguna falta. Él sonrió con un _"Ya veremos."_

Ahora, años después, sé que el palacio estaba entre sus brazos. Allí nunca me pierdo.

RELATO 6

CLIC

El destino les hizo coincidir en la ciudad de la luz. Llevaban agendas completamente diferentes, más situaciones sentimentales similares.

Coincidieron en la Ópera Garnier. Al cruzar miradas un “clic” y la chispa de la atracción quedó prendida.

En menos de media hora dejaron el palacio. Carecía de sentido visitar un monumento turístico cuando era inevitable desviar la atención el uno del otro. 

Arropados bajo el cielo estrellado de Paris, sucumbieron a sus deseos. 

A la mañana siguiente, la chispa seguía ardiendo. ¿Era amor o el encuentro de dos almas que necesitan beber la una de la otra hasta saciarse?

RELATO 7

Viaje a ninguna parte. 
Lentamente empieza a caer la tarde en la ciudad imperial. El cielo abierto. Un brillo dorado parecía sellar la paz entre el sol y la luna. 
Lucrecia estaba sentada junto a la ventana. La tarde cae despacio. Se sentía atrapada en ese lugar. No estaba hecho para ella. No era fácil pertenecer a la corte. La semilla que anidaba en su corazón se había secado. No había ya nada por lo que luchar.
Se armó de valor y descendió por aquellas escaleras sólo pensando en una idea fija. La voluntad de recuperar la libertad perdida. 

RELATO 8

Protagonista de leyenda

Bajando las escaleras, alguien cuenta la leyenda del Palacio Garnier:

-"........tal era su fealdad, que sus padres le desterraron. Eso le convirtió en un ser ruin. Creó máquinas de tortura que eran su orgullo. También era un genio musical y escribió piezas inigualables.
La cantante se enamoró del monstruo y quiso conocerle. 
Buscando su perdón, él creó una ópera prodigiosa, pero murió antes de su estreno. Desde entonces deambula por aquí...." 
No es el único, el eco espectral de una mezzosoprano se oye a lo lejos. Aburrida de que solo le nombren a él, entona a diario,  buscando protagonismo.

RELATO 9🏵️

El collar 

Su boda la festejaba en el palacio, herencia de su linaje.
Subió la majestuosa escalera, para las fotos. 
Los ochocientos brillantes que la adornaban competían con el brillo de las numerosas lámparas que iluminaban el recinto. Le sonrió al fotógrafo. 
Hubo un apagón. 
Afortunadamente los de mantenimiento restablecieron la luz.
Su collar había desaparecido. Registraron a todos, no apareció. 
Dias después asearon el palacio. 
El encargado de las lámparas limpió cada cristal.
Con mucho cuidado guardó en su bolso el paño. 
Ya en su casa pensó: 
Fue muy buena idea colgar el collar de esa lámpara.


RELATO 10

ISABELITA

Isabelita, de 62 años, se levantaba todos los días a las tres de la mañana para ir a fregar, de rodillas, los suelos de una gran mansión, tenía las manos hinchadas y la espalda torcida. Cuando al despuntar el alba llegaba a casa, solía tropezar con Manuel, un vecino, que salía a trabajar. Suspiraba y le decía: ¡Ojalá algún día hubiera algo que hiciera mi trabajo más ligero!
“Algún día, Isabelita” Decía Manuel.
La salud de Isabel se resintió y una neumonía se la llevó en 1963. 
Justo al año siguiente, un tal Manuel Jalón, vecino de Isabelita, inventó la fregona.

RELATO 11

RANCIO ABOLENGO

Una institutriz se ocupa de Genviève mientras sus padres juegan con inversiones, viajes y lujos. Se siente muy sola desde que un golpe de suerte los colocara en la cumbre social. 

Organizan una fiesta para 200 invitados. Encargan faisanes, ostras y recetas de la novelle cuisine. 
Entonces, Geneviève insiste en mandar las invitaciones. 

El día indicado, la madre, ansiosa, ensaya saludos frente al espejo del gran salón. 

Pero no llega nadie. 

La madre llora ante la mirada de 
los faisanes acartonados en las bandejas. 

Geneviève sonrie desde lo alto de la escalera marmórea; las invitaciones convocan un mes más tarde.

RELATO 12

MIEDO ESCÉNICO

Marie se preparaba para ser primera bailarina de “El Lago de los Cisnes”. Ensayaba sin descanso pero se anuló el estreno a causa de un incendio.

El plomizo cielo de París, se oscureció más debido al siniestro del Teatro. No hubo sospechosos, parece que fuera obra de _El Fantasma de la Ópera_.

Con el escenario rehabilitado, la bailarina anhelaba la representación que la lanzaría a la fama mundial, pero entonces se torció un tobillo y, nuevamente, quedó destrozada.

Con las alas extendidas soñó que sobrevolaba el Palacio y le prendía fuego, o se doblaba un pie, o ya inventaría algo…

RELATO 13🏵️

La leyenda de las almas errantes

Ania y Caleb crecieron en el palacio cardenalicio de Pravia. 
Él, hijo del cardenal. Ella, apareció en su canastilla en las imperiales escaleras del palacio.
Lo que comenzó siendo una relación fraternal entre ellos, acabó convirtiéndose en un amor inconmensurable, hecho que no pasó desapercibido entre los cristianos gerifaltes.
El cardenal no podía consentir semejante oprobio y envió a Ania a Argentina.
Pero la conexión entre los amantes era tal, que sus almas errantes juraron encontrarse de nuevo donde todo comenzó.
Hay quien dice que sus besos se sienten en el majestuoso edificio, si se sabe escuchar con amor.

RELATO 14

Mi guía de vida

El sonido del teléfono en mitad de la noche no presagia nada bueno.
Salí corriendo de casa para alcanzar tu último suspiro.
Cuando llegué, aún esperabas por mí. 
Ha sido largo tu camino y he aprendido de él. Es el mejor regalo de vida que hubiera podido tener.
Todavía resuenan en mi cabeza lo que me dijiste al verme subyugado por la grandiosidad de aquel palacio. 
Ibamos subiendo unas escaleras de voluptuosidad lujuriante y, ante mi cara de fascinación, me dijiste:
"No te dejes embaucar por su apariencia, no por ello deja de ser lo que es... una escalera".


RELATO 15

La fiesta

Katerina Petrov corrió por los pasillos dorados de la sala de baile, con su gran vestido de fiesta. 
- Queridos amigos, tenemos que detener esta fiesta, ahora mismo, tenéis que ir a vuestros aposentos , ya.
- ¿Pero que es lo que sucede?
- Hemos recibido noticias de nuestros Vecinos indicando que han empezado saqueos de las mansiones colindantes, y tenemos que apostar a los guardias en la entrada para evitar que nos asalten . No os preocupéis, que lo tenemos todo controlado.

Katerina sacó dos pistolas de Tula de sus enaguas , y disparo por la ventana.
A la mañana siguiente la revuelta quedo contenida.

RELATO 16

¡BÚ!

Yo vivo aquí, en este palacio sola ya desde...puf! ¿Que si me gusta? Todos necesitamos un hogar. Está bien.
A la caída de la noche, cuando se encienden las luces, me gusta bajar los tramos por el pasamanos y reírme con los angelotes de las molduras que aletean a mi alrededor.

Lo único que me molesta es cuando por la mañana vienen y apartan los cordones de las escaleras y empiezan el desfile se personas escalera arriba, escalera abajo.

¿Quién los llama si ni siquiera me ven? Malditos...al menos, por educación, un ”holacomoestás". -Se marcha, algo molesta, levitando-

RELATO 17

EL PRÍNCIPE SIN CORAZÓN

Llevo dos siglos en Versalles. Su belleza barroca llena de paz el corazón que no tengo. Aquí crecí con mis hermanos y mis padres, los reyes de Francia. 
La revolución hizo que huyéramos pero fuimos capturados. Ejecutaron a mi padre. Entre torturas, los revolucionarios me obligaron a testificar contra mi madre, en un juicio de dudosa legalidad, con vergonzosas calumnias que no soy capaz de describir. También la ejecutaron. Abandonado, fallecí en una prisión; desnutrido y tuberculoso. Solo tenía 10 años.
Dicen que mi corazón está guardado celosamente en una urna de cristal en la Basílica de Saint Denís. 

Latiendo...

RELATO 18

Mágico finde en la Ópera Garnier

María tuvo una magnífica idea: pasar un fin de semana todos juntos en París y alojarnos (a escondidas) en el Palacio de la Ópera.
Conseguimos dormir junto al lago subterráneo, ensayar entre candilejas. El escenario con público silenciosamente invisible tenía decorados de Don Jesús.
Las monumentales escaleras, único testigo de nuestra presencia, supieron de qué pie cojeábamos cada uno.
La primera noche burlamos la vigilancia (Excelente tarea de Don Pascal).
Segunda noche, actuó nuestra diva Mariló, entonces, un aplauso ensordecedor tronó perturbándonos…un rostro comenzó a perseguirnos oculto tras su máscara.
Habíamos despertado a Erik, el fantasma de la ópera.

RELATO 19

EL PODER Y LA GLORIA

Tenía que ser grande, como las pirámides que simbolizaban la unión del poder terrenal y el divino.
 Paredes inmensas impregnadas de frescos o de las que colgaban cuadros con hombres y caballos a tamaño real. Techos altísimos sostenían lámparas gigantes, pesadísimas.
 En construcciones así, se alojaban los poderosos, diferentes a los vulgares. Construían catedrales cuya altura buscaba la cercanía con Dios y la superioridad sobre los hombres.
 Así pues, el poder ordenaba el mundo con leyes humanas y divinas. Dios sobretodo estaba presente, existía.
 Y la vida transcurría ostentosa y rica. Bella.

RELATO 20

STENDHAL

Cada rincón del palacete guarda alguna joya escondida, amén de otras joyas a simple vista dispuestas. A cada paso, la atemporal belleza del lugar, hace que mi cabeza de vueltas, que no sepa donde fijar la vista. Estoy a un paso del colapso por síndrome de Stendhal. Cuido bien mis pasos tratando de evitar el más mínimo daño o desperfecto. Sigo recorriendo cada sala con ojos atentos hasta encontrar la pieza que me han encargado, ahora solo queda agazaparme en el cuartillo del conserje hasta que las luces se apaguen, agarrar el cuadro y salir de aquí cuanto antes

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