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| Foto autor desconocido |
RELATO 1
DONDE NO EXISTE EL TIEMPO
Las horas transcurren con lentitud impropia.
Los minutos no son de sesenta segundos, es como vivir en un presente perpetuo fuera de toda línea temporal.
Todo se vuelve eterno, un sueño continuo, una realidad exasperante.
Las diez y diez parecían marcar la hora "D" como si del escenario de un crimen se tratara.
A esa hora todos los relojes se detuvieron, no hubo más medición, no existe el tiempo sólo aburrimiento, apatía y
desgana.
Mi memoria es confusa, no sé cuándo fue el ayer y el mañana no llegará, sólo vivo el ahora.
Envejezco pero no sé desde cuándo.
RELATO 2
LAS DIEZ Y DIEZ
No me engañas. Por mucho que te empeñes en marcar las diez y diez, el tiempo avanza sempiterno, con velocidad creciente.
Mi espíritu, iluso, se aferra a una inmortalidad ficticia, mientras mi cuerpo se desvanece inexorablemente.
Saboreo cada gota de vida que me queda, con el temor latente de no haber saciado mi sed cuando llegue el final. Y en esta lucha silenciosa entre el ser y el tiempo, encuentro momentos de pura esencia que se graban, indelebles, en la memoria.
RELATO 3
EL SECRETO
Se sienta en la cama como cada mañana. Hoy el colchón cede bajo su cuerpo, blando, líquido, con un vaivén que parece vivo. El suelo se curva bajo su pie derecho y, al avanzar, el piso se llena de nubes fatigadas. Todo ocurre con una lentitud viscosa: el agua se demora en llenar el vaso, la camisa flota indecisa sobre sus brazos, el reloj derrite sus agujas, gota a gota, en segundos eternos.
El aire parece suspendido en un bostezo interminable.
Entonces, al cruzar la puerta, lo entiende: nada se ha detenido.
La lentitud ha venido a regalarle su secreto.
RELATO 4
BURNING LOVE
¡Ya sale al escenario!
¡Elvis, Elvis!, ¡Te quiero!
¡Madre mia, cómo se mueve¡
Mira los flecos de su chaqueta blanca. ¡Es un dios!
Me está mirando...¿qué hace?...Ha dicho que paren, que dejen de tocar...
No puedo creerlo, se acerca, me tiende la mano...Ohhhh, es tan guapo... ¿Qué?, ¿que suba? ...Madre mía, me va a abrazar…Me muero…
Ha merecido la pena venir hasta aquí. ¡Dos mil kilómetros!…
Pero...huele a gasolina, y a humo. Tengo seca la garganta.¡Qué hora es!...No voy a llegar. ¡Elvis, canta! ¡Canta para mí! Elvis...
RELATO 5
TEMPUS REVOLUTUM
En mi sueño, caminaba por un paisaje árido de matorrales deshidratados. La tierra preñada de fondo limitaba la estampa tórrida. Un destello plateado en la rama seca de un tronco calcinado: un reloj de estaño se derretía, goteaba. Los dígitos se escurrían sobre terrones.
Mi cuerpo mutó confuso: la mano de bebé; los pies descalzos menguaron; hebras canas; los pechos incipientes de la adolescencia.
Las horas nadaban en mar metálico rozando mis tacones dorados. Con dos dedos sarmentosos atrapé las siete.
Sonó el despertador; al poner un pie en el suelo sentí un pinchazo. ¡Ay! La aguja de un reloj
RELATO 6
EL RELOJ QUE CRUZÓ EL OCEANO 2 VECES
Desde Escocia hasta Arizona viajó en 1902 Brigida Holmes, famosa ladrona de Edimburgo, tras robar el archiconocido reloj Macmiland.
De platino y cristal de Bohemia, era codiciado por los facinerosos más importantes, quienes viajaron a América como almas que lleva el diablo para hacerse con el preciado reloj.
Uno de aquellos ladrones arrebató el reloj a Brígida, pero al admirarlo en todo su esplendor bajo el sol del desierto, comenzó a derretirse pues era de plástico pintado.
Dicen que el berrinche acabó con aquel hombre.
También dicen que Brígida regresó a Escocia, donde vivió como una respetable millonaria.
Eso dicen.
RELATO 7
EL SUEÑO DE UN GENIO
El relojero se quedó perplejo con el encargo que le había hecho aquel muchachito escuálido y serio delante del mostrador del taller.
Necesito un reloj "derretido" le dijo.
Traía un rudimentario esbozo en un pedazo de papel.
¿Lo puede usted hacer?
Tras dudar y pensarlo un rato, le contestó que sí.
Será todo un reto, pero me gusta superarme, además, te lo dejaré a buen precio.
¿De dónde has sacado la idea chico?
Lo he soñado.
Bueno, dijo el relojero, daré forma a tu sueño.
Dime tu nombre para abrirte una ficha de cliente.
Me llamo Salvador Domingo Dalí, contestó el chaval.
RELATO 8
TIEMPO MUERTO
Hubo un día en que todos los relojes comenzaron a derretirse. Nadie supo dar una explicación a aquel misterio: las horas, los minutos y los segundos caían al suelo inundándolo todo de tiempo perdido.
La gente entró en pánico: se afanaban en recoger los instantes con las manos, pero se les escurrían entre los dedos temblorosos.
Algunos rieron y otros lloraron cuando vieron deshacerse el último reloj.
A partir de entonces, tuvimos que aprender a vivir sin contar con el tiempo.
El concepto de futuro, dejó de idealizarse.
Al fin, fuimos libres.
RELATO 9
BOCANA
Y el tiempo derritió aquellos momentos de felicidad. Aquel oasis en mitad de una playa, al que luisa y Hakin acudían todos los veranos.
Se entregaban a la calidez de aquel paraíso de arena fina y plantas pinchudas sin pudor.
Lengua dorada que, por un lado daba al mar Mediterráneo y por el otro a una laguna de agua salada, que en otro tiempo fue base de hidroaviones, ahora... criadero de marísco.
La laguna se alimentaba del mar a través de una bocana : paso estrecho de corriente rápida.
Donde dejó descansar su cuerpo ya sin vida, tras el ataque.
RELATO 10
A LAS DIEZ
María siempre decía que el tiempo le sobraba. Posponía todo, los viajes, las llamadas, los abrazos. Un día, en medio del desierto, vio un reloj extraño, derretido sobre una rama. Lo tocó, y el aire se detuvo. Las horas perdidas desfilaron ante ella: su niñez, las risas que no volvió a buscar, las palabras que no dijo.
Cuando abrió los ojos, estaba en su cama. El reloj seguía marcando las diez, pero algo había cambiado. María respiró hondo, miró la luz filtrarse por la ventana y entendió al fin: el tiempo no se va, simplemente deja de esperarnos.
RELATO 11
TAC…
La tierra ya había dictado su final, y la humanidad no existía.
Empezó con la escasez de agua; las guerras, los intereses económicos, la destrucción de animales y naturaleza, todo estaba perdido.
Ya no había retorno, solo silencio.
Entre las ruinas, un reloj seguía latiendo, colgado de una rama. Tic…tac…
Marcaba las horas de nadie, recordando a los que ya no estaban.
Se derretía , pero sus agujas, tercas, seguían moviéndose, como si el tiempo esperara a alguien.
Cuando se detuvo, el mundo respiró en calma.
El último sonido de la Tierra fue el tic que nunca encontró su tac.
RELATO 12
EL EFÍMERO PASO DEL RELOJ
El tiempo suspira; se disuelve en silencio.
RELATO 13
LAS DIEZ Y DIEZ
El sueño recurrente de Salvador se interrumpía cada vez que, impulsada por latidos que él conocía perfectamente, las manecillas frenaban en seco a las diez y diez.
Las gotas de frío plomo derretido lamían su resbaladiza frente, y justo antes de desembocar en sus ojos, el sueño se interrumpía para no alearse con sus truncadas lágrimas.
Aunque el tiempo dejó de existir para él, su corazón seguía latiendo segundos.
Esa mañana, a las diez y diez, tan puntual como un reloj parado, abrió la jaula del hámster, y éste se transformó en ave fénix, forjado por el derretido tiempo.
RELATO 14
TIEMPO
No hay destino, no hay salida
No hay salvación para quien no quiere redención
Ni amor para quien no necesita consuelo
La existencia es fugaz y se derrite en nuestras mejillas
Caen contra el suelo y chocan sobre el asfalto
Las lágrimas vacías
No hay solución para quien no necesita escape
Y en los albores de la memoria perdida
Se distraen los límites del tiempo
Perdido, extraño y eternamente infinito
RELATO 15
CRONÓMETRO FOBIA
_(Crónica de una tardona)_
Tenía fobia a los relojes. Todos le recordaban a una masa verde, blanda y viscosa. Así, que para ser persistente con su memoria, era impuntual en las citas, provocaba efectos mariposa, perdía trenes y autobuses, en las bodas ya se habían comido la tarta y, en los bautizos, se topaban con una Primera Comunión.
Pasaron los años, muchos, tantos, que llegó tarde a su propio entierro, pues ya reposaba en la tumba y, cuando subió al cielo, San Pedro había echado los postigos y dormía como un bendito entre nubes vaporosas.
RELATO 16
ETERNIDAD TERMODINÁMICA
Un reloj neodaliniano en mi mesa de trabajo,
ablandado por la inefable entropía.
Su estructura molecular se altera.
Disipada la energía vital, no hay retorno.
No hay tragedia: solo degradación energética.
La temperatura descenderá y con ella la coherencia.
Entonces lo comprendo:
yo también me deformo.
Cuerpo y alma: sistema en disipación.
La entropía circula en tejidos y sinapsis.
El universo, sin lamentar mi pérdida,
redistribuirá mi energía residual.
Mi enfriamiento no es decadencia,
es la segunda ley de la termodinámica.
Ley implacable, ley exacta:
en ella encuentro lo más parecido a la eternidad.
RELATO 17
AÚN VIVO
Miro atrás y me arrepiento de las historias que no viví, los momentos que nunca fueron, las locuras que no atreví… recuerdos que no existieron, miedos que se evitaron, sueños que se perdieron.
Y aunque hablan las venas de mis manos, las sienes plateadas y los surcos en mi piel, no hay tiempo detenido. La sangre sigue latiendo, el corazón llorando y, reconozco, la vida fluyendo.
Un fuerte sentimiento me empuja a recuperar las vivencias inolvidables, las risas contagiosas, los errores inevitables… promesas que se rompieron, abrazos interminables, besos que se fundieron.
RELATO 18
¿QUIÉN DIJO CUÁNDO?
A sus cuarenta años había renunciado a ser propietario, tener hijos, estabilidad económica… a todo lo que se esperaría de alguien con esa edad.
Día tras día notaba el peso de un reloj que se derretía en su mente. No podía permitir que también se le acabase el momento para convertirse en escritor. Cada tic-tac era un latido de ansiedad que le consumía.
Una noche decidió poner fin a su agonía escribiendo lo siguiente: 1) El tiempo no me define 2) La edad solo es un número 3) Lucharé por cumplir cualquiera de mis sueños hasta el último suspiro.
RELATO 19
EL COLECCIONISTA DE HORAS
Hace quince años que mi marido vive obsesionado por las horas.
Estuve leyendo sobre el tema, pero no encontré ningún caso como el suyo.
Ha coleccionado setecientos veinte relojes distintos, uno por cada hora con cada uno de sus sesenta minutos.
Su acopio comenzó con aquel que señalaba justo la hora en la que nos conocimos. Afortunadamente, son relojes de aguja. Si fueran digitales estaríamos hablando del doble. Para él es indispensable encontrarlos parados.
Ayer se topó con las 2 y 9 en un extraño reloj colgado de un árbol.
Hoy, por fin, le he conseguido cita con salud mental.
RELATO 20
PERSISTENCIA DE LA MEMORIA
Mi amiga Lola y yo paseábamos por Figueres en pleno Julio, cuando una ola de calor nos alcanzó. Nos refugiamos en el Teatro - Museo de Dalí en busca de aire acondicionado. Allí vimos ""La Persistencia de la Memoria"" de Dalí, con relojes derretidos. Lola exclamó:-¡ No veeeee, hasta los relojes se derriten ". Al leer el cartelito, dijo: " Encima futurólogo ", sorprendida de que la obra fuera de 1931. Su comentario me hizo sonreír. La obra de Dalí nos hizo olvidar el calor por unos momentos .
RELATO 21
TIEMPO DE VIDA
El tiempo entre la maleza,
colgado del árbol que le dio la vida,
hoy se funde como el acero.
¿Cuánto pasó desde la hora en punto de nuestra consciencia,
por la que se deslizó la manecilla,
hasta diluirse con los restos de otros cuerpos?
Tiempos efímeros y tiempos a perpetuidad,
de vida prestada.
Tal vez nos apresuramos,
a congelarlos en el desierto más tórrido,
o bien, quemándolos en el gélido asfalto.
Tiempos de amar y de gozo,
horas que se eternizan y no llegan.
Tiempos de desamor,
asesinos que atraviesan el alma hasta hacerla sangrar.
RELATO 22
EL FIN DEL MUNDO
Son casi las cinco de la mañana. El aire arde en mis pulmones.
Como todas las noches desde el estallido, en el cielo cruza una estela naranja de fuego. Ahí está, recordándonos que no vamos a sobrevivir, que somos la última generación, que iremos cayendo uno tras otro, pronto. Muy pronto.
En el exterior, el asfalto, como casi todo lo demás, espera derretido para atraparnos en un cálido abrazo.
Sé que no me queda mucho. En lo que puede ser mi último aliento, cojo la mano de mi hija y le digo que la amo. Creo que sonríe.

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