sábado, 25 de octubre de 2025

RELATOS SEMANA 282

Fotografía Dennis Kitchen

 
RELATO 1


MI MEJOR VIAJE 

Mi mayor ilusión siempre fue viajar. No veía el momento de abandonar aquella residencia y tirarme a la calle, con todos mis trastos, y dar la vuelta al mundo. Cuando ya había conseguido un taxi que me llevara al aeropuerto, me pararon una pareja de policías preguntando que a donde iba tan deprisa. Les expliqué con pelos y señales mis intenciones y lo único que hicieron fue ayudarme a subir las maletas al coche y desearme feliz viaje. Les escribiré una postal de todos y cada uno de mis destinos.


RELATO 2

LA ROPAVEJERA

Todo ocurre dentro de una batidora inmensa; los planetas giran, se licúan, escurriendo mares coloridos: dorado chicle, azul espuma, rosado miel, verde océano…
Las ropavejeras flotan entre las corrientes de maletas que parpadean; extraen vestidos de luz etérea. Los niños los visten y perfuman el cielo.
Mi perrito Oskar ladraba estrellas que se disolvían en gotas.
Mi abuela ropavejera me besó la frente:
—Despierta, mi niño.

Abrió los ojos. Habló.
—Soñó algo bello, doctor —dijo la madre—. ¿Cómo lo encuentra?
El médico bajó la mirada, compungido.
—Despertó para despedirse —susurró—. Volvió donde está su abuelita. Se fue feliz.

RELATO 3

LIGERA DE EQUIPAJE
 
Doña Eulalia vendió su casa. 
Dos días después, rodeada de sus hijos, celebrando su 90 cumpleaños, les comunicó su conformidad para ingresar en la residencia que eligieron para ella. Tras la fiesta se dispuso a preparar el equipaje, que aunque pareciera abultado, no pesaba. 
Llenó las 
maletas con los mejores recuerdos de su azarosa vida, su familia, su perrita, los amantes clandestinos. 
En el bolsillo guardó la visa, el móvil y el pasaporte. 
Al día siguiente la vieron en el aeropuerto, gritando: 
¡Vais listos! 
¿Yo, en una residencia? 
Jajaja...
¡Me voy a Las Vegas! 
Y mi vuelo... ¡Sale ya!


RELATO 4

MÁS SABE EL DIABLO... 

Nadie podía decir que Aurora no fuese una abuela abnegada. Adoraba pasar tiempo con sus nietos, cuidarles... siempre estaba dispuesta a echar una mano. A sus setenta años, rebosaba energía y amor para regalar a los suyos. 
Pero había una cosa que no soportaba: que le mintieran...

¡Cómo corrían los pequeños detrás de sus equipajes, en equilibrio sobre el carrito capitaneado por su abuela!
Aurora solo lamentó perderse la cara de sus tres hijos y sus esposas cuando, ya sentados en el vuelo "secreto" a El Cairo, sin esperarlo, vieron entrar en el avión a sus respectivos vástagos, alborotándolo todo.


RELATO 5

LO ESENCIAL

Las tres hermanas hacían su escapada cada octubre, una tradición sagrada: una semana para reír, ponerse al día y beber sin remordimientos. Daba igual el destino; lo esencial era verse y contarse las mismas historias como si fueran nuevas.

Este año, Carmen eligió la isla de Fuerteventura.
Apareció en el aeropuerto arrastrando un torreón de maletas que parecía una mudanza.

Las otras dos, copa en mano, casi se atragantan de la risa.

—¿Pero dónde vas tan cargada?

—Por si decido quedarme y no volver —dijo, guiñando un ojo.

Y así, entre risas y maletas, octubre volvió otra vez.


RELATO 6

AIRE

Tengo dudas, pero finalmente me cambian de fila. Dejo atrás a los que van a volver para dirigirme hacia mi nueva puerta de salida.
 
Conforme me aproximo noto que el dolor de espalda, la artrosis, los calambres… todo se desvanece. Me siento ligera, infinita y llena de energía. 
 
Un señor bañado por una luz celestial me pregunta si quiero facturarlo todo.
 
“Mis errores y sufrimientos tienen tanta cabida como las alegrías y enseñanzas que han protagonizado mi larga vida. ¿Quién sería si los dejase atrás?”
 
Mi respuesta dibuja una hermosa sonrisa en su rostro dándome paso a una nueva aventura.


RELATO 7

ME VOY

Allá voy. Feliz. Mira mi sonrisa. Mira mi paso ligero.

Me llevo conmigo los buenos recuerdos, que son muchos.

He vivido la guerra, el desengaño, el dolor y la desilusión. Pero ahora que parto, solo me llevo conmigo la alegría y la esperanza.

Allá voy, convencida de que ha merecido la pena. Avanzo sin miedo, quiero cruzar esa puerta y descansar. Sé que la muerte nunca es bienvenida para quienes se quedan, pero yo camino hacia ella ilusionada y sin temor. Sé que estaréis bien. Ahora quiero descansar. Que la tierra os sea breve. Os espero al otro lado.


RELATO 8

#MARITA

Hacía mucho que no veía a la abuela Marita. Me llamaba por teléfono y yo siempre le soltaba aquello de la falta de tiempo, la uni, el trabajo y demás. No era verdad, ¿cuántas horas al día perdía yo en el scroll infinito?
Mi amigo Pedro me comentó que la había visto en Tailandia, que salía en Instagram tomando una sopa Tom Yum, con sus gambas, su cilantro y su zumo de lima.
¿What? ¡Mi abuela Marita, famosa, recorriendo el mundo!
Crucé con ella mil mensajes con sus aventuras.
Se hizo viral con el reel “Consejos para rescatar nietos perdidos.”


RELATO 9

OHHHHHH...
 
No se me ocurrió otra idea mejor.

Mi abuela Ana es ideal. Ochenta años, buen aspecto, simpática..., y le encanta viajar.

Mis instrucciones fueron claras, y el dinero que ingresé en su tarjeta habría hecho feliz al propio Elon Musk.

Han pasado los días y me siento tranquilo, tal es la confianza que le tengo a mi querida abuela.

Hoy llega de Colombia y la estoy esperando con verdadera devoción. Mi furgoneta está bien aparcada y yo, bien vestido y recién afeitado no levanto ninguna...

─ ¿Alejandro Bermúdez?

─ Sí, soy yo.

─ Queda usted detenido por tráfico de estupefacientes.
 

RELATO 10

RETORNO

Empaquetó el bagaje de su larga vida y volvió al grupo. Se sintió ligera, escuchó atentamente la música en la megafonía de la plataforma de Enterteinnement, avanzó hacia adelante, quería celebrar su regreso.  
Dispuesta a disfrutar de la hazaña de este nuevo viaje, comenzó a bailar, conocedora de que salir y regresar forman parte del mismo destino: continuar un sendero ya abierto y completar el círculo.

Y, actualizadas sus energías, arrastró sus maletas.  
Abrió sus brazos a todos, les envió un abrazo enorme y midió los dominios del espacio y del tiempo para seguir hacia adelante con equipaje renovado.

RELATO 11

SENSACIONES DE MI NIÑEZ

Por fin la paz llegó a mi cuerpo y a mi mente. 
Anhelaba el sosiego y la serenidad de mis años adolescentes, el ambiente que viví. 
No deseaba nada más.
Tomé mi maleta, me despidí de aquel lugar que tanta tristeza me había ocasionado. 
La somnolencia me embriagaba, casi sin buscarlo. 
La brisa perfumada de salvia, tomillo, romero y lavanda, campos eternos en los que ella se perdía cuando era pequeña. 
Despertó con el tacto suave de las manos cálidas de su madre, le propiciaban sensación de seguridad. 
Aferrándome a ellas, temiendo que si las soltaba me precipitaría al vacío.


RELATO 12

DONDE EL CORAZÓN TE LLEVE

Después de cuarenta años juntos, el abandono inesperado de su marido le rompió el alma. Con su marcha, el verano se evaporó y las lluvias acompañaron su llanto. 

Un día, mirando al cielo y acariciando sus sienes, sintió que su corazón se abría, y que en en algún lugar más allá de sus sentidos brotaba un manantial de fortaleza.

Una sorprendente entereza la envolvió con la suavidad de las alas de un ángel, impulsándola a llegar lejos, muy lejos.

"¡A volar!"


RELATO 13

AMORES OCULTOS 

Doña María siempre viaja sola, pero factura demasiadas maletas. Son antiguas, de cuero, con cierres dorados y olor a perfume viejo.
En el puerto la saludan como a una reina; nadie pregunta por sus acompañantes.
Por las noches brinda con copas vacías, murmura nombres al oído del mar.
Cuando el barco atraca, baja ligera, rejuvenecida, dejando atrás camarotes sellados y silencio.
El capitán le sonríe.
—¿Todo en orden, señora?
María acaricia una maleta y susurra:
—Siempre. El amor, si se conserva bien, no se pudre.


RELATO 14

AURORA
 
Siembre cargó con los sueños de los suyos. Su sueño fue hacer cumplir esos sueños.
Con el paso del tiempo fue recopilando sus vivencias, historias y enseñanzas. Ahora había llegado ese momento que nunca falta a su cita.
Su equipaje casi listo... Envolvió la alterada primavera entre mullidos algodones. El verano, oliendo a sombra de higuera. La maleta del otoño fue dejando un reguero de hojas secas...
Su invierno le acompañaba sin embalar, abrazado a su sombra.
Aurora atravesó el "hall" del aeropuerto sin notar el peso del que tiraba; para volar a cabo norte, donde se hizo boreal.


RELATO 15

DON MARCELO

"Viajas más que el baúl de la Piquer"

Es lo que los mayores dicen al que es muy viajero.
Concha Piquer, una mujer que era acompañada por decenas de baúles, llevó la copla a lo más alto de la escena internacional.
Tratándose de una mujer que llegó a tener una gran empresa del espectáculo, siempre portaba muchos baúles. Acostumbraba a alquilar vivienda allá donde iba, en los baúles metía de todo, desde colección de vestidos hasta ropa de cama o de mesa. Y, no menos importante, una jaula con el canario de su madre, DON MARCELO.


RELATO 16

LA MEJOR DE SU PROFESIÓN 

Decía ser la mejor costurera de toda España.
Sus clientes llegaban en pareja, ellas con algún que otro ojo morado o brazo en cabestrillo, "accidente doméstico" decían , y sus maridos las acompañaban para hacerles un vestido como regalo. La modista les tomaba las medidas, y a los pocos días, ellos iban a recoger los trajes y...su merecido.
Por las noches se la veía salir cargada de maletas y cuando le preguntaban por el contenido solía decir que eran desechos de la costura.
Así, docenas de mujeres agradecidas la visitaban a menudo, para hacerle sus encargos, cuyos maridos recogerían después.


RELATO 17

LA GANADORA 

Lucía se inscribió en el famoso show televisivo _“Agarra lo que puedas”_, animada por sus compañeras del centro para mayores al que pertenece.
Sabía que era complicado, pues los concursantes habituales son jóvenes, guapos y con un prometedor futuro en las redes sociales. 
Cuando fue seleccionada, le temblaron hasta las calandracas pero deseaba disfrutar de la experiencia, consistente en agarrar objetos en un aeropuerto. 
Con desparpajo, persuadió a muchos pasajeros recién aterrizados y agarró sus maletas, llegando triunfante con más de 50. 
Los demás concursantes permanecen en shock.
Ella y sus amigas, aún disfrutan de los 40.000€ del premio.


RELATO 18

ALI BABÁ Y LAS CUARENTA MALETAS

Ali viajaba con una muda, su cepillo de dientes y la foto de su madre.
Los miércoles, tras cerrar la gestión que la traía por aquí, salía a pasear. Se dejaba llevar. Un paso tras otro.
Todos la conocían. Sonreía a los niños y los perros se acercaban buscando una caricia.
Y así pasaron las semanas, convirtiéndose en años, y todos envejecimos.
Con el tiempo empezó a cargar con más cosas, pequeños recuerdos, tal vez el peso del tiempo y la memoria. Hasta que algo se torció.
Y lo supimos aquel día que llegó con cuarenta maletas.


RELATO 19

ESTE ES MI TECHO

A ella le gustaba decir que se iba de viaje, aunque jamás había volado. 
A sus ochenta y siete años, el campanario de su pueblo seguía siendo su cima más alta. 
En el aeropuerto encontraba consuelo, caminaba entre viajeros inventando destinos, fingiendo despedidas. Sus maletas sólo guardaban recuerdos y su billete era una sonrisa perdida en la multitud. 
Lo tuvo todo, un techo que la cobijó, un fuego que la calentó y el cariño de sus seres queridos.
Todo eso quedó atrás.  
Cuando la megafonía anunciaba embarques, ella cerraba los ojos, y por un instante creía sentir que también partía.


RELATO 20

DOÑA CARMEN 

Doña Carmen, con sus ochenta años a cuestas y cargada con las compras de la vida, no dudó ni un momento en gastar su paga extra en un billete para Ibiza… solo ida.
—¡Qué sorpresa se van a llevar cuando vayan a verme al Buen Retiro y yo ya no esté! —murmuró, satisfecha.

Pero la sorpresa mayor llegó cuando pasaron por el banco.
—¡Paco, que tu madre ha vendido la casa y se lo ha llevado todo!

Mientras tanto, en la cubierta del ferry, Doña Carmen levantaba su copa de champagne, sonriendo al horizonte.


RELATO 21

DONDE EL PESO SE CONVIERTE EN ALAS
 
La señora Emilia avanzaba por el aeropuerto como si estuviera marchando hacia un destino épico. Detrás de ella, una torre inverosímil de maletas se tambaleaba, pero no caía. Ahí llevaba años enteros: cartas que nunca envió, vestidos de fiestas que ya no recuerda, y hasta un par de zapatos que bailaron un romance que tuvo prisa por irse. Levantó el brazo, saludando al aire, como si alguien invisible la esperara al final del pasillo. “Ya voy “ murmuró. No sabía bien a dónde, pero después de cargar con tantas vidas, lo único seguro era que por fin empezaba una nueva.


RELATO 22

EL ÚLTIMO TREN

Está mañana he sacado el billete
súbanse todos al último tren
guarden sus penas, guarden sus miedos
comienza el viaje, comienza el vaivén

No quiero hacer altos en el camino
que alce la mano quien quiera bajar
ahora que aun vamos despacito
más adelante no pienso parar

Voy a jugármelo todo a una carta
voy a jugármelo y voy a ganar
escuché que el mundo es un trozo de gasa
pues en mi bolsillo lo voy a guardar

He llenado mi maleta de sueños
de esperanza e ilusión
nunca es tarde para hacer el camino
nunca es tarde para soñar


RELATO 23

LIBRE COMO EL MAR

Pasaporte falso, cirugía estética, cuenta bancaria vaciada poco a poco, ropa y artículos personales sacados del casoplón de vez en cuando y guardados en casa de una amiga hasta que ¡por fin! liberada de su marido, un mastodonte maltratador.
Rica, con dinero y joyas repartidos en las maletas y posibilidades infinitas para marcharse a dónde le diera la gana, en su yate, para poder arrojar al mar algo de peso innecesario.
Cuando llegara a su destino, los aduaneros no encontrarían el dinero ni las joyas astutamente ocultas, ni drogas... Ni tampoco algo mucho más pesado.


RELATO 24

IQUIQUE, 1907 O EL DESPERTAR DE LA CONCIENCIA 

Renée, amiga de la familia, era esperada en aquel verano de 1972, sobre todo por los niños, porque volvía de un viaje por Sudamérica anunciando regalos para todos. El día de su llegada, en la piscina de la urbanización, abrió varias maletas llenas de _souvenirs_ de Bolivia, Chile, Perú, Colombia... 

De Chile cayó, en manos de nuestra familia, un vinilo: _La cantata de Santa María de Iquique._ Ese disco recordaba la matanza de tres mil seiscientos obreros, mujeres y niños de la industria del salitre, que luchaban por sus derechos.

Aquellas canciones, prohibidas en España, marcaron mi vida para siempre.


RELATO 25

MOHER

‌-.Hipotecas.
-.Préstamo (boda de Margarita).
‌-.Ayuda (estudios Dilay)
‌-.Huerto (donde pasaba sus ratos de soledad).  
‌-.Seguro de coche y vida( obligatorios).
‌-.Colegio profesional.
‌-.Apreciaciones de su círculo íntimo.
‌-.Pensamientos que la hacían dudar de su capacidad de vida
‌-.Miedos de sus hijos ...
Con la mirada perdida, Catherin fue doblando meticulosamente cada una de esas cargas, metiéndolas en maletas y colocándolas en equilibrio en aquel carrito.
Se dirigió, atravesando la estación, hacia aquel lugar donde comenzó aquella vida, no elegida, pero sí admitida.
¡Sonreía!
Fue lo primero que le hacía feliz en años.
¡A los acantilados de Moher, por favor!

RELATO 26

CADA COSA EN SU LUGAR 

Mi abuela Olvido, coleccionaba maletas que apilaba por todos los rincones de su casa. Cada vez que le preguntábamos la razón de esa extraña manía, nos decía que en ellas guardaba secretos que nunca debían ser contados. 
Las tenía ordenadas por colores: rojo, para las lágrimas secas, verde, para los anhelos dormidos y azules para las palabras que nunca llegaron a pronunciarse. 
Decía que así los recuerdos no se mezclaban, que el mejor remedio para no volverse loca era mantener cada uno en su lugar. 
Cuando murió, pudimos comprobar que todas estaban vacías. O eso creímos.


RELATO 27

¡QUE OS ZURZAN! 

Setenta y ocho arrugados años; tanto como las prendas comprimidas en las maletas que transportaba. Cipriana se había cansado de ser invisible como una cremallera y olvidada como el hilo de un hilván. Se hartó de sólo ser unas manos armadas con aguja y dedal. Las seis modelos corrieron alborotadas al control de pasaporte, ella custodiaba la colección de moda que lucirían sus pieles de seda en las Galerías Lafayette de París.
La vieja costurera necesitaba sentirse importante; y antes de facturar el equipaje, su boca, fruncida como un ojal, se estiró burlona tejiendo un plan.
No llegó a embarcar.

sábado, 18 de octubre de 2025

RELATOS SEMANA 281

 

Foto autor desconocido 


RELATO 1

DONDE NO EXISTE EL TIEMPO

Las horas transcurren con lentitud impropia.

Los minutos no son de sesenta segundos, es como vivir en un presente perpetuo fuera de toda línea temporal. 

Todo se vuelve eterno, un sueño continuo, una realidad exasperante.

Las diez y diez parecían marcar la hora "D" como si del escenario de un crimen se tratara. 

A esa hora todos los relojes se detuvieron, no hubo más medición, no existe el tiempo sólo aburrimiento, apatía y
desgana.

Mi memoria es confusa, no sé cuándo fue el ayer y el mañana no llegará, sólo vivo el ahora. 

Envejezco pero no sé desde cuándo.


RELATO 2 

LAS DIEZ Y DIEZ

No me engañas. Por mucho que te empeñes en marcar las diez y diez, el tiempo avanza sempiterno, con velocidad creciente.
Mi espíritu, iluso, se aferra a una inmortalidad ficticia, mientras mi cuerpo se desvanece inexorablemente.
Saboreo cada gota de vida que me queda, con el temor latente de no haber saciado mi sed cuando llegue el final. Y en esta lucha silenciosa entre el ser y el tiempo, encuentro momentos de pura esencia que se graban, indelebles, en la memoria.


RELATO 3

EL SECRETO 

Se sienta en la cama como cada mañana. Hoy el colchón cede bajo su cuerpo, blando, líquido, con un vaivén que parece vivo. El suelo se curva bajo su pie derecho y, al avanzar, el piso se llena de nubes fatigadas. Todo ocurre con una lentitud viscosa: el agua se demora en llenar el vaso, la camisa flota indecisa sobre sus brazos, el reloj derrite sus agujas, gota a gota, en segundos eternos. 
El aire parece suspendido en un bostezo interminable.
Entonces, al cruzar la puerta, lo entiende: nada se ha detenido. 
La lentitud ha venido a regalarle su secreto.


RELATO 4

BURNING LOVE

¡Ya sale al escenario! 
¡Elvis, Elvis!, ¡Te quiero!

¡Madre mia, cómo se mueve¡
Mira los flecos de su chaqueta blanca. ¡Es un dios!

Me está mirando...¿qué hace?...Ha dicho que paren, que dejen de tocar... 

No puedo creerlo, se acerca, me tiende la mano...Ohhhh, es tan guapo... ¿Qué?, ¿que suba? ...Madre mía, me va a abrazar…Me muero…

Ha merecido la pena venir hasta aquí. ¡Dos mil kilómetros!… 
Pero...huele a gasolina, y a humo. Tengo seca la garganta.¡Qué hora es!...No voy a llegar. ¡Elvis, canta! ¡Canta para mí! Elvis...


RELATO 5

TEMPUS REVOLUTUM

En mi sueño, caminaba por un paisaje árido de matorrales deshidratados. La tierra preñada de fondo limitaba la estampa tórrida. Un destello plateado en la rama seca de un tronco calcinado: un reloj de estaño se derretía, goteaba. Los dígitos se escurrían sobre terrones.
Mi cuerpo mutó confuso: la mano de bebé; los pies descalzos menguaron; hebras canas; los pechos incipientes de la adolescencia.

Las horas nadaban en mar metálico rozando mis tacones dorados. Con dos dedos sarmentosos atrapé las siete.
Sonó el despertador; al poner un pie en el suelo sentí un pinchazo. ¡Ay! La aguja de un reloj

RELATO 6

EL RELOJ QUE CRUZÓ EL OCEANO 2 VECES

Desde Escocia hasta Arizona viajó en 1902 Brigida Holmes, famosa ladrona de Edimburgo, tras robar el archiconocido reloj Macmiland.

De platino y cristal de Bohemia, era codiciado por los facinerosos más importantes, quienes viajaron a América como almas que lleva el diablo para hacerse con el preciado reloj.
Uno de aquellos ladrones arrebató el reloj a Brígida, pero al admirarlo en todo su esplendor bajo el sol del desierto, comenzó a derretirse pues era de plástico pintado. 
Dicen que el berrinche acabó con aquel hombre.
También dicen que Brígida regresó a Escocia, donde vivió como una respetable millonaria.

Eso dicen.


RELATO 7

EL SUEÑO DE UN GENIO 

El relojero se quedó perplejo con el encargo que le había hecho aquel muchachito escuálido y serio delante del mostrador del taller.
Necesito un reloj "derretido" le dijo.
Traía un rudimentario esbozo en un pedazo de papel.
¿Lo puede usted hacer?
Tras dudar y pensarlo un rato, le contestó que sí.
Será todo un reto, pero me gusta superarme, además, te lo dejaré a buen precio.
¿De dónde has sacado la idea chico?
Lo he soñado.
Bueno, dijo el relojero, daré forma a tu sueño.
Dime tu nombre para abrirte una ficha de cliente.
Me llamo Salvador Domingo Dalí, contestó el chaval.


RELATO 8

TIEMPO MUERTO

Hubo un día en que todos los relojes comenzaron a derretirse. Nadie supo dar una explicación a aquel misterio: las horas, los minutos y los segundos caían al suelo inundándolo todo de tiempo perdido.
La gente entró en pánico: se afanaban en recoger los instantes con las manos, pero se les escurrían entre los dedos temblorosos.
Algunos rieron y otros lloraron cuando vieron deshacerse el último reloj. 
A partir de entonces, tuvimos que aprender a vivir sin contar con el tiempo.
El concepto de futuro, dejó de idealizarse.
Al fin, fuimos libres.


RELATO 9

BOCANA

Y el tiempo derritió aquellos momentos de felicidad. Aquel oasis en mitad de una playa, al que luisa y Hakin acudían todos los veranos.  
Se entregaban a la calidez de aquel paraíso de arena fina y plantas pinchudas sin pudor. 
Lengua dorada que, por un lado daba al mar Mediterráneo y por el otro a una laguna de agua salada, que en otro tiempo fue base de hidroaviones, ahora... criadero de marísco.
 La laguna se alimentaba del mar a través de una bocana : paso estrecho de corriente rápida.
Donde dejó descansar su cuerpo ya sin vida, tras el ataque.


RELATO 10

A LAS DIEZ

María siempre decía que el tiempo le sobraba. Posponía todo, los viajes, las llamadas, los abrazos. Un día, en medio del desierto, vio un reloj extraño, derretido sobre una rama. Lo tocó, y el aire se detuvo. Las horas perdidas desfilaron ante ella: su niñez, las risas que no volvió a buscar, las palabras que no dijo. 
Cuando abrió los ojos, estaba en su cama. El reloj seguía marcando las diez, pero algo había cambiado. María respiró hondo, miró la luz filtrarse por la ventana y entendió al fin: el tiempo no se va, simplemente deja de esperarnos.


RELATO 11

TAC…

La tierra ya había dictado su final, y la humanidad no existía.
Empezó con la escasez de agua; las guerras, los intereses económicos, la destrucción de animales y naturaleza, todo estaba perdido.
Ya no había retorno, solo silencio.
Entre las ruinas, un reloj seguía latiendo, colgado de una rama. Tic…tac…
Marcaba las horas de nadie, recordando a los que ya no estaban.
Se derretía , pero sus agujas, tercas, seguían moviéndose, como si el tiempo esperara a alguien.
Cuando se detuvo, el mundo respiró en calma.
El último sonido de la Tierra fue el tic que nunca encontró su tac.


RELATO 12

EL EFÍMERO PASO DEL RELOJ

El tiempo suspira; se disuelve en silencio.


RELATO 13

LAS DIEZ Y DIEZ

El sueño recurrente de Salvador se interrumpía cada vez que, impulsada por latidos que él conocía perfectamente, las manecillas frenaban en seco a las diez y diez.
Las gotas de frío plomo derretido lamían su resbaladiza frente, y justo antes de desembocar en sus ojos, el sueño se interrumpía para no alearse con sus truncadas lágrimas.
Aunque el tiempo dejó de existir para él, su corazón seguía latiendo segundos. 
Esa mañana, a las diez y diez, tan puntual como un reloj parado, abrió la jaula del hámster, y éste se transformó en ave fénix, forjado por el derretido tiempo.


RELATO 14

TIEMPO

No hay destino, no hay salida 
No hay salvación para quien no quiere redención 
Ni amor para quien no necesita consuelo 

La existencia es fugaz y se derrite en nuestras mejillas 
Caen contra el suelo y chocan sobre el asfalto 
Las lágrimas vacías 

No hay solución para quien no necesita escape 
Y en los albores de la memoria perdida 
Se distraen los límites del tiempo 
Perdido, extraño y eternamente infinito


RELATO 15

CRONÓMETRO FOBIA
_(Crónica de una tardona)_

Tenía fobia a los relojes. Todos le recordaban a una masa verde, blanda y viscosa. Así, que para ser persistente con su memoria, era impuntual en las citas, provocaba efectos mariposa, perdía trenes y autobuses, en las bodas ya se habían comido la tarta y, en los bautizos, se topaban con una Primera Comunión.

Pasaron los años, muchos, tantos, que llegó tarde a su propio entierro, pues ya reposaba en la tumba y, cuando subió al cielo, San Pedro había echado los postigos y dormía como un bendito entre nubes vaporosas.


RELATO 16

ETERNIDAD TERMODINÁMICA

Un reloj neodaliniano en mi mesa de trabajo,
ablandado por la inefable entropía.
Su estructura molecular se altera.
Disipada la energía vital, no hay retorno.
No hay tragedia: solo degradación energética.
La temperatura descenderá y con ella la coherencia.
Entonces lo comprendo:
yo también me deformo.
Cuerpo y alma: sistema en disipación.
La entropía circula en tejidos y sinapsis.
El universo, sin lamentar mi pérdida,
redistribuirá mi energía residual.
Mi enfriamiento no es decadencia,
es la segunda ley de la termodinámica.
Ley implacable, ley exacta:
en ella encuentro lo más parecido a la eternidad.


RELATO 17

AÚN VIVO

Miro atrás y me arrepiento de las historias que no viví, los momentos que nunca fueron, las locuras que no atreví… recuerdos que no existieron, miedos que se evitaron, sueños que se perdieron.

Y aunque hablan las venas de mis manos, las sienes plateadas y los surcos en mi piel, no hay tiempo detenido. La sangre sigue latiendo, el corazón llorando y, reconozco, la vida fluyendo.

Un fuerte sentimiento me empuja a recuperar las vivencias inolvidables, las risas contagiosas, los errores inevitables… promesas que se rompieron, abrazos interminables, besos que se fundieron.


RELATO 18

¿QUIÉN DIJO CUÁNDO?
 
A sus cuarenta años había renunciado a ser propietario, tener hijos, estabilidad económica… a todo lo que se esperaría de alguien con esa edad. 
 
Día tras día notaba el peso de un reloj que se derretía en su mente. No podía permitir que también se le acabase el momento para convertirse en escritor. Cada tic-tac era un latido de ansiedad que le consumía.
 
Una noche decidió poner fin a su agonía escribiendo lo siguiente: 1) El tiempo no me define 2) La edad solo es un número 3) Lucharé por cumplir cualquiera de mis sueños hasta el último suspiro.


RELATO 19

EL COLECCIONISTA DE HORAS

Hace quince años que mi marido vive obsesionado por las horas. 
Estuve leyendo sobre el tema, pero no encontré ningún caso como el suyo.
Ha coleccionado setecientos veinte relojes distintos, uno por cada hora con cada uno de sus sesenta minutos.
Su acopio comenzó con aquel que señalaba justo la hora en la que nos conocimos. Afortunadamente, son relojes de aguja. Si fueran digitales estaríamos hablando del doble. Para él es indispensable encontrarlos parados.  
Ayer se topó con las 2 y 9 en un extraño reloj colgado de un árbol. 
Hoy, por fin, le he conseguido cita con salud mental.


RELATO 20

PERSISTENCIA DE LA MEMORIA 

Mi amiga Lola y yo paseábamos por Figueres en pleno Julio, cuando una ola de calor nos alcanzó. Nos refugiamos en el Teatro - Museo de Dalí en busca de aire acondicionado. Allí vimos ""La Persistencia de la Memoria"" de Dalí, con relojes derretidos. Lola exclamó:-¡ No veeeee, hasta los relojes se derriten ". Al leer el cartelito, dijo: " Encima futurólogo ", sorprendida de que la obra fuera de 1931. Su comentario me hizo sonreír. La obra de Dalí nos hizo olvidar el calor por unos momentos .


RELATO 21

TIEMPO DE VIDA 

El tiempo entre la maleza,
colgado del árbol que le dio la vida,
hoy se funde como el acero.
¿Cuánto pasó desde la hora en punto de nuestra consciencia,
por la que se deslizó la manecilla,
hasta diluirse con los restos de otros cuerpos?
Tiempos efímeros y tiempos a perpetuidad,
de vida prestada.
Tal vez nos apresuramos,
a congelarlos en el desierto más tórrido,
o bien, quemándolos en el gélido asfalto.
Tiempos de amar y de gozo,
horas que se eternizan y no llegan.
Tiempos de desamor,
asesinos que atraviesan el alma hasta hacerla sangrar.


RELATO 22

EL FIN DEL MUNDO

Son casi las cinco de la mañana. El aire arde en mis pulmones. 

Como todas las noches desde el estallido, en el cielo cruza una estela naranja de fuego. Ahí está, recordándonos que no vamos a sobrevivir, que somos la última generación, que iremos cayendo uno tras otro, pronto. Muy pronto. 

En el exterior, el asfalto, como casi todo lo demás, espera derretido para atraparnos en un cálido abrazo.

Sé que no me queda mucho. En lo que puede ser mi último aliento, cojo la mano de mi hija y le digo que la amo. Creo que sonríe.

lunes, 13 de octubre de 2025

RELATOS SEMANA 280

 

Foto. Cecil Beaton


RELATO 1

NAVIDAD EN LA PLATAFORMA 

Olas burbujeantes se acercaban a la plataforma donde hago mi trabajo, coser banderas de peligro. Aparté mi tarea y descendí al nivel más bajo, al lugar donde, sentado, los pies se hunden en el agua helada. No eran olas, eran delfines, docenas de delfines que parecían saludar con sus gritos y cabriolas. Aquello duró toda la noche, como aquellos hermosos animales intentaran acompañarme, como si quisieran decirme que no estaba sólo.

Al llegar la mañana, se despidieron de mí saltando sobre las olas y formando tirabuzones con sus cuerpos.
Juraría que algunos eran sirenas... y no había bebido.


RELATO 2

LOS PILLÉ

Me alisté a la Royal Navy hace un año. Prometían aventura, formación y algo de pasta. ¡A conocer mundo!, me dije. ¡Y a comer gratis!
El tema de las tías, según me contaron, estaba garantizado: ¡en cada puerto un amor!
Me dieron orden de llevarle un mensaje al comandante.
Juro que llamé a la puerta, pero como no abría empujé y entré. Y allí estaban los dos, comiéndose vivos. 
El teniente guapito la pagó conmigo. Y ahora tengo costura hasta que me salgan canas en los huevos. Me cago en la Navy y en su puta madre.



RELATO 3

NO SABÍA QUE ESTABAS DENTRO

De golpe, te encontré allí al abrir la puerta. Te habías peinado y puesto la gorra, pero solo eso. Estabas desnudo detrás de la máquina de coser. La bandera remendada y tus manos sobre la tela. Desde mi posición adiviné tu silueta. Tu mirada era desafiante y provocativa. Me quedé turbado y volví, sofocado, sobre mis pasos. 

¿Y si hubiera terminado de entrar? ¿Qué podría haber pasado entre nosotros? Confieso que al recordarlo se me acelera el pulso y me invade una placentera calidez interior que sube desde el estómago hasta mis mejillas y termina ardiendo entre mis piernas.


RELATO 4

TODOS A BORDO Y YO TAMBIÉN 

Si había alguien que seducía a Marcos, eran los del Cuerpo de Marines. Tanto fue así que decidió hacer carrera para poder estar todo el día: "¡A sus órdenes...!".

Cuando embarcaban, todos tenían sus aficiones. Unos, sus cartas; otros, sus libros, juegos de mesa, etc... Pero Marcos viajaba con un pesado y misterioso maletín de madera. 

No había nada que lo relajase más que desplegar su kit de costura y remendar uniformes o lo que hiciera falta. Además de invitar a su camarote a algún alférez de fragata, para aliviar el estupor que le producían las maniobras con fuego real.


RELATO 5

FRANCIS LEGARE, ES REAL                                                

Francis Legare, un marinero gay, navegaba por el mundo en su barco de vela. En cada puerto, encontraba nuevos horizontes y personas que lo aceptaban por quién era. En alta mar, Francis se sentía libre para amar sin miedo a ser juzgado. Conoció a un compañero de viaje, un marinero llamado Antonio, y juntos exploraron el mundo. Su relación floreció en el mar, donde la libertad y la aventura eran su única ley. Juntos, Francis y Antonio navegaron hacia nuevos destinos, unidos por el amor y la pasión por el mar. Su historia es un faro de esperanza.


RELATO 6

BENDITO PROGRESO

Desde hace un par de siglos, en mi familia la profesión de costurero ha pasado de padres a hijos. Llevo con orgullo la herencia de mi estirpe y soy consciente de la suerte que tengo al disponer de una máquina que hace más fácil el trabajo, algo que se agradece sobre todo cuando hay prisa. 
Hoy, por ejemplo, Jaime ha llegado con un gorro de marinero... Siempre le he gustado con algún toque de uniforme. Yo quería experimentar con él caracterizado de Papá Noel. En un pispás, ya estábamos gozándonos. 
Benditos sean el movimiento alternativo y la fuerza mecánica.


RELATO 7

SOBRAN LAS PALABRAS

Mi padre solía decirme “cuando hagas la mili, volverás hecho un hombre.” 

Cuánto se equivocaba. 

Me habría ido mejor siguiendo mi camino que jugando a soldaditos. Pero eran otros tiempos… tiempos perdidos.

Hoy tengo mi atelier, levantado entre discusiones y las lágrimas de mi madre, que sí me entendía. 

No le guardo rencor, fue hijo de su época, y nosotros, pioneros en la vanguardia, los primeros en romperla.

Ahora mis diseños marcan tendencia, y él, ya anciano, me toma la mano y me mira en silencio.

No hacen falta las palabras, en ese gesto, por fin me reconoce.


RELATO 8

LA MÁQUINA 

¿Cómo he podido acabar en la bodega de un buque de guerra, entre las toscas manos de un marinero de segunda?
¿Cómo se atreve a deshonrarme con algodón y sarga de espiga?
Yo, que fui el sustento de la abuela y del niño sin padres.
Yo, que pasaba noches ronroneando con la caricia del tafetán, del guipur y de la seda, bajo la atenta mirada de la cansada costurera.
Qué orgullosa me sentía cuando venían a probar mis creaciones. Entonces, mi trabajo cobraba vida.
El niño se fue a la guerra.
La abuela, al cielo.
Solo queda polvo de seda en mis engranajes.



RELATO 9

EL ARTE DE LA MONOTONÍA 

Vengo y voy, voy y vengo.
Vida lineal y monótona,
esto es lo que yo tengo.

Amarillo, blanco, rojo.
No importa el color,
lo que importa es el ojo.

Voy entrando, voy saliendo.
Mis días son rutina,
pero sigo viviendo.

No importa donde ni cuando.
Mi labor será la misma; 
y siempre sigo actuando.

Perdón, no me he presentado.
Tengo por nombre: Hilo.
Por apellido: Blanco.
Mi fin: Dejar todo atado.


RELATO 10

CUBIERTA DEL HMS ZULÚ

14/09/1942, 16:09 p.m. El marinero James W. Collins gira el volante de la vieja Jones negra. Huele a salitre y grasa de máquina.
Como una herida abierta, la bandera roja se desborda.
Los Junkers alemanes la habían desangrado.
Collins cose, puntada a puntada. Su torso desnudo brilla con calma ambigua, entre fuerza y cuidado.
Suena la sirena de zafarrancho.
El hilo se parte, la aguja rueda entre las planchas.
—Bloody Krauts… they’re back! —murmura.
«¿A qué camarada veré agonizar hoy?», piensa.
El cielo estalló. Luego, nada…


RELATO 11

JURA DE BANDERA

Atrás dejó a su mujer a punto de parir. 
Tras una semana de travesía, a bordo del buque de guerra HMS, se encontraba el oficial cadete Atkins reparando una bandera de señales en el camarote de la sastrería. 
El Almirante Ramsay, neoyorquino y padre de familia numerosa, le acompañaba supervisando esta labor. 
Fuera del camarote la vida y la muerte se daban la mano. Dentro, ajenos a sus propias realidades, la atracción entre ambos creció hasta hacerse irrespirable. El erotismo cosía con hilo rojo cuando sus miradas se cruzaban. Enarbolaron la bandera del deseo y sus cuerpos juraron ante ella.


RELATO 12

POR EL OJO DE BUEY

¿Cómo pensabas que era? 
Soy tal como tu mente me quiere ver.
Sí, ese es el taller donde se teje la vida, y donde tengo las llaves que abren todas aquellas puertas a las que decides entrar. 
Unas no tienen retorno.
Otras te vuelven a traer a mi.
A veces te tengo que coser un traje sencillo, pero otras veces, es complicado de armar y no tienes paciencia para entenderlo.
Cuando eliges seguir adelante vuelvo a coser: 
Si eliges subir uso cuerdas.
Si eliges navegar, velas. 
Si eliges volar, plumas 
Siempre estoy atento. 
¡Ve tranquilo!
 


RELATO 13

LA COSTURA MÁGICA
 
Sentía que su vida era un barco a la deriva. Un Titanic justo antes de un deshielo.
Sus pensamientos se estrellaban contra sus arrecifes internos, atraídos por coros de sirenas.
Un día bajó a la bodega y desembaló una vieja máquina de coser. Le costó coger el hilo de su propósito, pero estaba decidido. Y cosió y cosió. Día y noche. Siguiendo un patrón universal, terminó por diseñar una camisa mágica. Una camisa que protegiera la desnudez de su alma y le hiciera sentirse en un puerto seguro, al abrigo de sus reiteradas galernas. 
¡Marinero Smith! ¡Suba a la cubierta!


RELATO 14

NO A LAS GUERRAS

El marinero McMurray era modisto profesional. 
Antes de ser llamado a alistarse en la marina, para cumplir en la guerra, pertenecía a la plantilla del Ballet de Nueva York, donde diseñaba y arreglaba el fastuoso vestuario de los bailarines.
Su almirante, conocedor de la profesión de McMurray, le solicitó un vestido para su esposa, quién participaría en la cena de gala del portaviones. Quería para ella un rojo sangre que resaltara su belleza. 
Para ello, utilizó la sangre de 14 marineros. Fue detenido y condenado a la silla eléctrica. 
La locura de la guerra nunca ha de tomarse en vano.


RELATO 15

AL HILO DE SU PADRE

Aquella calurosa noche de verano el cielo parecía lleno de luciérnagas. Los grillos del jardín y el traqueteo de la máquina ponían la banda sonora. La tela roja era del toldo que cubría la terraza. El sombrero, el de su comunión.

Cose con manos temblorosas, el sudor resbalando por su espalda desnuda. Cada puntada lo devuelve a la infancia, al taller donde su padre cosía en silencio. Al extender la tela, algo cae al suelo. Un pedazo de papel doblado, amarillento. Reconoce la letra. “Si lees esto, ya no estaré. Pero me alegra saber que al fin aprendiste a coser.”
 

RELATO 16

ENTRE ORGANZA SEDA Y MAREAS 

El capitán, fornido y con rostro sereno, se retiró a su cabaña. Frente a una máquina de coser antigua, sus manos curtidas guiaban con destreza un vestido rojo, atrevido y de su talla. Cada puntada era un eco del mar: firme, constante, profundo. La tela se transformaba bajo sus dedos, como las olas que dan forma a la costa.
Al amanecer, vestido con su creación, salió al muelle. Las olas, como cómplices, danzaban a su alrededor. En su rostro, una sonrisa de libertad: había tejido su verdad, y el mar la celebraba con él.


RELATO 17

¿007? O ¿MARY QUANT?

Siempre pensé que trabajar en un transatlántico sería poco menos que vivir una película de aventuras. Nada más lejos de la realidad. El tiempo se pasaba entre servir a los pasajeros, limpiar camarotes, revisar las máquinas y hacer mil y una lista de otras actividades rutinarias. Pero lo que jamás de los jamases se me hubiera pasado por la cabeza es que también tendríamos cursos de costura. Y heme aquí, dándole al pedal de mi máquina de coser remendando las banderas de a bordo mientras mi mente vaga por una escena de James Bond, y que obviamente, no soy yo.


RELATO 18

PUNTADAS, UNA A UNA

Despojado de sus sueños en tierra firme se había convertido en un navegante de La Sombra Eterna. 

Su gran talento para coser ocasionó su secuestro, pero su fina belleza hizo que la tripulación exigiese mucho más que sus habilidades textiles. 

Nadie sabía lo que era capaz de hacer con una máquina de coser y con cada puntada fue tejiendo hechizos que encerraban fragmentos de su ira. 

Una noche, mientras dormían, el mar los llamó uno a uno. Desde la popa contempló como se hundían, silenciosamente, en la más profunda oscuridad. Su alma rasgada se recomponía viendo su venganza cumplida.


RELATO 19

EL PESPUNTE ROJO 

Fue el último en llegar al barco. Recuerdo el instante en que soltó el petate y respondió a su nombre con aquella voz firme. 
Yo tenía novia y una vida sencilla esperándome en tierra. Nunca me había sentido atraído por un hombre, hasta que lo vi inclinarse sobre la máquina de coser con la luz del mar encendida en sus ojos. Sus manos, acostumbradas al trabajo duro, guiaban la aguja con una delicadeza imposible. 
Mi vida del revés. 
En aquel hilo rojo que enhebraba mirándome iba también nuestro destino, enredado sin remedio.


RELATO 20

EL VESTIDO AZUL

Luis rebuscó en el armario un vestido que le sirviera para la fiesta del sábado. 
Aún tenía el armario repleto de ropa veraniega, la invernal estaba un poco escondida.

Llamó su atención aquel color azul al fondo, y estirando el brazo, llegó a duras penas a la percha.
Aquel vestido estampado lo tenía ya olvidado, él no tiraba nada. 
Salió al pasillo, gritó:
- Sergio, a ver tú qué dices.
 
Se miraron de arriba abajo y mudos por el impacto, no pudieron hacer más que reír.
- Anda vamos a hacernos un selfie, que estamos para comernos, el sábado triunfamos los dos.