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Foto Colita |
RELATO 1
Cada semana propongo una foto y, cada fin de semana, votamos entre todos y elegimos los cinco mejores relatos 🥇🥈🥉❇️❇️. Este es el resultado desde que empezamos con el primero el día 5 de abril d.c. (después del coronavirus).
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Foto Colita |
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Foto Kio Wa |
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Foto Annie Leibovitz |
RELATO 1
EN EL BAR COSMOPOLITAN
Me paso media vida observando a la pareja de enfrente.
La de Hopper.
En la cafetería americana donde el caballero piensa qué va a tomar, sentado en un banco, con el menú en la mano.
La camarera le va a tomar nota, aunque ya sabe lo que tomará.
Todos los días pide lo mismo.
Copa de helado gigante y hamburguesa doble extra de queso con patatas.
No hay nadie más en el bar.
Normal. Aqui es de noche ya.
Luces de neón.
Me dan envidia, lo reconozco.
Al menos se tienen el uno al otro.
No están solos, como yo.
RELATO 2
¿QUIÉN ERA?
Tras cuarenta tomas, por fin dieron por buena la secuencia más importante del anuncio de un establecimiento de comida rápida.
_"Ven a Happy Meal y no te pasará esto"_, decía el slogan.
La participación del chico que aparece en segundo plano fue imposición del dueño de la empresa, pero no se podía saber su identidad.
Eran otros tiempos. No existía lo digital ni la inteligencia artificial, así que, hasta que el azar quiso que esas dos empanadillas le tapasen la cara, tuvimos que limpiar todo treinta y nueve veces.
Ese día dimití de mi puesto de becario en la HDPCorporation.
RELATO 3
EL HOMBRE QUE SE RINDIÓ ANTE LA ESTUPIDEZ HUMANA
Pablo aborrecía las reuniones anuales que la empresa en la que trabajaba organizaba para conocerse mejor, las Team Building.
Dedicaban un día al año a practicar guerra con pistolas que lanzaban bolas de pintura; eliminaban estrés y fomentaban compañerismo, decían.
Pero aquel año, la actividad consistía en comer hasta hartarse y cada vez que sonara determinada canción de El Fari, debían lanzar a quién quisieran todo lo que hubiera sobre las mesas.
Pablo observó volar la comida, pensando _¿qué hago aquí?_
Días después, marchó a una pequeña isla del pacífico a cultivar Camelias.
Se había rendido ante la estupidez humana.
RELATO 4
DE MAÑANA NO PASA
Cientos de euros guardados en mi armario bajo la promesa de "mañana empezaré". Las camisas se rien de mi desde el perchero incapaces de abrazarme como antes. Los pantalones no hay forma de metérmelos, so pena de que luego no puedan salir. Y por no hablar de lo gastado en hamburguesas, perritos y cervezas. Definitivamente de mañana no pasa que me apunte al gimnasio. No voy a admitir más excusas. No es que no tenga voluntad, es que siempre hay algo que me impide empezar
pero claro, quién se resiste a ese pastelito que te dice "cómeme soy todo para ti'.
RELATO 5
ESTO ES LA GUERRA
Tengo fuerza de voluntad.
Soy implacable, nadie podrá hacerme retroceder.
Día 1:
Todo ha salido bien.
El plan ha sido ejecutado a la perfección.
Ni un solo fallo.
Estoy orgulloso de mí.
Día 2:
Otra victoria. No he cedido a las tentaciones.
Día 8:
Empiezo a flaquear, pero no voy a rendirme, esa palabra no figura en mi vocabulario.
Día 15:
Escalofríos incontrolables recorren mi cuerpo, debo aguantar.
Día 21:
Estoy débil, creo que ha llegado mi final, aunque no me rindo.
Día 30:
Veo visiones, lluvia de comida basura, hamburguesas, refrescos, patatas fritas...
Me estoy volviendo loco!!!
Día 32:
A la porra TODO.
Dejo la dieta.
RELATO 6
SAPERE AUDE
Trescientos años después, Juan era un valiente fan de Kant.
Aun cuando todo era adverso al saber y la desinformación gobernaba el mundo, la razón dirigía su vida.
Podrían volar irracionalmente vasos y tortitas, pero su fe en el ser humano seguiría inquebrantable. Confiaba en la humanidad.
Pudo demostrarlo cuando sucedió aquello. El agua reventó calles enteras, sumergiendo a los pueblos en el fango.
Y del mismo fango surgieron hordas de jóvenes que ayudaron día tras día, noche tras noche, demostrando que el sentido de la vida no lo da lo que pensamos, sino lo que hacemos.
Como decía Kant.
RELATO 7
MISTER PROPER
Me gusta compartir las tareas del hogar, reconozco que disfruto y además soy ordenado. También lo hago porque los dos trabajamos. Lo que no soporto es sentirme el centro de atención cada vez que salimos a cenar con los amigos, porque Lucía, mi mujer, no encuentra otro tema de conversación que lo maravilloso que soy en casa con la limpieza.
Clavo mi mirada sobre ella para que se calle de una vez, porque ellas, me miran como si fuera un adorable peluche, y ellos, todo lo contrario, como un apestado. Y yo, siento el deseo de mandarlo todo a tomar...
RELATO 8
MEJOR NO
Estábamos celebrando el cumpleaños del pequeño de nuestros tres hijos en el mismo restaurante rancio de comida rápida al que íbamos siempre.
El ensordecedor griterío, los vasos volando, una camarera que tropieza y cae,... puro caos.
-Tomás, cariño, ¿no te parece tierno que vengamos al restaurante donde nos conocimos?
+ Sí cielo... extasiado me hallo. - Dijo sarcástico.
****
Tras contemplar toda la vida que le esperaba con Susana, su mente regresó a la cita.
-¡Qué rica está la hamburguesa! Gracias por traerme. Lo estoy pasando muy bien. ¿Nos vemos entonces el viernes que viene? - preguntó Susana ilusionada.
+ Mmm... Lo siento, estaré ocupado.
RELATO 9
MARCOS
Aunque en aquella promoción todos éramos bastante mediocres, decidimos ponerle a prueba. Ni siquiera así conseguimos derrotar su infinita paciencia.
Marcos dejó el tenedor, se levantó y recogió los vasos y las decenas de tortitas que surcaban la sala de un lado a otro. Se sentó de nuevo, abrió la boca y, exultante, casi exuberante, engulló de un solo bocado la última que quedaba aún en el aire dirigiéndose hacia su desafiante rostro.
Todos los profesores, en la escuela de superhéroes, sabíamos que era rápido, pero aquel día dejó claro que era mejor que todos nosotros.
RELATO 10
ERA HAMBRE
Desde el jardín de infancia éramos inseparables, pero ella se volvió un mantra de vida sana. Matcha batido, avena, meditación... hasta la cara se le fue afinando, ¡de acelga!
Yo, en cambio, soñaba con lomitos, choripanes, hamburguesas y vasos bien azucarados de gaseosa.
El final llegó una mañana. Me sirvió un tazón de avena con leche de soja, y ahí me di cuenta: no era amor, era hambre. Dejé la cuchara, la miré con pesar y me fui. En el bar de la esquina me pedí una tostada de lomo en manteca. Fue el desayuno más libre de mi vida.
RELATO 11
EL ÁRBOL MÁGICO DEL PAN
El Hada de los labios amarillos, con aurea dorada; protectora del mundo invisible de niños perdidos. Uno comía un bocadillo; un huérfano zarrapastroso le pidió compartirlo, se burló, lo tiró al barro.
La madrina, como castigo, le convirtió en árbol: “Serás humano de nuevo cuando seas compasivo”.
Pasaron siglos, la lluvia ácida asoló el mundo; el árbol mágico seguía en pie.
Un día, un anciano lloraba bajo sus ramas, con su nietecito hambriento.
El árbol lloró, sus lágrimas se convirtieron en el fruto del pan.
Sus frutos alimentaron y sus semillas germinaron.
¡Volvió a ser niño, con un gran corazón!
RELATO 12
MAÑANA EMPIEZO DE NUEVO
Abro los ojos y por fin me siento completamente renovado. Decido celebrarlo yendo a desayunar fuera. ¡Hoy va a ser un buen día!
En la cafetería hay bastante alboroto, aunque no me afecta. En poco tiempo estoy saboreando un plato abundante.
Una tortita aterriza en mi mesa, seguida por un vaso que se derrama a mis pies. Cuando busco al responsable, el caos ya se ha desencadenado. Todo el lugar es una amalgama de personas lanzándose comida salvajemente.
Dos meses de terapia contra la ira que voy a olvidar en cuanto me tome este último bocado. ¡SE VAN A CAGAAAAR!
RELATO 13
CONVERSACIÓN INSÍPIDA
Mientras hablabas, veía volar tus palabras cual comida insípida. Cada sílaba se transformaba en trozos de pan sin sal, en platos de arroz frío, en café aguado. Tus gestos semejaban tenedores que no atinaban a enganchar el interés, cuchillos sin filo que rebotaban sobre la mesa. Yo asentía, fingiendo atención, hasta me pareció sonreír, pero en realidad estaba lejos, perdido en el inequívoco vacío de tus frases, atento al sonido relajante de la lluvia que golpeaba los cristales. Entonces descubrí que cada gota parecía más humana y verdadera que la conversación en la que nos hundíamos, sin sabor ni dirección.
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Foto: John Drysdale. |
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Fotografía: Dorothea Lange |