sábado, 14 de septiembre de 2024

RELATOS SEMANA 226

Foto de Emanuele Centi

 RELATO 1


COMO EN UN CUADRO DE HOPPER

Imagínate a un perro sentado frente a la ventana de su casa, con las orejas erguidas y los ojos brillantes.

Imagínate su paciencia y su capacidad de estar presente sin exigir nada a cambio.

Imagínate su presencia tranquila y su disposición a ofrecer cariño y consuelo.

Imagínate su pureza y la nobleza de tener esa capacidad infinita de amar y cuidar.

Te he amado, y me he sentido muchas veces en soledad, como los personajes de un cuadro de Hopper.

Querida mía, voy a seguir con mi vida, porque ya he dejado de esperarte.

No soy un perro, adiós...

RELATO 2

LA ESPERA

Lo llamaba "Pequeño" porque era muy chiquito cuando lo encontró metido en una caja de zapatos, detrás del Malecón. 
Tenía una cabeza errática vencida por el devenir de las orejas. Solo se mantenía quieto cuando llovía. Los truenos y relámpagos le asustaban, de manera que su amigo partía solo a pescar. Aún con tormenta salía con la barcaza, que todavía había que pagar.
Entonces le esperaba, y solo se movía de la ventana cuando iba a aparecer, lo intuía.
Aquel día se tumbó y cruzó las patas delanteras sobre la cabeza. 
Mucho antes de que supiéramos qué había naufragado.

RELATO 3

SENDERO DE HORMIGAS

Al salir del colegio mis compañeros marchaban con sus papás. Yo empecé a irme andando triste, solo, porque mamá dejó de recogerme. La esperaba junto a la puerta de casa, observando durante horas el sendero de hormigas que pasaba por debajo del puentecito que hacía con mis dedos… hasta que apareció él. Nos miramos un rato, le llamé “¡Chico!” y se acercó feliz moviendo la cola. Con cuatro años acaricié por primera vez a mi mejor amigo. Lo supe en cuanto vi esa tímida y única mirada de cachorro, superviviente como yo. Desde entonces compartimos interminables y divertidas tardes juntos.

RELATO 4

“EL ECO DEL SILENCIO”

Apoyó su hocico contra el cristal, sintiendo la fría distancia que lo separa del mundo. Sus ojos, cansados, siguen los movimientos de la gente en el exterior, y no logra entender el porqué de su encierro. Dentro, solo hay silencio. Fuera, el viento y las risas, le parecen tan lejanos. Recuerda cuando todo era suyo: el aire, el suelo, los juegos. Ahora, solo queda el vacío en su interior. Su corazón late con un anhelo que nadie escucha, esperando, siempre esperando que alguien rompa el cristal que encierra su soledad.

RELATO 5

QUERIDO CANITO

Parece como si hubieses estado siempre en nuestras vidas. 
Te observo tumbado al sol y nada queda ya de aquel olor a basura y pelaje a parches. Esa mirada temerosa y agotada ahora duerme patas arriba, tranquilo, confiado.
Admiro tu enorme capacidad para ser en el presente. Si comes, disfrutar el alimento es tu único objetivo. Si juegas, corres, ladras, no importa nada más.
Cuánto debemos aprender de vosotros los soberbios seres humanos, que sin saber manejar nuestra parte animal, jugamos a ser dioses.
Gracias pequeño, por tu inmenso amor incondicional sin prejuicios.
Me pregunto quién salvo realmente a quién.

RELATO 6

ELLA

Se despierta con la urgencia del sol, su cabello despeinado danza en el espejo y su sonrisa ilumina mis mañanas. Me envuelve en su abrazo, acaricia mi lomo y coloca un beso entre mis ojos. Caminamos juntos; después la veo con su taza humeante, vestirse y echar a correr. 
Hay un eterno silencio hasta que vuelve.
Siento su llave en la puerta y mi nombre en el aire. Suelta el tacón en el piso, pone en sus pies los zapatos de calle. 
Ahora vuela la pelota en el campo, mi nombre en el viento y mil colores entre nuestros cuerpos.

RELATO 7

PEDIGRÍ 

Doña Josefa, su nombre había sido mancillado. 
Su fiel perrita con pedigrí se convertía en una fiera cuando le traían un perrito de acuerdo a su linaje.
Una noche la luna iluminó un hueco en la malla. Se asomó un perro callejero, con pelos pinchos por la suciedad, oliendo a barro de ciudad. Su hocico, su mirada la cautivaron. Nacieron siete perlas negras. Unas bolitas de pelo movían sus rabitos, en la calle en una caja de cartón. Sus trescientas razas impuras y su madre no interesaban a su dueña.
Lastimosamente, hambrientos, me lamieron, los recogí. Me quedé con una.

RELATO 8

BRYNA

Me llamo Bryna, que significa pequeño 
cristal de hielo, como los que se depositan en las briznas de hierba en invierno.

Solía mirar por la gran ventana los copos de nieve que cubrían la loma, mientras el fuego de la chimenea iluminaba mi hocico.

Ahora soy ceniza esparcida por nuestras montañas. A veces el aullido del viento, me devuelve el sonido de tu voz mientras corro feliz hacia ti entre el cielo y la línea de cresta.

RELATO 9

LOVE IS IN THE AIR
 
Conoce la ruta perfectamente. Es una de nuestras tradiciones cuando llega el invierno y nos encanta vivirla juntos. La cabaña es nuestro refugio, la forma en que desaparecemos por un tiempo. 
 
Dedico mucho tiempo a escribir y él, desde su lugar favorito, me observa con cariño. Todo es como siempre ha sido. 
 
Las luces de un coche captan su atención. Agudiza la mirada y distingue una silueta que se aproxima. Comienza a gruñir de forma terrorífica. 

Ha sido mala idea no contarle a mi perro que me estoy enamorando y que, posiblemente, esta costumbre será ahora cosa de tres.

RELATO 10

MI VIDA CONTIGO

Estaba sola, triste, deprimida. 
Entonces llegaste tú, transformando mi pena en alegría. 
Me sentí útil, debía cuidarte.
Convertiste mis oscuros días, de truenos y relámpagos, en un jardín de flores.
No hablabas, pero me mirabas con tus grandes ojos, que desprendían ingenuidad, confianza y agradecimiento. 
Recuperé las ganas de vivir. 
Dependías de mí, sin embargo en realidad te convertiste en mi apoyo.
No pasó una sola noche en que no te acurrucaras en mi regazo, mientras yo te acariciaba.
“Exagerada, un perro no provoca todas esas sensaciones”, decían. 
Era evidente que nunca habían cuidado, o mejor, sido cuidados, por uno.

RELATO 11

INOCENCIA 

Y allí nos quedamos los dos.
Mirando a través de la ventana viendo como caía la lluvia, mansa y cristalina, y mis lágrimas, discretas y saladas. Él se quedó, en su perruna inocencia, esperando a que volviera.
En cambio yo, sabía que no sería posible. Nunca sería como antes.
Nuestro amor humano se fue diluyendo con los años, pero el suyo, el amor perruno, era imperecedero, fiel y eterno.
Y así, mirando por la ventana, esperaba paciente e ilusionado.
Lo que yo daría por poder seguir amándolo, por quererlo como sólo un perro sabe querer aunque lo traten a puntapiés.

RELATO 12

SUPERVIVIENTE

Aku observaba el atardecer sobre la playa. 
Mientras el sol se derretía en el horizonte, Clara dio el último sorbo a su café y Aku ladró más ansioso de lo habitual. Al abrir la puerta, se alejó en una carrera frenética, hasta parar y sentarse junto a unos matorrales, esperando agitado a su dueña. Cuando intentaba tranquilizarle, Clara vio los ojos de una niña que la miraba asustada. Se sentó a su lado y, sin decir palabra, la cubrió con su chal. Pasado un rato caminaron de la mano hacia la casa.
En la playa descansaba una patera desvencijada.


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