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Foto Kerstin D. |
RELATO 1
LA SOLEDAD DE LA PANTALLA
Angélica se marchó de la fiesta temprano. Quería coger el último tren, estar sola para responder a sus palabras. Abrirse en canal en un mensaje, mostrar sus sentimientos sin tapujos.
Ella se sabía amada por un ser especial.
Al amanecer, el inspector metió el teléfono en una bolsa de pruebas. Faltaba el análisis de ADN, pero parecía otro caso del "asesino de la IA", que engatusaba a sus víctimas con "alter ego" virtuales, cebos para la desdicha.
Preguntados sus amigos, ninguno sabía de la situación ni de la relación ficticia, pero todos habían sentido que se alejaba.
Hasta desaparecer.
RELATO 2
EL VIEJO Y LA GUAPA
¿Guapa? Sí, como sólo lo son las veinteañeras, pelo suelto, camiseta ajustada, piernas afiladas.
Sus ojos fijos dentro del mundo virtual de su móvil, esperaba en la parada de metro en una estación cualquiera, de un Oeste real.
El viejo la observaba en silencio, viendo la película de su propria vida corriendo ante él.
Muchos años antes, estaba apoyado en los mismos pilares de aquella estación.
Cerró los ojos, había un chaval, pelo largo, vaqueros, guitarra y bota tejana, un cajón lleno de canciones y sueños.
¿Viejo? Sí, en su bolsillo una lágrima y las ilusiones perdidas.
RELATO 3
LOS ÁNGELES NEGROS
Acababan de mudarse. Clara tuvo que matricularse en aquel instituto lleno de reglas no escritas.
Para ser aceptada debía unirse a los Ángeles Negros. El ingreso dependía de tres pruebas: robar una foto del director sin ser vista, levantarse en plena clase y marcharse dando un portazo, y la última, la definitiva.
Le darían instrucciones en Lamberet Station. Su corazón latía frenéticamente cuando recibió el audio:
–Espera en el centro de la vía hasta que el tren aparezca.
Al ver acercarse la luz en el tunel el terror la invadió. Sabía que, si no subía a tiempo, todo acabaría aquí.
RELATO 4
LA CIUDAD AZUL
En la estación de metro de Varsovia, junto a las vías del tren alguien desplegó un piano gigante, una alfombra musical que sonaba cuando presionabas sus teclas con los pies.
Pero, por increíble que parezca, nadie lo vio ni lo escuchó, pues todos esperaban al tren ensimismados con las notificaciones e historias de otros, olvidando así su propia historia.
Se enteraron al día siguiente, cuando lo vieron publicado en Instagram. Fue tal el desconcierto y descontento de todos los que allí estaban, que, con furia, arrojaron sus móviles a la papelera más cercana, inundando la ciudad de luces azules parpadeantes.
RELATO 5
DESPISTE MORTAL
Llevaba unos días de locos. Habíamos estado en casa de Charly preparando el TFG y no había tiempo ni de ver las noticias. El metro no llegaba, pero yo seguía revisando la documentación para que la Universidad no me pusiera pegas. Me asombraba que no hubiera nadie y me quité los cascos. Un silencio sepulcral me sobresaltó. ¿Qué estaba pasando? Me recordaba a una película, pero no recordaba su título y de repente empezaron a sonar las alarmas del metro y una voz de ultratumba declaraba el estado de alarma por Covid. Ya nunca pude salir de aquel anden.
RELATO 6
EL TREN DE LA VIDA.
El tren partía de la estación, Elena miraba a su madre desde la ventanilla.
Aurora inmóvil en el andén con la vista perdida en el horizonte.
Se había despedido de la persona que más quería, su vida quedaba huérfana.
La cabeza comenzó a dolerle con fuerza.
Ya en casa pensó cómo viviría a partir de ahora.
Su marido falleció.
Su hija, que era su alegría, su único motivo para vivir, se había ido al extranjero.
Sin moverse del sofá, cogió una manta, se tapó y esperó a que el sueño la venciera o la venciera la vida, le daba igual.
RELATO 7
NUEVO COMIENZO
Me sentí observada desde el momento en que dejé atrás aquella infernal edificación. La aparente sensación de libertad se desvaneció conforme repasaba las rigurosas indicaciones que debía seguir. La más importante: no interactuar con nadie hasta llegar al lugar indicado.
A través de un oscuro ascensor accedí a un andén. Confiaba encontrar a alguien más en mi situación, pero la única que esperaba era yo.
De repente, un vídeo ocupó toda la pantalla del dispositivo que sostenía: “Bienvenida a Reborn Rails. Si está viendo este vídeo es porque han intercambiado su condena por un apasionante nuevo comienzo. Escuche atentamente porque…”
RELATO 8
METAVERSO
Sumergida en la adicción a los videojuegos, nada parecía interesarle fuera de la pantalla.
Había perdido el miedo a la oscuridad, a la madrugada, a las más peligrosas situaciones. Resultaba extraño ver la relajación con la que jugaba, completamente ajena a todo...
¿Por qué actuaba de esta forma? ¿Por qué ponía en riesgo su seguridad? Lo inevitable estaba a punto de suceder. Un joven encapuchado pasó corriendo, arrancándole de las manos su tablet.
Ella simplemente lo miró soltando una gran carcajada, diciéndole...
¿¿¿Dónde vas imbécil??? ¡Si estás prisionero en mi _Metaverso_ y en el próximo nivel serás fulminado por mi rayo!
Idiota...
RELATO 9
MI REFUGIO
Hay una paz extraña en una estación de metro vacía, parecida a la que hay en un aula antes de que lleguen los alumnos o en una sala de conciertos antes de que acuda el público.
No es la misma paz que cuando se van, porque entonces queda flotando algo que no se ve, que reverbera.
Por eso llego siempre temprano.
Me gusta sentir cómo se despereza el silencio despertado por los pasos de los primeros pasajeros.
La paz de los sitios antes del ruido es una cápsula invisible donde me refugio para después poder caminar entre el caos.
RELATO 10
NO DEJES PASAR UN TREN QUE QUIERAS COGER.
Todas las noches a la misma hora la veía bajar las escaleras, apoyarse en la misma columna y coger el metro de las 9:13. Eran mis cinco minutos preferidos del día.
Sentía una irrefrenable atracción hacia todo su ser; su pelo, su forma de andar, su mirada... Un día pareció que me miraba en lontananza, ¡hasta estuve a punto de cruzar las vías absolutamente hipnotizado por sus profundos ojos marrones!
Ayer noche volví a verla, pelo suelto, sandalias, top negro, short blanco, estaba preciosa. El metro se interpuso otra vez entre nosotros. Lo intentaría mañana, ¿tendría otra oportunidad?
RELATO 11
CONSCIENTE
Suena una canción
Que me recuerda a ti
Habla de nuestro amor
Sin final feliz.
Tus silencios decían
Hay otra en mi lugar
Por mucho que insistí
No volviste jamás.
Las reglas de la vida
No las puedo cambiar
Y has de reconocer
Lo nuestro fue verdad.
Ahora toca aceptar
Dejé de competir
No es por falta de amor
Es por respeto a mí.
Tiempo de decisión
Hablo al contestador
Admitiendo el final
Consciente digo adiós.
RELATO 12
SUEÑOS EN EL TREN DE MEDIANOCHE
Solo, en el tren de medianoche, se adormilaba y leía.
Vio la fotografía de una joven en el periódico. Leyó: “Lo último que ella hizo fue llamarme desde la estación del tren”, declaró su novio.
“¡Señor!”
Le llamó una voz suave.
Era la chica de la fotografía.
La miró interrogante.
Se vio rodeado de letras.
“Usted trató de evitar que me tirara a las vías del tren. Lo arrastré conmigo”.
Ahora solo somos recuerdos en un papel.
RELATO 13
EL "GLAMUR" DEL UNIFORME
Crecí viendo series policíacas, me obsesionaba convertirme en héroe.
A que engañarme, también admiraba el porte y empaque que da el uniforme. Con 16 años soñaba que embobaría a la que era mi novieta, le pediría matrimonio a lo oficial y caballero. Muy romántico todo.
Pasó el tiempo y sí, soy policía, y de los buenos.
Por eso, no termino de entender qué coño hago en el metro, disfrazado de guiri rubia, en pantalón corto acechando a una presunta mafia de traficantes de armas...
Ostras, aquella del otro lado de la vía es mi mujer...
Disimula Alfredo, disimula, agacha la cabeza...
RELATO FUERA DE CONCURSO
VIDAS CRUZADAS
_-Ahí está otra vez-_, dijo Paco a su compañero señalando uno de los monitores.
_-¿Tan seguro estás de que es ella? Parece demasiado joven-_, contestó Rubén.
_-Eso es porque ya tenemos una edad, pero estoy seguro de que es ella. ¡Tengo que decírselo! Ahora vuelvo-_, dijo Paco saliendo de la garita de vigilancia.
Después de un par de minutos, Rubén vio en el monitor cómo su compañero se acercaba a la joven. Hablaron unos minutos. Cuando llegó el tren, se abrazaron antes de que ella subiese al vagón.
Paco tenía razón: aquella joven doctora salvó la vida de su hermano.