sábado, 3 de agosto de 2024

RELATOS SEMANA 220

Fotografía William Klein

 RELATO 1


UN AMOR FUGAZ

La esperaba en el vestíbulo de llegadas, tras una amplia cristalera. 
Su moto estaba estacionada muy cerca, mal aparcada, pero no quiso llegar tarde. 
El corazón le latía muy fuerte. 
No sabía si ese primer encuentro sería el primero de muchos, lo anhelaba tanto.
La vió, iba acompañada por un joven que portaba su equipaje.
Sus miradas se cruzaron, un rayo lo atravesó partiéndole el corazón. 
Ella lo miraba con desdén, algo avergonzada. 
Secamente le tendió la mano diciéndole: «Bueno, pues ya he llegado, ya estoy aquí, y ahora… ¿Cómo se soluciona esto? Me acabo de enamorar en el viaje…»

RELATO 2

EL MATADOR

En el fundo del armario, recuerdos de mi padre, una foto donde hay el tio Mario en toda su belleza montado en su Lambretta monoplaza. 

Gafas oscuras, barba afeitada, camisa inmaculada y pomada para el cabello peinado hacia atrás: el macho alfa de la plaza.

Su apodo “El Matador”. ¡De las mujeres, estarás pensando! 
 
El aparencia guapa ocultaba otra realidad, era un recadero, repartía periódicos a los clientes adinerados del quiosco de al lado, tan rápido que parecía matar el tiempo.

Con tres hijos que alimentar y una moto que pagar, una esposa era suficiente para él y mas.

RELATO 4

EL CAFÉ DE LILI

Julián pensaba en ella a todas horas. Asistía incrédulo a la desesperación de su cabeza y a los retortijones de su estómago, pues consideraba que el amor era un capricho que no se podía permitir.
Podía quedarse parado de camino a la iglesia, recordando el color exacto de sus ojos. Extenuado, en un semáforo, pensando en la suavidad de su cabello, mientras media Roma le pitaba.
Y andaba todo el día nervioso. Aunque eso quizá fuera el café, pues tomaba unos 15 al día, solo para volver a verla. 
Sabía cómo se llamaba. Lili's coffee, ponía en el cartel.

RELATO 5

DUEÑA DE SU DESTINO

Seguía vomitando palabras como si nunca antes le hubieran escuchado. En el semáforo, observando el ciclomotor que aguardaba a nuestro lado, todos los detalles que había pasado por alto cobraron sentido. 

No llevaba una chaqueta oscura, no me había llamado como solía hacerlo, se me acercó dudoso y antes de dejarle hablar le pregunté si tenía ganas de cenar. ¡No era el hombre con el que había intercambiado cartas! Mi verdadera cita conducía la otra motocicleta. 

El semáforo iba a cambiar a verde. Un salto para bajar, otro para subir; y así es como conocí a mi marido.

RELATO 6

CON EL AGUA HASTA EL CUELLO 

Conducían su motocicleta hacia la casa de su hermana, cuando se encontraron con una multitud admirando un enorme graffiti realista de un pintor famoso
Fascinados, se detuvieron para observar. De repente, notaron que el agua pintada del graffiti parecía tan real que los rodeaba. María, aterrorizada, sintió que se ahogaba en aquella ilusión. José la abrazó, susurrándole que solo era una pintura. Mientras la multitud aplaudía la obra, María vivió una experiencia intensa, una mezcla de arte y miedo que no olvidaría. Finalmente, continuaron su camino, profundamente impresionados.

RELATO 7

IL MOTORINO

Roma, julio de 1947. El abuelo Ernesto asistía a la entrega de obras de arte que la derrotada Alemania nazi debía restituir a Italia.

Desde el taxi que lo llevaba al evento, detenido en un semáforo, vio sorprendido al famoso torero Manolete conduciendo un "motorino".

Quizá estuviera pasando unos días con su pareja, la actriz Lupe Sino. Lo fotografió. 

Ambos ajenos a la tragedia de Linares donde unas semanas después el diestro perdería la vida.

Aquella foto del ídolo de masas, en una España triste, muda, pobre de pan y cultura, alivió por un tiempo hambre acumulada y lágrimas vertidas.

RELATO 8

¡BRRUM, BRRUM!

— Soy una Honda CBR 1000, la más ruidosa del mundo. Mi piloto y yo ganábamos todas las competiciones. Cierto día, en una intersección, un conductor borracho nos arrolló. Él murió al instante; mis lágrimas son mis faros. Hoy estoy en el desguace, esperando mi triste final.                        

— ¡Papá, una moto con luces encendidas! 
El padre, encargado del desguace, le replica:
— Hijo, es chatarra, si la quieres, es tuya. 
— ¡Papá! eres mecanico. ¿La arreglas? 
— ¡Sí!

— Recuerdo con nostalgia la cara de mi compañero, cuando me compró. Hoy vuelvo a rugir feliz en la pista con mi joven y alocado, nuevo dueño.

RELATO 9

EL ÚLTIMO GOLPE

Aquel golpe parecía pan comido. Juan entraría a la joyería a última hora, cuando hacen caja.

Con una pistola de fogueo, nos llevaríamos la recaudación y las joyas. 

Mientras lo esperaba en la motocicleta, vi desfilar la ciudad en el semáforo. 
Mi pecho se encogió al ver llegar a Marta con su sonrisa de verano y su vestido de lunares. 

— ¿Qué haces aquí? —preguntó regalándome un beso. 

Juan apareció corriendo, abrazando la mochila:

— ¡Vamos! 

Lo seguía el dueño de la joyería, pistola en mano. La sonrisa de Marta se quebró; sus lunares se tiñeron de sangre al golpear el suelo.

RELATO 10

PROTAGONISTA DE SU VIDA

Pasaba el tiempo tan lentamente que todavía quedaba mucho para las mujeres, que seguían aguantando con su voluntad anulada.

Sin embargo mi abuela, algo extravagante y liberal, que usaba pantalones, conducía su moto y se crio entre olor a trementina y caballetes, ayudó a su padre, retratista, desde muy joven, formando una pareja inseparable en el taller, hasta que al final los clientes acudían para que fuera ella quien los retratase.

Consiguió lo que muy pocas, salir del patio de butacas y subir al escenario para representar el papel que ella eligió, enarbolando los pinceles como símbolo de su independencia.

RELATO 11

FIDELIDAD A PRUEBA DE VESPA

Mi madre me contaba que una amiga presumía ante todas sobre la lealtad de su novio en la víspera de su boda.
“No he conocido fidelidad más arraigada que la de mi Alfredo.
Nos ennoviamos de niños. Cumplidos 16 se compró una Vespa 98, a los dos años una Vespa 125, con 25 una Vespa 150 y ahora quiere hacer el viaje de novios en una Vespa 160”
Sofía, cansada de escuchar la misma historia le sugirió: “Dile que se compre ya un coche porque estamos todas cansadas de ver la luna sobre el río a lomos de una moto”.

RELATO 12

UN CONDUCTOR EJEMPLAR

Cada mañana en su trayecto al trabajo se enfrentaba al incesante tráfico de la ciudad.  

Un festival de caos, atascos, bocinas, discusiones y rostros impacientes eran habituales hasta llegar a su destino. 

El tiempo parecía ralentizarse sólo para él y como si de un ejercicio de serenidad permanente se tratara nunca perdía la calma.

Siempre recordó aquéllas palabras de su abuelo: "Alíate con la paciencia y dominarás el tiempo"

Así, en cada semáforo, en cada glorieta respiraba profundo, se acordaba de aquel sabio consejo.

Al finalizar su jornada siempre se repetía 
que lo importante no era llegar sino cómo llegar.

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