viernes, 5 de mayo de 2023

RELATOS SEMANA 155

 



RELATO 1


Camino a ninguna parte


La locura me golpea, mientras intento atisbar qué tengo frente a mí .


¿Será mi reflejo?, no, no puede ser…., ha levantado un hacha y me amenaza con ella.


Intento huir de mi imagen mientras recorro las calles, pero siempre hay algún reflejo donde me encuentro amenazándome de nuevo.


Giro una esquina, luego otra y otra .


El tiempo a mi alrededor cambia continuamente , y los meses pasan en minutos. 


Descanso unos minutos para tomar aliento, y noto el frío hierro en mi nuca…


Mi sangre se derrama en el vacío, mientras la primavera blanquea las acacias….


RELATO 2


UN MORDISCO DE REALIDAD


Alguna vez fue muy hermosa, como cuando la primavera blanquea las acacias. Pero el hambre, las chabolas y otras circunstancias no se eligen. Era una joven sin juventud. 


Fue entonces cuando sus sueños volaron y recibió un mordisco de realidad. Para atrapar algún sueño comerció con su cuerpo, para soportarlo necesitaba droga, su belleza se diluyó como azúcar en el café. El instinto superó su conciencia y, sin pudor alguno, vendió a su hija para mantener esa cabeza enferma enganchada a la heroína.


En los pequeños lapsus de lucidez advirtió que cada pinchazo, cada contagio, cada paliza… acabaría liberándola.


RELATO 3


Paisaje urbano


Mis pasos resuenan.

Pisoteo colillas.

Rugen las motos.

Los coches rompen el viento. 

Los pitidos desgarran el silencio.

Unos niños dan patadas a la basura

Un mendigo extiende las manos.

Pasan ráfagas de multitud.

El tren traquetea. 

La estación huele a humanidad, mezclada con mugre.

El smog corona los edificios.

Árboles de ciudad.

Teñidos de alquitrán.


“La primavera blanqueaba las acacias”…

 

Mi mente se zambulle.

En el mar de los recuerdos.

Rescata los paisajes de mi infancia.     

Corríamos sobre flores blancas.  

Con aromas de perfumes.                 

Se mancharon de sangre.   

Huimos.


Hoy vivo en paz. 

En un bosque de cemento.


RELATO 4


LA RIADA


La ciudad amaneció recelosa por el mal tiempo que azotaba. En pocas horas el cielo plomizo descargó una tromba de agua y granizo. 

La ciudad se inundaba. Barriadas enteras acabaron incomunicadas. Las calles se convirtieron en improvisados ríos. Muchos vecinos subieron a los tejados presagiando lo peor.

Matilde y Juan no sabían nadar. El muro que los separaba del desastre cayó tras una embestida de agua. La casa quedó anegada con ellos dentro.

A los tres días la ciudad se vistió de luto.

Sobre todo el lodo florecia una promesa:

La primavera había blanqueado las acacias.


RELATO 5


 El copo


Esperábamos ver llegar la jábega y ayudar a nuestro padre y sus hermanos a tirar del copo.


Me fascinaba contemplar cómo cientos de peces diferentes saltaban entre medio de la red mientras los separaban en cenachos de esparto hasta que sólo quedaban chanquetes y morrallilla dentro de una baba translúcida.


Una mañana de abril nuestro padre no volvió.


Dijeron que había bebido, que insistió en llevar el bote de la luz y cuando amaneció ya no estaba.


Desde aquel día, siempre, la primavera blanquea las acacias de Pedregalejo con suspiros y plegarias esperando que el copo traiga a nuestro padre.


RELATO 6


TRISTEZA PERENNE 


La primavera blanquea las acacias, como el recuerdo de tu mirada adormecida.


El otoño palidece las jacarandas, como el ocaso que consume mi agonía.


El invierno ennegrece y hiela los deseos de volverte a ver, Lucía.


El verano me anunció tu vuelta, del brazo de otro, destrozando el alma mía.


Mi entrega fue gigante y firme, como la majestuosidad una secuoya tardía.


Mi amor ya no tiene estación, ni color ni forma, ni la esperanza de una crecida.

RELATO 7


Pan y quesillo


Lo primero que se espera de uno cuando regresa a su ciudad natal después de cincuenta años, es que visite a su gente, pero yo fui instintivamente al parque del Retiro.


Allí me encontré con mis recuerdos, cuando de niño mis tías me llevaban para jugar con barquitos de cartón en los canalillos de riego.

Tía Juana recogía las pequeñas flores blancas desprendidas de los árboles y decía:


_Mira nene, esto se llama pan y quesillo, y cuando la guerra, nos lo comíamos._ 

_Siempre aparece cuando la primavera blanquea las acacias con sus flores_


Esto no es nostalgia. 

Es amor.


RELATO 8


Buscando palabras 


Estoy buscando palabras sólidas que arranquen mi desgracia, también suaves que hagan al tiempo bailar y brillar entre las sombras oscuras.


Palabras que me llenen de nostalgia, que rejuvenezcan mis días y me sumerjan en noches de sueños astrales, que se acurruquen en mi interior, que no se marchen al amanecer, que me digan quién soy y para qué estoy aquí.


Siento frío al anochecer, pero la primavera blanquea las acacias, pierden sus pétalos de colores tan vivos que ni el crepúsculo los puede ocultar, construyen paraísos, me proteguen del miedo, porque no soy yo quien morirá en esta batalla.


RELATO 9


Otro mar


Las olas golpean con fuerza el espigón en el que tantas veces esperé tu llegada. Las gotas vuelan hasta mi cara despertándome de un recuerdo: Bajabas del barco impregnado de mar, y en un abrazo me susurrabas _-ya he vuelto, Lariña-._


Hoy, en ese mismo lugar, cuando la primavera blanquea las acacias y el tiempo nuestras sienes, aguardamos juntos la llegada del barco de nuestro único hijo.


Agito en mi mano la carta tan esperada. Salta a tierra, corre hacia nosotros, la abre y lee: 


_"Ha sido admitido en el Programa de Recuperación del Ártico"_. 


Él sí pudo estudiar.


RELATO 10


EL DON DE LA FAMILIA


Mi tatarabuela lo tuvo, y mi abuela también. Y…yo.

Una tarde, vino a mi casa una familia a consultar un tema delicado. Encima de una mesa había un cuenco de madera lleno de agua. Mi abuela se quedó mirándolo. Suspirando dijo no poder ayudarlos, su don había desaparecido. Pero entonces, me ordenó: ¡Mira el agua!

Y un árbol inmenso, de esponjosas flores amarillas apareció ante mis ojos. Solo yo lo veía.   

Grité y conté lo visto. Y allí, cuando la primavera blanqueó las acacias, aparecieron los restos de un niñito, que por fin, gracias al don, pudo descansar en paz.


QRELATO 11


Pregunta 7


“No podemos impedir que pase el tiempo. Las etapas de la naturaleza se suceden inevitablemente y afectan a nuestra vida. Lo que a veces creemos que nos traerá felicidad, puede acarrear lo contrario y lo que consideramos imposible, puede acabar sucediendo. No podemos dar nada por hecho, porque el futuro es incierto, cambiante y no podemos controlarlo. En realidad, no somos nadie”. 


Muy bonita la reflexión que has hecho, pero te recomiendo que termines de leer los enunciados antes de responder a las preguntas de un examen. Además, esta era muy corta: _La primavera blanquea las acacias. ¿Verdadero o falso?_


RELATO 12


La nueva Tierra


"La nueva Tierra les está quedando preciosa" dijo sin levantar la cabeza y siguiendo el camino que marcaban sus compañeras y que bordeaba un vertedero. El silencio posterior demostró que su sentido del humor no era muy apreciado.


"Pero todavía hay esperanza, no están ellos solos. Los demás seguimos haciendo lo que debemos. La primavera blanquea las acacias y llena de frutos el suelo" dijo la compañera situada detrás, a la que no conocía, pero que parecía ser optimista.


Ellas no podían hacer nada más que lo que hacían por ser quiénes eran: hormigas cargando provisiones camino del hormiguero.


RELATO 13


Desolación


La primavera blanquea las acacias mientras la noticia súbita de tu muerte oscurece mis entrañas.

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