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Foto autor anónimo |
Cada semana propongo una foto y, cada fin de semana, votamos entre todos y elegimos los cinco mejores relatos 🥇🥈🥉❇️❇️. Este es el resultado desde que empezamos con el primero el día 5 de abril d.c. (después del coronavirus).
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Foto autor anónimo |
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Foto: Fox photos |
RELATO 1
No se puede ser tan listo
Julia vio una luz en el patio, fue entonces cuando vio a un elefantito mirándole con curiosidad, el cual se presento como Mauricio, y le dijo que había llegado a esa ciudad para ayudar , y que ella había sido elegida para llevarle a su destino.
Durante toda la semana Julia paseo a Mauricio, solucionando los problemas de todos los habitantes, pero cuando llego al ayuntamiento, se encontró con un cartel: No se admiten elefantes.
Pasadas unas horas un hombre guió a julia y a Mauricio a la salida de la ciudad.
Ellos viajaron solucionando problemas, el pueblo entro en quiebra .
RELATO 2
Como un elefante en una cacharrería
Abrió la puerta de par en par, entrando atropelladamente en la tienda de sedas de mi abuelo, donde yo gastaba el estío tirado en el suelo.
Altanera, con la barbilla estirada, señalando un juguetito tras ella, dijo: "donde yo voy, va él".
La conocí bien, jugábamos tardes enteras. Su alegría dejaba una bella estela de caos a su paso.
Varios veranos después de ese primer encuentro, perdí su pista, hasta que pasé a formar parte de la servidumbre de su familia.
Para ella yo solo soy un "British Raj indian" más.
Para mí ella lo es todo.
RELATO 3🏅
Amistad de hierr
Seguro que nos lo pasamos súper bien. Llevo semanas escuchando maravillas sobre las fiestas de cumpleaños de Susana. Además, mis compañeros saben que somos inseparables.
¿Estás cansado? Tranquilo, ya casi llegamos.
A mí también me ha sorprendido que me invitase; nunca ha hablado conmigo desde que llegué al cole.
No es tímida, al contrario, es muy popular. La habrás visto algún día al venir a recogerme. Todos los martes va de rosa.
Oh no… Trompi… no puedes entrar. Seguramente Susana sea alérgica a los elefantes. Qué lástima, no va a poder conocerte.
Bueno, vámonos a casa a jugar.
RELATO 4🏅
CUANDO LOS ELEFANTES SUEÑAN CON LA MÚSICA
Convocaron una exótica fiesta para ir con mascotas. Yo me había hecho ilusiones. Iría con mi elefantito, bailaríamos ritmos antillanos, indis y afros en un ambiente de apertura y diversidad: samis, inuis, masáis, seguro que habría lémures, dragones de Tasmania … otros elefantes, ¡nuevos amigos!
¡Llegamos!, pero… fue como haber tocado las estrellas para, después, caer bruscamente al vacío.
La puerta cerrada mostraba un corazón sin sangre, un instrumento sin acordes, un circo sin magia, una boca sin sonrisa, alguien sin sentimiento.
¡Prohibidos los elefantes! …
Fui un niño con una lágrima cristalizada en la mejilla.
Mi ilusión: Humo en el agua.
RELATO 5🏅
NO SE ABANDONA A UN AMIGO
Me acordaré toda la vida. Apenas tenía seis años . Mi madre me mandó a la tienda de al lado, la del señor Wesley, me dio una nota en la que ponía: “Un cedazo, una botella de aluminio y una fiambrera. Luego bajo”
Llegué todo ilusionado, acompañado de mi mejor amigo en aquella etapa de mi vida, mi elefante Trompit. Ni qué decir tiene que ni entré, me negué en redondo a dejar a Trompit en la puerta. Sólo cuando el señor Wesley iba a cerrar y me vió allí, me explicó lo del jocoso letrero. Él regentaba una cacharrería.
RELATO 6🥈
OREJOTAS
Me aislaba de todos los ruidos del mundo.
Solo yo podía verle cuando mamá se enfadaba porque no me gustaban las habichuelas y me negaba a comerlas; entonces desplegaba tras ella sus grandes orejotas para hacerme reír.
Para dormir, con una mano agarraba su trompa después de abrazarlo bien fuerte y con sus orejotas tapaba mis oídos para que no me llegaran los gritos que mis padres daban en la cocina algunas noches.
En el mundo adulto no caben los elefantes invisibles. Ni los grandes sueños. Pero yo insisto en llevar a todas partes a mi amigo imaginario.
RELATO 7
Porque ella era una casa de papel
Ahí estaba con su madre en el banco del parque. Había crecido, dejando de ser un bebé. Lo reconocí por el libro, “No se permiten elefantes“ y el peluche que igualmente era un elefantito. Regalo de mis padres.
Quería correr con él, jugar, saltar, reír, abrazarlo y gritarle: ¡Soy tu mamá! Me acerqué, solo le acaricié la cabecita.
Tomé la decisión, por su bien, de darlo en adopción. Estaba atrapada en el vicio.
Me despedí con un simple adiós; al voltear la cabeza me mandaba besitos con su manito.
Las lágrimas no me dejaban ver el camino.
Él era feliz.
RELATO 8
MODERNA PROSPERIDAD
Los americanos habían conseguido reducir el tamaño de las sandías, para que cupiesen en las neveras, aplicando los mismos conceptos transgénicos que años antes aplicaron los indues para reducir el tamaño de los elefantes, a fin de poder comercializarlos como mascotas habitantes de pisos y visitantes asiduos de comercios, mercados y cacharrerías, acompañando a sus privilegiados y ricos propietarios.
Entre la élite más sofisticada de la sociedad también ocuparon, estos enanos elefantitos, un lugar en la gastronomía más exquisita, siendo servidos enteros en grandes fuentes guarnicionadas con las más suculentas frutas y verduras. Exótico manjar.
RELATO 9
Y te digo adiós por segunda vez
Mi querido amigo elefante, te guardaré en mi mente. Esta caprichosa vida cree que puede separarnos, pero siempre estarás en mi corazón.
Cierro mis ojos, contigo recobro mi niñez, mis ojos vuelven a brillar, ignoraré las lágrimas derramadas en estos años.
Perdonaré al tiempo que nos tuvo alejados. Seguiré sonriendo, ignorando que tan solo me queda un mes de vida, nadie nos avisó, volveremos a separarnos.
Déjame volver a esos días, una y otra vez.
Juntos veremos la puesta de sol, dime que pida un deseo. Déjame ser niña.
Custodiaré nuestros recuerdos, hasta que el destino nos una de nuevo.
RELATO 10🥉
Juguetes con historia
Hay juguetes que marcan tu infancia y permanecen en el recuerdo toda tu vida.
Con siete años, mi abuelo me regaló un pequeño elefante sobre ruedas. Le tomé tanto cariño, que dejó de ser un juguete para convertirse en un amigo.
Iba siempre conmigo... ¡Me sentía tan feliz con él!
Por eso no pude entender el cartel que me encontré una mañana en la puerta del colegio prohibiendo la entrada de elefantes.
Eso me afectó mucho.
Sólo de mayor lo entendí, y no es otra cosa que el miedo que suscita en los insensibles la dicha de los demás.
RELATO 11🥇
EL ELEFANTE AZUL
Pakora es un elefante azul índigo.
Llegó de la India entre flores y sedas bordadas de mil colores. Tiene la exquisita educación de un caballero británico, sabe hablar en siete idiomas y escuchar en once, pero hoy no le han dejado entrar en la biblioteca.
El viejo tío Martín dice que cuando él quiso entrar en la Universidad, los prejuicios se lo impidieron por ser negro. Y muchas otras cosas más.
No tengo idea de quiénes son los prejuicios esos, pero cuando Pakora y yo hayamos crecido, iremos a buscarlos y a darles una buena lección sobre colores y justicia.
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Foto publicada en "Costumbres y personajes de Malagueños anónimos" |
La Mochuela
_"Esto con La Mochuela no pasaba"_, decían en el pueblo cuando alguna mujer era maltratada en la comarca.
Carmen, La Mochuela, creció entre lechuzas y búhos. Su padre los criaba para cazar alimañas.
Una tarde, supo que una vecina había recibido una paliza del borracho de su marido.
La Mochuela apareció en su casa con un mochuelo albino y le lanzó el animal, que se ensañó con él, mientras decía _"Vuelve a tocar a esta y te saco los ojos, peazo bicho"_.
No quedó ni un maltratador en el pueblo.
Cuando murió, su mochuelo blanco sobrevoló su tumba hasta el final.
RELATO 2
Mi querida Columbina
La vieja casa abría sus puertas de par en par dejando que el aire del estío la recorriera libremente.
Me dejaba caer por allí a la caída de la tarde, con la fresca, seguro de encontrarla en el gran patio empedrado.
Se pasaba la tarde acompañada de su inseparable palomo "Lula".
Ella me recibía con su fresca sonrisa mientras que "Lula", cogido a su muñeca, echaba la cabeza atrás sacando pecho.
Era su forma de decirme que "él" era el único que podía gozar de su amor.
Lo sabía y, aún así, la quise siempre... mi querida Columbina.
RELATO 3🎖️
UN PUEBLO SENCILLO
Una risa tierna, aroma a café
Alguien que saluda, el sol sienta bien.
Corren las gallinas, los peques las siguen
Respiro alegría allá donde mire.
Un palo en la tierra pinta una rayuela
Hoy juegan las niñas a lo de a abuela.
Lagartijas verdes persiguen los niños
Que el feliz abuelo mira con cariño.
Al atardecer se bajan persianas
Rato de la siesta para levar almas.
Y al llegar la noche se sacan las sillas
Las amenas charlas van de maravilla.
Sábanas al viento saludan al cielo
Es el pueblo mío, es el que yo quiero.
RELATO 4
VUELO A LA LIBERTAD
Encarna, muestra orgullosa la paloma que salvó su historia de amor. En plena posguerra, con mucho riesgo, neutralizó las incursiones de la Guardia Civil a la caza de los últimos reductos de Maquis.
La paloma mensajera, a la que llamó Esperancita, era lanzada en el momento preciso, con un cilindro de caña que contenía la información recabada por Encarna de los movimientos del bando enemigo. Por lo que su amor tenía el tiempo suficiente para esconderse junto con sus compañeros de Resistencia.
En 1943, por fin juntos, organizaron su huida a Francia. Llevándose en el corazón el recuerdo de Esperancita.
RELATO 5
Sin aire
Soy muy joven y sé poco sobre la vida. Menos aún en lo que a mí se refiere.
Sin embargo, tengo la certeza de que me gusta estar en contacto con la naturaleza, pasar tiempo con los míos y comer.
Por el contrario, detesto estas cuatro paredes y el bullicio constante que hay dentro de ellas.
Me siento bastante sola, a pesar de estar siempre acompañada. Es una tortura…
Soy un ave, no soy la reenmarcación (o como se diga) de nadie. ¿Hasta cuando voy a ser prisionera de esta niña que berrea tanto?
RELATO 6🎖️
Operación Baharí
Trabajé con Rodríguez en 1967. Yo era apenas un zagal, pero le ayudé a solucionar un gran problema: los choques de aviones con pájaros, en la Base de Torrejón.
Utilizábamos halcones peregrinos. Bastaba con hacerlos volar para ahuyentar y espantar de manera natural a las aves involucradas.
Félix amaba la cetrería, y trabajaba con los mejores.
Así conocí a Perla, la halconera, que los criaba y cuidaba.
Y desde ese momento solo soñé con ser baharí, posarme en su pelo, subir y cortar el cielo, bajar y comer de su mano.
Esa mano que me acaricia.
RELATO 7🥉
Aquellas fiestas
Me encantaban las fiestas de mi pueblo. Todas las familias engalanaban sus fachadas con lo poco que tenían y se vestían con sus mejores atuendos.
Para los más pequeños, la llegada de los feriantes era lo más emocionante. Íbamos saliendo de nuestras casas e incorporándonos a una alegre procesión improvisada para descubrir qué novedades traían.
Aquel año todos hicimos cola en el puesto de Jacinto, que había aprendido a hacer algodón de azúcar con formas de animales. A mí me hizo un palomo de cortejo. Fue su manera de declararme su amor. Se ve que ya no era tan niña.
RELATO 8
Nunca es tarde para encontrar tu hogar
La chica miró por la ventana cómo aquel ave rapaz, de plumaje blanco que casi resplandecía, levantaba el vuelo surcando el cielo azul, inundándolo todo de paz.
Lo siguió con la mirada, y cuando desaparecía de su visión, respiró profundamente, y marchó tras él.
La joven sabía que su destino le esperaba en algún lugar indeterminado, un sexto sentido y la tranquilidad que la embargaba, le aseguraban que sería un bello lugar.
El ave actuó como guía, llegaron al final del camino, éste la abrazó con sus grandes alas, y comenzó a volar alejándose en busca de otras personas perdidas.
RELATO 9🏅
EL PUEBLO
A uno le llamaban Manolo “er Yí” porque su abuelo tuvo un Jeep con el que hacía recados, otro, Salvaorillo “er Chorrojumo” que iba siempre exhalando el humo de su eterno cigarrillo, el de la huerta era Antoñico “er Sillero” toda su familia echaba culos de silla con la enea del campo. Y así, todos en el pueblo tenían su mote, menos el maestro, que se jactaba de no tenerlo, porque era cosa de incultos.
Oye “Espantaconejo”, ¿quién es aquella moza con la gallina en la mano?
Aquella es la Lurdita, la hija del “Cinmote”
¡¡¡Aaahhh!!! La del maestro…
RELATO 10🥈
Infancia de azúcar
Allí donde no llegan las tempestades, donde no habita el olvido y permanece lo ingenuo…
Allí donde las calles son blancas y la memoria una nube de azúcar con garras de vuelo…
Allí, en la morada de un ángel que pasea sonrisa y tierno parpadeo…
Allí, en la travesía, se vislumbra el recuerdo, alejada de Tánatos abrazada con Eros…
Y entonces, en el camino, a tu hijo vigilas los sueños…
Allí, donde el futuro es un banco de niebla, allí nos perdemos…
Y sentimos borrosa y nostálgica … la noción del tiempo.
RELATO 11
Rebeca
Al ver esta fotografía de Rebeca, se me inundan los ojos de lágrimas; ¡cuántos desvelos desde aquel desgraciado accidente durante el parto!...; ¡cuántas visitas a psicólogos y especialistas... Pero algo hicimos mal desde aquel día que nos llamó la directora del colegio para decirnos que la habían sorprendido en el jardín jugando a "los novios" con Félix, su querido amigo de infancia.Tal vez fue aquella decisión de su madre y mía, de intervenir en el interior de su cuerpo, el motivo por el que desapareció una mañana fría de enero dejándonos aquella terrible nota que decía: "Me voy con los pájaros".
RELATO 12
El tiempo: inexorable
Su foto la mostraba joven, quizo detener el tiempo en ese instante.
Avanzando un paso y devolviendo dos…Se detuvo, las canas enmarcaban su rostro. A lo lejos sonaban las campanadas, que anunciaban un nuevo año.
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Fotografía: Ethic Gallery-Idol |