jueves, 23 de diciembre de 2021

RELATOS SEMANA 88

Foto: Vicente Tolosa



Relato 1


De vuelta a ninguna parte


Cada mes de diciembre vuelvo a mi tierra.

Me gusta tomar contacto con los escenarios de mi niñez.

Soy del mar y el mar calma y sosiega mi espíritu, por eso me gusta pasear junto a su orilla.

Tengo mi particular mirador a los pies de la torre vigía sita en La Araña. Allí me deleito con el arrullo de las olas y mi mente evoca otros tiempos donde aún podía verse los raíles del tren de La Cochinita y los pescadores tirando del copo. 

Son recuerdos que transitan por mi memoria para llegar a este presente que apenas reconozco.


Relato 2


Amanecer cósmico


Todo estaba preparado para el lanzamiento del mayor telescopio de la historia, el "caminante espacial", que buscaría vida más allá del Sistema Solar. 


Pero eso ocurría muy lejos de Pedro, caminante gaditano. Estaba amaneciendo y su único afán era llegar a tiempo a Chiclana para el nacimiento de su primer hijo.

 

Su vida empezaría hoy a complicarse, su pequeño universo se iba a expandir. Esa nueva vida completaría su cosmos, y saldría del vientre del único ser que le importaba, su Lola.


Ella era su guía en todo lo que hacía, su ácida y encantadora estrella.


Relato 3


GATA ANÓNIMA


¡¡El copo!! ¡Vienen los pescadores! Los adoro. Siempre me dan algún pescado con el que llenar mi barriguita y poder dar leche a mi hijo. Tengo sólo seis meses y ya soy madre, un parto muy duro. He perdido a cuatro de mis cinco hijos. Tres desaparecieron, y otro, usado de balón por unos niños. El que me queda, está malito, ambos lo estamos. Hoy ha habido suerte y he comido, pero mi chiquitín no, mis tetas son estériles ya. Lo único que puedo darle es calor. Quizá la próxima camada tenga más suerte… ¡Un coche! 


No habrá próxima vez…


Relato 4🥇


LAS COSAS SENCILLAS


Mi piel está curtida por el salitre. 

Mis manos encalladas de tirar redes.

Mi cuerpo azorado por tormentas y mareas.

Soy hermano de cormoranes y el mar es mi patria.

Hoy llevo boquerones a casa donde Lucía los prepara con vinagre.

Sobre el camino de hierro ando hasta el hogar.

Dicen que esto es el futuro.

No hay más horizonte que la brisa marina.

No existe otro mañana que ver sus dedos aceitados aliñando al pescado.

El olor a perejil.

El vaso de vino que siempre me sirve.

Su dulce sonrisa al verme llegar cada tarde.

Las cosas sencillas.


Relato 5 🥈


LAS PRÓXIMAS FLORES


Vivíamos felices en el barrio. Mi padre era maestro de escuela y se respiraba buen ambiente entre los vecinos.


Llegó la guerra y nos apañamos como pudimos. Rumores dichosos aclamaban su fin y empezamos a sonreír. Sin embargo, la acuarela azul del cielo se tornó turbia con las bombas y, una noche, partimos por la _vereíta_ de la playa: un carro, los colchones y los cacharros más necesarios.


Sólo algunos pudimos terminar el viaje, como mi padre y yo. Mi madre y mis hermanas pequeñas se quedaron en el camino para alimentar a las próximas flores que nacerían en primavera.


Relato 6


Homenaje a Linda


Vivíamos en una casucha escondida entre la montaña y el mar. 

Yo no levantaba un palmo del suelo.

Como todos los días observamos el paso del tren con soldados o prisioneros. Algunas veces tiraban algo aprovechable. 

Tiraron una bola de colorines o eso creíamos. Nos acercamos sorpresivamente, era una gatita, llevaba atada al cuello un brillante, el anillo tenía unas iniciales. 

Todos los días esperaba el tren incluso cuando dejó de funcionar.

Un día no volvió.

Fuimos a las viejas líneas del tren.

Ahí estaba muerta. Esperando.

Habían pasado veinte años.

La enterramos con su anillo.

 

Relato 7🥉


Despertar


Cuentan que un amanecer, mientras caminaba como cada día hacia la Playa de Poniente, detuvo el paso y contempló su vida.


Dicen que no le gustó lo que vio: cuarenta años, desde los diez, haciendo y deshaciendo el mismo camino; cuarenta años faenando en el lance del alba; cuarenta años escritos en sus palmas encallecidas y en su piel agrietada.


Comentan sus compañeros que le vieron dar la vuelta y alejarse. 


Relatan algunos que perdió la cabeza y nunca volvió.


Solo yo sé que está donde quiere. Me lo dicen en cada despertar las caricias ásperas de sus manos.


Relato 8


Por el bien de la comunidad


Cada vez que se quebranta una norma se procede de la misma manera; juicio y sacrificio. Este último va definido por la gravedad de los actos cometidos, aunque todos culminan con la muerte. 


Solo así se consigue preservar el orden y la paz en nuestra comunidad. 


Hoy ha sido destierro. 


Mientras todos festejan el gozo de volver a estar libres de impuros, me alejo tranquilamente considerando qué puedo hacer para que mi hermano sea el próximo juzgado y acabe ardiendo vivo. 


Mi cuñada volvería a estar disponible… pero yo lo hago por el bien de la comunidad.

 

Relato 9 


Así fue

Era un idílico, reino de jabegotes anarquistas, quienes con sus bajeles de herencia fenicia, con su ojo sumerio símbolo de la creación y la divinidad, se ganaban el pan a cambio de jureles, pulpos, herrreras, boqueroncitos... Ahí, a lo lejos, podéis  verlos con sus típicas indumentarias: camisas blancas,  pantalones de mahón,  sombreros y boinas, tirando con sus trayas del preñado copo que preludia felicidad y alegría para sus humildes familias... Hasta que llegó  el "progreso" y los cordones metálicos hendieron su piel y un poderosísimo monstruo fabricante de cemento infectó su aire y atormentó definitivamente paisaje y paisanaje. Así  fue.


Relato 10


EL COPO Y LA MAR


Nada como sentir la arena cuando tirábamos del _copo_, tenía los dedos gordos de los pies fuertes como _la porra de un guardia civil_. Nada como sentir el oleaje sobre mis gemelos endurecidos, como lanzar la _tralla_ sobre la _maroma_ y echármela al hombro enrojecido, remontar la red a golpe de riñón, proteger del Levante la _Jábega_ deslizándola sobre los engrasados troncos.


Nada como ver a las familias, gentes humildes, llevarse el pescado a la casa y la boca los _chiquillos_.


_¡Alto ahí!... ¡Eso está prohibido!_


Y digo yo... ¿De verdad somos nosotros los que hemos acabado con _La Mar?.


Relato 11🏵️


TE ESPERO EN LA MAR


Mi marido era un pescador aguerrido de los de antiguamente, aunque también era sensible y besaba muy bien... Pero cuando hacíamos el amor se ponía muy triste y lloraba, el pobre.

Suponía angustiada que una pena muy grande le comía por dentro; nunca me atreví a preguntarle.

Una madrugada de tormenta, antes de echarse a la Mar, se despidió de mí regalándome una concha de nácar; _"toma, pa que sepas que te quiero"_.

La mar devolvió su barca, con él dentro abrazado a otro hombre y una sonrisa en sus rostros sin vida.

A mí me devolvió la paz.


Relato 12


La Desbandá


El cielo plomizo cae sobre el amanecer. Los hombres aprietan las maromas entre los dedos, arrastrando las redes.

—El mar, entonces, respiraba profundo. Bajo la barca, las oscuridades rozaban la orilla entre encajes de espuma.

Algunas olas acaban de nacer, frotan los tobillos de hombres fuertes sacando el copo.

—Los peces también saltaban burbujeantes llenos de vida, huyendo de la muerte.

—Hoy la playa es el placer del mar y el sol de mediodía. Entonces, precedía a la noche.

—Abuelo: ¿Cuántas noches el Peñón del Cuervo fue testigo solemne del camino de Almería?

—Las bombas plomizas caían sobre el amanecer.


Relato 13


EL TREN DE LOS SUEÑOS


Iban a empezar a sacar el copo, como todas las mañanas, con su padre. Ya tenía edad.


Pero, el tren, pasaba ese día, solo una vez por semana. Le fascinaba, tanto, que desobedecería a su estricto padre por ir a verlo pasar.


Soñaba con él, y por primera vez en su corta vida decidió que sería maquinista pesara a quien pesara y dejaría aquello de las artes de la mar para otros.


_- Ya viene._

- Se oye el traqueteo a lo lejos.-

Mientras lo espera:

_- ¡Simoooón!_

Pero él sigue inmóvil, el tren de los sueños solo pasa una vez.


Relato 14


Te fuiste sin decirme adiós

     Y tuviste que hacerlo justamente aquí, en esta playa donde tan buenos ratos pasamos buscando mejillones y percebes ¿te acuerdas? Donde nos quedábamos hasta el anochecer, tumbados en la arena mirando las estrellas, fundidos en un abrazo infinito ¿te acuerdas?

     Hemos rastreado toda la noche la playa, al fin hemos encontrado tu cuerpo aplastado contra las rocas ¿por qué? ¿Acaso no fueron suficientes los recuerdos que construimos juntos? ¿Acaso no pensaste que mi vida ya no sería lo mismo sin ti?

     Los rastreadores vuelven a sus casas y yo…

     Yo he cogido nuestra barca y voy a tu encuentro.


Relato 15


Melodías traicioneras


Un jueves cualquiera desperté escuchando unos cánticos que me dirigían hacia la costa. Resultaba ser una voz familiar.


"Ayúdame", "te necesito", "me están haciendo daño" y otras súplicas tronaban en mi cabeza mientras evitaba caerme por las saladas vías que conducían al mar.


Para mí sorpresa encontré a decenas de personas observando lo que yo intento borrar de mi vida: A ti.

Te llevaste mi felicidad al fondo del mar y desapareciste.


Te han encontrado, Sirena. Serás presa del pueblo como yo lo fui de tus engaños. Aún así, seguiré adelante como si nunca me hubieses destrozado la vida.


Relato 16


DE REGALO, UN CORAZÓN


La llamaban loca en todo el pueblo porque decía estar enamorada de un marinero que le había regalado su corazón. 


Bajaba a la playa a diario para ver a los hombres sacando el copo. Decía que entre aquellas redes vendría un día el corazón de su amado. 


Aquella mañana las redes bullían. Los hombres gritaban mientras doblaban fuerzas. Entre los peces galopaba un corazón. 


Era rojo y brillante, con dos aletas celestes, cuando tocó la arena avanzó arrítmico hacia ella. La sangre que despedía tapizó de amapolas la playa. 


Ella lo ató a su pecho.

Nunca más se sintió sola.


Relato 17🏵️


La armonía de la olas 


La tarde caía, el mar se volvió más oscuro y la luna le quitó espacio al sol, las estrellas comenzaban a alumbrar

mientras mis suspiros se perdían entre las olas.

Vamos en el tren, somos viajeros, llevamos el pasado en nuestras mochilas, la vida nos obliga a no olvidar nuestras heridas, ya te dejé en algún rincón.

La nostalgia bloquea mi garganta, el agua refleja tu mirada.

Hay silencio, el vaivén de las olas escribe tu nombre, y en las redes de los pescadores te confundes.

Ven, vuelve, búscame, estoy aquí, recordándote entre la espuma y el olor a sal.


 

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