sábado, 14 de diciembre de 2024

RELATOS SEMANA 239

Fotografía disco Led Zeppelin autor Ernest Farmer



RELATO 1

MI TIERRA

Bordeando el rio, bosques de eucaliptos venidos de Oceanía. Sombras y cañaverales, caminos y senderos que fueron para los labriegos castigados por el sol, que se estrechaban y se oscurecían incluso a plena luz del día.
En la casa de labor, paredes retorcidas por las repetidas capas de cal, dejando al descubierto los años transcurridos de los tiempos de terratenientes fusiles en mano. El resto del cortijo está en ruinas, aún con las cicatrices de la guerra del 36.
Con las espaldas destrozadas por los años de esclavitud y miseria, se liberaron las tierras, al fin, para quienes la trabajaron.

RELATO 2

LA BELLEZA QUE IMPORTA ESTÁ EN EL INTERIOR 

_El cuadro no se quita; lo pintó la tía Anapaqui después de uno de aquellos brotes psicóticos que le daban y..._

"Pero Elisa, el cuadro es feo como él solo, ¡no pega con el estuco veneciano que vamos a hacer en la pared!"

_Pues esa pared se queda sin estuco, que la tía Anapaqui pintó de memoria al abuelo y todos decían que, en su estado, era un milagro._

En ese momento, el cuadro se descolgó espontáneamente, dejando ver una hornacina en el muro, repleta de lingotes de oro viejo.

La tía Anapaqui seguía haciendo milagros desde el más allá.

RELATO 3

NADIE ES ANÓNIMO 

En una de mis visitas al MOMA de Nueva York, ví una foto que me llamó la atención por su título "Viejo Anónimo"
Lo miré con atención y la mirada me cautivó.
Pensé en su anonimato.
Investigué al fotógrafo y pude averiguar que gran parte de su trabajo lo llevó a cabo en España, concretamente en la comarca de las Hurdes.
Allá me fui con una copia ampliada de la foto y un nombre, Azabal, un pequeño pueblo de gente humilde.
Enseñé la foto a jóvenes y viejos, y entre ellos me dieron un nombre: Ese era Frasquito el jurdeño.

RELATO 4

YA NO ES AYER

Siempre tuve una gran carga sobre mis hombros. Desde los cuatro años tuve miedo de todo cuanto hacía, no fuera que el Niño Jesús y la Virgen se enfadaran conmigo. En la España de los sesenta todo era pecado.

El médico de mi madre me miraba y ella decía que yo lo provocaba. No supe lo que significaba hasta muchos años después.

Hoy me pregunto cómo he llegado hasta aquí. Miro atrás y vislumbro los fantasmas de otras vidas que hubiera vivido, y lo archivo todo en un cajón de mi conciencia, como un relato inacabado al que puse fin.

RELATO 5


DESDE MI LIBERTAD 

No soy un ingenuo. Sé que, desde su atalaya, me ignoran. Su prepotencia es tal, que no saben que me necesitan. En su desprecio al trabajo humilde, creen que la leña aparece en sus chimeneas por generación espontánea. 
Pero hay otra cosa que no saben y que, aunque a ellos les traiga al pairo, es mi mayor tesoro: soy libre cuando corto los sarmientos y me empapo de rocío, libre cuando mis pies dejan huella en la tierra húmeda, cuando los últimos rayos del atardecer calientan mi cuerpo... porque mi libertad no depende de su tiranía, sino de mi alma.


RELATO 6

LOS DESHEREDADOS

Mientras la sociedad capitalista había tejido un sinfín de comodidades, los desheredados, como él mismo se denominaba, tenían que esforzarse, aunque en ello les fuera la vida, para poder calentarse en aquel invierno que cada día se llevaba por delante a alguien por culpa del frío que se te metía en los huesos.
Se sentía ignorado pero él tenía su historia que celosamente guardaba. Tuvo comodidades, familia que lo querían pero ahora piensa que en la vida no todo es una línea recta. Cuando menos te lo esperas llega una curva inesperada y te lo arrebata todo, ya eres invisible.


RELATO 7

MERECER EL POSTRE

Ernesto vivió desafiándose a sí mismo. 
Tras lograr cada bravata la recompensa era el postre de la cena, aunque el esfuerzo era innecesario, pues su mujer cocinaba dulces todos los días. 
Esa mañana pensó en trasladar, de una vez, hasta el cobertizo, la poda de los sauces que delimitaban su granja con la escuela.
Sin querer, pasó a la posterioridad protagonizando una fotografía que varios años después fue portada de un vinilo icónico. 
Pero eso Ernesto no lo supo. Murió dos meses después, sepultado por bloques de piedra a la entrada de una cueva. 
Intentaba lograr otro reto.

RELATO 8

EL VIEJO SIN MAR

Dock habitaba en una remota granja, situada en las afueras de Eyemouth. Atrás quedaban aquellas interminables noches de faena junto al capitán en el indómito mar del Norte. 

Los turistas que pasaban junto a la granja, hacia el lago, le observaban extrañados cargar aquellos enormes fardos de leña. Ya no salía a pescar. Su mente, junto al calor de la chimenea, viajaba constante al día en el que la tormenta se llevó a su hijo William. Mary, incapaz de soportar la pérdida, se marchó hace años. La granja, desde entonces, era un refugio de soledad. Una escalera hacia el cielo.

RELATO 9

31 AÑOS DESPUÉS
 
El cuadro que nos vio crecer seguía colgado en la misma pared que, ahora deteriorada, componía la cocina de nuestra casa de campo. Fueron muchos los desayunos que tomamos bajo la firme mirada del abuelo Tomás, el cual nos observaba y enseñaba lecciones sobre la vida.
 
A cada cerdo le llega su San Martín, a caballo regalado no le mires el diente, a quien madruga Dios le ayuda... O la que mi madre más repetía: si la vida te da palos, hazte una cabaña.
 
Hoy descubro que aquella última supuso el inicio de todas mis hazañas, es decir, cabañas.

RELATO 10

MENTE EN BLANCO 

Cada etapa se plasma en un desconchón de una pared imaginaria, plasmada por cuadros enrevesados que recorren caminos torcidos, geométricos, como vía láctea goteando a través de los parietales, tratando de pintar de transparente la mente, sin lograr apagar el motor de la imaginación. 
Cascadas de colores, dibujan imágenes,que dan paso a mas imágenes. 
Suena un Hip-hop mental,saliendo por fin del enmarcado oleo que está enganchado en la pared de la psiquis, el Payaso que inunda de rojo y negro como un film, hollando la mente. burlando el olvido. Hay desconchones perennes: “FELIZ NAVIDAD “

RELATO 11

DE PROFESION, CAMPESINO

Quema el sol las sedientas siembras.

Amaneciendo, los sombreros cubriéndoles, los campesinos se afanan en sus tareas y miran al hostil cielo azul, que no da tregua, sol abrazador, pobreza resignada.

Cantan las cigarras.

Cae el día, ahogan sus penas, a la sombra de las parras, beben maldiciendo su mala suerte.

Un día más de sequía. 

Las tierras sembradas se retuercen, agonizan.

Rezan a un Dios que nos los entiende.

Pero hoy el cielo amaneció cuajado de nubes. 

Todos salen a festejar la caída de las primeras tímidas gotas sobre los ardientes guijarros. 

Y se entrelazan en un esperanzador abrazo.

RELATO 12

RAÍZ

Entró al despacho de Véritas & Asociados con paso firme, listo para cerrar otro negocio. Sobre la pared, una vieja fotografía enmarcada captó su atención: un campesino cargaba un atado de leña bajo un cielo nublado.
—¿Quién es? —preguntó Mario, intrigado.
—Mi padre —respondió el abogado, con voz serena—. Su sacrificio fue la base de todo lo que soy. Nunca olvido de dónde vengo.
Mario tragó saliva. Desde que la vida le sonreía, había enterrado su propia historia. El eco de su vergüenza resonó como un juicio silencioso.

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