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Foto Nuria Velasco (oldphotoscabinet) |
RELATO 1
AÑORANZA DEL PASADO
Siempre he sido pequeña pero acogedora. He visto a muchas generaciones ser felices dentro de mí. Eso pasó a la historia.
Llevo mucho tiempo abandonada.
Nadie hace ya hogar en mis entrañas. Los gamberros violaron mi intimidad echando mi puerta abajo, el viento y el polvo campan a sus anchas dentro de mí. Arrancaron mis venas y mis nervios, dejándome seca e inerte, a oscuras y fría. Me dejaron ciega destrozando mis hermosos ventanales.
Ahora mi esencia permanece en lo alto de mi columna vertebral acechando a los intrusos, he aprendido a defender mi posición, casa encantada, me llaman ahora.
RELATO 2
LOS QUE YA NO ESTÁN
En la finca aún podía leerse en el gran portón herrumbrado, con barrotes vencidos y goznes desencajados: _La Dehesa._
La extensión yerma y estéril que se extendía a sus pies, contrastaba con los verdes campos de antaño, surcados de innumerables viñedos donde a menudo solía jugar a las escondidas mientras el viento invernal helaba sus mejillas.
Al llegar a la mansión familiar, un estremecimiento le sacudió su decrépita espalda. Esperaba ver a su abuela en lo alto de la escalera, rostro adusto, pelo recogido y vestido largo de luto. Podía sentir que seguía allí, juzgándolo con aquellos ojos inquisitoriales.
RELATO 3
UN GRITO DESGARRADOR RESQUEBRAJO LA NOCHE
Tras recibir la inquietante llamada,
María se dirigió hacia aquella vieja casa perdida en mitad de ninguna parte, con desagradables augurios.
Encontró la puerta entreabierta, nerviosa se adentró en la penumbra, un gran silencio. La luna permitía ver con claridad.
Ascendió la vieja escalera. Su corazón bombeaba muy fuerte. En la habitación sobre la cama, yacía el cuerpo inerte de un joven desconocido, desnudo y frío.
En la pared se podía leer una breve pero contundente frase: “Nunca más”.
Sobresaltada por el relámpago, descubrió la mirada felina de un gato negro, único testigo mudo de todo lo sucedido aquella noche...
RELATO 4
ECOS DE UN PASADO
La madera gemía bajo sus pies, como si también recordara. La mujer ascendía la escalera, con la mirada clavada en la puerta abierta. Fue allí donde lloró, donde rió, donde la infancia se le escapó demasiado pronto. En la penumbra imaginó los rostros de las niñas que fueron su refugio, sus hermanas en el miedo y la esperanza.
Rozó el marco de la puerta, sintiendo las astillas bajo los dedos, como cicatrices de un pasado que nunca se curó del todo.
—Gracias por los días buenos —susurró.
La casa, en silencio, la dejó entrar una última vez.
RELATO 5
POLVO Y PIEDRA
Bodie, California. Ciudad sin ley que fue floreciente en los años de la fiebre del oro, y en la que familias enteras fueron asesinadas por la codicia.
Lo único que le quedaba era la vieja mansión familiar, invadida por una naturaleza implacable. Los últimos apenas lo veían. Era como una sombra herida de muerte, castigada por el infortunio.
Todos fueron abandonando la ciudad menos él. Su única obsesión era quedarse en aquel infierno de polvo y piedra para morir lentamente junto a los suyos, enterrados cerca de una mina abandonada, a los que visitaba diariamente.
RELATO 6
LECCIÓN CON CORAZÓN
Heridas en la piel y en el alma, tras años de dolor y miedo, por fin llegaron a la propiedad, con un enorme trabajo por delante, pero con grandes esperanzas y muchas ilusiones.
Tras explorar el precioso jardín y atravesar el umbral, la niña recorrió todas las habitaciones gritando “ME ENCANTA”. Asombrada, descubrió que el eco le devolvía las palabras.
Su madre, con una sonrisa cálida, la abrazó y le dijo: “Cada vez que hablamos, si lo hacemos con el corazón, el sonido vuela y nos lo devuelve con creces”.
-Te quiero mucho, mami
-Y yo a ti, el doble.
RELATO 7
PARA NORMAL
Él estaba obsesionado con encontrar pruebas de la existencia de vida tras la muerte.
Noches en cementerios o el descenso hasta simas encantadas, llenaban sus días.
Rosalía era escéptica, pero amaba la fotografía, y acompañarle era una excusa para ver el mundo desde su objetivo.
Aquel día fueron al Palacio del Canto del Pico, buscando almas perdidas.
Más tarde, al revelar una foto, apareció una figura que sus ojos no habían visto. Para él fue suficiente.
En cambio ella estaba convencida de que había una explicación. No la buscó.
No necesitaba pruebas para saber que los fantasmas no existen.
RELATO 8
¿DÓNDE VIVE EL MAL?
El mal no vive en ultratumbas ni su aspecto es terrorífico. Yo lo conocí, se ganó mi confianza, vivió conmigo. Lo vi allí, en lo alto de la escalera ¿qué vigilaba? No lo sé pero cuando lo descubrí su mirada era glacial, aterradoramente fría, gélida. El miedo me bloqueó, no supe reaccionar. Al momento un vendaval ensordecedor arruinó todo mi hogar.
Hoy los más osados me dicen que sigue allí, vigilante en lo alto de la escalera. ¿Qué hay detrás de aquéllas puertas? Yo sí lo sé. Sólo destrucción.
Una limosna, por favor, soy un sin techo.
Muchas gracias señora.
RELATO 9
LA TRADICIÓN CONTINÚA
Cuando me la asignaron la acepté como un reto. Antes de fijar un día de puertas abiertas, acudí para diseñar mi discurso infalible en el que potenciaría lo bueno y pasaría por alto lo malo. Sin embargo, las humedades, la ausencia de puerta de entrada, de corriente eléctrica, el crujido de la estructura y un largo etcétera me hicieron ver que jamás podría venderla en aquel estado.
Tras un suspiro de derrota, noté que una silueta me observaba desde las escaleras.
“Es perfecta. Me la quedo”.
Mi historial de ventas sigue limpio gracias a aquella señora de apellido Addams.
RELATO 10
UNA OPORTUNIDAD PERFECTA
Natalia y Alberto llevaban semanas buscando casa en la periferia; el centro era intocable.
— ¡Natalia! —exclamó Alberto con un brillo en los ojos que solo se ve en los locos y en los enamorados—. Esta casa es maravillosa. Con unos toques de pintura y unos parches, será perfecta.
— Tienes razón, cariño. ¿Y qué si tardamos más de una hora y media en llegar al trabajo? Eso sí, me preocupa qué haremos con el tío ese que se ha aparecido al final de la escalera.
— Ya veremos. Llama a tus padres a ver si quieren avalarnos.
— Voy. ¡Qué ilusión!
RELATO 11
NOCHE DE REGATAS
El sótano de aquella casa era un lugar prohibido para Anne y sus dos hermanos. El padre se encerraba allí para construir maquetas de barcos. “Son frágiles, no quiero que los dañéis”, repetía.
Aquella noche, el río desbordado invadió la casa. Despertaron sobresaltados por un chapoteo extraño. Al asomarse al salón, vieron veleros y fragatas surcando las aguas en un desfile increíble.
Ayudaron al padre a rescatar y secar cada barco, trabajando juntos hasta el amanecer.
Han pasado cuarenta años. En su visita al viejo hogar, Anne sonríe, recordando el día en que la lluvia los unió por primera vez.
RELATO 12
NOSTALGIA
Óscar no sabía si estaba en su casa familiar para recordar o para despedirse. En cuanto entró supo que fue para las dos cosas.
Revoloteando entre la hojarasca, le pareció escuchar la risas de sus hermanas al llegar del colegio.
Como un proyector de diapositivas, cada escalón traía a su memoria una imagen del pasado que dolía a la par que reconfortaba.
La voz de su madre le repetía: _las cosas no tienen alma, cariño, hay que saber desprenderse de ellas_.
Cuando llegó a la entreplanta, secó sus lágrimas y abrió la ventana para colgar el cartel de "SE VENDE".
RELATO 13
LA PINTURA (1860)
Mi padre no aprobaba mi matrimonio. Estaba en la escalera, por fin bajó.
Se celebró la opulenta boda.
Mi esposo huyó con papeles, joyas, dinero…
El fuego arrasó la casa, el humo cae en nubes de encajes, huele a Nardos y misterio. Yo deshecha en cenizas.
Todas las noches aparezco vestida de novia. Extendiendo mis manos a mi padre muerto.
En una subasta, un cura le interesa una pintura; es una mansión y una novia en llamas.
Decide comprarla.
El vendedor advierte: —Trae mala suerte. Responde.—La casé, la liberaré.
Pagó con monedas de oro.
Desapareció con el cuadro.
RELATO 14
MILONGA
Ha pasado otro año. Igual que hace muchos años.
Margarita tu danzabas ligera en el salón de “La 'Milonga del Rey”.
La orquesta tocaba «Olé Guapa», nuestros cuerpos trenzados bailban sin cesar, nuestros pasos se deslizaban livianos, mientras nuestras miradas eran brasas rojas de pasión,
una vibración que parecía infinita.
¿Dónde estás ahora, amor mío?
Mi sombra se ha quedado en la escalera, aún buscándote. Todo se desvaneció de repente, ahora el viento sopla entre las ramas secas, amontonando hojas y recuerdos en la puerta de este invierno infinito.
Espero un sueño, otra ronda de tango contigo.
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