viernes, 10 de noviembre de 2023

RELATOS SEMANA 182

 

Foto: autor anónimo

RELATO 1


La Bella Doreen

La bella Doreen caminaba por las calles levantando pasiones y miradas de deseo. 
Todos la pretendían, pero ella declinaba sus atenciones con suave sonrisa y mirada de rubor. 
Nadie se explicaba el porqué de tanta negativa...y sus padres los que menos. Ya andaban desesperados con la pérdida de tan buenos partidos.
¿Qué sería lo que Doreen guardaba en su pecho con tanto celo? ¿Qué la tendría cautiva de tanto amor?
El Día del Armisticio, las calles se llenaron para recibir a los soldados, y allí estaba Doreen, mostrando con generoso escote por quién palpitaba enloquecido su infranqueable corazón.

RELATO 2

EN TIEMPO DE CASTAÑAS

Viene de vuelta en tiempo de castañas. 

Sus ojos traen el peso de la guerra, la sangre derramada y la perdida. Su corazón ansía el remanso de paz que tuvo en otro tiempo, ¿cómo era? 

El pueblo lo recibe con aplausos. Entre la algarabía ve unos ojos hambrientos. El olor del abrazo de Minerva lo devuelve al hogar. Todo ahora parece extraño. Ella ha cambiado. La guerra ha dejado cicatrices en sus lazos. Gritan los silencios. Ahora toca reconciliar pasado y presente.

 La guerra puede terminar, pero las batallas internas persisten aún en tiempo de castañas.

REALTO 3

TIEMPO ESTIMADO 
                 
Sevilla, estación de Santa Justa, semi vacía. Un grupito de viajeros esperaba el tren de las 17.45 para Cádiz. "Retraso estimado 18.35" decía la pantalla. A la derecha la libreria Relay. Él, esperando miraba el escaparate.
Un título capturó su atención "Una Historia de España", hablaba de su País, mezcla de historias y sueños. También le recordaba la foto antigua de su dormitorio, donde una mujer enamorada se encontraba con su novio, inválido de guerra, muleta y cigarrillo en la mano. Un presente lejano, donde cada uno llegaba en su propio tiempo estimado.
Como el tren para Cádiz.

RELATO 4

Bajo la sombra

Bajo la sombra de la morera el amor conoció. 
La intensidad como torbellino la absorbió.
Él, soldado raso, prometió:
¡Volveré!
A la guerra su deber lo llevó.

Bajo la sombra de la morera 
con ilusión al gusanito desvistió, con sus hilos la seda tejió.
Entre las hierbas del campo 
tréboles de cuatro hojas recogió.
Con ellas tiñó de verde experanza el vestido de satén. 
Vestida de seda lo esperó.
Nunca volvió, sangre y barro en el campo de batalla se mezcló.

El almanaque sus páginas pasó.
Ella de canas se cubrió.
Vestida de verde esperanza, para siempre, durmió.

RELATO 5

Nada es nuevo en la guerra 

    Estaba medio Sidney esperándonos. Llegamos como héroes. Fue la primera vez que participábamos en una contienda internacional.

    Aunque sufrimos 60 000 muertes, incluyendo Gallipoli, estuvimos a la altura demostrando nuestro valor. En Nueva Guinea pasamos a bayoneta a muchos alemanes que se rindieron. Con la población civil no fuimos excesivamente duros; mayormente palizas y violaciones. Lo típico de las guerras.

    Pero donde triunfamos como soldados fue colaborando con los británicos en el bloqueo naval de víveres y suministros. Murieron casi un millón de alemanes de hambre y frío.

    Cada 25 de abril recordamos, orgullosos, nuestra contribución en la Gran Guerra.

RELATO 6 

Dulce regreso

Me costó abstraerme de la alegría que desbordaba a mis compañeros de vagón por volver a casa después de cuatro años en el frente.

Sin embargo, aquel tiempo supuso una tregua a una guerra que ya se libraba dentro de mí antes de partir. Ahora que volvía tendría que tomar una decisión, pero mi corazón seguía dividido en dos. 

Bajé del tren y avancé despacio... Paré cuando vi que Anne, mi amante, y Poline, mi mujer, me esperaban juntas.

_-Vámonos a casa-_ dijo Poline.

_-Todo está bien-_ añadió Anne.

Desde entonces vivimos los tres juntos... y somos muy felices.

RELATO 7

Volviendo del precipicio

En Sídney le esperan y aclaman. Nació para ser un héroe, pero vuelve cojo de por vida.
Está muerto por dentro. Ha visto como hombres fuertes lloran por no volver a ver a sus madres, o tomar una última cerveza.
Pero una preciosa morena le besa sin pudor, y una cosa tan simple, le permite ver el futuro de otra manera. 
Quizás pueda subir a un barco y volver a Llanera, ese pueblo valenciano que le vio nacer. Quiere ver los arrozales y la Albufera, y saludar por las mañanas a los pescadores. 
Quiere seguir viviendo.

RELATO 8

Recuerdo del futuro

Querida amada.
Anoche soñé contigo, recuerdo que iba solo bajo la lluvia, te vi desde lejos, pero no podía correr, te quería abrazar, pero no podía levantar mis brazos, luego sentí el húmedo toque de tus labios y ese dulce aroma a agua de rosas en tu piel. Te pregunté si querías que estemos solos, pero me dijiste que no podías, que no importa, estar junto a mí era todo lo que querías para estar feliz. Desperté aún sintiendo lo tibio y suave de tus manos en mi cara.
Siempre tuyo, tu amado.

RELATO 9

EN LA MEMORIA DEL PINTOR

El dibujo permanecía en el bolsillo izquierdo de su guerrera, tanto en trincheras como batallas, cerca de su corazón.

Malherido, ingresó en el hospital de campaña. Corría el reloj leyendo el perfil de su rostro, imaginando el color original de sus ojos, sus labios, su pelo… al natural brillantes y hermosos, en el cartón ajados y grises.

Licenciado, la realidad superó la memoria. 

Subieron al atelier donde, antes de hacer el amor por primera vez, la vista tras el caballete se detenía en algún punto más de lo debido. Ella lo invitó con la mirada. El retrato quedaría para después.

RELATO 10

AMADAS SECUELAS

Cuando lo abracé, sentí la rigidez de su cuerpo, el rechazo inconsciente, su ausencia de emociones, la frialdad en su mirada... 

Stefan, no era el mismo.

Tras haber sufrido horribles heridas, las peores fueron las psicológicas. Fue imposible, a pesar de intentarlo, recuperar el amor que nos teníamos antes de su partida.

Con los años quise saber de él. Averigüé que se alejó de París, que recuperó la ilusión por vivir, enamorado de un valiente enfermero que arriesgó su vida salvándolo del infernal campo de batalla, y que por fin... era feliz.

Me sentí bien y me alegré por él.

RELATO 11

HURACÁN “EMELINE”

La menor de nueve hermanos varones, Emeline, era la causa de los sofocos de su madre y la vergüenza de su padre
 Ya habían desistido de casarla, y no porque no fuera una belleza frágil y delicada. 
Mas de una docena de pretendientes habían salido por patas tras un fugaz encuentro con ella. Al último galán reincidente, ella, sonriendo, le dijo al oído: 
La próxima vez que te me acerques, no será el tobillo lo que te rompa. Te arrancaré “eso” que dices que me vas a meter por “nosedonde” y que encima es lo que tanta falta me hace.

RELATO 12

Nunca falla

La última carta no contenía palabras de amor de su puño y letra, más bien unos escasos renglones sobrecogedores. Que acabase la guerra era todo cuanto había deseado, pero que su marido no fuese el mismo resultaba asfixiante.

Inquieta y deseosa se preparó para el anhelado reencuentro. Entre vendas, muletas y miradas cargadas de sentimiento, la de él transmitía confusión y vacío.

Dispuesta a actuar, captó su atención y lo atrajo hacia su cuello. Su intuición femenina le decía que el olor de su piel y una mirada a su escote lo librarían de la amnesia.

RELATO 13 

LA MIRADA

La vi en la distancia y enseguida supe que era la mujer que anhelaba encontrar. Su mirada se clavó en la mía, y sin comprender cómo, me vi inevitablemente acercándome a ella, como si un hechizo se tratara. A medida que avanzaba, sentía cada vez más el influjo de su mirada hechicera. Al llegar a ella, me susurró: “Dame un beso de película”. Como hipnotizado la besé, como si los besos fueran sacados de la mismísima escena de Cinema Paradiso... 

—¡Corten! ¡Hemos terminado!

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