viernes, 26 de mayo de 2023

RELATOS SEMANA 158


 RELATO 1


CUANDO LLEGA LA NOCHE


Acabando mi jornada laboral, en la radio: _"La Guardia Civil ha interrumpido en el Congreso de los Diputados"._


Simultáneamente apareció Gonzalo, amigo del PCE. Quería que le ayudara, en su casa, a hacer desaparecer cualquier rastro políticamente comprometido, estaba convencido que al llegar noche la policía le llevaría detenido.


En la calle se respiraba bastante tensión, incluso nos cruzamos con unos exaltados gritando, _"¡¡¡Arriba España, por fin!!!"_


Después de una madrugada incierta, pendientes de las informaciones que nos llegaban, se diluyó el golpe de estado, se puso fin al poder militarista de este país, y venció la democracia. Creo...


RELATO 2


Cuando llega la noche

 

Hace tiempo que pienso que algo no va bien. No logro descansar como antes. Me atormentan imágenes de días soleados y de ciudades desiertas en las que no tengo nada que hacer. Aunque los años me han dado mucha sabiduría, no logro comprender el significado de estas pesadillas.

 

Entonces se pone el sol, se acaba la agonía y comienza mi actividad. Hay tanto por hacer en las sombras que no desaprovecho ni un solo minuto en ellas. Buscaré algún terapeuta nocturno, pero mejor dejarlo para mañana. La eternidad es larga, mas la noche es perecedera.


RELATO 3


CUANDO LLEGA LA NOCHE


Mirando al oeste el cielo se teñía de violeta, las nubes arreboladas iluminaban tu mirada. Tu sonrisa desgastada secuestraba la mía. Tus manos arrugadas contaban mil historias, increíbles casi todas, verdaderas la mayoría. La nieve en tu cabeza, aureola de sabiduría. Ahora, ya no estás para seguir contándome el devenir de la vida, para ilustrarme con tu experiencia. “Paciencia, nieta, paciencia. Es el secreto de la vida. Todo en su sitio pone, no corras vida mía”

Así, me decías cada tarde, cuando venías. De eso hace ya muchos años, pero ahora, cuando llega la noche, no te olvido, abuela mía.


RELATO 4


CUANDO LLEGA LA NOCHE


Amarte es un castigo. Costó asimilarlo cuando descubrí tu inquietante profesión. Ser esposa de un espía no es fácil. 


Cómplices, colaboro contigo en algunas misiones. Aprendo a quererte silenciosamente, simulo no conocerte al cruzarnos, controlo mis emociones, sigo tu juego… 


Otras veces, alerta, quedo en casa abandonada sin saber dónde estás ni cuándo volverás.


Cuando somos un matrimonio “normal” y llega la noche, enredamos nuestros cuerpos, agotamos ese deseo sostenido. En cuanto las brillantes y mañaneras motas de polvo suspendido atraviesan las persianas, nos desperezamos y seguimos amarrados porque no sabemos cuándo disfrutaremos otra noche... o si habrá alguna otra.


RELATO 5


Cuando llega la noche


Noche estrellada, velada propicia para las desventuras. 

En un bar destartalado, Luis, el eterno soltero, suspiraba con su whisky en mano, cuando una bella mujer se acercó. 

"¿Bailas?", susurró ella con voz melódica. 

Luis, deslumbrado, aceptó de inmediato. 

Pero oh, cruel ironía, sus pies parecían dos troncos enloquecidos. Tropezó, giró descontrolado y lanzó su whisky al aire, dejando una lluvia dorada sobre los presentes. 

El silencio invadió la sala mientras Luis se levantaba, avergonzado y pegajoso. 

"¿Y bien?", preguntó la mujer con una sonrisa burlona. 

"¡Por supuesto!", respondió Luis con fingida seguridad. "¡Soy famoso por mi estilo 'Cataratas de Whisky'!".


RELATO 6


Cuando llega la noche


No siempre es así, pero con demasiada frecuencia cuando llega la noche siento que hay un cambio en mi metabolismo y surge una feroz indiferencia hacia todo.


En invierno es peor porque los días son más cortos y a media tarde una fuerza paralizante me impide seguir trabajando y me invita a retirarme a mi «caverna».


Dicen que es efecto del ciclo circadiano.


Yo creo que es por la necesidad del reencuentro conmigo mismo, de medir las fuerzas para terminar o empezar proyectos, de enfrentarme con mis fantasmas y de la llamada diaria a mi madre, aunque ya no esté.


RELATO 7


Cuando llega la noche


Ayer, volviendo a casa, estuve observando cómo las jacarandas juntan sus copas violetas en el centro aéreo del camino, como buscándose... y pensé en nosotros.


Nunca nos buscamos, simplemente nos encontramos y supimos que estábamos destinados a estar juntos. Así seguimos, treinta años después. Pero ahora jugamos a un desolador escondite: yo te busco, tú te escondes... ¿De qué? Te lo he preguntado tantas veces...


Anoche volví a encontrarte en la barra de un bar, ebrio y solo... Y volví a traerte a casa, aunque no sé si es aquí donde quieres estar.


¿Qué nos ha pasado, además del tiempo?


RELATO 8


Cuando llega la noche


La Luna asoma poderosa en el negro cielo.

Qué bonita está. 

Llegan las horas donde el alma duele.

Cómo lo temo. 

Hay ruido.

Quiero silencio. 

Quiero caricias.

Morimos de amor, nos desangramos en melancolía, no creo en los milagros, no todos los amores resucitan al tercer día.

Que cuando escucho esa canción, 

tu nombre no suene en mi cabeza.

Podría decir que sé de olvido,  

que cuando llega un recuerdo,

no hay nostalgia.

Lo sé. 

Ya no estás. 

Y que cuando llega la noche

no extraño tu voz,

que no te recuerdo,

que nunca te pienso, 

podría, pero estaría mintiendo.


RELATO 9


Cuando llega la noche


En la ventana, desnuda, oculta entre las cortinas, espero ansiosa que los primeros rayos del Sol entren en la habitación. 

Sus destellos actúan como purificadores del aire denso y agobiante que envuelve mi sueño cada noche. Los fantasmas y monstruos que invaden mis pesadillas se esfuman... y todo vuelve a la calma. Ya no hay rastro de dolor, ni de angustia, ni de pesar, solo otro día más.

Y vuelvo a ser yo, a reír, a soñar...

En definitiva, a vivir.

Pero cuando llega la noche...


RELATO 10


CUANDO LLEGA LA NOCHE


Escogió mi casa.

Lo supe porque escuche su gorjeo en el balcón mientras daba vueltas en círculo. Después la trajo a ella. 

Llenaron la viga de pequeñas bolitas de barro, plumas y restos de algas. Las vi en su ir y volver. Supe que ya había huevos porque pasaban muchas horas en aquel nido. 

Un día asomaron seis cabezas con pequeños embudos reclamando alimento. 

Cuando llega la noche, el pequeño nido descansa. Apenas un par de colas moteadas asoman por lo alto. 

Apago la luz, me cubro con el edredón y sonrío. 

Sé por ellas que mi hogar es seguro.


RELATO 11


CUANDO LLEGA LA NOCHE


Recorro las calles del planeta azul. Me ensimismo, en los sonidos de la oscuridad:

El ulular del buho.

La estampida de los murciélagos, de la Cueva del Ciervo, en Borneo.

El bullicio de las ciudades, que no duermen, en contraste con poblaciónes que parecen muertas…


Soy un ser compuesto de energía. Formo parte del planeta de los tres soles; las veintiticuatro horas está iluminado.

No necesito transporte.

Vagando por el universo, entré en la intimidad de un ser humano, él disfrutaba el sol, disfrutaba la luna.

Soy feliz en la Tierra,

“ CUÁNDO LLEGA LA NOCHE.”

viernes, 19 de mayo de 2023

RELATOS SEMANA 157

Foto autor desconocido 

 RELATO 1


Llegó para quedarse

Parece que fue ayer cuando Palmira llegó al pueblo. 

Su piel era pálida y suave como el algodón. Sus manos se movían grácilmente, ya fuera retirando los graciosos tirabuzones que enmarcaban sus ojos color miel, o para sujetar la correa de su blanquísimo bichón maltés.

Vino por amor. El alcalde la conoció en un viaje a Madrid y ella, que siempre había querido tener una casita en el campo, quedó prendada de él.

Hay que reconocer que, desde el principio, quiso integrarse, ser una más...

Y lo consiguió. La prueba es la escultura de Palmira que adorna su tumba.

RELATO 2

Fideo

La abuela Conchita acuñaba monedas con más destreza que nadie. Su pasatiempo favorito era coleccionarlas, pero un día su querido perro, Fideo, confundió su colección con juguetes y el tintineo monetario llenó la casa.
 
Conchita se encontró con un montón de monedas mordisqueadas y a Fideo pavoneándose victorioso.  

Ese día salieron a pasear y, para sorpresa de Conchita, el can ladraba con alegría cada vez que veía una moneda en el suelo. Tras el banquete metálico se había convertido en un detector de monedas de un centavo. 

Desde ese día recorrían la ciudad buscando fortunas en los lugares más inesperados.

RELATO 3

Viendo la paja…

Menuda fresca. ¿Estás viendo, Pincho? Ya está la Puri calentando al frutero, no le ha dejado ni abrir el local. Que desesperada está... Y por ahí van las otras, vendrán de pasar la noche en algún sitio de esos donde menean el culo, se drogan y tienen sexo en los baños. Menuda vergüenza. Si mis amigas levantasen la cabeza… me han dejado sola al pie del cañón.

Bueno, luego nos asomamos de nuevo. Hay que preparar el salón para la orgía de las 10:00 y el dormitorio para cuando venga Paco; después de 25 años sigue siendo mi mejor cliente.

RELATO 4

La pequeña Lucía

Ya eres mayor para comprender, puedes ponerte en su piel. 

Tu padre no es que no te quiera.

En la casa siempre se respira tristeza, la pena dejó a todos con grietas en el alma para el resto de sus vidas. 

Que tu abuela no tuvo la culpa, claro que no, pero siempre se culpó hasta el último día de su vida. 

Ella hubiese sido tu tía Lucía, pero tu abuela la llevó a comprar una Mariquita Pérez y en un despiste, la niña se le escapó, la arrolló el estrenado tranvía…

Ya no hubo más besos en esa casa.

RELATO 5

La conseguidora de Lipari

En la isla siciliana de Lipari no quedaban hombres después de la guerra, así que las mujeres decidieron que Renata, la más veterana, asumiera el mando.
Era perentorio abastecer la isla con bienes de primera necesidad.
Habilitaron la torre de la iglesia para, desde allí, escuchar las peticiones de todas. 
Cuando hubieron hablado todas, Sofía, la más joven hizo su petición. 

_"Yo quiero a mi madre ¿Puede ser?"_

Renata, enternecida dijo: 

_"Para eso tendrás que esperar muchos años, querida. Mientras tanto yo seré tu madre postiza"_

Desde entonces, Lipari ha mantenido el oficio de conseguidora.
Pueden conseguir casi cualquier cosa.

RELATO 6

REFRANES

En todos los pueblos hay algún loco. En el mío aquella extraña mujer asomaba por la ventana, con su perro vigilándola, y ojeada el horizonte como si quisiera leer las nubes. Después de un rato gritaba "cuando el grajo vuela bajo, hace un frío del carajo". En invierno vaya pero en pleno verano aquello no había quien lo aguantara. Nos reíamos de ella y entonces nos gritaba "cría cuervos y te sacarán los ojos". Buena meteoróloga no era pero el refranero se lo sabia de pe a pa.

RELATO 7

…SEGÚN EL CRISTAL CON QUE SE MIRE…

Estaba un hombre asomado a una ventana pensando: ¡Vaya pedazo de coche lujoso que pasa, que suertudo el dueño!
Estaba un perro asomado a una ventana pensando: ¡Que bonito parque! Me gustaría mucho poder ir y correr a todo gas.
Estaba un pájaro viendo a los dos y piensa: ¡Vaya par de ilusos! ¿Cómo pueden vivir ahí encerrados? Anclados en la tierra, sin saborear este aire tan puro, sin disfrutar de la verdadera vista del mundo…
¡BANG!
Cae el ave muerta, se escapa el perro y corre, y el hombre increpa al suertudo por aparcar bajo su ventana.

RELATO 8

PILU Y MARCELA

El pequeño Pilu daba un brinco y echaba a correr a su lado cuando la sentía levantarse. 
Dormía en un cesto a los pies de la cama de su ama. Sabía que ahora llegaba el olor a café y a pan recién tostado untado con margarina.

 Pasaban el día juntos. Solos. Nadie quedaba ya en la aldea, solo él y Marcela. 

A las cinco de la tarde salían al balcón a gritar: 

— Piluuuuuuuu, Marcelaaaaaaaa —decía ella mientras su mejor amigo aullaba a su lado. 

Era entonces cuando la montaña los llamaba por sus nombres.

RELATO 9

…Y pasó en un lugar de La Mancha

Querido desconocido:
Desde tu casa de labranza,
tu mirada se pierde, en mi picara mirada.
Sueño que me das unas flores de azafrán.
Sueño con tus manos, acariciándome. 
Manchando mi piel, con la tierra roja que labras.
Eres mi amor prohibido.
Te escribo con la tinta del alma.

Querida desconocida:
Desde mi casa de labranza,
te veo llegar.
Flota tu risa, tu aroma.
Tu mirada traviesa, en mis ojos se pierde.

Igual que una cigüeña,
mimada por el viento,
no olvidaste tu nido.
A él retornaste.
Como un perro fiel,
desde la era, 
oteo el horizonte,
esperando tu regreso.

RELATO 10

TODOS A UNA

Todo estaba preparado para el desahucio: Guardia Civil, orden judicial y los buldócer de la compañía constructora de la presa.

Nada que hacer, Margarita había decidido que si la sacaban de su casa sería con los pies por delante.

La casa pertenecía a su familia desde 1909, y se había jurado defenderla con su vida si fuera necesario.

En cuanto empezaron los primeros movimientos, sacó la escopeta y empezó a descerrajar tiros a diestro y siniestro.

Los tiros realmente fueron el pistoletazo para que a lo lejos, en el camino, se viera llegar el pueblo entero al auxilio de Margarita.

RELATO 11

FIEL COMPAÑÍA

Fue al final de los ochenta cuando prometimos amarnos para siempre. Creí en su limpia mirada, soñé con su bella sonrisa. Cantamos y nos amamos sin medida hasta que, libre ella, voló.

Tras las cicatrices que dejan en la piel el paso de los años, coincidimos en un bar de Saint-Jean-de-Luz. Sus ojos melancólicos, sus labios más tristes, pero igualmente regia.

“No me va muy mal”, le dije. “Él me dejó por otra”, repuso francamente. Cómplices, nos escaneamos mutuamente. 

Fue un grato momento y reímos bastante. Continuaría en mis sueños, seguiría su vida, imagino con algún perro. Siempre le gustaron.

RELATO 12

Ultimátum

—Que me tengáis al perro asustado, vale. Que me soltéis las palomas cada dos por tres, también vale. Sé que estamos en un poblado de buscadores de oro y sólo hay borrachos y pendencieros.
Hasta puedo comprender que cada sábado por la noche traigáis de la ciudad varias carretas llenas de coristas complacientes y de músicos estridentes.
¿Acaso pensáis que estoy ciega y sorda?
Os aprovecháis de que vivo sola.
Así que os lo aviso por última vez, el que quiera más hierbas de la risa de mis macetas, o me las paga, o que se fume el sombrero.


viernes, 12 de mayo de 2023

RELATOS SEMANA 156

Foto www.istockphoto.com

 RELATO 1

Encerrado en el extrañarte 

Sentado mirando al infinito, al sol, idealizo e imagino, me enamoro creando, pero esa ilusión inventada en mi locura, choca con la realidad de la persona que espero encontrar.

En ese momento es cuando todo se vuelve una pesadilla, jamás será lo que deseo. 

Al final, termino loco y decepcionado. 
La vida se nos va en un suspiro.

Disfrutemos de cada día. 
No esperemos el mañana para dar un abrazo, para decir un “te quiero” porque en el hoy y mañana está la diferencia.

Y muchas veces no hay un mañana, no hay un después, simplemente un hoy, un ya.


RELATO 2


Lo que pasó pasó

Entre las cosas que me llevé cuando nos divorciamos apareció la foto del descapotable en la playa.

Es curiosa la cantidad de emociones diferentes que pueden activar los recuerdos:

Me trajo el olor a marisma en su pelo.

Sentí su cabeza en mi hombro.

Gocé caricias furtivas.

Saboreé besos recónditos. 

Me asombré al recordar aquella insaciable vitalidad.

Temí contarle a mi padre que había averiado su coche intentando desencallarlo en la playa.

Volví a agradecer al señor de la grúa que vino a rescatarnos el habernos hecho esta foto.

Y escribí en su reverso "El sol se pone para levantarse".

RELATO 3

TÚ LO QUE TIENES ES...

- Me enamora este sitio al final del día, suelo venir solo a meditar mirando esta belleza que adorna mis sentidos, a reflexionar sobre la vida, sobre la existencia que me apesadumbra. Es la primera vez que vengo en compañía de alguien.

Quería decirte que tu mirada es como el azul del mar, fuerte y de encendida claridad.

Que tu cuerpo es cálido como el ocaso de este atardecer.

Tus labios carnosos y suaves como una caricia.

Tu figura es ceñida y esbelta como el horizonte. 

Si la pasión tiene un nombre, ese es el tuyo, Elisabeth...

- _¿Cómo me has llamado?_

RELATO 4

Nostalgia

Aunque es el mismo mar el que moja nuestra orilla de ahora y la de entonces, siento que las olas no rompen igual. Allí su cadencia era amable, acunaba los sentidos, pausaba la prisa...

No digo que aquí se esté mal. Tuvimos suerte y enseguida encontramos un sitio desde el que crecer, aunque sin raíces.

Sé que no puedo quejarme, que somos afortunados simplemente por poder estar viendo este atardecer... y es cierto. 

Dicen que no hay que tratar de volver al lugar donde se ha sido feliz, pero daría todo lo que tenemos por regresar.

¿Vienes conmigo?

RELATO 5

Me encanta

"Me explota la cabeza cuando pienso en tí. En tu sonrisa de caramelo y tu nariz respingona. En la promesa de tus ojos, y el murmullo de bosque que es tu voz. Y si pienso en todo ello, pienso en que te perdí, y me ensucio el alma, la lleno de hiel"

Dicho esto, el protagonista aprieta el gatillo y la cámara gira a la izquierda, lentamente, y el plano se para en la playa. 

Empiezan los títulos finales.

Ella levanta la cabeza de mi hombro. La beso. 

Me encanta el autocine de mi barrio.


RELATO 6

NEW

Tengo 79 años 
Después de dos años de pandemia 
Decidí hacerme un examen medico general. Solo faltó que me injertaran pelo.Salí con lentes, audífonos, plantillas ortopédicas…
Nos fuimos en el coche al pueblo a visitar a la familia de mi mujer.
Recién salí de casa, la neblina no me permitió continuar conduciendo.
—¿Neblina?— Contestó mi mujer.
Llegamos a casa, ella me señalo una mesilla
—¡Ahí están las antinieblas!
Las gafas para ver las había dejado. Me las puse y la neblina desapareció.

RELATO 7

ADIOS MI VIDA

Juntos contemplamos la puesta de sol, nuestra hora favorita, cuando después de un día de intenso ajetreo juntando nuestras manos y con una cerveza fresca nos íbamos para estar, simplemente, amándonos.
     Hoy, amor mío, será el último atardecer que nuestros ojos vean, pero después, te prometo que nunca más sufrirás dolor. Desde que la maldita ELA se instaló en nuestras vidas empecé a amarte aún mas, y de estar a tu lado todos los minutos del día. Escucha mi amor, será rápido, quitaré el freno y juntos eternamente, en nuestra playa de siempre. No tengas miedo, aprieta mi mano.

RELATO 8

UNA VENTANA DE SUEÑOS

          Atravieso el taller-chatarra de un padre neurótico para subir a casa. En mi dormitorio, el radiante póster de “unos enamorados en la playa” gastado de contemplarlo, hace de ventana.

          Salgo con mis amigas. Regreso de noche con cualquier chico besuqueándonos atropelladamente.

          Los ojillos rojos de las alimañas, acechando en las escaleras de cemento, aterran más que mi padre. Tirito y me acurruco en algún viejo coche oxidado.

          La foto, en mi mente, abriga mi sueño de encontrar alguien para susurrarnos palabras al oído, abrazarnos lentamente bajo el sol, o reírnos corriendo refugiándonos de la lluvia. 

          Sencillamente anhelo un amor verdadero.

RELATO 9

La vida de Anna

Sus deseos de marcharse afloraban con mayor frecuencia últimamente. Por muchos “está decidido”, “hoy mismo” o “no pienso volver” que saliesen de sus labios, al final del día seguía atrapada en ese idílico lugar. Cada intento de fugarse se veía frustrado por la aparición de la misma persona, su absoluta e incondicional debilidad.

Frente al mar y junto a él, una vez más, se olvidaba de lo que quería hacer. ¿Cuánto tiempo pasaría hasta que quisiese fugarse de nuevo? El futuro del show estaba en juego y los productores lo sabían. Dominar una vida televisada no es una tarea fácil.

viernes, 5 de mayo de 2023

RELATOS SEMANA 155

 



RELATO 1


Camino a ninguna parte


La locura me golpea, mientras intento atisbar qué tengo frente a mí .


¿Será mi reflejo?, no, no puede ser…., ha levantado un hacha y me amenaza con ella.


Intento huir de mi imagen mientras recorro las calles, pero siempre hay algún reflejo donde me encuentro amenazándome de nuevo.


Giro una esquina, luego otra y otra .


El tiempo a mi alrededor cambia continuamente , y los meses pasan en minutos. 


Descanso unos minutos para tomar aliento, y noto el frío hierro en mi nuca…


Mi sangre se derrama en el vacío, mientras la primavera blanquea las acacias….


RELATO 2


UN MORDISCO DE REALIDAD


Alguna vez fue muy hermosa, como cuando la primavera blanquea las acacias. Pero el hambre, las chabolas y otras circunstancias no se eligen. Era una joven sin juventud. 


Fue entonces cuando sus sueños volaron y recibió un mordisco de realidad. Para atrapar algún sueño comerció con su cuerpo, para soportarlo necesitaba droga, su belleza se diluyó como azúcar en el café. El instinto superó su conciencia y, sin pudor alguno, vendió a su hija para mantener esa cabeza enferma enganchada a la heroína.


En los pequeños lapsus de lucidez advirtió que cada pinchazo, cada contagio, cada paliza… acabaría liberándola.


RELATO 3


Paisaje urbano


Mis pasos resuenan.

Pisoteo colillas.

Rugen las motos.

Los coches rompen el viento. 

Los pitidos desgarran el silencio.

Unos niños dan patadas a la basura

Un mendigo extiende las manos.

Pasan ráfagas de multitud.

El tren traquetea. 

La estación huele a humanidad, mezclada con mugre.

El smog corona los edificios.

Árboles de ciudad.

Teñidos de alquitrán.


“La primavera blanqueaba las acacias”…

 

Mi mente se zambulle.

En el mar de los recuerdos.

Rescata los paisajes de mi infancia.     

Corríamos sobre flores blancas.  

Con aromas de perfumes.                 

Se mancharon de sangre.   

Huimos.


Hoy vivo en paz. 

En un bosque de cemento.


RELATO 4


LA RIADA


La ciudad amaneció recelosa por el mal tiempo que azotaba. En pocas horas el cielo plomizo descargó una tromba de agua y granizo. 

La ciudad se inundaba. Barriadas enteras acabaron incomunicadas. Las calles se convirtieron en improvisados ríos. Muchos vecinos subieron a los tejados presagiando lo peor.

Matilde y Juan no sabían nadar. El muro que los separaba del desastre cayó tras una embestida de agua. La casa quedó anegada con ellos dentro.

A los tres días la ciudad se vistió de luto.

Sobre todo el lodo florecia una promesa:

La primavera había blanqueado las acacias.


RELATO 5


 El copo


Esperábamos ver llegar la jábega y ayudar a nuestro padre y sus hermanos a tirar del copo.


Me fascinaba contemplar cómo cientos de peces diferentes saltaban entre medio de la red mientras los separaban en cenachos de esparto hasta que sólo quedaban chanquetes y morrallilla dentro de una baba translúcida.


Una mañana de abril nuestro padre no volvió.


Dijeron que había bebido, que insistió en llevar el bote de la luz y cuando amaneció ya no estaba.


Desde aquel día, siempre, la primavera blanquea las acacias de Pedregalejo con suspiros y plegarias esperando que el copo traiga a nuestro padre.


RELATO 6


TRISTEZA PERENNE 


La primavera blanquea las acacias, como el recuerdo de tu mirada adormecida.


El otoño palidece las jacarandas, como el ocaso que consume mi agonía.


El invierno ennegrece y hiela los deseos de volverte a ver, Lucía.


El verano me anunció tu vuelta, del brazo de otro, destrozando el alma mía.


Mi entrega fue gigante y firme, como la majestuosidad una secuoya tardía.


Mi amor ya no tiene estación, ni color ni forma, ni la esperanza de una crecida.

RELATO 7


Pan y quesillo


Lo primero que se espera de uno cuando regresa a su ciudad natal después de cincuenta años, es que visite a su gente, pero yo fui instintivamente al parque del Retiro.


Allí me encontré con mis recuerdos, cuando de niño mis tías me llevaban para jugar con barquitos de cartón en los canalillos de riego.

Tía Juana recogía las pequeñas flores blancas desprendidas de los árboles y decía:


_Mira nene, esto se llama pan y quesillo, y cuando la guerra, nos lo comíamos._ 

_Siempre aparece cuando la primavera blanquea las acacias con sus flores_


Esto no es nostalgia. 

Es amor.


RELATO 8


Buscando palabras 


Estoy buscando palabras sólidas que arranquen mi desgracia, también suaves que hagan al tiempo bailar y brillar entre las sombras oscuras.


Palabras que me llenen de nostalgia, que rejuvenezcan mis días y me sumerjan en noches de sueños astrales, que se acurruquen en mi interior, que no se marchen al amanecer, que me digan quién soy y para qué estoy aquí.


Siento frío al anochecer, pero la primavera blanquea las acacias, pierden sus pétalos de colores tan vivos que ni el crepúsculo los puede ocultar, construyen paraísos, me proteguen del miedo, porque no soy yo quien morirá en esta batalla.


RELATO 9


Otro mar


Las olas golpean con fuerza el espigón en el que tantas veces esperé tu llegada. Las gotas vuelan hasta mi cara despertándome de un recuerdo: Bajabas del barco impregnado de mar, y en un abrazo me susurrabas _-ya he vuelto, Lariña-._


Hoy, en ese mismo lugar, cuando la primavera blanquea las acacias y el tiempo nuestras sienes, aguardamos juntos la llegada del barco de nuestro único hijo.


Agito en mi mano la carta tan esperada. Salta a tierra, corre hacia nosotros, la abre y lee: 


_"Ha sido admitido en el Programa de Recuperación del Ártico"_. 


Él sí pudo estudiar.


RELATO 10


EL DON DE LA FAMILIA


Mi tatarabuela lo tuvo, y mi abuela también. Y…yo.

Una tarde, vino a mi casa una familia a consultar un tema delicado. Encima de una mesa había un cuenco de madera lleno de agua. Mi abuela se quedó mirándolo. Suspirando dijo no poder ayudarlos, su don había desaparecido. Pero entonces, me ordenó: ¡Mira el agua!

Y un árbol inmenso, de esponjosas flores amarillas apareció ante mis ojos. Solo yo lo veía.   

Grité y conté lo visto. Y allí, cuando la primavera blanqueó las acacias, aparecieron los restos de un niñito, que por fin, gracias al don, pudo descansar en paz.


QRELATO 11


Pregunta 7


“No podemos impedir que pase el tiempo. Las etapas de la naturaleza se suceden inevitablemente y afectan a nuestra vida. Lo que a veces creemos que nos traerá felicidad, puede acarrear lo contrario y lo que consideramos imposible, puede acabar sucediendo. No podemos dar nada por hecho, porque el futuro es incierto, cambiante y no podemos controlarlo. En realidad, no somos nadie”. 


Muy bonita la reflexión que has hecho, pero te recomiendo que termines de leer los enunciados antes de responder a las preguntas de un examen. Además, esta era muy corta: _La primavera blanquea las acacias. ¿Verdadero o falso?_


RELATO 12


La nueva Tierra


"La nueva Tierra les está quedando preciosa" dijo sin levantar la cabeza y siguiendo el camino que marcaban sus compañeras y que bordeaba un vertedero. El silencio posterior demostró que su sentido del humor no era muy apreciado.


"Pero todavía hay esperanza, no están ellos solos. Los demás seguimos haciendo lo que debemos. La primavera blanquea las acacias y llena de frutos el suelo" dijo la compañera situada detrás, a la que no conocía, pero que parecía ser optimista.


Ellas no podían hacer nada más que lo que hacían por ser quiénes eran: hormigas cargando provisiones camino del hormiguero.


RELATO 13


Desolación


La primavera blanquea las acacias mientras la noticia súbita de tu muerte oscurece mis entrañas.