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Foto: #WomensArt |
RELATO 1
LAS TEJEDORAS
Tres mujeres se reúnen los sábados a bordar.
A veces acuden con los ojos cosidos con lágrimas blancas. Con los dedos rotos de frotar las prendas con jabón de sosa bajo el caño frío. Rodillas rotas de clavarse el suelo que pulen hasta poder reflejarse.
Miradas que lloran a escondidas. Risas que enhebran entre sus labios. Cantos de libertad. Confidencias. Entre puntada y puntada hilan amores, dolor y sexo, hijos, maridos, canela en rama, perfume de lilas y azahar...
Tres mujeres anhelan que llegue el sábado para tejer sueños nuevos.
RELATO 2
Encajes
Las hermanas Van de Walle fabricaban los encajes más demandados de la ciudad.
Se difundió la creencia de que si los recién casados vestían sus camas con sus colchas, en poco tiempo concebían su primer hijo. La maternidad se consideraba la perfección de la mujer y una bendición de Dios.
Muchas vecinas espiaban a las hermanas con intención de descubrir con qué hilos tejían sus encajes, si los bañaban en alguna pócima milagrosa o si sometían sus trabajos a encantamientos.
Entretanto las encajeras Van de Walle seguían solteras, y cabizbajas soñaban con ser madres mientras tejían sus encajes con suspiros.
RELATO 3
LAS HILANDERAS
Somos las Parcas, las Moiras o las Nornas, así nos llaman en distintos lugares del mundo.
Mis hermanas y yo tejemos los hilos de las vidas de los hombres.
La que estamos tejiendo ahora es tan hermosa como la persona que la está viviendo… por eso está llena de flores, hojas, estrellas y vides. Es una de las que mejor nos está saliendo, aunque tengo que confesar que varias veces hemos cometido errores y nos hemos visto obligadas a deshacer y rehacer lo tejido. Ha resultado demasiado compleja.
Ya la vamos acabando, otra vida que termina. Y es la tuya…
RELATO 4
Estrechamente
El dominio de la técnica del encaje Bretón requiere una estrecha relación entre la maestra encajera y su aprendiza.
Dormían, comían y unían sus lazadas, día tras día, estrechamente. Su relación fue tan cercana como los hilos que se entrelazan en una malla bordada.
No era su primera neófita, pero entender el espíritu humano siempre se le perdía por recovecos, de manera que fue incapaz de percibir su anhelo.
Hasta aquel primer beso, que aclaró, como un chorro de agua sobre jabón, sus sentimientos.
RELATO 5
DESPUÉS DE 270 DÍAS
El señor _Richard_, pasaba por el _Taller D'argentan_, supervisando la confección del mantel encargado por la familia _Devereux_, capricho de la señora _Clodett_, conocida en la región de _Normandía_ por su despotismo e impaciencia a la hora de adquirir bordados majestuosos que satisficieran sus deseos.
Aleccionado por su patrona, el señor _Richard_, entró vehementemente portando una lámpara de alcohol para encender su enorme puro, dispuesto a fijar una fecha de entrega.
El desgraciado tropezó derramando el alcohol sobre el mantel prácticamente terminado, incendiándolo sin remedio.
_¡¡¡Sacre bleu!!!_
Las bordadoras, incrédulas e impotentes, debieron pensar... La señora _Clodett_, le "matará".
RELATO 6
La habitación de la vida y la muerte
Esa habitación recuerdo de mi infancia, donde mi mente vuelve para encontrar el cobijo, el sosiego, donde mis miedos silencian y mis lágrimas se recogen en un pañuelo bordado.
Reminiscencia a mi madre, mujer antigua, costurera, oliendo a azahar, las manos castigadas por la lejía, era allí donde tejía con mis tías.
Pasaron los años, todo se oscureció, médicos que visitaban a mi madre, todos me hacían carantoñas, miradas tiernas y tristes.
Y un día entré en la habitación, limpia, recogida. El sol entraba iluminando la cama, ya no tenía la colcha, sólo las sábanas blancas rígidas como la pared.
RELATO 7
El camino es largo y frío
La vieja casa desvencijada, ventanas herrumbrosas, crepitaban con el viento. Hablaban entre sí de mejores tiempos con los corpulentos robles.
Pequeña visitaba a su dueña. La nieve de los años cubría su cabeza. Me hacía regalos tejidos por ella, una flor para el pelo, una mariposa para el vestido…
Un día me dijo:
—Ves esos hilos de plata, oro que que forman la luna y el farol de los enamorados al filtrarse por los cerezos. Con ellos hice dos bufandas. Una para mi, otra para una persona especial en mi vida.
Esa noche murió, abrazada a las bufandas.
RELATO 8
Soñando entre costuras
—Que Juana se case con Rafael no tiene sentido. Un joven tan rico y poderoso nunca se enamoraría de una chica de familia humilde como ella. Lo siento querida, pero no encaja.
—¿No? Pues que Rosaura se haga famosa considerando que sólo sabe tejer… Tampoco es muy creíble, guapita.
—¡Basta! Os habéis pasado porque estáis proyectando vuestras ambiciones. Dejadme que os narre una historia realista; una en la que una señora como yo, de cincuenta y tantos, descubre que su piel tersa, su frondosa cabellera y sus firmes senos provocan una fuerte atracción en los jóvenes del lugar. Entonces…
RELATO 9
LA MANTILLA
De las cuatro hermanas, tres tejían, incansables, el tiempo corría. La cuarta, la menor, necesitaba la fina y preciosa mantilla para el día de su boda. No era ella la que debía casarse la primera, pero así ocurrió.
Llegó el día, la mantilla estuvo terminada, planchada y lista para embellecer aún más a la joven novia, pero no para la boda, sino para su sepelio. Aún muerta iba preciosa, amortajada con la vaporosa y blanca mantilla, tejida por las ¿amorosas? manos de sus hermanas, que, al menos dos, lloraban desconsoladamente. La otra, miraba con ojos codiciosos al que hubiera sido su cuñado...
RELATO 10
LA CATARSIS DE UN MARQUÉS
Quien acabara las tareas encomendadas perfectamente, se convertiría en la esposa y señora del Marqués de Los Naranjos.
Apuraban los minutos, se ayudaban de las mucamas. La colcha nupcial era la última prueba. Sólo quedaban dos jóvenes.
Una sobornó a las sirvientas contrarias para que se pincharan a propósito, manchando así el tejido.
El Marqués vio la sangre en la obra de arte, una lágrima brilló en el rostro de la chica. Esto surtió un efecto purificador: la competición se convirtió en compasión y eligió a su artífice.
RELATO 11
El error
Puntada a puntada iba tejiendo la historia de su vida. Como labor primorosa, ponía todo el cuidado en cada paso, en cada acción.
Sacaba lo mejor de sí mismo, dispuesto a enseñar, ayudar, arreglar o disponer lo que hiciese falta.... Era fácil quererlo y así lo hacíamos.
Hasta que cometió un error.
¡El peor! Eso dijeron...
Él no se defendió.
Y nosotros, los que tanto lo amábamos, nos ocupamos de que cayera en la ciénaga.
No le dimos la espalda, no. De frente y bien alto lo insultamos, increpamos y gritamos.
El miedo no nos dejó ponernos de su lado.
RELATO 12
El mantel de Florinda
El señor Chacón, encargado de patronaje de manteles en la fábrica de encajes de Elda, elaboraba cada año un mantel para el ajuar de sus 7 hijas.
Las tejedoras colaboraban gustosas dedicando unas horas de su tiempo libre a tal labor, pues era el señor Chacón un hombre bueno y abnegado padre.
Pero aquel noviembre de 1897, su hija Florinda, la pequeñina como él la llamaba, falleció de tifus.
La consternación invadió a todos, pero continuaron tejiendo sin parar.
Se cuenta que aún hoy, es tradición en la fábrica continuar tejiendo el mantel de Florinda.
Un mantel eterno, como ella misma.
RELATO 13
Las hilanderas de St. Sulpice
Puntada a puntada...hebra a hebra...día a día...
Sus delicadas manos repiten el mismo movimiento sin cesar. La fina aguja desaparece entre sus nacarados dedos trazando un bello entramado de hilos. Silenciosas y primorosas, van dibujando con sus hilos bellos motivos decorativos. Sus vidas se reducen a ese trozo de tela que hay que rellenar cada día. El tiempo recordará su obra mientras ellas, medio ciegas y encorvadas, yacerán en el olvido.